Economia
Conflicto gremial por la posible salida de un grupo gastronómico extranjero
La contratación de la empresa Aramark por parte de una automotriz derivó en una disputa con UTHGRA, que acusa a la multinacional de «hacer las valijas»
El posible retiro de la Argentina de una de las principales multinacionales proveedoras de catering empresario acaba de abrir un preocupante conflicto gremial de impensadas consecuencias.
Se trata de la eventual decisión de Aramark Argentina, filial local del grupo de origen chileno-norteamericano, que ofrece servicios de alimentación y gestión de instalaciones, y cuenta con más de 25 años de presencia en el país y da trabajo a más de 1.500 personas.
A nivel global, la organización es reconocida como un referente en servicios de alimentación y hospitalidad, operando en sectores como la minería, petróleo y gas, educación, salud y empresas industriales.
Si bien hace unos meses sus ejecutivos aseguraron tener planes de expansión para sus negocios en la Argentina, desde la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA), se denuncia que la empresa «está por hacer las valijas».
Gremios, en alerta, preparan movilización
Mediante una solicitada, las autoridades de la Seccional Norte de este sindicato muestran su preocupación por la posible contratación de esta empresa por parte de una automotriz radicada en la provincia de Buenos Aires, teniendo en cuenta las versiones que suponen el retiro de Aramark del mercado local.
«Transmito en nombre propio, de la comisión ejecutiva y de los 130 trabajadores gastronómicos afectados al servicio del comedor, la gran preocupación que existe al tomar conocimiento de rumores que dan cuenta de la posible contratación de la empresa de origen multinacional Aramark», se advierte en un comunicado del sindicato que firma Fabián Agüero, secretario general de UTHGRA, Seccional Norte.
El documento, que lleva el título de «Alerta y Movilización», asegura que la salida de Aramark del mercado local «es de público conocimiento» y la compara con lo que ya hicieron otras empresas extranjeras que participan del mismo negocio de servicios gastronómicos como Compass y Sodexo, «siendo también de público conocimiento que la empresa estaría a la venta a nivel mundial».
Grupo gastronómico extranjero: una relación conflictiva con los sindicatos
Ante dicha situación, las autoridades de UTHGRA reclaman «de manera urgente» una reunión con representantes de la automotriz «con el objetivo de hacerles llegar la posición de esta entidad gremial en relación a dicha empresa».
Ocurre que, para el sindicato, «la referida carece de las mejores relaciones en el ámbito laboral para con sus empleados como para con la representación sindical, circunstancia ya ocurrida en la zona cuando dejó de prestar servicio en la planta automotriz de Honda, debido a reclamos permanentes de SMATA, por problemas en el comedor, dejando allí a los trabajadores a la deriva, lo cual requirió la advertencia e intervención de nuestro gremio».
En este contexto, Agüero destaca el «permanente acompañamiento» del sindicato «por décadas garantizando la producción en la planta de Zárate, administrando cualquier conflicto a través de un historial de diálogo con cualquier prestador».
La solicitada además aclara que el gremio «siempre ha actuado responsablemente atendiendo algo básico y fundamental como es que si el operario no come bien, como corresponde en tiempo y forma, la fábrica no produce, por eso no han tenido paros ni demoras por décadas».
El paper también recuerda «la gran preocupación» de los trabajadores «por los cambios que se plantearían en relación con el servicio de comedor».
Y finaliza calificando de «alarmante para todos los compañeros» esta posible decisión, «más aún cuando es una empresa manejada desde el exterior y sin capacidad de decisión inmediata en nuestro país ante eventuales conflictos».
Empresas en argentina marcan salidas «recurrentes»
Más allá de la resolución o no de este conflicto sindical, la salida de una empresa multinacional de la Argentina no es una novedad, aunque la decisión se tome en tiempos de un gobierno libertario, más afín al mundo corporativo y que busca que el país vuelva a estar en el foco de los inversores internacionales.
