Hace cuatro décadas, el club Xeneize vivía su crisis más profunda. La intervención estatal en manos de Federico Polak y el reordenamiento institucional conducido por Antonio Alegre
Federico Polak, el interventor, en su despacho de la Bombonera
El hombre detuvo su marcha. Había llegado a destino. El mismo de tantas otras veces, pero esta oportunidad era distinta. Estaba al tanto de la situación y no dudó en ir hasta allá. Conocía el camino de memoria. El colectivo 39 desde Balvanera, para bajarse en la Avenida Patricios y desde allí caminar un puñado de cuadras. Brandsen 805. Una dirección que aprendió desde pibe, casi al mismo tiempo que la de su casa. No era día ni horario de partido. Había leído en los diarios que aquel 4 de diciembre del ‘84, su amada Bombonera iba a ir a remate, como coronación del caos que gobernaba a Boca desde hacía varios años. Algún duende misterioso lo llevó hasta ahí. Quizás para verla por última vez. O para intentar con sus ganas y su pasión, torcer un destino que parecía inevitable.
La crisis de Boca. Los medios ya habían agotado todos los sinónimos posibles para referirse a ese grande a la deriva, que estaba afrontando su hora más dolorosa. ¿Cuándo comenzó la debacle? Alguno podría decir en los últimos años de Alberto J. Armando en el poder. O en aquella aventura llamada Maradona, en medio de un país que inmediatamente después del pase, cambió las reglas de juego, con una feroz devaluación que lo envió a la lona. Es que Boca pareció eso. Un boxeador que supo de grandes veladas, pero que dilapidó las riquezas. Ahora andaba con el paso vacilante, sin poder mantenerse en pie.
La temporada ‘84, tan errante en lo institucional como en lo deportivo, con una huelga de los futbolistas profesionales lo obligó a afrontar seis partidos del torneo de primera división con chicos de las inferiores. Cinco derrotas y un empate fueron la lógica consecuencia. El domingo 11 de noviembre, luego de caer 4-1 frente a River en el Monumental, lo poco que quedaba de la dirigencia del club, pidió la intervención al gobierno nacional, ante una crisis terminal.
Federico Polak, asumiendo como interventor en Boca
Se suponía que quien iba a tomar a su cargo la delicada situación era la Secretaría de Deportes, comandada por Osvaldo Otero, años después presidente de Racing, secundado por un hombre de vasta experiencia en el Rugby, como Rodolfo O´Reilly. Sin embargo, como se trataba de una asociación civil acéfala y en cesación de pagos, tomó parte el Ministerio de Educación y Justicia. El titular era Carlos Alconada Aramburú, quien llamó a uno de sus asesores para plantearle la situación. Era Federico Polak. En su libro “Armando a Macri. Memoria del interventor”, puntualizó como fueron aquellos días febriles.
“El ministro me dijo: ‘La situación es un desastre. Hay que ir, ordenar el pasivo, organizar el club, sanearlo, reconstruir la dirigencia, ponerlos de acuerdo y después llamar a elecciones. Habría que hacerlo ahora. Urge evitar la quiebra y el concurso hasta que se elijan nuevas autoridades. Que sea una intervención técnica, no política. ¿No se anima Federico, que le parece? No hay un peso. Es un asunto feo, le puede ir mal’”.
