Economia
Cuáles son los nuevos riesgos que trae el dólar barato y el fin de la brecha cambiaria
El atraso cambiario ya es un hecho indiscutible que abre paso al interrogante sobre los costos y beneficios económicos del billete planchado
Si existe o no el atraso cambiario ya es una discusión superada. El punto central que desvela al mercado y a empresarios de distintos sectores es, eventualmente, cuánto puede durar. Previsiblemente, no hay una respuesta concluyente a ese interrogante. Son múltiples los factores que inciden con la complejidad adicional que el actual contexto macroeconómico no es comparable al existente en aquellos períodos en los que el tipo de cambio real tenía un nivel similar al actual. La diferencia que lo puede cambiar todo, se sabe, es el superávit fiscal. Aun así, el espejo retrovisor plantea dudas atendibles.
De acuerdo al índice de tipo de cambio real multilateral -lo que no necesariamente es el único indicador de tipo de cambio de equilibrio o ideal para la economía pero sí una referencia clave- que publica el Banco Central, el dólar real se encuentra hoy levemente por debajo que hace un año y apenas por encima que en diciembre de 2015, antes de la devaluación y levantamiento del cepo. Es decir, no tan lejano al mínimo previo de la salida de la convertibilidad. Todos esos puntos críticos fueron seguidos de una fuerte corrección cambiaria, una perspectiva que no asoma en el horizonte en el corto plazo. Lejos de eso, la presunción que se extiende es que la economía ingresó en un ciclo de “peso fuerte” o, mejor dicho, “dólar barato”.
Costos y beneficios de esa estrategia en términos productivos al margen, el dólar bajo presenta riesgos no menores, al menos en las condiciones actuales. El principal de ellos es el mismo de siempre: el de una corrida cambiaria, en este caso, fogoneada por un evento disruptivo como un shock intencional o un conflicto político. Aunque mejora su posición, incluso con un nivel de compras de divisas inédito para esta altura del año, el Banco Central sigue sin tener dólares para enfrentar tamaño inconveniente. De ahí que la salida del cepo sea una alternativa posible recién cuando el BCRA reúna reservas o consiga fondos frescos. En ese trámite está el Gobierno con el Fondo Monetario aunque nada indica que será un monto que pueda impresionar al mercado si no se complementa con desembolsos de otros orígenes, como el REPO y los créditos que ya se vienen anunciando con los demás organismos multilaterales, el BID y el Banco Mundial.
“Si el contexto internacional se complica o hay un susto político, el potencial de caída del peso es muy grande y el BCRA no tiene reservas”, advirtieron los analistas Adrián Rozanski y Mariano Skladnik, de la consultora 1816. Recordaron, además, que medidos a la cotización del contado con liquidación, el stock de pesos prácticamente se duplicó al pasar de USD 50.000 millones a más de USD 100.000 millones computando los títulos del Tesoro en manos de inversores que no son bancos. La cifra da una magnitud del impacto que podría provocar ese shock.
Incluso si eso no ocurriera o se conjurara ese riesgo, el dólar barato no es inocuo, o más bien todo lo contrario, para varios sectores de la economía. Por estacionalidad, el ejemplo en boga es el turismo. Viajar al exterior se convirtió en una opción mucho más competitiva que el verano pasado frente a los precios en dólares que se publican en los principales centros turísticos del país. La Argentina está cara. También algunos sectores industriales afrontarían un problema similar, particularmente de cara a la apertura de las importaciones.
Incluso desde el sector más competitivo de la economía, el campo, se vislumbran dificultades. Si bien es cierto que el atraso cambiario es hoy compensado de alguna manera por la reducción de la brecha, la desaparición del incentivo del dólar blend pone todo el foco en el nivel de retenciones. Esto particularmente en un contexto de precios bajos de la soja, que oscila entre los USD 370 y USD 380 la tonelada, muy lejos de los precios vistos hasta el año pasado.
“Si el dólar blend pierde competitividad (por baja del CCL e inflación en pesos), el dólar sigue fortaleciéndose mundialmente, los stocks finales de soja subiendo mundialmente, el temita de las retenciones se va a ir haciendo más difícil de lo que está”, vaticinó el economista Fausto Spotorno.
