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CORRUPCION

Terminó el «Plan de Austeridad» en Chaco? Mira lo que gastó la provincia en el Chaco Vibra

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Las llamativas «prioridades» de la gestión Zdero: 71 millones para el «Chaqueño» Palavecino y 200 mil pesos para un consorcio rural del interior

¿Terminó el «Plan de Austeridad» en Chaco? Hace poco me preguntaba esto, y concluía que sí. Al menos el derroche de recursos de la gestión provincial me hicieron inferir una respuesta positiva a este interrogante.

Miren lo que gastó la provincia en el «Chaco Vibra», por más que sean fondos provistos por el CFI-Consejo Federal de Inversiones- no deja deja de ser llamativa que se destine semejante cantidad de recursos a esta área de entretenimiento cultural, mientras que poco y nada vaya para el sector productivo, emprendedor o hacia las economías regionales, sectores a los que también el CFI proyecta inversiones.

Un solo ejemplo sobre esto. Un productor rural, Mario Luque, presidente del Servicio Rural Campo Winter, contaba la semana pasada por ARGENTINOS DE MAL en Radio Independencia, que en lo que va del año recibió del gobierno chaqueño una módica asistencia de 200 mil pesos. Sí, 200 mil pesos en todo el año. Un presidente de un consorcio rural, que produce hortalizas pesadas. Mientras el Chaqueño Palavecino se llevó este año entre el Chaco Vibra y la Cabalgata de la Fe Rozista más de 71 millones de pesos.

«Durante la campaña electoral el año pasado Zdero prometía que el campo iba a ser un aliado de su gobierno si era electo como gobernador. Parece que se olvidó su promesa», me dijo Luque entre apenado y decepcionado. Tiene razones para estar de esta forma.

ESTO ES TU CAMBIO FISURA

GOBIERNO RADICAL

 

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CHACO mientras lo chaqueños se «mueren» el Radical Leandro Zdero 8000 millones en publicidad

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CHACO: ¿Publicidad o Prioridades?

La situación en la provincia del Chaco, Argentina, se ha vuelto una controversia palpable y dolorosa y refleja profundas desigualdades sociales. Con estadísticas preocupantes relacionadas con la pobreza y la falta de recursos básicos, muchos chaqueños se ven obligados a enfrentar un panorama desolador, mientras que el gobierno provincial, bajo la gestión de Leandro Zdero, destina cifras colosales a publicidad y blindaje mediático. Este contraste destaca no solo la falta de atención a las necesidades básicas de la población, sino también las políticas comunicacionales que buscan ocultar la realidad.

La Crisis de Pobreza en el Chaco

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), cuatro de cada diez chaqueños no tienen los medios para alimentarse adecuadamente. Esta alarmante cifra revela una crisis alimentaria que afecta especialmente a los sectores más vulnerables de la población. En el Gran Resistencia, el porcentaje de pobreza alcanza el 76%, una estadística que ilustra la gravedad de la situación en comparación con otras provincias argentinas.

La pobreza no solo se mide por la carencia de alimentos, sino también por el acceso a servicios básicos, educación y salud. La carencia de oportunidades laborales y la precariedad de muchos trabajadores agravan este problema, y la inquietud de la población crece cada día. Mientras tanto, un gran número de chaqueños intenta sobrevivir en un entorno adverso, donde las promesas de una mejora en las condiciones de vida parecen cada vez más lejanas.

La Estrategia Publicitaria del Gobierno

En este contexto de crisis, la gestión de Leandro Zdero ha optado por una estrategia controvertida: la asignación de más de 8000 millones de pesos a la publicidad y el blindaje mediático. Este dinero ha sido destinado principalmente a medios de comunicación «amigables», aquellos que se alinean con la narrativa del gobierno de la UCR en Chaco.

Los datos son impactantes:

– El Ejecutivo chaqueño, a través de la Fiduciaria del Norte, ha destinado más de 6170 millones de pesos a este tipo de medios.