La respuesta fue afirmativa y entonces el ministro le dijo que fuera a la Secretaría de Justicia para asumir inmediatamente. Eran horas agitadas en el viernes 30 de noviembre. Por la noche, Polak se dirigió a la Bombonera, donde el inspector general de justicia lo puso en funciones. Como un reflejo de la acuciante situación, todo estaba en penumbras, por eso unas de las primeras cosas que tuvo que hacer el interventor fue dirigirse a la empresa de luz (SEGBA) para evitar el corte del suministro eléctrico. Aunque parezca mentira…
Guillermo Cóppola, Federico Polak, Ricardo Gareca, el dirigente Roberto Lucke y Oscar Ruggeri. Primera reunión por la situación de los pases de los jugadores
Dos días más tarde, Boca enfrentaba como local a Huracán por la 35° fecha del campeonato. Pero no en la Bombonera, que estaba con peligro de derrumbe y apuntalada con maderas, a tono con el estado general de la institución. A comienzos de noviembre, al jugar frente a Chacarita, el partido se suspendió por incidentes entre las hinchadas. La determinación del Tribunal de Disciplina fue sancionar ambos clubes, obligándolos a que cada vez que debían actuar como locales, tendrían que hacerlo a más de 50 kilómetros de sus respectivos estadios. Por eso los Xeneizes, ante apenas 3100 espectadores, igualaron en uno con el Globo en la cancha de Sarmiento de Junín. La aparición de los promedios en la temporada anterior era un bálsamo para Boca, porque en las posiciones sumaba apenas 25 puntos en 32 partidos y solo tenía por detrás en la tabla a Atlanta, Rosario Central y Huracán. Desde hacía tres jornadas, ya habían regresado los profesionales, aunque no se alistaban por el conflicto, sus tres más importantes figuras de aquel tiempo, Hugo Gatti, Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca. Polak viajó con la delegación y se presentó de manera oficial al plantel.
El día tan temido había llegado. El interventor sabía que tenía muchos desafíos por delante, pero el principal, el que iba a condicionar toda su tarea, era poder evitar el remate de la Bombonera. Montevideo Wanderers pretendía cobrar una vieja deuda en dólares por el pase de Ariel Krasouski, producido en marzo del ‘81. Federico Polak acordó un encuentro con el abogado del club uruguayo de apellido Saruba, a quien le fue completamente sincero: “Boca no puede pagar la deuda. Menos aún con los intereses y las costas. Deme tiempo, busco la garantía de la AFA y hacemos un convenio. Vamos a ver al juez y le pedimos que deje en suspenso el remate hasta que me reúna con Grondona”. Su interlocutor aceptó, dejando clara su posición: “Si veo que no hay solución, o que como de costumbre, Boca no cumple, sigo adelante con el remate. Estoy harto de los engaños y las chicanas de este club”.
La asunción de Antonio Alegre el 6 de enero del ’85. Abrazo con Alberto J. Armando, con la presencia de Carlos Heller
Horas agitadas y momentos que serían cruciales en el futuro cercano de la institución. El interventor entendía la posición de Wanderers de querer cobrar, pero razonaba con lógica que la Bombonera solo le puede servir a Boca, que no le sería útil a ningún posible comprador. Exhibió estos argumentos frente a un Julio Grondona que lo escuchó casi en silencio durante media hora. Luego, le expuso una posición irreductible: “La AFA ya es acreedora de Boca y no pondrá allí más dinero”. Polak le solicitó que avale el acuerdo con la institución uruguaya para evitar el remate, jugándose la última carta, ofreciendo como contragarantía a La Candela, el ya descuidado predio que Boca poseía en la localidad de San Justo. Grondona pensó, cambió de semblante y opinión: “Cuente con la AFA. Vaya para adelante, pero piense como obtener recursos genuinos. Si no se las ingenia para hacerse del dinero, de poco le va a servir que la AFA lo ayude con lo del remate, porque los problemas los seguirá teniendo”.
Fue una jugada de alto riesgo. Pero salió muy bien, porque el aval de AFA fue suficiente para los dirigentes de Wanderers, que mostraron predisposición para el acuerdo y quedó confirmado el levantamiento del remate y un plan de pagos hasta saldar la deuda. La catarata de problemas continuaba por Brandsen 805, pero el escollo más pesado había sido salvado.
Aquella temporada ‘84 arrancó para ser la del repunte. Un equipo con jugadores destacados como Ricardo Gareca, Oscar Ruggeri, Hugo Gatti y Roberto Mouzo, más un buen entrenador como el Zurdo López. La historia comenzó con el pie derecho, ganando la Copa de Oro en Mar del Plata, con un categórico 3-0 ante River. Parecía ser un candidato para el Nacional. Un torneo corto, ideal para aprovechar el envión. Sin embargo, allí se iniciaron las penurias deportivas, con una increíble eliminación, quedando tercero en una zona de cuarto.
