Incorporarlo en la dieta ayuda a prevenir la resistencia a la insulina, promoviendo patrones alimenticios saludables que pueden reducir riesgos metabólicos importantes
Cuando se habla de frutas ricas en nutrientes, el pomelo se posiciona como una de las más completas. Este cítrico, es reconocido por su sabor agridulce y su bajo aporte calórico. Aunque no es el más popular debido a su amargor, sus beneficios lo convierten en un aliado indiscutible para quienes buscan mejorar su salud. Desde fortalecer el sistema cardiovascular hasta su capacidad antioxidante, el pomelo ofrece un amplio espectro de bondades que respaldan su inclusión en una dieta equilibrada.
Pero no todo son halagos. En la cultura popular, esta fruta ha estado rodeada de mitos, como su supuesta capacidad “mágica” para quemar grasa. Sin embargo, investigaciones recientes han aclarado que su poder radica más en su capacidad para favorecer patrones de alimentación saludables y no en propiedades milagrosas. Más allá de los mitos, su composición rica en vitamina C, flavonoides, potasio y fibra respalda su prestigio en la comunidad científica.
Consumir pomelo no solo ayuda a prevenir enfermedades crónicas, sino que también mejora procesos fundamentales como la digestión y el metabolismo. A continuación, exploraremos los principales beneficios del pomelo y las formas óptimas de incluirlo en la dieta.
Los beneficios del pomelo para la salud
La fibra del pomelo regula la digestión y protege el equilibrio del microbioma intestinal (Unsplash)
El pomelo se distingue por ser una fuente significativa de vitamina C, un antioxidante que protege las células del daño de los radicales libres, fortaleciendo así el sistema inmunológico y contribuyendo a la reparación de tejidos. Además, su contenido de flavonoides ha demostrado ser eficaz en la prevención de enfermedades cardiovasculares, como accidentes cerebrovasculares y arterioesclerosis. Según estudios, estos compuestos mejoran la circulación y reducen los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos.
Por otro lado, esta fruta es un aliado para el sistema digestivo. La fibra soluble presente en las membranas del pomelo ayuda a regular el tránsito intestinal, prevenir el estreñimiento y mantener la salud del microbioma intestinal. Esta fibra también actúa como un prebiótico, estimulando el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, según expertos citados por la American Heart Association.
En el ámbito dermatológico, el pomelo contiene ácido salicílico, conocido por su capacidad para regular la oleosidad de la piel y combatir problemas como la artritis al descomponer depósitos de calcio inorgánico en las articulaciones.
Cómo ayuda el pomelo a prevenir la diabetes
Consumir esta fruta puede ayudar a prevenir diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina
El consumo de pomelo puede ser beneficioso en la prevención de la resistencia a la insulina, un factor clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Sus antioxidantes, como el licopeno y los betacarotenos, reducen la inflamación y mejoran la sensibilidad a la insulina. Además, la fibra soluble ralentiza la absorción de azúcares, ayudando a estabilizar los niveles de glucosa en sangre después de las comidas.
Estudios han señalado que las personas que incorporan cítricos como el pomelo en su dieta tienen menor probabilidad de desarrollar desórdenes metabólicos relacionados con la diabetes. Sin embargo, su consumo debe ser moderado y, en algunos casos, supervisado, especialmente en personas que toman medicamentos específicos.
Cómo consumir pomelo para absorber todos sus nutrientes
Consumir pomelo fresco y preservando su fibra maximiza su impacto digestivo y nutritivo
Para aprovechar al máximo los beneficios del pomelo, es recomendable consumirlo fresco y, preferiblemente, entero. Al pelarlo como una naranja y comerlo en secciones, se preservan las membranas ricas en pectina, un tipo de fibra que ayuda a reducir el colesterol y mejora la salud digestiva. Otra forma interesante de consumirlo es en ensaladas, combinado con vegetales verdes y palta, o en salsas con cilantro y pimientos, ideales para acompañar pescados.
Según Karen Collins, dietista especializada en prevención de enfermedades cardiovasculares, el pomelo no debe refrigerarse por largos periodos, ya que esto puede afectar su sabor. Si bien se conserva por semanas en la heladera, es preferible servirlo a temperatura ambiente para disfrutar de su mejor calidad.
