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Cuáles son las 20 innovaciones inspiradas en la naturaleza que nos ayudan a vivir mejor
Bajo el concepto de biomímesis, cada año se crean nuevos diseños y estructuras aplicadas a viviendas, medios de transporte, comodidades del hogar, pinturas, herramientas y mucho más. El desafío de desarrollar tecnologías de manera sustentable
Tanto animales como los seres humanos se han inspirado en la naturaleza para beneficiarse en su vida, ya sea para protegerse del frío o calor, como para alimentarse o evitar ser comidos. En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y la eficiencia de sus procesos en esta era moderna y tecnológica, hoy la biomímesis se presenta como una herramienta poderosa y revolucionaria para abordar los desafíos que enfrentan las sociedades modernas.
Este enfoque, que emula las estrategias y patrones que la naturaleza ha perfeccionado a lo largo de millones de años de evolución, tiene el potencial de transformar cómo diseñamos productos, procesos y sistemas. Pero, ¿qué es exactamente la biomímesis y cómo puede ayudarnos a construir un futuro más resiliente y sostenible?
¿Qué es la Biomímesis?
El término biomímesis proviene del griego, donde “bio” significa vida y “mímesis” imitar, por lo que su definición básica es la imitación de la vida. A lo largo de la historia, los seres humanos observaron cómo los organismos vivos resuelven problemas en su entorno y, a partir de esa observación, han adaptado soluciones para sus propios retos.
La biomímesis no es una disciplina nueva. Aunque el concepto como tal fue acuñado por el ingeniero Otto Herbert Schmitt en 1969, fue en los años noventa cuando ganó relevancia, principalmente gracias a la científica Janine Benyus.
Su enfoque, que postulaba que la humanidad debería imitar las formas y los procesos de la naturaleza para resolver sus problemas, revolucionó la forma en que entendemos la innovación tecnológica. Hoy en día, la biomímesis se ha convertido en un campo interdisciplinario que abarca áreas como la ingeniería, la arquitectura, la medicina, la agricultura y, por supuesto, el diseño sostenible.
A medida que el mundo enfrenta una creciente presión por reducir su huella ecológica y adaptarse al cambio climático, la biomímesis se presenta como una solución urgente y viable. Según sus defensores, la naturaleza ya ha resuelto muchos de los problemas que los seres humanos enfrentan, como el manejo eficiente de los recursos, la producción de energía y la optimización de los procesos. Al observar y emular estos procesos, podemos reducir el gasto, mejorar la eficiencia energética y crear productos más sostenibles.
20 ejemplos cotidianos de la biomímesis
1. Cómo el martín pescador mejoró el tren bala
El Shinkansen es uno de los trenes de alta velocidad más conocidos a nivel mundial, y ha sido símbolo de eficiencia y rapidez. Sin embargo, a pesar de su éxito, se enfrentó a un problema técnico importante: el ruido excesivo producido por el paso del tren a través de túneles, conocido como el “boom del túnel”. Este fenómeno se debe a los cambios repentinos de presión del aire cuando el tren se introduce rápidamente en un espacio cerrado, generando un fuerte estruendo que se propaga por todo el trayecto.
Ante esta situación, un equipo de ingenieros del Japan Rail West intentó hallar una solución. Fue el ingeniero Eiji Nakatsu, con una profunda pasión por la ornitología, quien observó que el martín pescador, un ave que se zambulle con agilidad en el agua sin salpicar, tenía un pico altamente aerodinámico que le permitía realizar el movimiento sin generar alteraciones en el entorno.
Nakatsu propuso que el tren adaptara su morro a la forma del pico de este ave, lo que no solo resolvió el problema del ruido, sino que también mejoró la aerodinámica del tren, permitiendo una mayor velocidad y un consumo eléctrico más eficiente. Como resultado de esta biomimética, el Shinkansen alcanzó un aumento en la velocidad del 10% y una reducción del consumo energético del 15%, además de convertirse en un tren más silencioso y cómodo para los pasajeros.
2. Cómo los cardos se convirtieron en velcro
En 1941, un paseo por los campos de Suiza le cambió la vida a George de Mestral, un ingeniero inventor. Mientras caminaba con su perro, observó cómo las flores del cardo alpino se adherían a su ropa y al pelaje de su mascota. Curioso, decidió investigar el fenómeno y, al analizar las semillas bajo el microscopio, descubrió que las flores tenían pequeñas púas que actuaban como ganchos, lo que les permitía adherirse firmemente a las fibras.