En lo institucional, se dio una situación similar, con las flamantes autoridades. Domingo Corigliano había ganado las elecciones en diciembre, el día posterior a la asunción de Raúl Alfonsín. Prometió poner al día al plantel y terminar con los viejos problemas de deudas atrasadas. Fue un veranito, como el de los resultados dentro de la cancha. Apenas cayeron las primeras hojas del otoño, ya se hablaba nuevamente de los desencuentros. Dentro de la cancha le pasaban cosas insólitas. En la primera fecha del torneo de primera división, Ricardo Gareca le protestó airadamente al árbitro Abel Gnecco por la expulsión de su compañero José Orlando Berta. El juez aún mantenía en alto la tarjeta roja y el delantero se la sacó de un manotazo que le costaría una suspensión de 10 fechas. Era un vacío imposible de llenar, por su capacidad como goleador. Se lo intentó suplir dando un golpe de efecto, con la contratación del máximo artillero del fútbol uruguayo: Fernando Morena. Lejos del mejor nivel, en su segundo partido, ante Platense, ejecutó un penal sobre la hora con el score 2-2, que le fue atajado por el lateral derecho López Turitich, arquero improvisado por la lesión de Puentedura y habiendo agotado los cambios.
La asunción de Antonio Alegre el 6 de enero del ’85. Firma el libro de actas observado por Polak, Armando y Heller
Por los malos resultados, se fue el Zurdo López y llegó Dino Sani. Un brasileño que había actuado en el club en sus tiempos de jugador y ahora llegaba como entrenador, sin demasiado conocimiento del fútbol argentino. Las cosas tampoco se encaminaron con él, que fue el técnico de la increíble jornada donde Boca hizo de local contra River en el Monumental. Un par de meses más tarde, en una búsqueda desesperada por conseguir ingresos, el plantel se embarcó a una gira, que bien podría ser como el disco de los Beatles, porque tuvo mucho de mágica y misteriosa. Fueron 10 partidos en 29 días tocando 8 ciudades diferentes entre Europa y centro América, con dos situaciones insólitas que marcaron lo que fue aquel año. El 21 de agosto fue goleado por el Barcelona 9 a 1, en uno de los peores resultados de su historia. El 17 de septiembre, en la victoria 2-1 ante el Atlas de Guadalajara en California, el Loco Gatti ingresó en el segundo, pero para actuar como jugador de campo, ante la lesión de Berta y por no quedar más futbolistas en el banco de suplentes…
Después llegó la huelga de los profesionales por falta de pago. El vía crucis de los chicos de inferiores, poniendo la cara ante rivales que, con lógica, los superaban en experiencia y preparación. La intervención como última alternativa, que estaba encaminando las cosas mucho más rápido de lo previsto. El domingo 9 de diciembre, el equipo, con el regreso de Oscar Ruggeri a la titularidad, luego de un mes y medio, perdió claramente ante Instituto en Córdoba por 4-2. Dos días más tarde, en la sede del club, se produjo una reunión para tratar de solucionar otro tema candente: la situación contractual de Gareca y el propio Ruggeri, los más cotizados del plantel, que debían quedar libres el 31 de diciembre, al haber jugado las últimas dos temporadas sin renovación del convenio. Del cónclave tomaron parte Polak, los dos futbolistas y su representante, Guillermo Cóppola.
Los jugadores fijaron su posición. El Cabezón dijo: “Mi situación está clarita, no se para que se le quiere seguir dando vueltas. Yo me quiero ir de Boca, porque no aguanto más a nadie. Esto no se trata de dinero, aunque nunca me gusta perder ni un peso y este año los directivos me causaron grandes perjuicios económicos. Estoy distanciado de un montón de gente. Entonces, ¿para qué insistir?”. El Flaco tenía otra visión: “Voy a tratar a Boca como a cualquier club que se interese en mis servicios. Si quieren que me quede, que me paguen lo que valgo. El resto importa poco. Aunque no comparta la decisión de otros muchachos, la respeto”.