Economia
Fin del Impuesto PAIS: qué dijo Caputo sobre el futuro del dólar tarjeta a partir de enero 2025
El ministro de Economía adelantó cambios en las políticas cambiarias que afectarán al dólar tarjeta y el levantamiento del cepo. También se negocian medidas con el FMI para garantizar estabilidad económica en los próximos años
El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el dólar tarjeta, conocido también como dólar turista, reducirá su valor en las próximas semanas, anticipando un alivio para quienes realizan consumos en moneda extranjera. El funcionario explicó que, aunque el dólar turista mantendrá una cotización superior al oficial, los ajustes recientes permitirán una disminución. Este tipo de cambio actualmente incluye un impuesto PAIS del 30% y una percepción del 30% a cuenta de Ganancias. Sin embargo, el impuesto PAIS será eliminado el 24 de diciembre, marcando un cambio importante en la estructura del tipo de cambio para este sector.
Respecto al levantamiento del cepo cambiario, Caputo ratificó que será una realidad en 2025. Durante una entrevista, sostuvo que el Gobierno no desea apresurarse y que está buscando las condiciones necesarias para garantizar que la medida no genere problemas económicos. Según el ministro, a pesar de los avances en la acumulación de reservas del Banco Central, todavía hay variables económicas que deben estabilizarse antes de implementar el levantamiento definitivo de las restricciones cambiarias.
Caputo resaltó que las reservas del Banco Central se vieron impactadas por una combinación de pagos de deuda y compras de divisas. Además, explicó que la reducción de la brecha entre el dólar blue y el oficial, junto con un crecimiento económico proyectado del 5% anual, refuerza la viabilidad del plan. Subrayó que no hay necesidad de apresurar la apertura del mercado cambiario mientras la estabilidad económica y la confianza de los inversores sigan creciendo.
En cuanto a los avances en las negociaciones internacionales, Caputo también reconoció que el Gobierno argentino mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para establecer un nuevo acuerdo que incluiría la llegada de fondos frescos. Durante una conferencia de prensa, señaló que este nuevo programa podría implicar desembolsos importantes y que el foco actual está en definir tanto el monto como el cronograma para recibir esos recursos.
Caputo indicó que se discuten diferentes escenarios, desde un desembolso inicial de 1.000 millones de dólares hasta un esquema más ambicioso de 12.000 millones de dólares. Según el funcionario, esta última opción permitiría fortalecer las reservas del Banco Central y dar mayor margen de maniobra al Gobierno para sostener las políticas cambiarias y monetarias.
Desde el FMI, su vocera, Julie Kozack, valoró las políticas implementadas por la administración actual y destacó los “resultados impresionantes” logrados en estabilización económica, control monetario y acumulación de reservas. Estos avances abren la puerta para que Argentina pase a un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, que incluiría metas cuantitativas y compromisos de reformas estructurales.
En paralelo, el Gobierno confirmó que recibirá 4.000 millones de dólares adicionales en financiamiento proveniente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. Estos recursos contribuirán a fortalecer las reservas y facilitarán el cumplimiento de los compromisos financieros con privados y organismos internacionales.
Además, la reducción del riesgo país, que se aproxima a perforar los 700 puntos básicos, ofrece nuevas opciones de financiamiento en el mercado internacional. Entre las estrategias que evalúa el Gobierno, se encuentran la emisión de deuda a tasas más bajas y canjes de bonos cortos como el AL29 y el AL30 por títulos con vencimientos más largos, con incrementos en los cupones para hacer más atractivas las operaciones a los inversores.
Aunque el levantamiento del cepo está proyectado para 2025, las negociaciones con el FMI y los esfuerzos para reducir el riesgo país podrían acelerar ciertas decisiones. Sin embargo, estas medidas estarán condicionadas por la capacidad del Gobierno para mantener los actuales niveles de superávit fiscal, acumulación de reservas y control sobre los agregados monetarios.
Por último, Caputo destacó que el país se encuentra en un proceso de convergencia económica. Las políticas actuales están orientadas a garantizar que cualquier cambio en el esquema cambiario no impacte negativamente en la estabilidad macroeconómica.
Economia
Caputo negó los rumores y dijo que el cepo se queda hasta que las reservas sean positivas
El ministro de Economía rechazó de plano las versiones que hablan de un inminente final del cepo: «Se desancla el programa y vuelve Cristina», afirmó.