Esta observación llevó a de Mestral a desarrollar un sistema de cierre innovador, el velcro, que se compone de dos cintas de tela. Una de las cintas está cubierta por pequeñas púas en forma de ganchos, mientras que la otra tiene fibras que forman pequeños lazos. Al presionar ambas, los ganchos se enganchan (valga la redundancia) en los lazos, permitiendo un cierre rápido y fácil.
Aunque al principio el invento no tuvo mucho éxito, el verdadero impulso vino cuando la NASA lo adoptó en la década de 1960 para los trajes espaciales y botas de los astronautas. Desde entonces, el velcro ha encontrado innumerables aplicaciones, desde la ropa hasta la tecnología, demostrando el ingenio que se puede encontrar en la naturaleza.
3. Climatización eficiente inspirada en los nidos de las termitas
El Eastgate Building de Zimbabue es un ejemplo brillante de cómo los principios de la naturaleza pueden inspirar soluciones sostenibles. Diseñado por el arquitecto Mick Pearce, el edificio mantiene una temperatura interior constante entre 22 ºC y 25 ºC sin necesidad de aire acondicionado, a pesar de las grandes fluctuaciones térmicas exteriores, que varían entre los 10 ºC y los 40 ºC. Esta impresionante eficiencia energética se basa en la observación de los nidos de termitas africanas, unas estructuras complejas que permiten a las termitas mantener una temperatura constante dentro de su termitero, sin importar el calor abrasador o el frío del exterior. El secreto de este fenómeno reside en la circulación del aire dentro de estas torres de barro.
En el Eastgate Building, un sistema de ventilación pasiva y conductos internos crea una corriente de aire similar a la de las termitas, utilizando la masa térmica del edificio y el intercambio de calor con el aire exterior para mantener la temperatura estable.
Este sistema permite reducir el consumo energético en un 90% en comparación con edificios convencionales de tamaño similar. La biomimética aplicada en el diseño de este edificio demuestra cómo los principios de la naturaleza pueden ser clave para resolver problemas contemporáneos como el consumo de energía y el cambio climático.
4. El nailon y la tela de araña
La tela de araña, famosa por su delicadeza y resistencia, ha sido uno de los ejemplos más fascinantes de la naturaleza que ha inspirado la ingeniería textil. Los hilos que las arañas tejen para construir sus telarañas son increíblemente fuertes y elásticos. De hecho, son más resistente que el acero, y tiene una elasticidad superior, permitiendo que se estire hasta un 135% de su longitud sin romperse. Este asombroso material fue el principal referente para la creación del nailon, una fibra sintética desarrollada por la empresa DuPont en la década de 1930.
Inicialmente utilizado como sedal y para la creación de hilo dental, el nailon se popularizó en 1939 con la introducción de las medias de nailon en la Feria Mundial de Nueva York. La comparación entre este producto y la tela de araña no es meramente simbólica; ambas comparten una resistencia impresionante a la rotura y una elasticidad que las hace útiles para una variedad de aplicaciones, desde textiles hasta componentes industriales.
Aunque el nailon ha demostrado ser un material increíblemente versátil y resistente, la fibra natural de la araña sigue siendo un estándar que la ciencia aún no ha podido igualar completamente, lo que deja abierta la puerta a nuevas investigaciones sobre materiales más eficientes y ecológicos.
5. Pinturas que se autolimpian como la flor de loto
El estudio de la naturaleza ha inspirado a muchas innovaciones tecnológicas, y un ejemplo fascinante de biomimética es la pintura Lotusan, que imita las propiedades de la flor de loto para autolimpiarse. En 1982, el botánico Wilhelm Barthlott, de la Universidad de Bonn, descubrió que sus hojas tienen una propiedad única: son extremadamente hidrófobas, lo que significa que repelen el agua.
Esta característica se debe a las nanoestructuras cerosas que cubren la superficie de las hojas, las cuales crean una textura tan rugosa a escala microscópica que evita que las partículas de polvo y suciedad se adhieran. Al contrario, cuando la lluvia cae sobre la hoja, las gotas de agua se agrupan y arrastran consigo la suciedad, dejando la superficie limpia. Esta fascinante propiedad inspiró la creación de Lotusan, una pintura para exteriores que se comporta de la misma manera.
La pintura crea una superficie hidrófoba que permite que el agua de lluvia se deslice y limpie las superficies sin que se adhieran contaminantes. Esta innovación tiene aplicaciones importantes en la construcción y el diseño de edificios, ya que no solo reduce la necesidad de limpieza, sino que también contribuye a mantener las superficies exteriores más limpias y seguras durante más tiempo.