– Lotería Chaqueña, cuyo manejo depende de la gestión provincial, ha gastado más de 630 millones en publicidad.

– Lotería Chaqueña, cuyo manejo depende de la gestión provincial, ha gastado más de 616 millones en publicidad en clubes y federaciones

– Lotería Chaqueña, cuyo manejo depende de la gestión provincial, ha gastado más de 85 millones en publicidad en deportistas

– La Legislatura chaqueña también ha contribuido significativamente, con más de 213 millones destinados a medios afines.

Esta estrategia de comunicación tiene un objetivo claro: crear una imagen pública favorable del gobierno de Zdero, a pesar de las duras realidades que enfrentan los ciudadanos chaqueños. El dinero gastado en publicidad contrasta fuertemente con el sufrimiento cotidiano de aquellos que luchan por satisfacer sus necesidades básicas.

 


¿Por Qué Esta Estrategia Surtió Efecto?

La percepción de que Leandro Zdero tiene una «buena imagen» se ha alimentado, en gran medida, por el constante flujo de contenido positivo generado por estos medios. Este blindaje mediático ha permitido que su gestión no solo se mantenga en la conversación pública, sino que, debido a esta situación, podría ser considerada como efectiva, a pesar de las notorias falencias en la atención a las necesidades sociales.

Sin embargo, este enfoque hace que surjan preguntas éticas y morales sobre la responsabilidad del gobierno. ¿Es realmente justificable gastar una cantidad tan exorbitante en propaganda mientras se ignora el sufrimiento de miles de ciudadanos? ¿Qué tipo de liderazgo se refleja en una administración que opta por cegar, en lugar de afrontar, la dura realidad de sus habitantes?

La Implicación de Esta Estrategia en la Sociedad Chaqueña

La utilización de recursos públicos para la publicidad no solo demuestra una falta de priorización de las problemáticas sociales, sino que también revela el potencial daño a largo plazo que puede ocasionar. Un gobierno que escoge el camino del blindaje mediático en lugar de implementar políticas públicas efectivas podría enfrentar una ruptura en la confianza de la población. Esto se torna aún más crítico en tiempos de crisis, donde la comunicación real y transparente es fundamental para construir puentes entre el gobierno y los ciudadanos.

La manipulación de la información puede generar una percepción de estabilidad y bienestar que no se traduce en la realidad. Esto puede llevar a que la población, desinformada o desincentivada por la propaganda, no exija los cambios necesarios para mejorar sus condiciones de vida. Al mismo tiempo, puede fomentar un clima de resignación y desesperanza, donde las personas sienten que su sufrimiento es ignorado y que su voz no tiene valor.

El caso del Chaco bajo la administración de Leandro Zdero es un claro ejemplo de cómo la inversión en propaganda puede convertirse en un velo que oculta las realidades más duras que enfrenta una población. La lógica detrás de priorizar la imagen sobre la sustancia es un fenómeno que no solo se observa en Chaco, sino en diversas esferas políticas a nivel global. Sin embargo, es crucial recordar que la verdadera efectividad de un gobierno no se mide por su capacidad de comunicación, sino por su compromiso con la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. En un Chaco donde la pobreza y la falta de recursos son moneda corriente, el llamado a la acción es urgente.

Si bien las inversiones en comunicación son una herramienta legítima en un marco democrático, la verdadera pregunta que debe plantearse es: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificar lo esencial por construir una imagen ficticia? Al final del día, ¿qué significa realmente gobernar si la mayoría de la población sigue “muriéndose” de hambre en medio de una profusa publicidad? La respuesta a estas preguntas podría definir el futuro de Chaco y de su gente.

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La Cruel Verdad del Chaco: El Radical Leandro Zdero pobreza, gasto público y blindaje mediático

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La situación socioeconómica en la provincia del Chaco, en Argentina, es alarmante. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), un significativo 40% de la población chaqueña enfrenta dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias. Esta realidad no solo refleja la precariedad económica en la que viven muchas familias, sino que también subraya la ineptitud del gobierno provincial actual, liderado por Leandro Zdero, de ofrecer soluciones efectivas a una crisis que parece empeorar con el tiempo.