Ricardo Gareca y Óscar Ruggeri pasaron de Boca a River
El final de la historia es conocido por todos. En su libro de memorias, Polak señala el lunes 17 de diciembre como día clave. Allí recibió un llamado de Hugo Santilli, presidente de River. Se concretó el encuentro, donde se habló de la transferencia de ambos jugadores. El interventor puso sobre la mesa de negociación, además del dinero, los pases de dos futbolistas para que pasen a Boca en parte de pago: Carlos Tapia y Julio Olarticoechea. Entonces Santilli, con el visto bueno de Gareca y Ruggeri, por intermedio de Cóppola, fue a ver a Julio Grondona. Se encontró con una respuesta inesperada: “Mirá Hugo, no se puede desmantelar al club. Boca está muy mal. Ellos dos son lo mejor que tienen. Pensá como protegerlo”. Sin embargo, el acuerdo no fue tan fácil. En el mes de enero hubo 15 días de huelga decretada por Agremiados hasta que finalmente Boca le dio la libertad de acción y firmaron para River. Al mismo tiempo, Tapia y Olarticoechea pasaron al bando Xeneize, donde tendrían muy destacadas actuaciones, hasta llegar a la selección, donde se consagraron campeones del mundo en México.
En pocos días, las cosas fueron acomodándose. Las nubes se iban despejando en el cielo boquense, también en lo deportivo. Cerró el año con dos triunfos para levantar un poco la situación en la tabla: 2-0 a Rosario Central, que esa tarde se fue al descenso y 2-1 a Independiente, que venía de ser campeón intercontinental dos semanas atrás.
El Vasco Olarticochea (el primero desde la izquierda de los futbolistas agachados) y Carlos Tapia (el cuarto) pasaron de River a Boca
El mandato para Polak era llamar a elecciones, con fecha tentativa el 27 de enero del ‘85, pero él suponía que eso iba a derivar en un desgaste con el que se retrocederían varios casilleros. Se juntó con las ocho agrupaciones que militaban en la vida política de la institución, en busca de un acuerdo. Tras algunas reuniones, finalmente, se logró lo que parecía una utopía y Antonio Alegre, por unanimidad, fue el elegido. El domingo 6 de enero, en horas del mediodía, en el salón de reuniones de la comisión directiva, asumió el nuevo presidente, que, a lo largo de 10 años, realizaría una gran tarea para devolverle a Boca el prestigio y la importancia que había perdido.
El hombre detuvo su marcha. Había llegado a destino. El mismo de tantas otras veces, pero ninguna como esta. Porque ese 6 de julio del ‘85, Boca volvía a jugar un partido oficial en su cancha. En la puerta de Brandsen 805, abrazó a su nieto. Ingresaron a esa Bombonera que casi se pierde, como en una pesadilla. Y ahora volvían a entrar juntos, en un sueño azul y oro, hecho realidad.
Este martes murióArmando Pérez, expresidente de la Comisión Normalizadora de la AFA e histórico dirigente de Belgrano. Tenía 81 años. La noticia fue confirmada por el club cordobés a través de sus redes sociales.
“Belgrano lamenta profundamente el fallecimiento de Armando Pérez, el presidente que devolvió el Club a manos de los socios. Su gestión al frente del Club Atlético Belgrano dejó un legado imborrable que perdurará para toda la vida”, publicaron desde el Pirata cordobés.
Y agregaron: “Abrazamos y acompañamos a su familia, sus seres queridos y a todo el pueblo celeste en este momento de dolor. ¡Gracias, Armando, hasta siempre! Q.E.P.D”.
El nombre de Armando Pérez tomó relevancia en el fútbol argentino cuando, en julio de 2016, fue designado como presidente de la Comisión Normalizadora que tenía por objetivo ordenar la AFA luego de la muerte de Julio Grondona y el posterior mandato de Luis Segura al frente del organismo.
De aquel órgano también fueron parte el abogado Javier Medín (por entonces secretario de Asuntos Legales e Internos de Boca), Pablo Toviggino (que era presidente del Consejo Federal) y la abogada Carolina Cristinziano, esposa del exjugador Gonzalo Belloso y asesora legal de representantes de futbolistas y clubes.