Cuánto pomelo se puede consumir por día
El consumo diario de pomelo debe ajustarse a las necesidades individuales y posibles restricciones. Una porción recomendada es la mitad de un pomelo mediano al día, que aporta 41 calorías, una cantidad significativa de vitamina C y un impulso refrescante. No obstante, quienes tomen medicamentos como estatinas o bloqueadores de los canales de calcio deben consultar con un médico, ya que el pomelo puede interferir con la metabolización de estos fármacos.
El valor nutricional del pomelo
Estudios respaldan que incluir cítricos como el pomelo reduce riesgos metabólicos
En términos nutricionales, 100 gramos de pomelo contienen aproximadamente:
Energía: 28-41 kcal
Agua: 86-90 g
Fibra: 1-2 g
Vitamina C: 37-45 mg
Potasio: 140-150 mg
Ácido fólico: 14 mcg
Estos nutrientes lo convierten en una fruta hidratante, con bajo contenido calórico y rica en componentes esenciales para el organismo. Además, su contenido de licopeno es comparable al de un tomate mediano, lo que lo posiciona como un antioxidante natural ideal para prevenir el daño celular.
El pomelo, más allá de su agridulce reputación, es un superalimento que merece un lugar destacado en nuestras mesas. Incorporarlo de forma regular, con moderación y precaución en casos específicos, puede marcar una diferencia significativa en la salud general.
Con solo tres ingredientes y unos simples pasos, se puede preparar esta bebida icónica de América Latina, perfecta como refresco
El agua de Jamaica es una bebida icónica de América Latina, conocida por su fuerte color rojo y su sabor inconfundible, que equilibra lo dulce con un sutil toque ácido.
Con raíces tradicionales en la gastronomía mexicana, el agua de Jamaica es una preparación sencilla que se puede personalizar fácilmente.
Desde un toque cítrico con limón hasta variaciones en el nivel de dulzor, su versatilidad permite adaptarla a todos los paladares. Su historia y sabor la convierten en un clásico que invita a disfrutar y compartir, ideal para cualquier ocasión del día.
Sus propiedades diuréticas y su alto contenido en antioxidantes la hacen popular (Imagen Ilustrativa Infobae)
Receta de agua de Jamaica
Se elabora con flores secas de hibisco, conocidas como “jamaica”, y es perfecta para acompañar comidas o simplemente refrescarse en un día de calor. Además de su delicioso sabor, es conocida por sus propiedades diuréticas y su alto contenido en antioxidantes.
Ingredientes
2 tazas de flores secas de jamaica.
2 litros de agua.
1 taza de azúcar (ajustable a gusto).
Opcional: jugo de 1 limón o rodajas de limón para decorar.
Tiempo de preparación
Tiempo total: 20 minutos.
Preparación: 5 minutos.
Cocción y reposo: 15 minutos.
Cómo hacer Agua de Jamaica, paso a paso
Enjuagar las flores de jamaica en un colador bajo agua corriente para eliminar posibles residuos o impurezas.
Hervir 1 litro de agua en una olla. Cuando esté en ebullición, agregar las flores de jamaica y apagar el fuego. Dejar reposar durante 10 a 15 minutos para que se infusionen bien.
Colar el líquido para separar las flores y quedarse con la infusión.
En una jarra grande, mezclar la infusión con el litro de agua restante y endulzar con azúcar a gusto. Remover bien hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Si se desea, agregar jugo de limón para un toque más cítrico. Servir con hielo y decorar con rodajas de limón si se prefiere.
¿Cuántas porciones rinde esta receta?
Esta receta rinde aproximadamente 8 vasos medianos de agua de Jamaica.
La preparación rinde aproximadamente 8 vasos medianos y puede durar hasta 5 días refrigerada (Imagen Ilustrativa Infobae)
¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?
Cada vaso de agua de Jamaica contiene aproximadamente:
Calorías: 70 (dependiendo de la cantidad de azúcar).
Carbohidratos: 18 g.
Azúcares: 16 g.
Grasas: 0 g.
Proteínas: 0 g.
Estas son estimaciones y los valores pueden variar dependiendo de los ingredientes específicos y la cantidad de azúcar utilizada.
¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?
El agua de Jamaica puede conservarse en la heladera hasta 5 días si se guarda en un recipiente hermético.