La idea de «aprovecharse del mercado y luego desaparecer» tiene años en la Argentina, donde una gran cantidad de compañías extranjeras abandonan los sectores donde operan generando incertidumbre económica y perjuicio laboral, luego de haber prometido crecimiento y competitividad, además de estabilidad y generación de empleo.
Parte de este modus-operandi es desembarcar con estrategias de bajos precios, muchas veces insostenibles, eludiendo regulaciones y recortando beneficios laborales que afectan los salarios y derechos de sus trabajadores, para maximizar ganancias en el corto plazo.
Una vez que estas prácticas dejan de ser rentables o el mercado se vuelve más desafiante, se retiran, dejando detrás un rastro de inestabilidad; retrasos en los pagos que generan una cadena de incumplimientos y endeudamientos que debilitan al sector productivo.
Los proveedores afectados
En gran parte, estas multinacionales trabajan con proveedores locales que dependen de sus contratos para sostener sus negocios y que, al retirarse su contratista, pierden una fuente importante de ingresos o quedan expuestos a grandes endeudamientos, con situaciones financieras delicadas.
La inestabilidad gremial es otra de las consecuencias, ya que los sindicatos enfrentan cada vez más tensiones, con un entorno laboral que se degrada y derechos laborales amenazados por estas prácticas que pueden ser claramente consideradas como abusivas y creadoras de despidos masivos y condiciones laborales deterioradas.
Un escenario que, en muchos casos, abre la puerta a serios conflictos gremiales y que muchas veces derivan en huelgas y protestas, afectando tanto la productividad como la imagen del sector.
Salida de multinacionales: ¿espacio estratégico para empresas argentinas?
Esta tendencia no solo afecta la economía a corto plazo, sino que también tiene un impacto duradero en la confianza y estabilidad del mercado laboral, desincentivando tanto la inversión como el empleo de calidad.
En la historia reciente aparecen casos como los de Walmart, que vendió su operación argentina citando dificultades para mantener la rentabilidad y estabilidad en el país.
Otro ejemplo es el de LATAM Airlines, que anunció la salida del mercado aerocomercial local debido a la crisis económica, los efectos de la pandemia y la dificultad para sostener costos.
Quizá el más paradigmático haya sido el de Falabella, cadena chilena que decidió cerrar sus tiendas y operación argentina durante el 2020.
Se trata de situaciones que, en algunos casos, abrieron un espacio estratégico que empresas nacionales aprovecharon para ganar participación en el mercado y fortalecer sus operaciones, contribuyendo a una reactivación y crecimiento de sectores clave de la economía nacional.
Esta capacidad de adaptarse rápidamente a las oportunidades y desafíos económicos del país ha sido clave para grandes empresas argentinas, que cuentan con una ventaja estratégica al tener un profundo conocimiento del mercado local, una red consolidada de proveedores y la flexibilidad operativa necesaria para enfrentar distintos desafíos y poder seguir ofreciendo servicios.
Es una muestra de que las compañías locales con orientación hacia la producción y el desarrollo nacional, no solo han cubierto el vacío dejado por las extranjeras, sino que también se han posicionado como actores fundamentales para la recuperación y el crecimiento sostenido de la economía, en un país que actualmente necesita empresas que no solo busquen ganancias inmediatas, sino que también se comprometan a construir un futuro en el que todos los actores del mercado puedan prosperar.
Economia
Fin del Impuesto PAIS: qué dijo Caputo sobre el futuro del dólar tarjeta a partir de enero 2025
El ministro de Economía adelantó cambios en las políticas cambiarias que afectarán al dólar tarjeta y el levantamiento del cepo. También se negocian medidas con el FMI para garantizar estabilidad económica en los próximos años
El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el dólar tarjeta, conocido también como dólar turista, reducirá su valor en las próximas semanas, anticipando un alivio para quienes realizan consumos en moneda extranjera. El funcionario explicó que, aunque el dólar turista mantendrá una cotización superior al oficial, los ajustes recientes permitirán una disminución. Este tipo de cambio actualmente incluye un impuesto PAIS del 30% y una percepción del 30% a cuenta de Ganancias. Sin embargo, el impuesto PAIS será eliminado el 24 de diciembre, marcando un cambio importante en la estructura del tipo de cambio para este sector.