6. Turbinas de ballena
La ballena jorobada, con sus impresionantes 36 toneladas de peso, ha sido durante mucho tiempo un ejemplo de destreza y agilidad en el agua, a pesar de su tamaño. Uno de los aspectos más fascinantes de su anatomía son las protuberancias irregulares en la parte frontal de sus aletas, conocidas como tubérculos. Estos no son solo una característica estética, sino que tienen un propósito funcional crucial.
Al moverse a través del agua, las aletas de la ballena crean vórtices turbulentos que mejoran su capacidad para maniobrar y estabilizarse en el agua. Este descubrimiento, realizado por el biomecánico Frank Fish, dio lugar a una serie de innovaciones tecnológicas.
Fish observó que las protuberancias de las aletas de las ballenas mejoraban la aerodinámica y la estabilidad de la ballena, permitiéndole realizar movimientos rápidos y precisos a pesar de su tamaño masivo. Basándose en este principio, el biomecánico fundó WhalePower, una empresa que desarrolla turbinas eólicas más eficientes inspiradas en la anatomía de la ballena. Sus diseños, que imitan estas protuberancias, pueden reducir la fricción y aumentar la eficiencia en la captura de energía del viento, lo que podría tener un impacto significativo en la energía renovable.
7. Recolector de agua de niebla y humedad ambiental a partir del escarabajo
En el desierto de Namibia vive un escarabajo sorprendente llamado Stenocara, que ha evolucionado para sobrevivir en un entorno extremadamente árido. Este insecto ha desarrollado una habilidad única para recolectar agua del aire, un proceso que podría tener grandes implicaciones para la humanidad en términos de recolección de agua en áreas secas.
El Stenocara tiene un caparazón especializado que alterna entre superficies hidrofóbicas (que repelen el agua) e hidrofílicas (que atraen el agua). Esta variación permite que el escarabajo recoja agua condensada, ya sea de la humedad ambiental o de la niebla que se forma durante la madrugada. El proceso es sorprendentemente eficiente, ya que puede recolectar agua suficiente para sobrevivir durante varios días.
Basado en este principio, investigadores de la Universidad de California desarrollaron dispositivos que imitan las características del caparazón del escarabajo para capturar la humedad ambiental. Estos recolectores de agua podrían ofrecer soluciones efectivas para enfrentar la escasez de agua en regiones áridas, al permitir la obtención de agua potable a partir de la niebla y la humedad del aire.
8. Las garras del halcón peregrino y la alta velocidad
El halcón peregrino es conocido por ser el ave más rápida del mundo, alcanzando velocidades de más de 300 km/h durante sus descensos en picada. Esta velocidad extrema no es solo el resultado de su físico aerodinámico, sino también de sus garras, que tienen una estructura especializada para cortar el aire y maximizar la eficiencia en el vuelo.
La forma de las garras del halcón es una característica que inspiró el diseño de aeronaves de alta velocidad. Ingenieros y diseñadores las estudiaron con el objetivo de mejorar la aerodinámica de los aviones y aumentar su velocidad y eficiencia. Al adaptar la forma de las alas de los aviones y otros componentes a las características de las garras del halcón, se han logrado importantes avances en la ingeniería aeroespacial.
Las aplicaciones de este diseño se extienden a aviones de combate, aviones comerciales y otras áreas de la aeronáutica, demostrando cómo la naturaleza sigue siendo una fuente clave de innovación en la tecnología de alta velocidad.
9. Vehículo que imita la fotosíntesis
Los vehículos eléctricos, ya sean híbridos, híbridos enchufables o completamente eléctricos, se han consolidado como una opción viable en el mercado, aunque la innovación continúa. Un concepto que está ganando terreno es el de los vehículos propulsados por pilas de hidrógeno, que representarían el siguiente paso en la evolución de la movilidad sostenible.
Sin embargo, la producción de hidrógeno, que actualmente depende de costosos procesos industriales, aún es un desafío debido al alto consumo energético y la contaminación involucrada. En respuesta a estos obstáculos, un modelo chino de vehículo, llamado Ye Zi o “hoja”, ha desarrollado un sistema inspirado en la fotosíntesis, denominado Fotosíntesis Artificial.
Este proceso emplea la luz solar para descomponer las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno, siendo que este último propulsa el vehículo, mientras que el primero es liberado a la atmósfera. Este diseño no solo promete ofrecer una fuente eficiente de energía para los vehículos, sino que también tiene el potencial de contribuir a la lucha contra el cambio climático, al crear una tecnología que imite procesos naturales para generar energía limpia y sostenible.
10. Caracoles de mar y refrigeración
A lo largo de la historia, la refrigeración de edificios, vehículos y otros dispositivos ha dependido de ventiladores y sistemas mecánicos que, aunque eficaces, consumen energía y contribuyen a la huella ecológica. Y la biomimética está buscando maneras de diseñar sistemas de refrigeración sin recurrir a la fricción o al consumo de energía externa.