Se trata de una hoja verde clave para mantener estables los niveles de azúcar en el cuerpo y fortalecer el sistema inmunológico.
Cuando se busca una dieta saludable, es crucial considerar alimentos contra la diabetes que ayuden a regular la glucosa y fortalecer las defensas del cuerpo. Uno de los ingredientes menos apreciados pero altamente efectivos en esta tarea es el berro.
Este vegetal de hoja verde no solo resulta versátil en la cocina, sino que también aporta beneficios significativos para la salud, especialmente para quienes desean mantener sus niveles de glucosa estables y proteger su sistema inmunológico. Incorporar berros a la dieta diaria puede ser una forma natural y deliciosa de mejorar el bienestar general.
Una ensalada contra la diabetes: cuál es la función de la glucosa en el cuerpo
La glucosa es el principal combustible que el cuerpo utiliza para obtener energía. Se encuentra en alimentos ricos en carbohidratos como frutas, pan, arroz y pastas. Una vez consumidos, estos alimentos se descomponen en azúcares simples que ingresan al torrente sanguíneo. Sin embargo, el control adecuado de estos niveles de azúcar es fundamental.
Cuando la glucosa se mantiene dentro de rangos normales, permite el funcionamiento óptimo de órganos como el cerebro, el corazón y los músculos. Tener niveles de glucosa demasiado bajos (hipoglucemia) o demasiado altos (hiperglucemia), puede generar serias complicaciones.
La hipoglucemia ocurre cuando los niveles de azúcar en la sangre caen por debajo de los valores normales, lo que puede causar síntomas como temblores, mareos, confusión y, en casos graves, pérdida del conocimiento. Esta condición es particularmente peligrosa para personas con diabetes que toman medicamentos para reducir la glucosa.
La hiperglucemia, en cambio, ocurre cuando los niveles de glucosa permanecen elevados durante un tiempo prolongado.
Esto puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios, y aumentar el riesgo de complicaciones graves como enfermedades del corazón, daño renal y problemas de visión. Por eso, mantener un equilibrio en los niveles de glucosa es crucial para prevenir daños a largo plazo.
El berro como aliado para regular la glucosa
El berro es una planta acuática perteneciente a la familia de las crucíferasy se destaca por ser un alimento poderoso para controlar la glucosa en sangre. Su bajo índice glucémico asegura que no provoque picos de azúcar, haciéndolo ideal para personas con diabetes o quienes buscan prevenirla.
Contiene compuestos antioxidantes como los flavonoides, que ayudan a proteger las células del daño oxidativo y mejoran la sensibilidad a la insulina. Uno de los mayores beneficios del berro es su alto contenido de fibra, que ralentiza la absorción de azúcares en el intestino, evitando aumentos repentinos de glucosa.
También es una excelente fuente de vitaminas, como la C y la K, y de minerales como el calcio y el magnesio, todos esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo.
Al incluir berro en las comidas, no solo se contribuye a estabilizar los niveles de glucosa, sino que también se refuerzan las defensas del sistema inmunológico.
El berro, contra la diabetes y las infecciones
Además de su impacto positivo en el control de la glucosa, el berro ofrece otros beneficios importantes. Su riqueza en vitamina C fortalece el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Esto es particularmente relevante para personas con diabetes, quienes pueden ser más propensas a infecciones debido a un sistema inmunológico debilitado.
El consumo regular de berro también apoya la salud cardiovascular. Sus antioxidantes ayudan areducir la inflamación y proteger los vasos sanguíneos del daño causado por niveles altos de glucosa. Esto reduce el riesgo de enfermedades como la arteriosclerosis y la hipertensión.
Cómo incluir el berro en las comidas
Integrar el berro en las comidas diarias es sencillo. Su sabor ligeramente picantecombina bien en ensaladas, sándwiches, sopas y licuados.
Para potenciar sus beneficios, se puede combinar con otros alimentos ricos en fibra y antioxidantes como las espinacas, el aguacate o las nueces.
De esta manera, se crea una dieta equilibrada que contribuye tanto al control de la glucosa como al fortalecimiento general del cuerpo.