El ministro de Economía le dió una extensa entrevista a Jonatan Viale. Durante el diálogo, Toto enfrió las tensiones con Mauricio Macri y Victoria Villarruel, identifico a Santiago como su sobrino y defendió al Gordo Dan de los agravios de los periodistas. Sin embargo la definición mas importante fue la solidez con la que reconoció que hay cepo para rato.
Viale fue al punto, «¿Si ya casi no hay brecha, la inflación sigue bajando, igual que el riesgo país, cuando se abre el cepo? La respuesta del titular del Palacio de Hacienda fue muy precisa: «Se estan dando algunas de las convergencias, pero no la primera que buscamos que es el nivel de reservas. Si bien compramos un montón, USD 19.000 millones, tuvimos que hacer muchísimos pagos, a organismos, a los bonistas y demas, por lo tanto todavía seguimos en reservas netas negativas, en USD 4000 millones y no hemos terminado con el problema de stocks, quedan dividendos de empresas que a las que les gustaría repatriar, entonces cuando se den todas esas condiciones lo vamos a sacar. ¿Será en el 2025? Si, va a ser en el 2025. El cuando no es tan importante como le quieren hacer creer a la gente» consideró el ministro.
Los rumores sobre una salida abrupta del cepo cobraron fuerza por las últimas horas. La presión de los inversores externos se pone cada vez más intensa. «Hay mucha presión para levantar las restricciones, pero no se sabe si es porque están desesperados por entrar, o si, por el contrario, son pesos atrapados que quieren ir al dólar y salir», afirmó.
En este sentido la mención del ministro al stock de dividendos no es una cuestión menor. Una demanda excesiva de dólares dispara la cotización y una nueva escalada inflacionaria. Con este panorama, Caputo parece haber aprendido la lección.
Otra definición clave para la dinámica económica fue sobre las retenciones. «Las vamos a levantar cuando tengamos el superávit necesario para poder hacerlo. Por todo lo que vivió Argentina en el pasado no tenemos las mismas herramientas de política económica que tiene un país desarrollado entonces nosotros queremos bajar impuestos, tenemos que pisar sobre seguro en la medida que tengamos el superávit».
«Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio», concluyó Caputo.
Economia
Una remera de marca cuesta siete veces más que una vendida en el sector informal y 35% más que en el exterior
La industria textil argentina se encuentra marcada por altos costos impositivos, restricciones a la importación y un mercado fragmentado, lo que encarece significativamente los precios de las prendas, según un informe del Instituto de Economía de la UADE. Comparaciones con otros países
El precio de la ropa en la Argentina no deja de llamar la atención. En un contexto de elevados impuestos, barreras arancelarias y un mercado fragmentado entre lo formal y lo informal, las diferencias de precios en prendas similares alcanzan cifras sorprendentes.
Un relevamiento del Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) revela que una remera de primera marca puede costar hasta siete veces más que una vendida en mercados informales como Avellaneda, y un 35% más que en países como Estados Unidos y España.
Los datos muestran cómo las condiciones del sector no solo perjudican a los consumidores, sino que también limitan la competitividad del mercado local frente a otras economías.
La disparidad de precios es especialmente visible dentro del mercado local. Una remera de hombre en Avellaneda, conocida por su amplia oferta informal, cuesta en promedio $10.000. Sin embargo, al pasar a un local de barrio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el precio se duplica hasta los $20.000. En shoppings o locales de primeras marcas, una prenda similar puede alcanzar los $70.000.
Esto significa que, con $100.000, un consumidor puede adquirir 10 remeras en Avellaneda, 5 en un local de barrio o solo 1 en un local de primera marca. Estas diferencias no solo reflejan las condiciones de informalidad, sino también el impacto de los costos impositivos y operativos sobre los precios finales.
Comparación con el exterior
El informe de INECO también destaca que la ropa en la Argentina es significativamente más cara que en mercados internacionales. A modo de ejemplo:
- Un jean Levis 501 cuesta USD 108 en Argentina, frente a USD 48 en Estados Unidos y USD 80 en España.
- Un vestido Zara de verano tiene un precio de USD 53 en el país, mientras que en Estados Unidos cuesta USD 43 y en España USD 32.
- Un par de zapatillas Nike alcanza los USD 123 en Argentina, frente a USD 92 en Estados Unidos y USD 78 en España.