Faustino Oro, el niño prodigio del ajedrez y simpatizante futbolero de El Fortín, fue homenajeado por la institución; participó de una charla y jugó simultáneas ante 35 chicos
Cada paso de Faustino Oro -el niño prodigio del ajedrez- por los diferentes puntos geográficos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) sigue convocando multitudes; su figura, de algo más de un metro y medio, la sonrisa sempiterna y una mirada pícara que deslumbra fue el epicentro de una nueva jornada de festejos que se llevaron a cabo en la tarde del lunes, en el Club Atlético Vélez Sársfield.
Desde su llegada a Buenos Aires, el pasado 7 de noviembre, Faustino Oro, de 11 años, se ha convertido en la estrella más mediática del ajedrez argentino con muestras de reconocimiento y cariño por los barrios porteños de Recoleta, Almagro y Parque de los Patricios. Ahora fue el turno de Liniers.
Es que cuando aún no se había apagado la alegría futbolera tras la conquista del certamen de la Liga, el último domingo en el estadio de El Fortín, más de 200 personas, entre niños y adultos, se dieron cita al tributo que el Departamento de Cultura del Club Vélez Sarsfield, a cargo de Paula González Haag, le preparó a la joven estrella del mundo de los escaques y los trebejos.
Decenas de niños y niñas, que integran el Plan de Ajedrez Escolar en CABA, junto a otros tantos socios y miembros del “semillero” del club se acercaron hasta el salón de “Los Espejos” en el Complejo Polideportivo que la entidad tiene sobre la Avenida Juan B. Justo al 8900, para participar de una charla junto al nuevo crack del ajedrez, y más tarde ser parte de una exhibición simultánea que Faustino Oro realizó frente a 35 rivales.
Faustino Oro jugó una exhibición en simultáneo contra 35 rivales en Vélez
A las 18.30, Faustino o Chessi (como lo bautizó Kasparov) acompañado por el profesor de ajedrez del Vélez, el maestro Martín Bitelmajer, hizo su presentación contándole al público de qué manera comenzó su vínculo con el ajedrez hace apenas 4 años y un puñado de meses. Desde la platea, su familia, los abuelos paternos, Luis Oro y Elda Nuñez (ambos ajedrecistas, él representó al Club Vélez Sarsfield en los torneos de ajedrez de la Copa AFA, y ella participó en varios campeonatos nacionales femeninos), junto a papá Alejandro y mamá Romina, seguían atentamente sus palabras.
El pequeño Fausti -como lo llaman sus amigos-, recordó sus comienzos en el juego en tiempos de la pandemia del Covid19, de las dificultades que atravesó en las primeras semanas donde sólo bajaba de ranking (jugaba ajedrez por Internet, en los clubes Chess.com y Lichess) como consecuencia de reiteradas derrotas. “Pero no sé qué pasó, un día mi cabeza empezó a funcionar de otra manera. Comprendí más rápido las cosas y empecé a ganar (risas). Lo mejor era que mi papá me había prometido un helado por cada 100 puntos que subiera en el ranking, ¡y yo ganaba 100 puntos por semanas!”, dijo.
Más adelante, Faustino, que en junio último alcanzó la plusmarca mundial al convertirse en el maestro internacional más joven del historial de este juego, a los 10 años, 8 meses y 16 días, recordó entre sus mejores momentos con el ajedrez, su victoria ante el mejor ajedrecista del mundo, el noruego Magnus Carlsen, y también ante el N°1 de la modalidad blitz (partidas a 3 minutos), el norteamericano Hikaru Nakamura. Añoró sus recuerdos con el fútbol cuando era alumno de la escuela San José de Calasanz, y contó también sobre su fuerte contracción al trabajo. “Y…, más o menos estudio entre 6 y 7 horas por día”, incluyendo las clases con los profesores y sus “recreos” jugando partidas rápidas por Internet.
Luego fue el turno de las preguntas. Los niños y adultos que se acercaron al Polideportivo en Liniers, querían saber cosas de Faustino: ¿Qué le aconsejas a un chico para que juegue al ajedrez?, ¿Cuál es tu apertura favorita?, ¿Después del peón que conviene jugar, el caballo o el alfil?, ¿Cuántos países conoces y cuál te gustó más?, ¿Cuál fue tu partida más difícil?, ¿Lo máximo fue ganarle a Carlsen?, y así casi indefinidamente se extendía el cuestionario. Acaso, lo más sabroso fue escuchar de boca del propio Faustino los motivos que le ayudaron a llegar tan alto al ajedrez.