Un dato que resalta esta problemática es que el 76% de los habitantes del Gran Resistencia, la capital provincial, se encuentran en situación de pobreza. Esta estadística pone de manifiesto la falencia de políticas públicas adecuadas que deberían estar orientadas a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. El acceso a bienes y servicios básicos, como la alimentación, se ha convertido en un privilegio para pocos, mientras que la mayoría se esfuerza por sobrellevar una realidad que les es cada vez más adversa.

Gasto en comunicación versus atención a las necesidades básicas

 

En un contexto donde la pobreza y las dificultades alimentarias son manifiestas, resulta perturbador observar las prioridades del gobierno provincial en cuanto al uso de los recursos públicos. Según informes recientes, el Ejecutivo chaqueño, a través de la Fiduciaria del Norte, ha destinado más de 6.170 millones de pesos a medios de comunicación que son considerados «amigables». De manera similar, la Lotería Chaqueña ha desembolsado más de 630 millones de pesos en gastos publicitarios a favor de medios afines, mientras que la Legislatura local, también bajo el control de la Unión Cívica Radical (UCR), ha invertido más de 213 millones en la misma dirección.

Esta práctica de gastar enormes sumas de dinero en blindaje mediático plantea varias interrogantes. En primer lugar, ¿en qué medida este gasto afecta la disponibilidad de recursos que podrían haberse destinado a programas de asistencia social, mejora de infraestructura, y, sobre todo, a políticas que busquen erradicar la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria? En lugar de abordar los problemas fundamentales que aquejan a la población, el gobierno parece más interesado en construir y mantener una imagen favorable, a pesar de la crisis que viven millones de chaqueños.

La construcción de una imagen favorable en tiempos de crisis

 

La cantidad desmesurada de recursos destinados a la comunicación y a la promoción de una imagen positiva del gobierno se traduce en una táctica política que pretende ocultar la realidad subyacente. Al garantizar una narrativa mediática que se alinee con sus intereses, los funcionarios buscan desviar la atención de la crisis económica que muchos chaqueños enfrentan a diario. Esta estrategia, común en muchos gobiernos, refleja no solo una falta de preocupación por las necesidades reales de la población, sino también una desconexión alarmante entre quienes toman decisiones y aquellos a quienes dichas decisiones afectan.

Es importante señalar que esta dinámica no es exclusiva del Chaco, sino que se observa en diferentes contextos políticos. Sin embargo, la magnitud del gasto en publicidad en comparación con la situación socioeconómica de la población chaqueña es particularmente llamativa y revela una falta de empatía y compromiso con el bienestar de la ciudadanía. Los medios que reciben este financiamiento se convierten, así, en cómplices de esta narrativa que busca sostener un relato optimista que dista mucho de la realidad.

La implicancia social de estas decisiones

 

La priorización del gasto en comunicados y propaganda no solo tiene efectos a corto plazo en la política y la opinión pública, sino que también tiene consecuencias sociales a largo plazo. Cuando un gobierno elige invertir en blindaje mediático en lugar de en soluciones concretas a problemas estructurales, perpetúa ciclos de pobreza e inequidad. Además, esta situación fomenta la desconfianza en las instituciones políticas, ya que la ciudadanía percibe un desapego y una irresponsabilidad por parte de quienes deberían velar por su bienestar.

La falta de atención a las demandas reales de los chaqueños puede llevar a un incremento en la desconfianza institucional y a un debilitamiento del sistema democrático. En última instancia, la elección de priorizar la imagen sobre la sustancia puede tener repercusiones en la gobernabilidad, en la cohesión social y en la paz social de la provincia.