Una de las inspiraciones clave para esta innovación proviene de los caracoles de mar, que emplean una espiral logarítmica para mover fluidos de manera eficiente. Este patrón se replica en diversas formas naturales, desde la cola de los camaleones hasta las galaxias, y es fundamental para el movimiento de agua y aire en la naturaleza.
Algunas firmas, siguiendo con esta premisa, han desarrollado ventiladores, turbinas y otros dispositivos rotacionales inspirados en estos principios geométricos, logrando una reducción significativa en el uso energético, con ahorros de hasta un 85%, y en el ruido, que disminuye en un 75%. Estos avances no solo ofrecen una alternativa más ecológica, sino que también ayudan a reducir el consumo energético en sectores clave, como la industria de los ventiladores, que representa un 15% de la energía consumida en Estados Unidos.
11. Cinta adhesiva reusable que imita la adherencia de las patas del camaleón
El fenómeno natural de adherencia de las patas de los geckos ha inspirado diversos desarrollos tecnológicos. Estas criaturas, que pueden trepar sobre superficies verticales y transitar por techos sin esfuerzo, logran su impresionante capacidad prensil gracias a una estructura microscópica en sus extremidades. Esta estructura se basa en la fuerza de Van der Waals, la cual permite la adhesión sin el uso de líquidos o gases.
La aplicación de este principio ha llevado a la creación de una cinta adhesiva especial, llamada cinta geco, desarrollada por la Universidad de Stanford; la cual es capaz de adherirse a superficies al aplicar presión en una dirección, y liberarse al invertir la dirección.
La NASA, por ejemplo, está interesada en usar este material para equipar a sus astronautas con ropa que incluya un tejido similar, permitiendo la adherencia a superficies sin necesidad de pegamentos convencionales. Esta tecnología también ha sido probada en un robot llamado “stickybot”, que utiliza la misma tecnología de adhesión que los geckos, lo que demuestra su potencial en aplicaciones robóticas y más allá.
12. Robots que no chocan
En el campo de la automoción, los desarrollos inspirados por la naturaleza están cambiando la forma en que los vehículos interactúan con su entorno. El robot Nissan Eporo es un ejemplo de cómo la biomimética puede ayudar a reducir los accidentes vehiculares.
Este robot tuvo como origen reducir a la mitad los accidentes de vehículo, es por eso que se inspiró en la visión de los insectos, específicamente en los ojos compuestos de las abejas; los cuales proporcionan una visión de 300 grados, lo que permite a los insectos detectar objetos con una precisión sorprendente.
A partir de esta inspiración, la empresa desarrolló un sistema de Laser Range Finder (LRF), que permite a los robots detectar objetos y calcular su distancia y posición. Este avance tecnológico fue aún más lejos en 2009, cuando se basó en el comportamiento de los bancos de peces, que se mueven en conjunto para evitar obstáculos, lo que permitió a varios robots esquivar obstáculos de forma cooperativa.
13. Vidrio a prueba de aves
Cada año, millones de aves mueren al estrellarse contra estructuras de vidrio, que son invisibles para ellas debido a su transparencia. En un intento por resolver este problema, la empresa alemana Arnold Glas desarrolló un tipo de vidrio llamado Ornilux, que se inspira en la forma en que las telas de araña reflejan la luz ultravioleta.
Este tipo de luz es visible para las aves, pero no para los humanos, lo que permite que los pájaros eviten las estructuras de vidrio sin que estas sean detectables por los seres humanos.
Con este avance, se espera reducir significativamente el número de muertes de aves causadas por colisiones con ventanas y otros elementos de vidrio.
14. Ropa similar a la piel de tiburón
La NASA ha logrado replicar la textura de la piel de los tiburones, que está formada por minúsculas escamas conocidas como dentículos dérmicos, los cuales disminuyen la resistencia aerodinámica y ayudan a reducir la fricción en el agua, permitiendo que los tiburones se desplacen de manera eficiente.
Los científicos han creado un material inspirado en esta textura que no solo reduce la fricción en el agua, sino que también tiene propiedades antibacterianas.
Este material se ha utilizado en el diseño de casco de barcos y submarinos, pero también ha demostrado ser útil en la aviación. Si se aplica en un avión, aunque la mejora sea mínima, puede significar un ahorro significativo en combustible: hasta 94,000 litros anuales, lo que ofrece beneficios tanto económicos como medioambientales. Esta tecnología sigue desarrollándose, y se prevé que en el futuro se utilicen materiales con esta estructura para mejorar la eficiencia energética en diversas industrias.
