Detrás de una estabilidad mayor a la prevista, la inflación a la baja y el superávit fiscal, los salarios se han deteriorado, el Estado retrocede en ciencia y educación, las jubilaciones están por los suelos y, una vez más, un gobierno de derecha negocia un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El mandatario ultra Javier Milei celebra por todo lo alto la tendencia a la baja de la inflación registrada en los últimos meses, después de haber alcanzado un 25,5% en diciembre de 2023 producto de la devaluación que él mismo decidió. Si en mayo fue del 4,2%, en noviembre se ubicó en el 2,4%, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec). La inflación interanual llegó al 166%, mientras que la acumulada en lo que va del año fue del 112%.

“Como toda política de shock, el índice arrancó en 25,5 producto de la gran devaluación del 118%, y luego el camino ha sido descendente. Tanto el Gobierno de Alberto Fernández (peronismo de centroizquierda) como el de Mauricio Macri (conservador) tardaron varios años en llegar a ese nivel de inflación acumulada”, dice a elDiario.es Guido Agostinelli, economista y autor del libro Experimento libertario.

Salarios y las jubilaciones

El experto se muestra escéptico del éxito económico que reivindica un Ejecutivo que ha “hecho los deberes con los mercados”. “Un dato central es el deterioro de los ingresos: el salario registrado cayó un 4% en el sector privado, un 20% del sector público, un 30% el salario mínimo y la jubilación cayó un 13%.

El Gobierno ya dijo que en 2025 no va a homologar aumentos de sueldos por encima del 1% mensual. Eso de libertario no tiene nada. Además, el desempleo registrado del tercer trimestre se ubica en un 6,9%, cuando con Alberto Fernández era del 5,7%”, dice.

Milei había prometido que “el ajuste más grande de la historia” lo pagaría exclusivamente “la casta”. Sin embargo, la motosierra se ensañó con las universidades, los científicos, los pensionados y los trabajadores. De los cuatro puntos del PIB que recortó en gasto público, un 28% corresponde a las jubilaciones, según explica a elDiario.es Pablo Tigani, máster en Política Económica Internacional.

En 2024, la inversión en educación pública cayó un 40% en comparación con 2023. Además, el presidente vetó un aumento del presupuesto de las universidades.

El economista devoto de la Escuela Austríaca ha recibido elogios del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cuyos gurús de la eficiencia gubernamental, Elon Musk y Vivek Ramaswamy, parecen dispuestos a replicar sus recortes presupuestarios en Estados Unidos.

¿Otra vez el FMI?

El FMI, que aprobó un rescate para Argentina en 2018 durante el Gobierno de Macri, el mayor de la historia del organismo, prevé que la economía del país se contraiga un 3,5% en general este año, tras una contracción del 1,6% el año pasado. Al mismo tiempo, el Fondo destaca los “resultados impresionantes” de Argentina en la implementación de su programa de estabilización económica, incluyendo la reducción de la inflación y el superávit fiscal.

Días atrás, el organismo internacional confirmó que hay negociaciones en curso para un nuevo acuerdo con Argentina. El nuevo programa debe contemplar la refinanciación de los 44.000 millones de dólares provenientes del stand by que firmó Macri en 2018, que fue redefinido en 2022 y luego ajustado en enero de este año tras la llegada al poder de Milei. El actual programa de Facilidades Extendidas, firmado en marzo de 2022, expira al finalizar 2024.

Pablo Tigani cree que el Ejecutivo de Milei hace marketing y desinforma al ciudadano de a pie de la realidad económica. “Si no hay déficit fiscal y no se está emitiendo, entonces, ¿por qué vuelven a negociar un préstamo con el Fondo? Porque hacen carry trade, bicicleta financiera. No es un delito, pero en Argentina representa una injusticia enorme”, dice a elDiario.es.

La “bicicleta financiera” o carry trade es un mecanismo en el que empresas y ahorristas cambian dólares por pesos, invierten esos pesos en instrumentos que ofrecen altas tasas de interés, y luego vuelven a comprar dólares, aprovechando el diferencial de rendimiento. “En 2024, quienes apostaron a esta operación ganaron 50% de mínima y hasta 90% los que compraron instrumentos ajustables por inflación”, agrega el experto.

A todo esto, la economía argentina recibió un golpe de fortuna: el resultado de blanqueo de capitales, con el que 23.000 millones de dólares ingresaron al circuito legal en dos meses.

Agostinelli señala que la sensación de clima alentador es provocada por el atraso cambiario, que se refiere a cuando el precio de bienes y servicios de una economía está atrasado con respecto a un grupo de países con los que se efectúa transacciones comerciales.

“Este Gobierno se enamora del atraso cambiario, que genera un efecto de ancla en los precios”. Y sigue necesitando divisas estadounidenses. “En 2025, vencen 20.000 millones de la deuda; se requieren dólares para importar, también ante la brecha turística porque se reciben menos turistas, ahí es donde entra la nueva negociación con el FMI”, dice el economista.

El número de extranjeros que visitaron Argentina en noviembre pasado cayó un 29,2% interanual, hasta 855.000 personas, según un último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La caída en las cifras se relaciona con un tipo de cambio que ya no es favorable para los extranjeros como sí lo fue en 2023.

Ante una nueva solicitud de préstamo, el organismo crediticio internacional es probable que imponga un condicionamiento central: la apertura del “cepo” (una restricción cambiaria que impide el libre flujos de capitales y contiene la salida de reservas del Banco Central). “¿Hasta dónde subirá el dólar cuando se libere el mercado de cambio? Es un terreno inexplorado”, confluye el economista Agostinelli.

Al parecer, el Gobierno ultraliberal mantendría el atraso del tipo de cambio con cepo hasta las elecciones legislativas de octubre de 2025.

 

El Diario Ar