La Faustimanía se trasladó a Vélez, donde el niño prodigio del ajedrez brindó una charla y jugó unas partidas
“El talento es importante”, dijo Faustino, tal vez en el momento más serio que tuvo en la tarde. Y agregó: “Pero para jugar al ajedrez con eso sólo no alcanza. Hay que estudiar y trabajar mucho. Con talento y esfuerzo se puede llegar”. Un cerrado aplauso le puso punto final a la presentación.
Enseguida, se distribuyeron los 35 rivales que en modo de círculo esperarían su turno de jugar tras cada movimiento de Faustino que condujo en todos los tableros las piezas blancas.
Durante algo más de 3 horas, el pequeño Faustino fue desparramando asombros y curiosidades entre los presentes; a la velocidad de un rayo iba ejecutando movimientos tras movimientos. Es verdad, que sus rivales no eran jugadores avezados, pero enfrentarse a 35 jugadores a la vez es una tarea compleja y mucho más para un niño de 11 años.
Sólo hubo una interrupción de la exhibición cuando ingresó al salón una comitiva de dirigentes del ajedrez local e internacional: Dana Reizniece Ozola, directora ejecutiva de FIDE; Jerry Nash, presidente de la comisión de ajedrez escolar FIDE; Willi Iclicki, presidente del comité historia de la FIDE; y Mauricio Arias, presidente de la comisión de ajedrez educativo de FIDE América. Junto a ellos estuvieron, Alejandro Sass, presidente de la FADA, y el Ing. Mario Petrucci, director ejecutivo de la FADA.
Paula González Haag, Alejandro Sass (Pte. de FADA), Fausti, Dana Reizniece Ozola Directora ejecutiva FIDE, Jerry Nash presidente de la comisión de ajedrez escolar FIDE , Willi Iclicki presidente del comité historia de la FIDE, y Mauricio Arias Pte. Comisión de ajedrez educativo de FIDE América
Dado que la ciudad de Buenos Aires fue elegida entre una de los ocho capitales del mundo donde se realizan actos en homenaje al centenario de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, fundada en París en 1924), el martes, a partir de las 11, se celebrará una simultánea gigante frente al obelisco porteño.
La anfitriona, la Sra. Paula González Haag, del Departamento de Cultura de Vélez aprovechó la ocasión para regalarle a Faustino Oro, socio de la entidad, una camiseta de fútbol del club de Liniers.
Tras las fotos de rigor, Faustino volvió raudamente a los tableros, y pasadas las 22 horas ya había terminado todas las partidas. El resultado es anecdótico. Ganar 35 a 0 no era lo importante, ya que cada uno de sus rivales, niño o niña disfrutó del encuentro con Fausti, del apretón de manos al comienzo y al final de cada partida, de cada autógrafo, foto e incluso algunos pusieron sus teléfonos en modo video para filmar toda la partida.
Así pasó otra tarde de Faustimanía, generando un fervor único por el ajedrez como hacía muchos años que en Buenos Aires no se vivía.
Faustino Oro respondió preguntas en Vélez Sarsfield
Marc Surer develó el movimiento que estudia realizar Flavio Briatore en Alpine
El futuro de Franco Colapinto en la Fórmula 1 es uno de los temas centrales desde el cierre de la temporada 2024 en el Gran Premio de Abu Dhabi. A medida que los equipos comienzan a definir sus alineaciones para el próximo año, el joven piloto argentino se encuentra en el centro de los rumores y especulaciones. Aunque su continuidad en Williams parece el camino más seguro, una posibilidad se mantiene abierta en Alpine, donde la figura de Flavio Briatore, asesor del equipo francés, podría cambiar las piezas del tablero.
El propio Briatore, conocido por su capacidad para descubrir talentos, ha expresado interés en el argentino, aunque reconoce que su situación no es sencilla. En declaraciones recientes, el excjefe de Renault destacó las dificultades para hacerle un espacio en la estructura actual, pero dejó entrever que un cambio es posible. Este escenario ha alimentado las especulaciones en torno a un eventual reemplazo del australiano Jack Doohan.