Conclusión

 

El escenario que se presenta en el Chaco es, lamentablemente, una representación de las crisis sociales que muchas regiones en Argentina enfrentan. El hecho de que un número tan significativo de habitantes no tenga acceso a la alimentación adecuada es una potente llamada de atención sobre la urgencia de adoptar medidas que realmente atiendan las necesidades de la población.

Mientras el gobierno de Leandro Zdero continúa invirtiendo millones en crear y sostener una imagen optimista, la realidad de la pobreza y la inseguridad alimentaria se expande, poniendo en cuestión no solo su eficacia como administración, sino también su legítimo derecho a gobernar en nombre de un pueblo que clama por soluciones, y que merece algo mucho más que promesas vacías. La verdadera medida del éxito de un gobierno debe ser su capacidad para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, no su habilidad para manipular la percepción pública. En este sentido, la denuncia de estas prácticas y la exigencia de un cambio en las prioridades del gasto público son esenciales para forjar un futuro más justo y equitativo para los chaqueños.

La situación socioeconómica en la provincia del Chaco, en Argentina, es alarmante. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), un significativo 40% de la población chaqueña enfrenta dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias. Esta realidad no solo refleja la precariedad económica en la que viven muchas familias, sino que también subraya la ineptitud del gobierno provincial actual, liderado por Leandro Zdero, de ofrecer soluciones efectivas a una crisis que parece empeorar con el tiempo.

Un dato que resalta esta problemática es que el 76% de los habitantes del Gran Resistencia, la capital provincial, se encuentran en situación de pobreza. Esta estadística pone de manifiesto la falencia de políticas públicas adecuadas que deberían estar orientadas a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. El acceso a bienes y servicios básicos, como la alimentación, se ha convertido en un privilegio para pocos, mientras que la mayoría se esfuerza por sobrellevar una realidad que les es cada vez más adversa.

Gasto en comunicación versus atención a las necesidades básicas

 

En un contexto donde la pobreza y las dificultades alimentarias son manifiestas, resulta perturbador observar las prioridades del gobierno provincial en cuanto al uso de los recursos públicos. Según informes recientes, el Ejecutivo chaqueño, a través de la Fiduciaria del Norte, ha destinado más de 6.170 millones de pesos a medios de comunicación que son considerados «amigables». De manera similar, la Lotería Chaqueña ha desembolsado más de 630 millones de pesos en gastos publicitarios a favor de medios afines, mientras que la Legislatura local, también bajo el control de la Unión Cívica Radical (UCR), ha invertido más de 213 millones en la misma dirección.

Esta práctica de gastar enormes sumas de dinero en blindaje mediático plantea varias interrogantes. En primer lugar, ¿en qué medida este gasto afecta la disponibilidad de recursos que podrían haberse destinado a programas de asistencia social, mejora de infraestructura, y, sobre todo, a políticas que busquen erradicar la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria? En lugar de abordar los problemas fundamentales que aquejan a la población, el gobierno parece más interesado en construir y mantener una imagen favorable, a pesar de la crisis que viven millones de chaqueños.

La construcción de una imagen favorable en tiempos de crisis

 

La cantidad desmesurada de recursos destinados a la comunicación y a la promoción de una imagen positiva del gobierno se traduce en una táctica política que pretende ocultar la realidad subyacente. Al garantizar una narrativa mediática que se alinee con sus intereses, los funcionarios buscan desviar la atención de la crisis económica que muchos chaqueños enfrentan a diario. Esta estrategia, común en muchos gobiernos, refleja no solo una falta de preocupación por las necesidades reales de la población, sino también una desconexión alarmante entre quienes toman decisiones y aquellos a quienes dichas decisiones afectan.

Es importante señalar que esta dinámica no es exclusiva del Chaco, sino que se observa en diferentes contextos políticos. Sin embargo, la magnitud del gasto en publicidad en comparación con la situación socioeconómica de la población chaqueña es particularmente llamativa y revela una falta de empatía y compromiso con el bienestar de la ciudadanía. Los medios que reciben este financiamiento se convierten, así, en cómplices de esta narrativa que busca sostener un relato optimista que dista mucho de la realidad.

