Es que una mayoría sólida está en contra de los planteos que el presidente hizo en Davos: seis de cada diez ciudadanos respaldan el matrimonio igualitario; también seis de cada diez sostienen que las medidas ecológicas para proteger el planeta son necesarias; siete de cada diez afirman que se debe garantizar la igualdad de las mujeres en el mundo laboral y seis de cada diez dicen que se deben mantener las políticas de inclusión e igualdad social.
En las vísperas de su intervención en el Foro de Davos, Milei también posteó “zurdos tiemblen, los vamos a ir a buscar”. Esas amenazas, el tono violento, ya fue percibido antes por una mayoría de argentinos: el 55 por ciento evaluó que Milei es un presidente autoritario, frente a un 40 por ciento que afirma que no lo es.
En paralelo, el mandatario se jactó de tener el apoyo del 60 por ciento de la población. Es falso. Su imagen registra 13 puntos menos. Y, lo más preocupante, un 55 por ciento dice que no llega a fin de mes. Con semejante oposición social, es más que difícil que un proyecto como la eliminación del femicidio sea aprobado por el Congreso y, en cambio, el gobierno se expone a movilizaciones multitudinarias.
Las conclusiones provienen de una encuesta, especial para Página/12, del Centro de Estudios de Opinión Pública, que conduce Roberto Bacman.
En total se entrevistaron 1290 ciudadanos de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugar de residencia. Las entrevistas se hicieron por teléfono, en base a ciudadanos que figuran en los sitios de más tránsito de internet. El estudio se concluyó antes del viaje de Milei a Davos, pero establece posturas que los argentinos vienen manteniendo de manera estable desde hace tiempo.
¿Batalla con todas las de perder?
Algún estratega seguramente le dirá a Milei que está pretendiendo afrontar una batalla difícil de ganar, con votos más que improbables en el Congreso y con una previsible -fuerte- movilización popular, al estilo de los pañuelos verdes, pero aún mayor.
“Todo parece indicar que los embates de Milei contra la agenda progresista poseen un bajo respaldo en nuestro país -señala Bacman– . Es más que evidente que tal respaldo está directamente relacionado con la segmentación política: esta agenda progresista no solo está sostenida por los opositores a la gestión Milei. En la mayor parte de los componentes de la agenda incluye a los independientes y hasta llega a incorporar a algunos oficialistas periféricos. En la casi totalidad de los temas de la agenda progresista, el apoyo oscila entre el 58 y el 62 por ciento. En el rechazo, se concentra el núcleo duro que Milei ha construido desde que asumió como presidente. Un segmento que oscila entre el 38 y el 40 por ciento que representa a un electorado de derecha y extrema derecha, muy antiperonista y además opuesto de manera ferviente a los derechos humanos, sociales y a la protección y respeto de las minorías. Tal vez lo más notorio es que tres de cada cuatro argentinos dicen que hay que buscar la igualdad laboral entre hombres y mujeres”.
Es decir que, como señala el titular del CEOP, es una agenda que puede juntar a toda la oposición y además a independientes. El voto en el Congreso, por ejemplo, de la eliminación del femicidio puede poner en marcha una movilización de enormes proporciones, entre otras cosas porque, de aprobarse, habrá numerosos femicidas ya condenados, que recuperarían la libertad por aplicación de lo que se llama la ley más benigna.
Casi todas en contra
El CEOP indagó por casi todos los aspectos de la arremetida de Milei:
El Presidente vinculó las relaciones entre personas del mismo sexo con la pedofilia. En cambio, una nítida mayoría (62 por ciento) respalda el matrimonio igualitario. Pero también hay claro respaldo (57,6 por ciento) a la adopción de niños por parte de las parejas homosexuales.
Milei afirma que el calentamiento global es un invento de los progresistas, chocando con otra nítida mayoría. Apenas el 36,9 por ciento de los argentinos dice que las medidas ecológicas no son necesarias, frente a un 58,7 por ciento que sostiene que el Estado tiene que apoyar las medidas ecológicas.
Nada menos que el 73,1 por ciento afirma que se debe garantizar la igualdad de las mujeres en el mundo laboral, algo rechazado por el mandatario. Milei afirma que es otra creación de la agenda progresista y, sobre todo, que el Estado no se debe meter.
