En Presidencia Roque Sáenz Peña se desactivan puntos de narcomenudeo pero surgen otros, a tal punto que también un recluso del Complejo Penitenciario II tenía montado un bunker de drogas en una celda de la cárcel que aloja a casi 500 presos de toda la provincia del Chaco.
Los efectivos antinarcóticos secuestraron cocaína, marihuana y hasta una balanza de precisión desde el interior de la celda del convicto, ahora también acusado por Narcomenudeo en el interior de la prisión saenzpeñense. Aunque el hecho ocurrió días pasados, se confirma en las últimas horas.
Tras fuertes versiones que circulaban al respecto y la falta de información oficial, fuentes consultadas por Periodismo365 confirmaron que el pasado domingo 19 de diciembre a las 20.00 horas, efectivos del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) realizaron una requisa habitual en el modulo número II.
Al inspeccionar la celda N° 17 B, donde se encuentra detenido el interno E.F.M., entre sus objetos personales encontraron cocaína, marihuana y también una balanza de precisión. “Los indicios son suficientes para conjeturar que el recluso vendía drogas adentro de la cárcel. Ahora se está analizando cómo llegaron las drogas y esa balanza de precisión hasta el interior de la celda, dónde iba el dinero, desde cuando lo venía haciendo y sus contactos para que las drogas entren a la prisión, entre otros interrogantes”, afirmaron los investigadores.
Al descubrirse el bunker, el personal penitenciario comunicó a la Jefatura del Complejo quienes solicitaron la inmediata presencia de la División Drogas Peligrosas Sáenz Peña. Al llegar al lugar, los agentes antinarcóticos incautaron 1 envoltorio de nylon blanco, y en su interior una sustancia amarronada, que luego de realizar pesaje y prueba de campo arrojó un resultado a 1,7 gramos positivo a marihuana.
También secuestraron 3 envoltorios de nylon blanco, y en su interior una sustancia blanquecina, que luego de realizar pesaje y prueba de campo arrojó un resultado a 3,5 gramos positivo a cocaína, más una balanza de precisión, color gris.
Cabe consignar que el recluso está cumpliendo condena por el delito de “Robo Agravado por Lesiones Graves y por el uso de Arma. Hurto Calificado en Concurso Real” con intervención de la Cámara de Ejecución Penal de Sáenz Peña.
Al consultar a la Fiscalía Antidrogas en turno, dispuso el secuestro de la droga y se notifique al detenido. Interviene en el caso la Fiscalía Antidrogas Nº 2 a cargo de la Dra. Andrea Natalia Lovey Pessano (Subrogante), en la causa por “Supuesta infracción a la Ley 23.737 de Estupefacientes” en función de la Ley Nº 2304-N de Narcomenudeo.
Este domingo, en el marco del operativo denominado “Frontera Húmeda”, lanzado por el Gobernador de la Provincia, personal antinarcótico del Dirección General de Consumos Problemáticos, detectó un vehículo que transportaba una gran cantidad de marihuana en el baúl.
La intercepción se dio esta siesta en el paraje Pindó, donde tres ciudadanos fueron aprehendidos y el vehículo en el que circulaban, junto a otras pertenencias que fueron incautadas por los agentes de la división Operaciones Metropolitana. El secuestro se dio en el marco de este operativo diseñado para combatir el narcotráfico, el contrabando y el crimen organizado.
Cerca de las 14, los agentes demoraron el paso de un Renault Logan con tres ocupantes de 24, 36 y 38 años. Mientras ellos exhibían las documentaciones del vehículo, los agentes quisieron revisar la carga del baúl. Allí encontraron siete bolsas arpilleras que tenían 71 paquetes termosellados con cogollos de marihuana.
En total se pesaron 55 kilos y 276 gramos. A su vez, los antinarcóticos hallaron una bolsa con 4,9 gramos de cocaína. Finalmente, incautaron los estupefacientes, el automóvil, tres celulares, 44 mil pesos en efectivo y los tres hombres fueron detenidos y notificados de la causa de “Supuesta Infracción a la Ley de Estupefacientes”.
Evelyn Carrera murió en el Hospital Central después de haberse sometido a una cirugía. Antes, llegó a acusar a un enfermero por haber abusado sexualmente de ella.
Los trabajadores del Hospital Central de Mendoza quedaron en la mira de la Justicia después de que la familia de una paciente que murió días atrás denunciara que la mujer había sido víctima de un abuso sexual mientras estaba internada.
Fue la propia víctima, Evelyn Daiana Carrera, quien a pesar de estar intubada y bajo los efectos de sedantes, el sábado 12 de diciembre logró pedirle ayuda a sus familiares a través de un escalofriante mensaje escrito en una servilleta de papel. “Me violan”, denunció.