Estos sobreprecios son atribuidos principalmente a las barreras arancelarias que limitan la importación, además de los elevados costos productivos y de comercialización que enfrenta la industria nacional. “Una de las principales causas que afectaron a la industria textil y, por tanto, explican los elevados precios que se cobran en el mercado es la política en materia de comercio internacional que afronta el sector, con fuertes barreras a la importación. Esta política perjudica a los consumidores, quienes pagan precios más altos y disponen de menos opciones de compra. Adicionalmente, el marco impositivo nacional presiona sobre las cadenas de producción, ya que la mitad del precio de una remera son impuestos”, sostiene el informe.
De acuerdo con el documento, el alto costo de la ropa de marca en la Argentina tiene varias causas interconectadas:
- Impuestos elevados: de acuerdo con el informe, el 50% del precio de una remera corresponde a impuestos. Esto incluye tributos nacionales, provinciales y municipales que impactan en toda la cadena productiva, desde la fabricación hasta la venta.
- Mercado informal: el sector textil argentino presenta una de las tasas más altas de informalidad, con un 65% del empleo en negro. Este fenómeno permite a los vendedores informales operar con costos significativamente más bajos que los locales que cumplen con las normativas fiscales y laborales.
- Barreras a la importación: las restricciones arancelarias elevan los costos de las prendas importadas, lo que reduce la competencia en el mercado local y permite que los precios internos se mantengan altos.
- Segmentación del mercado: los puntos de venta en Argentina están claramente divididos en segmentos como Avellaneda, La Salada, locales de barrio y shoppings, cada uno con condiciones comerciales y laborales muy diferentes. Esto genera una amplia disparidad de precios y calidad.
Impacto en el consumo
El alto precio de la ropa en la Argentina afecta directamente el consumo. Según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) de 2017-2018, las familias destinan el 6,8% de su presupuesto mensual a la compra de prendas. Con precios elevados y opciones limitadas, muchos consumidores recurren a mercados informales, reduciendo aún más la competitividad de los locales formales.
En términos de la economía nacional, el sector textil representa el 2,5% del PBI. Sin embargo, un modelo más abierto y competitivo podría incrementar esta participación al 2,8%, según estimaciones del informe, al tiempo que reduciría el gasto de los hogares en ropa en un 25%.
¿Es posible bajar los precios?, se preguntan los economistas que realizaron el documento. Y la respuesta es que sí, mediante las siguientes acciones:
-Reduciendo la carga impositiva: una disminución del 50% en los impuestos podría reducir los precios finales en un 25%, incentivando el consumo y fortaleciendo el mercado interno.
-Abriendo el mercado a las importaciones: una reducción de los aranceles a la mitad permitiría una baja del 20% en los precios, aumentando la oferta y beneficiando a los consumidores.
-Fomentando la formalización del sector: políticas que reduzcan costos laborales y fiscales podrían incentivar a los pequeños productores y comerciantes a formalizarse, mejorando las condiciones de trabajo y reduciendo la brecha de precios.
Sin embargo, los especialistas advierten que estas medidas deben ir acompañadas de un fortalecimiento de la industria nacional para evitar cierres de empresas y pérdida de empleos.
-
CORRUPCION1 día ago
CHACO MEGA CORRUPCION de LEANDRO ZDERO Diputados deunciaron el robo de 600 millones de pesos
-
NOTICIAS1 día ago
Ola de robos en el Banco de Alimentos: «ver a niños robando fue la gota que derramó el vaso»
-
NOTICIAS1 día ago
Misiones: Incautan 20.000 paquetes de cigarrillos que eran llevados en una camioneta robada
-
Deportes1 día ago
NFL teme que el crimen organizado esté detrás de los robos a las casas de Travis Kelce y Patrick Mahomes
-
NOTICIAS1 día ago
Nueva modalidad de estafa: la Municipalidad alertó sobre multas falsas con QR
-
NOTICIAS1 día ago
Salta: Circulaban con más de 109 kilos de cocaína acondicionados en las puertas, el torpedo y debajo de los asientos
-
NOTICIAS1 día ago
PUERTO VILELAS La policía frustró infraganti la venta de una moto robada
-
CORRUPCION1 día ago
Los desmontes en el Chaco superaron las 36 mil hectáreas en lo que va del año 2024