Otra clave a la que el mandatario se refiere con ferocidad es la justicia social. Los datos indican que el 61,1 por ciento de los consultados creen que se deben mantener las políticas de inclusión e igualdad social.
En el único tema en el que, según el CEOP, hay cierta paridad (por la influencia del interior profundo) es en la interrupción voluntaria del embarazo: 48 por ciento en contra y 46 por ciento a favor.
Un presidente percibido como autoritario
“Sin lugar a duda, Javier Milei es percibido como un presidente autoritario -afirma Bacman-. Al menos así lo afirma un 55 por ciento, que a todas luces incluye tanto a los oficialistas duros como a los independientes. Ante esta realidad una pregunta se impone: ¿influye esta opinión en la evaluación tanto de su imagen como la de su gestión? La respuesta es contundente: todo parece indicar que no es decisivo. Por lógica los oficialistas aprueban esta gestión a libro cerrado, les importa el resultado mucho más que la democracia. Esta ideología tiende a crecer en el mundo a pasos agigantados, con el surgimiento de partidos y dirigentes que pregonan y en muchos casos llevan a cabo gobiernos de extrema derecha. ¿Y los independientes? No tienen anclaje ideológico, son básicamente pragmáticos, priorizando lo económico, y se mantienen expectantes”.
¿Tapar la economía?
No son pocos los que creen que Milei va poniendo sobre la mesa distintos temas para sacar del centro de la escena el ajuste y el hecho concreto de que la gente no llega a fin de mes.
“La gestión libertaria -analiza Bacman- tiene la habilidad de instalar un relato económico basado en las promesas, las mentiras y hasta en falsas interpretaciones de ciertos indicadores económicos. Lo cierto es que instaló cierta esperanza, expectativas económicas de que el país mejorará, mucha gente cree que la inflación seguirá bajando y esa confianza contiene a oficialistas e independientes. Esta percepción de la realidad basada en tal relato económico seguirá dominando el escenario mientras la oposición (y el peronismo en particular) ponga en marcha alguna respuesta y tenga la capacidad de generar un relato alternativo que comience a perforar el apoyo de los independientes. Esa franja está sostenida por las expectativas, no por la realidad en concreto”.
Durante su visita a Davos, Milei afirmó que tiene el respaldo del 60 por ciento de los argentinos. Los datos del CEOP desmienten categóricamente esa afirmación. Las opiniones positivas sobre la gestión presidencial redondean el 47 por ciento, con casi el 51 por ciento opinando mal o muy mal. El desahogo principal, el aire, proviene -como señala Bacman- de las dificultades opositoras. Pero, temas como la agenda violenta lanzada por Milei en Davos, pueden unificar en contra a una enorme mayoría que tiene valores progresistas instalados desde hace décadas.
La mitad no llega a fin de mes
Casi la mitad de los argentinos sostienen que no llegan a fin de mes, rebatiendo las afirmaciones que realiza Milei en foros internacionales, principalmente falseando los datos. Sólo el 15,5 por ciento afirma que llega cómodo; un 35,3 por ciento dice que llega justo, un 15,8 que le falta un poco para llegar a fin de mes y un 33,4 que no le alcanza.
Los datos contrastan con afirmaciones del Presidente, señalando que el ingreso de los argentinos subió de 300 dólares a 1.000, o que la economía crece o que los ingresos crecen por arriba de una inflación que hasta el Indec considera desactualizada. Es público y notorio que los más golpeados son los jubilados, con los recortes de todo tipo. Los que reciben la jubilación mínima, que son la gran mayoría, perdieron 12 puntos en 2024, además de las reducciones en los medicamentos y otras prestaciones.
Como señala Bacman, la base de las opiniones positivas que hoy tiene Milei proviene de las expectativas, o sea de la esperanza de que las cosas mejoren, no de los hechos concretos de la vida cotidiana. Puntualmente, el mayor reclamo que surge en la encuesta del CEOP, la mayor preocupación, son los bajos sueldos e ingresos. Y, en segundo lugar, el crecimiento de la pobreza. Recién en el tercer lugar aparece la inseguridad y otras demandas.
Página 12