15. Gekos, lagartos y robots escaladores
El asombroso poder de adherencia de los geckos ha inspirado a los investigadores a crear robots escaladores que puedan trepar por superficies verticales.
Estos robots, basados en la capacidad de los geckos para escalar paredes y techos, podrían ser utilizados en una variedad de aplicaciones, desde la exploración hasta la reparación de infraestructuras.
16. Inspiración bajo el mar
Los pulpos se han convertido en una fuente importante de inspiración para la robótica, especialmente en lo que respecta a su sistema nervioso descentralizado y sus habilidades para camuflarse y adherirse a diversas superficies.
El estudio de estos animales está ayudando a diseñar robots más inteligentes, flexibles y adaptativos, capaces de interactuar con su entorno de manera más eficaz.
17. Mejillones y pegamento
El proceso natural de adherencia de los mejillones ha dado lugar a la creación del Pure Bond, un pegamento desarrollado para ser usado en la industria de la madera.
Gracias a su capacidad para adherirse incluso en condiciones húmedas, este pegamento tiene aplicaciones en diversas áreas, incluyendo la construcción y la fabricación de muebles.
18. Sistemas de alerta y ojos de insectos
El estudio de los ojos compuestos de los insectos está ayudando a los ingenieros automotrices a desarrollar sistemas de alerta más avanzados para evitar colisiones.
Estos sistemas basados en la visión panorámica de los insectos ofrecen una mayor precisión y capacidad de detección en vehículos.
19. Sillas y huesos
El diseñador Joris Laarman se inspiró en la estructura de los huesos humanos para crear muebles más ligeros, resistentes y ergonómicos.
Utilizando algoritmos basados en el crecimiento de los huesos y de los árboles, Laarman ha diseñado sillas y sillones que no solo son funcionales, sino también estéticamente innovadores. Este principio también ha sido adoptado por empresas como Opel, que lo utiliza para desarrollar componentes más eficientes y livianos en sus vehículos.
20 Pez cofre y su influencia en el diseño de autos
El pez cofre, conocido por su extraordinaria aerodinámica, se convirtió en la inspiración para un coche biónico diseñado por Mercedes-Benz en 2005. Con un coeficiente de resistencia aerodinámica (Cw) de 0,19, el pez es uno de los animales más eficientes en cuanto a aerodinámica, lo que lo convierte en un modelo ideal para replicar en el diseño de vehículos.
El automóvil inspirado en este pez presentó una eficiencia, optimizando el consumo de combustible y reduciendo la resistencia al viento. No obstante, a pesar de la efectividad del diseño, el prototipo experimental del coche biónico fue descartado rápidamente, ya que su estética y forma no lograron atraer al gran público. El modelo, aunque innovador, terminó por salir de las salas de los diseñadores, siendo una pieza de experimentación tecnológica más que un futuro vehículo comercial.
Aunque la biomímesis ha mostrado un potencial impresionante para transformar diversas industrias, aún existen desafíos que deben ser superados para que su aplicación sea más generalizada. Uno de los principales es la falta de una infraestructura adecuada que apoye la transición hacia soluciones basadas en la naturaleza.
Además, hay quienes señalan que la biomímesis, aunque prometedora, no puede ser una solución única para todos los problemas. A menudo, imitar la naturaleza puede requerir ajustes y adaptaciones, ya que los sistemas humanos y naturales operan bajo principios muy distintos. Sin embargo, la idea central aún es válida: debemos mirar más atentamente a la naturaleza y aprender de sus estrategias para poder resolver nuestros propios problemas de manera más eficiente y sostenible.
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La dama del Ártico: quién es la ingeniera que lidera un observatorio del Polo Norte y monitorea la rotación de la Tierra y el nivel del mar
Se llama Susana García Espada y nació en España. Está a cargo del Observatorio Geodésico de la Tierra, en Ny-Ålesund, Noruega. Contó a Infobae cómo hace para sobrevivir en el oscuro invierno y qué la motiva para trabajar allí
En las remotas y heladas tierras del Ártico, donde el sol apenas se asoma durante varios meses del año, Susana García-Espada, nacida en Guadalajara, España, realiza un trabajo clave para el avance de la ciencia global.
Desde el Observatorio Geodésico de la Tierra en Ny-Ålesund, Svalbard, Noruega, esta ingeniera lidera proyectos que aporta datos para hacer estudios que impactan directamente en la investigación climática, la precisión del GPS y el monitoreo del cambio climático.