Marc Surer, ex piloto suizo de Fórmula 1 en la década de los 80 y analista para medios germanoparlantes, se sumó al debate y valoró las opciones que podría tener Colapinto para 2025. En declaraciones al medio Formel1.de, Surer analizó el panorama actual de Alpine y reconoció las chances del argentino frente a Doohan.
El ex piloto de Fórmula 1 Marc Surer se refirió al futuro de Franco Colapinto
“Jack Doohan es el piloto junior de Alpine. Merece ser utilizado, porque si no, ¿para qué promocionarías a los jóvenes?”, afirmó el suizo. Sin embargo, no descartó al piloto argentino: “Si Doohan no lo consigue, hay alguien más en el mercado como Colapinto, quien ha demostrado talento. Es verdad que ha tenido muchos choques, pero todavía hay algo que ganar. Aún es un diamante en bruto”.
La comparación no es casual. Colapinto ha sido una de las figuras más destacadas de la Fórmula 2 y ha llamado la atención de varios equipos por su velocidad y agresividad en la pista. Según Surer, este tipo de talento puede captar la atención de un hombre como Briatore, conocido por tomar decisiones drásticas en su búsqueda de campeones. “Briatore es lo bastante firme para hacerlo”, aseguró el suizo, en referencia a la posibilidad de un reemplazo directo entre Doohan y Colapinto.
Para sustentar este escenario, Marc Surer recordó un antecedente clave en la carrera de Briatore: el fichaje de Michael Schumacher en 1991. El piloto alemán había debutado con Jordan en el Gran Premio de Bélgica, donde logró una destacada clasificación al ubicarse en la séptima posición. A pesar de un abandono prematuro debido a un problema con el embrague, su actuación fue suficiente para deslumbrar a Briatore, quien decidió romper el contrato de su entonces piloto, el brasileño Roberto Moreno, para incorporar al joven Schumacher en Benetton.
El movimiento fue tan sorpresivo como efectivo: Schumacher se convirtió en la nueva estrella del equipo y dio inicio a una de las carreras más exitosas en la historia de la Fórmula 1. Para Surer, este antecedente refleja la capacidad de Briatore para tomar decisiones audaces, incluso si eso significa desplazar a un piloto ya consolidado en el equipo.
“Colapinto por Doohan es posible. Briatore ya lo hizo con Schumacher en 1991. Es lo bastante duro y decidido como para hacerlo nuevamente”, sentenció Surer.
Por el momento, Jack Doohan sigue siendo el principal candidato para ocupar el segundo asiento de Alpine en 2025. El piloto australiano, hijo del ex piloto de motociclismo Mick Doohan, debutó en la Fórmula 1 durante el Gran Premio de Abu Dhabi de esta temporada, donde tuvo una actuación aceptable. Alpine le ha otorgado un contrato inicial que abarca cinco carreras, lo que refleja la intención del equipo de darle una oportunidad real.
Sin embargo, el panorama podría cambiar rápidamente si Doohan no logra consolidarse en las primeras competencias de 2025. En ese contexto, la figura de Colapinto emerge como una alternativa atractiva. Su talento, combinado con la experiencia de Briatore en la promoción de jóvenes talentos, podría abrirle las puertas del equipo francés.
Al ser consultado sobre la razón de apuntar por Colapinto pese a tener a Doohan, Briatore manifestó: “Me interesa cualquier piloto que sea rápido. Colapinto sorprendió a todos”. Aunque luego añadió: Tenemos contratos con (Pierre) Gasly, Doohan y (Paul) Aron para la próxima temporada. Si existía la oportunidad de conseguir a Colapinto para 2026, es algo en lo que pensar. Sin embargo, siempre hay que tener cuidado al evaluar a los conductores”.
El que también alimentó los rumores fue Jamie Campbell-Walter, uno de los representantes del piloto argentino: “Tengo muchos mensajes sobre Franco y el año 2025. Por favor, tengan paciencia, estamos trabajando duro detrás de escena,pero no podemos hacer ningún comentario en este momento”.