Evelyn llevaba en ese momento dos semanas internada en el centro médico, al cual había ingresado por “una gastroenteritis”, detalló su esposo, Pablo Galván, en diálogo con Canal 7 de Mendoza.
Los médicos decidieron operarla pero a raíz de una complicación durante la intervención, la mujer resultó con el intestino perforado y pasó al área de cuidados intensivos. Fue allí donde, durante una visita, su madre y su cuñada recibieron el inesperado pedido de ayuda.
“Cuando entro a la sala, ella me mira y se pone a llorar”, relató Daniela Galván, cuñada de Evelyn, sobre ese dramático momento. Y agregó: “No dejaba de llorar y me hacía señas de que quería escribir”.
Entonces le acercaron una servilleta de papel y una birome y la víctima empezó a escribir. “Al principio no le entendíamos, y ella arrugaba la frente y le pegaba al colchón”, suguió la cuñada. Pero finalmente la víctima pudo completar su mensaje y denunció que un enfermero la había violado.
El fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual, Darío Nora, tomó el caso tras la denuncia de la familia y ordenó los peritajes de rutina para obtener ADN de la víctima. Hasta el momento, sin embargo, no encontraron material genético que permitiera avanzar en la identificación del sospechoso, según indicó el diario local El Sol.
La principal hipótesis apunta a que el abuso se produjo mientras la víctima era higienizada en su habitación, por lo que la fiscalía pidió los registros y revisa las cámaras para individualizar al personal que trabajó en el sector donde estaba alojada en los días previos a la denuncia.
Por otra parte, a partir de la muerte de la denunciante, se inició un nuevo expediente a cargo del fiscal de Homicidios Carlos Torres que busca esclarecer si hubo o no mala praxis durante la operación a la que debió ser sometida la mujer por una afección intestinal, cuadro que le provocó la muerte semanas después.
Evelyn Carrera tenía 35 años y era madre de dos hijos, una adolescente de 15 y un varón de 17.
Afecta a millones de personas que dudan de sus logros. Investigadores del MIT y otras universidades estadounidenses proponen un enfoque más dinámico para enfrentarlo
El “síndrome del impostor” consiste en la creencia persistente de que los logros personales no son merecidos. Las personas que lo experimentan suelen atribuir su éxito a factores externos como la suerte o la ayuda de otros, en lugar de a sus propias capacidades.
No se trata de un trastorno psiquiátrico reconocido. Sin embargo, investigadores de diferentes países lo estudian y ya se ha publicado un trabajo en el que se detallan los cuatro mitos que persisten sobre el síndrome del impostor.
El concepto fue acuñado en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, y el nuevo trabajo, publicado en Academy of Management Annals, derribó las inexactitudes.
La persona con el síndrome cree que el éxito se debe a factores externos como la suerte o la ayuda de otros, en lugar de a las propias capacidades (Freepik)
El análisis fue dirigido por Basima Tewfik, profesora de la escuela de negocios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT Sloan), en colaboración con Jeremy Yip de la Universidad de Georgetown y Sean Martin de la Universidad de Virginia. Fue publicado en laAcademy of Management Annals.
Los autores revisaron 316 artículos académicos y libros para clarificar el fenómeno y propusieron un enfoque más estructurado. “Hacemos muchas suposiciones, pero tal vez estas suposiciones nos están frenando en lugar de impulsarnos hacia adelante”, dijo Tewfik a través de un comunicado.
Cuáles son los mitos sobre el síndrome del impostor
Uno de los mitos es que el síndrome del impostor es permanente (Imagen Ilustrativa Infobae)
El equipo identificó cuatro mitos que no reflejan la realidad:
Que se trata de un fenómeno permanente: Es falso. Los investigadores lo definen como algo dinámico. Tewfik utilizó el término “pensamientos de impostor en el trabajo” para subrayar su carácter fluctuante. “No es algo de lo que estés atrapado para siempre”, explicó la investigadora, y añadió que este enfoque permite explorar estrategias más efectivas para enfrentarlo.
Afecta principalmente a mujeres: Aunque los estudios iniciales se centraron en mujeres profesionales, Tewfik y sus colegas encontraron que este fenómeno afecta a hombres y mujeres por igual. Según el equipo, este mito podría haberse originado en un enfoque limitado de los estudios iniciales.
Es inherentemente negativo: Es falso. También puede tener efectos positivos. Las personas que lo padecen suelen desarrollar una orientación centrada en los demás, lo que puede traducirse en un mejor desempeño en tareas interpersonales. “Adoptan una mentalidad de servicio hacia los demás para compensar sus percepciones de incompetencia”, afirmó Tewfik.