Un estudio liderado por investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann podría transformar el entendimiento de las enfermedades inflamatorias. De qué manera el complejo multiproteico hallado podría predecir la respuesta inmunológica en esas patologías
*Este contenido fue producido por expertos del Instituto Weizmann de Ciencias, uno de los centros más importantes del mundo de investigación básica multidisciplinaria en el campo de las ciencias naturales y exactas, situado en la ciudad de Rejovot, Israel.
Un estudio realizado en el laboratorio del profesor Eran Elinav en el Instituto de Ciencias Weizmann recibió un impulso inesperado gracias al acuerdo de paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos. A raíz de este acuerdo, Elinav fue invitado a una conferencia científica en Dubai.
De camino a las sesiones, compartió un taxi con un inmunólogo alemán, el profesor Eicke Latz, y se enteró de que, sin que ninguno de los dos lo supiera, habían estado trabajando en el mismo tema. “El profesor Latz me habló de un complejo proteico asombroso que estaba estudiando y yo le dije que mi laboratorio estaba estudiando exactamente el mismo complejo”, recuerda Elinav. “Comenzamos a intercambiar ideas de una manera que ayudó a ambas partes a completar las piezas que faltaban”.
El complejo que tanto fascinó a ambos equipos es un nuevo tipo de inflamasoma, es decir, uno de los haces de proteínas con forma de flor que sirven como “detectores de humo” del sistema inmunológico, alertándolo de infecciones o daños en los tejidos. A diferencia del detector de humo de la cocina, estos se ensamblan de nuevo para cada amenaza. Una vez que identifican el peligro, desencadenan una producción masiva de sustancias químicas inflamatorias llamadas citocinas, que luego minimizan el daño tisular al eliminar las células infectadas o dañadas.
Cuando los detectores no hacen su trabajo correctamente, esta respuesta inflamatoria protectora no puede seguir su curso adecuado y el resultado puede ser una inflamación descontrolada que conduce a la enfermedad. Por lo tanto, una comprensión profunda de la función del inflamasoma podría ayudar a desarrollar nuevas terapias para una variedad de trastornos inflamatorios.
Los investigadores comprobaron que NLRP10 detecta daños en las mitocondrias y desencadena respuestas inmunológicas. De izquierda a derecha: Prof. Eran Elinav, Dr. Suhaib K. Abdeen, Dra. Lara Kern, Dr. Gayatree Mohapatra y Dr. Hagit Shapiro (Instituto Weizmann)
Por eso, el equipo de Elinav se embarcó en la búsqueda de un nuevo inflamasoma. De hecho, Elinav llevaba mucho tiempo interesado en este tema. Durante su investigación posdoctoral, había identificado un nuevo inflamasoma que fue el primero de su tipo en ser descubierto: el NLRP6. Está presente principalmente en las células epiteliales del intestino (las células que forman el revestimiento intestinal), mientras que los cinco inflamasomas que se conocían en ese momento funcionan en las células inmunes.
Cada tipo de inflamasoma está orientado a detectar un tipo diferente de amenaza, lo que garantiza una respuesta rápida y precisa. Algunos inflamasomas, por ejemplo, detectan ADN en lugares donde no debería estar, es decir, en el citoplasma de la célula, donde probablemente sería un signo de una infección bacteriana, viral o fúngica o de un estrés no infeccioso para la célula.
La búsqueda de otro nuevo inflamasoma comenzó con un misterio. Los inflamasomas dependen de proteínas sensoras que pertenecen a la misma familia, pero difieren un poco entre sí, dependiendo del tipo de amenaza que identifican.
Un miembro de la familia de proteínas sensoras, llamado NLRP10, desconcertó a los científicos porque parecía que podría estar en el núcleo de un inflamasoma, excepto que carecía de una unidad sensora crucial que se encuentra en sus hermanas. Y un detector de humo al que le falta un componente sensor no puede funcionar. Los científicos estaban desconcertados en cuanto a las funciones que la proteína NLRP10 podría desempeñar en el cuerpo.
Este inflamasoma podría servir para desarrollar nuevos fármacos contra enfermedades inflamatorias crónicas (Instituto Weizmann)
El equipo de Elinav, encabezado por los doctores Danping Zheng, Gayatree Mohapatra y Lara Kern, abordó esta cuestión estudiando ratones en los que se descubrió que expresaban la proteína NLRP10 en el corazón, la piel y el revestimiento del intestino.