“Trabajo en Noruega, como parte de una cooperación científica con España”, explicó García-Espada al ser entrevistada por videollamada por Infobae, mientras afuera del departamento donde reside la temperatura era menor a 15 grados. La estación de investigación ya se volvió su segunda casa desde que, hace cuatro años, se trasladó desde el Observatorio Geodésico de España.
Ny-Ålesund es uno de los lugares más septentrionales del planeta en el que se agrupan algunas de las instalaciones científicas más importantes para el estudio del cambio climático inducido por actividades humanas y sus efectos en el entorno ártico.
El Observatorio Geodésico de la Tierra opera bajo la administración de la Autoridad Noruega de Cartografía y es referente internacional en la investigación geodésica, que es la ciencia que estudia la forma y las variaciones de la Tierra.
Desde este centro, la ingeniera española lidera los trabajos por los cuales se realizan mediciones que van desde el monitoreo de la rotación del planeta hasta la variación de los niveles del mar.
En el observatorio se utilizan tecnologías avanzadas como un radiotelescopio que permite observar quásares a distancias infinitas. “A través de esas detecciones, estimamos cómo la Tierra se mueve respecto a esos puntos en el Universo”, explicó García-Espada.
Estos datos no solo sirven para conocer mejor los movimientos terrestres, sino que también son fundamentales para los sistemas de navegación global, como el GPS.
Otro de los instrumentos clave en el trabajo que realiza García-Espada es el gravímetro, que permite estimar las variaciones en la gravedad terrestre en diferentes puntos del planeta. “Los datos, además de contribuir a las investigaciones científicas, son esenciales para gestionar la órbita de los satélites artificiales”, contó.
Aunque la geodesia es una disciplina relativamente desconocida para muchos, la ingeniera ve en ella “un campo fascinante”, donde el aprendizaje nunca se detiene.
“Me atrae porque estoy en continuo aprendizaje. Las técnicas evolucionan y hay que ir aprendiendo algo nuevo todo el tiempo. También me gusta la interacción con personas e instituciones de otros países”, comentó.
En Ny-Ålesund, también están las instalaciones del Instituto Polar Noruego y de AWIPEV, que es una base conjunta de investigación alemana y francesa.
“En general, se habla en inglés en toda la estación. Pero estoy aprendiendo noruego. No es fácil, pero me interesa hablarlo mejor”, dijo García-Espada, quien reconoce que la vida en un entorno tan aislado exige adaptación y un fuerte sentido de comunidad.
Una rutina adaptada al clima extremo
Uno de los mayores desafíos para quienes viven y trabajan en el Ártico es la oscuridad que domina durante los meses de invierno. En Ny-Ålesund, los días sin luz solar pueden durar semanas, lo que tiene un impacto directo en la salud mental y física de los habitantes del lugar.
“Los inviernos son oscuros. Son un desafío tanto para la salud mental como física, porque se puede alterar el sueño por las noches, entre otros efectos”, resaltó.
Para contrarrestar estos efectos, el personal del observatorio donde García-Espada trabaja sigue una rutina estricta. “Cada cuatro meses viajo generalmente a España para ver el Sol”, dijo.
Las actividades como desayunar y almorzar se realizan juntos con los compañeros de trabajo. Además, consideró que realizar deportes y tener buenos hábitos de sueño son fundamentales para el bienestar del equipo.
“Tenemos una rutina de trabajo que nos ayuda a enfrentar el clima hostil. Generalmente, desayunamos y almorzamos juntos. Tener buenos hábitos para comer y dormir a la misma hora son claves para no volverte al revés”, contó.
Durante los días más oscuros, García-Espada también utiliza una lámpara especial que simula la luz solar, lo que la ayuda a regular su organismo y mitigar los efectos del invierno polar.
Además, el equipo de trabajo realiza actividades físicas grupales, como el bandy, una especie de hockey sobre hielo que ayuda a mantener el cuerpo activo y enérgico.
Un entorno cada vez más inclusivo
En una comunidad científica históricamente dominada por hombres, la participación femenina en Ny-Ålesund ha ido en aumento en los últimos años. Además, se celebra la diversidad de género y orientación sexual.
“La persona que se ocupa de hacer las reparaciones de electricidad en varias instalaciones es también una mujer. También hay varias investigadoras en las diferentes instalaciones de la estación”, señaló. “Mi generación se centra más en buscar oportunidades laborales y las valoramos. También en Noruega hay una cultura más abierta a la participación femenina”, afirmó.
Según García-Espada, el entorno laboral noruego ha favorecido su desarrollo profesional y le permitió crecer dentro de una comunidad científica internacional que está comprometida con la sostenibilidad y el avance del conocimiento global.