La implicancia social de estas decisiones

 

La priorización del gasto en comunicados y propaganda no solo tiene efectos a corto plazo en la política y la opinión pública, sino que también tiene consecuencias sociales a largo plazo. Cuando un gobierno elige invertir en blindaje mediático en lugar de en soluciones concretas a problemas estructurales, perpetúa ciclos de pobreza e inequidad. Además, esta situación fomenta la desconfianza en las instituciones políticas, ya que la ciudadanía percibe un desapego y una irresponsabilidad por parte de quienes deberían velar por su bienestar.

La falta de atención a las demandas reales de los chaqueños puede llevar a un incremento en la desconfianza institucional y a un debilitamiento del sistema democrático. En última instancia, la elección de priorizar la imagen sobre la sustancia puede tener repercusiones en la gobernabilidad, en la cohesión social y en la paz social de la provincia.

Conclusión

 

El escenario que se presenta en el Chaco es, lamentablemente, una representación de las crisis sociales que muchas regiones en Argentina enfrentan. El hecho de que un número tan significativo de habitantes no tenga acceso a la alimentación adecuada es una potente llamada de atención sobre la urgencia de adoptar medidas que realmente atiendan las necesidades de la población.

Mientras el gobierno de Leandro Zdero continúa invirtiendo millones en crear y sostener una imagen optimista, la realidad de la pobreza y la inseguridad alimentaria se expande, poniendo en cuestión no solo su eficacia como administración, sino también su legítimo derecho a gobernar en nombre de un pueblo que clama por soluciones, y que merece algo mucho más que promesas vacías. La verdadera medida del éxito de un gobierno debe ser su capacidad para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, no su habilidad para manipular la percepción pública. En este sentido, la denuncia de estas prácticas y la exigencia de un cambio en las prioridades del gasto público son esenciales para forjar un futuro más justo y equitativo para los chaqueños.

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La sombra de la corrupción en el programa “Ñachec”, la coordinadora Silvia Fermani explotaría a becarios

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El programa ÑACHEC, diseñado para proporcionar asistencia básica a familias en situación de vulnerabilidad, enfrenta señalamientos por presuntas irregularidades en su operación. Becarios fueron dados de baja por la coordinadora Silvia Fermani.

De acuerdo fuentes de Q|H|C, Silvia Fermani perteneciente a la línea “Sumar” de Leandro Zdero, utiliza a becarios del programa “más incluir” destinada a fomentar la inclusión y el acceso a la educación para estudiantes en situación de vulnerabilidad social o económica, serian explotados laboralmente por Fermani, según fuentes, los becarios solo deben cumplir 20 horas semanales, es decir, media jornada laboral, pero esto no ocurría así, ya que relatan que “en la última entrega del mes de septiembre tuvimos ordenes de presentarnos a las 6 am hasta 13 y desde las 15 hs hasta la 20 hs.”

Para sorpresa de algunos becarios, cuando fueron a cobrar en la fecha pactada, se encontraron que el dinero de la beca (80 mil pesos) no fueron depositados a sus cuentas, según fuentes de Q|H|C, fueron dados de baja por no pertenecer al partido SUMAR; “luego de habernos explotados durante meses y cumplir nuestro horario laboral y horas extras impagas, Silvia Fermani dio la orden de darnos de baja”.

Entre las denuncias más graves, se señala la asignación discrecional de los recursos, “si ella sabe que vos criticas en las redes sociales a Leandro Zdero y estas en la lista del programa Ñachec, te saca”, en algunos casos, las despensas se distribuyeron únicamente si no críticas al gobierno provincial, convirtiendo la ayuda en una herramienta de coacción electoral.

El programa que el Gobernador Leandro Zdero ejecuto porque ponía fin a los “intermediarios”, sigue siendo la misma maniobra política que utilizaron algunos intermediarios en el gobierno anterior, la cosa es sencilla, si criticas entras en la lista negra.

 

fuentes Q|H|C

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