Al crear ratones modificados genéticamente que carecían de NLRP10 en las células del revestimiento intestinal y compararlos con ratones normales en una serie de diversos experimentos, los investigadores pudieron demostrar que la NLRP10 es capaz de formar un tipo de inflamasoma hasta ahora desconocido. Esto sugiere que, a pesar de carecer de la unidad de detección clásica, la proteína NLRP10 tiene otras capacidades de detección.
Los científicos revelaron entonces el mecanismo de acción del inflamasoma NLRP10, demostrando que se especializa en detectar daños en las mitocondrias, las centrales energéticas de las células, que se encuentran entre los primeros orgánulos que se ven afectados en caso de infección o lesión tisular. En el momento en que las mitocondrias sufren una alteración en varias células, el inflamasoma NLRP10 capta la señal de peligro, desencadenando una respuesta inmunitaria local que conduce a la muerte de esas células.
Pero quizás lo más importante es que los investigadores demostraron que el inflamasoma NLRP10 podría desempeñar un papel en la prevención de la enfermedad inflamatoria intestinal. Esta enfermedad puede comenzar con un daño en el revestimiento del intestino causado por un proceso autoinflamatorio autodestructivo.
Los microbios intestinales (denominados colectivamente microbioma) entran entonces en contacto con la parte del intestino que normalmente está libre de gérmenes, lo que desencadena una respuesta inflamatoria potente y dañina. A menos que se contenga de inmediato, dicha respuesta puede progresar hasta causar un daño masivo en el intestino.
El inflamasoma NLRP10 actúa principalmente en células epiteliales de la piel e intestinos (Imagen Ilustrativa Infobae)
En el estudio, los investigadores demostraron que los ratones que carecían de un inflamasoma NLRP10 funcional en el revestimiento del colon tenían muchas más probabilidades que los ratones de control de desarrollar una enfermedad inflamatoria intestinal grave o incluso mortal cuando se lesionaba dicho revestimiento. Al parecer, esto se debía a que sin NLRP10, el primer paso del proceso de curación (contener y eliminar el daño inicial) no se activaba.
Mientras tanto, Latz y su equipo de la Universidad de Bonn abordaron las mismas cuestiones desde una perspectiva diferente: realizaron estudios bioquímicos en el tejido cutáneo y llegaron a conclusiones similares a las de los investigadores de Weizmann: demostraron que el inflamasoma NLRP10 detecta daños en las mitocondrias de las células cutáneas y sugirieron que las disfunciones en este tipo de sensor recién descubierto podrían desempeñar un papel en las enfermedades inflamatorias de la piel.
“Este descubrimiento añade un componente fundamental a nuestra comprensión de las funciones de las células epiteliales como células inmunes auténticas que proporcionan una primera capa de protección activa y altamente regulada contra las amenazas entrantes”, afirma Elinav. “El siguiente paso es averiguar si el nuevo inflamasoma funciona en humanos de la misma manera que en ratones. Entonces podríamos ser capaces de crear un fármaco que lo active, para acelerar la curación o prevenir el daño a los tejidos que se produce en las enfermedades inflamatorias de la piel o los intestinos”.
Los participantes del estudio incluyeron al Dr. Yiming He, el Dr. Merav D. Shmueli, el Dr. Rafael Valdés-Mas, la Dra. Aleksandra A. Kolodziejczyk, Miguel Camacho Rufino, Emmanuelle Ceddaha, Sandy Shimshy, Ryan James Hodgetts, el Dr. Mally Dori-Bachash, Dr. Christian Kleimeyer, Kim Goldenberg, Dra. Melina Heinemann, Dra. Hagit Shapiro, Prof. Yifat Merbl y el Dr. Suhaib K. Abdeen del Departamento de Inmunología de Sistemas de Weizmann; el Dr. Tomasz Próchnicki, Matilde B. Vasconcelos y el Prof. Eicke Latz de la Universidad de Bonn; Lena Schorr, Franziska Hertel, Ye Seul Lee y el Dr. Jens Puschhof del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ), Heidelberg, Alemania; La Dra. Noa Stettner y el Prof. Alon Harmelin del Departamento de Recursos Veterinarios de Weizmann; el Prof. Minhu Chen de la Universidad Sun Yat-sen, Guangzhou, China; y el Prof. Richard A. Flavell de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.