El día a día en Ny-Ålesund no solo está marcado por el trabajo científico, sino también por la belleza única de la naturaleza ártica. “Llevo 4 años aquí y cada día me maravillo al ver la naturaleza que me rodea”, dijo.
La posibilidad de presenciar auroras boreales durante el invierno o de ver osos polares caminando cerca del observatorio en verano es uno de los momentos que hace que trabajar en el Ártico sea una experiencia inigualable. “Es uno de los motivos que hacen que trabajar en Svalbard sea tan especial”, señaló.
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La justicia uruguaya liberó al asesino de David Fremd, el comerciante asesinado al grito de “Alá es grande”
El homicida fue declarado inimputable e internado en un hospital psiquiátrico, del que pudo salir tras comprobarse que estaba “compensado”. La colectividad judía expresó que siente “mucha preocupación” por esta liberación
Carlos Omar Peralta esperó al comerciante uruguayo David Fremd en una esquina céntrica del departamento de Paysandú (en el litoral del país). Cuando cruzó de calle, el hombre –que tenía el alias Abdullah Omar– lo atacó por la espalda con un cuchillo con la intención de matarlo por su condición de judío y para cumplir con una “misión” que le había encargado Alá.
“¡Alá es grande!”, gritó al concretar el asesinato.
Ocho años después del crimen, la Justicia uruguaya liberó al homicida tras informes del hospital psiquiátrico Vilerdebó y otros peritajes que aseguran que Peralta está “compensado”, según informó el semanario local Búsqueda. La decisión genera preocupación en la colectividad judía uruguaya.
En 2019, a Peralta se le habían impuesto una serie de “medidas de seguridad curativas” luego de ser declarado como autor inimputable de un delito de homicidio muy especialmente agravado, un delito de comisión de actos de odio, desprecio o violencia y un delito de lesiones personales.
La jueza Ana Ruibal tomó la decisión basada en un informe del Instituto Técnico Forense del 31 de julio, que concluía que el asesino mostraba una “buena respuesta” al tratamiento que se le había indicado y señalaba que se encontraba “compensado” desde hacía un tiempo.
“No tiene indicación de permanecer ingresado en el hospital psiquiátrico. Debe continuar con el tratamiento instruido (controles, farmacológico y rehabilitación) como hasta el momento actual, que puede ser realizado en forma ambulatoria”, escribió la perito psiquiatra Alicia Barrachina, según el documento consignado por el medio uruguayo.
En el informe se cita que el homicida del comerciante judío está “arrepentido del hecho” y que tiene la voluntad de salir de la internación para reinsertarse en la sociedad.
Peralta era un maestro de Paysandú que al momento del crimen tenía 35 años. Años antes se había convertido al Islam y había adoptado el nombre de Abdullah Omar.
“Ese día me desperté, oré a Alá y él me encomendó una misión. Me dio un nombre y me pidió que le disparara en la cabeza… pero tenía miedo. Después me acuerdo que estaba corriendo por la calle y dos hombres me agarraron”, contó Peralta tres meses y medio después del crimen a un médico psiquiatra, según recuerda Búsqueda. El profesional le preguntó si conocía a la víctima y él lo negó. “Pertenecía a la colectividad (judía), fue algo simbólico, un mensaje. El mensaje era que no sigan oprimiendo más”, señaló.
La salida de Peralta del hospital psiquiátrico se concretó el 7 de noviembre.
La decisión judicial generó “mucha preocupación” en la colectividad judía, según declaró al noticiero Telemundo de Canal 12 el presidente del Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU), Roby Schindler. “La noticia la tomamos con mucho dolor y preocupación. Sin ánimo de generar alarma, pero realmente no entendemos”, aseguró.
Schindler detalló que el comité ha hablado con sus abogados, pero aseguró que la decisión judicial sigue siendo “difícil de entender”. “Nos llama mucho la atención porque no fue un delito común, fue un asesinato con premeditación. Recibió un mensaje de Ala de matar a un judío para que le llegue el mensaje al colectivo judío de Uruguay”, expresó.
El presidente del CCIU señaló su dolor por esta decisión de la Justicia porque se trata de liberar a “una persona que mató con premeditación”.
“Estamos preocupados y dolidos. La familia está con miedo. Y si mañana recibe otro llamado de Alá, ¿quién me asegura que va a tomar las pastillas diariamente? ¿Quién me asegura que se va a presentar en la comisaría? Es un tema que le debe importar a la sociedad toda”, dijo Schindler, quien señaló que no considera que la comunidad judía en Uruguay esté “en peligro”.