Genera resultados negativos a través de patrones dañinos: No existe una relación causal clara entre el síndrome del impostor y resultados negativos. El estudio indica que los efectos adversos asociados pueden deberse a otros factores subyacentes. Según Tewfik, se necesitan “obtener datos sólidos para entender mejor estas conexiones”.
Cuáles son los síntomas del síndrome del impostor
Los síntomas principales incluyen ansiedad, dificultad para aceptar elogios, y comparación constante con otros (Imagen Ilustrativa Infobae)
El síndrome del impostor es “la sensación de que todos los demás saben exactamente lo que hacen, mientras que tú te sientes perdido porque no crees merecer tus logros”, explicó Susan Albers, psicóloga de la Clínica Cleveland en los Estados Unidos. Entre sus síntomas se encuentran:
Sentimientos de indignidad frente al afecto o la atención.
Miedo irracional al fracaso o al futuro.
Ansiedad relacionada con el desempeño laboral o académico.
Tendencia a minimizar los logros personales.
Dificultad para aceptar elogios o reconocimientos.
Comparación constante con otras personas y sus éxitos.
Atribución del éxito a la suerte o a factores externos.
Según Albers, las personas con el síndrome suelen evitar oportunidades que les permitirían alcanzar su potencial. También tienden a “lanzarse de lleno para tratar de compensar un temor inevitable al fracaso”.
Qué hacer si se detecta el síndrome del impostor
Si se registra síndrome del impostor, se debería hablar con personas de confianza y tomar pequeñas acciones progresivas para recuperar la confianza (Freepik)
Para superar el síndrome del impostor, se pueden desarrollar estrategias que permitan modificar las creencias negativas sobre la propia capacidad. Algunas recomendaciones son:
Separar emociones de hechos: Es importante cuestionar los pensamientos negativos y buscar evidencias concretas que respalden las capacidades propias. Albers afirma: “Solo porque pienses estas cosas no significa que sean verdad”.
Reconocer los logros personales: Mantener un registro de éxitos puede servir como recordatorio tangible en momentos de duda. Conservar premios, mensajes positivos o recuerdos afectuosos como prueba del propio valor.
Evitar comparaciones: Las comparaciones, especialmente con imágenes idealizadas en redes sociales, suelen reforzar sentimientos de insuficiencia.
El síndrome no es inherentemente negativo, ya que puede fomentar una mentalidad de servicio y un mejor desempeño en tareas relacionadas con las interacciones interpersonales (Imagen Ilustrativa Infobae)
Hablar con alguien de confianza: Conversar con un amigo, colega o terapeuta puede dar una perspectiva más equilibrada. Buscar apoyo profesional puede ser clave cuando el síndrome afecta la calidad de vida diaria.
Tomar acción: Es fundamental evitar la parálisis provocada por la duda. Albers sugiere avanzar con pequeños pasos: “Se trata de asegurarse de dar pasos hacia adelante, en lugar de quedar atrapado en la idea de ‘no puedo hacer esto’”.
Aunque el síndrome del impostor no tiene un diagnóstico médico formal, sus efectos pueden impactar significativamente la vida personal y profesional.
En diálogo con Infobae, Juan Eduardo Tesone, profesor de la Universidad del Salvador y de la Universidad de París-Nanterre, en Francia, y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, aclaró: “El síndrome del impostor puede aplicarse a algunas personas e, incluso, en dichas personas, puede ser transitorio o permanente. No es un concepto que se pueda universalizar”.
La sociedad actual puede generar una expectativa excesiva de valoración, lo que, combinado con una baja autoestima o una autoestima desmesurada, puede derivar en una percepción de no merecer dicho reconocimiento (Imagen Ilustrativa Infobae)
“En una sociedad cada vez más narcisista y obsesionada con los éxitos para sentirse reconocida, el reconocimiento del otro ha pasado a ser una expectativa excesiva. Paradójicamente, cuando ese reconocimiento llega, la persona puede sentir que no lo merece”, dijo Tesone.
La exigencia interna puede ser tan desmesurada que nunca está a la altura de las expectativas. “Esto puede ocurrir por una baja autoestima o, paradójicamente, por una autoestima desmesurada, para la cual el reconocimiento nunca es suficiente”, afirmó.
No debe confundirse a los que tienen el síndrome con los verdaderos impostores: aquellos que fingen éxitos que se revelan ficticios. “Por ejemplo, en el ámbito científico, algunos publican trabajos con falsos resultados solo para obtener subvenciones para sus laboratorios. Aunque no es frecuente, este tipo de casos ha existido”, recordó.