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Conectar la Tierra con la Luna: la fascinante idea de construir un elevador espacial se vuelve más real
Una visión moderna de una antigua idea espacial sugiere unir con un cable la órbita geoestacionaria de nuestro planeta y su satélite. Esta visión innovadora podría cambiar la manera en que se trasportan recursos y personas
Los elevadores espaciales son una de las ideas más fascinantes y ambiciosas en el campo de la exploración espacial. Imaginados originalmente a finales del siglo XIX, este concepto ha sido discutido y perfeccionado por más de un siglo. Sin embargo, en las últimas décadas los avances tecnológicos y las propuestas innovadoras de científicos y visionarios han traído este sueño más cerca de la realidad.
En lugar de depender de cohetes para enviar carga y humanos al espacio, un elevador espacial sería una estructura similar a una torre, pero extendida a una altitud donde los objetos no necesitan lanzarse hacia el espacio, sino que simplemente “suben” por el cable.
Según reseña New Scientist, el primer concepto formal fue propuesto en 1895 por el científico ruso Konstantin Tsiolkovsky, quien pensó que una torre que podría ser construida hasta alcanzar los 22.236 kilómetros (35.786 millas), la altura necesaria para llegar a la órbita geoestacionaria. Sin embargo, Tsiolkovsky reconoció que ningún material conocido en su época podría soportar el peso de una estructura tan alta.
A lo largo del siglo XX, la idea fue retomada por varios científicos, entre ellos el ingeniero ruso Yuri Artsutanov en 1959, quien sugirió que se podría comenzar en el espacio, anclando una estructura en órbita geoestacionaria y extendiendo un cable hacia la Tierra.
Si bien las teorías sobre los elevadores espaciales han existido durante más de un siglo, los avances recientes en los materiales y la tecnología han revitalizado el interés en estas estructuras. Hoy, en lugar de depender únicamente de materiales exóticos como los nanotubos de carbono, que durante años se consideraron la clave para hacer viables estos proyectos, los científicos han comenzado a pensar en alternativas más realistas, como el uso de materiales más accesibles.
Un ejemplo destacado es la propuesta del Spaceline hecha por los estudiantes de astronomía Zephyr Penoyre y Emily Sandford, quienes, en un estudio publicado en agosto de 2023 en el archivo de investigación en línea arXiv, sugirieron la viabilidad de un elevador lunar que podría conectarse con la órbita geoestacionaria de la Tierra.
La idea detrás del Spaceline de Penoyre y Sandford es relativamente simple, pero presenta un enfoque innovador: en lugar de construir un elevador espacial clásico desde la Tierra, propusieron anclar un cable a la Luna, extendiéndolo hasta aproximadamente 27.000 millas (43.000 kilómetros) sobre la Tierra, en una órbita geosíncrona. Este enfoque evita los problemas de fuerzas centrífugas y la necesidad de materiales extremadamente fuertes que no están disponibles actualmente.
El Spaceline sería, de hecho, una versión del concepto de elevador espacial, pero específicamente diseñado para operar entre la Luna y la Tierra. Este innovador sistema implicaría el uso de vehículos robóticos impulsados por energía solar, que escalarían el cable y transportarían materiales y personas hacia la Luna.
Uno de los principales beneficios sería su capacidad para reducir drásticamente los costos de transporte de materiales. En un análisis realizado por el Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica (AIAA), se estimó que un sistema de elevador lunar podría amortizarse en tan solo 53 viajes de transporte de materiales lunares hacia una estación espacial ubicada entre la Tierra y la Luna. Este sistema sería mucho más económico que el envío de cargas mediante cohetes convencionales, que actualmente cuesta miles de dólares por kilogramo.
A pesar de sus posibles beneficios, existen varios retos técnicos que podrían frenar la construcción de un elevador espacial lunar. Uno de los mayores obstáculos es la fuerza que se necesitaría para mantener un cable suspendido en el espacio sin que se colapse debido a las fuerzas gravitacionales de la Tierra y la Luna.
Aunque las primeras propuestas de elevadores espaciales se basaron en el uso de nanotubos de carbono para hacer cables lo suficientemente fuertes, este material sigue siendo un desafío de producción a gran escala. La propuesta de Penoyre y Sandford, sin embargo, al utilizar materiales como el Kevlar, busca resolver este problema al aprovechar las tecnologías ya existentes.
Además, existen preocupaciones sobre los posibles riesgos de colisiones con satélites y otros objetos en órbita terrestre. Para evitar estos peligros, los diseñadores del Spaceline sugieren que el cable se mantenga fuera de las principales rutas orbitales de la Tierra, lo que permitiría una mayor seguridad en su operación. Otro reto es la necesidad de crear una infraestructura adecuada para la energía solar que impulse los vehículos robóticos. Aunque esto no es imposible, sí representaría un desafío tecnológico considerable.