Respecto al levantamiento del cepo cambiario, Caputo ratificó que será una realidad en 2025. Durante una entrevista, sostuvo que el Gobierno no desea apresurarse y que está buscando las condiciones necesarias para garantizar que la medida no genere problemas económicos. Según el ministro, a pesar de los avances en la acumulación de reservas del Banco Central, todavía hay variables económicas que deben estabilizarse antes de implementar el levantamiento definitivo de las restricciones cambiarias.
Caputo resaltó que las reservas del Banco Central se vieron impactadas por una combinación de pagos de deuda y compras de divisas. Además, explicó que la reducción de la brecha entre el dólar blue y el oficial, junto con un crecimiento económico proyectado del 5% anual, refuerza la viabilidad del plan. Subrayó que no hay necesidad de apresurar la apertura del mercado cambiario mientras la estabilidad económica y la confianza de los inversores sigan creciendo.
En cuanto a los avances en las negociaciones internacionales, Caputo también reconoció que el Gobierno argentino mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para establecer un nuevo acuerdo que incluiría la llegada de fondos frescos. Durante una conferencia de prensa, señaló que este nuevo programa podría implicar desembolsos importantes y que el foco actual está en definir tanto el monto como el cronograma para recibir esos recursos.
Caputo indicó que se discuten diferentes escenarios, desde un desembolso inicial de 1.000 millones de dólares hasta un esquema más ambicioso de 12.000 millones de dólares. Según el funcionario, esta última opción permitiría fortalecer las reservas del Banco Central y dar mayor margen de maniobra al Gobierno para sostener las políticas cambiarias y monetarias.
Desde el FMI, su vocera, Julie Kozack, valoró las políticas implementadas por la administración actual y destacó los “resultados impresionantes” logrados en estabilización económica, control monetario y acumulación de reservas. Estos avances abren la puerta para que Argentina pase a un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, que incluiría metas cuantitativas y compromisos de reformas estructurales.
En paralelo, el Gobierno confirmó que recibirá 4.000 millones de dólares adicionales en financiamiento proveniente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. Estos recursos contribuirán a fortalecer las reservas y facilitarán el cumplimiento de los compromisos financieros con privados y organismos internacionales.
Además, la reducción del riesgo país, que se aproxima a perforar los 700 puntos básicos, ofrece nuevas opciones de financiamiento en el mercado internacional. Entre las estrategias que evalúa el Gobierno, se encuentran la emisión de deuda a tasas más bajas y canjes de bonos cortos como el AL29 y el AL30 por títulos con vencimientos más largos, con incrementos en los cupones para hacer más atractivas las operaciones a los inversores.
Aunque el levantamiento del cepo está proyectado para 2025, las negociaciones con el FMI y los esfuerzos para reducir el riesgo país podrían acelerar ciertas decisiones. Sin embargo, estas medidas estarán condicionadas por la capacidad del Gobierno para mantener los actuales niveles de superávit fiscal, acumulación de reservas y control sobre los agregados monetarios.
Por último, Caputo destacó que el país se encuentra en un proceso de convergencia económica. Las políticas actuales están orientadas a garantizar que cualquier cambio en el esquema cambiario no impacte negativamente en la estabilidad macroeconómica.
Economia
Cuáles son los nuevos riesgos que trae el dólar barato y el fin de la brecha cambiaria
El atraso cambiario ya es un hecho indiscutible que abre paso al interrogante sobre los costos y beneficios económicos del billete planchado
Si existe o no el atraso cambiario ya es una discusión superada. El punto central que desvela al mercado y a empresarios de distintos sectores es, eventualmente, cuánto puede durar. Previsiblemente, no hay una respuesta concluyente a ese interrogante. Son múltiples los factores que inciden con la complejidad adicional que el actual contexto macroeconómico no es comparable al existente en aquellos períodos en los que el tipo de cambio real tenía un nivel similar al actual. La diferencia que lo puede cambiar todo, se sabe, es el superávit fiscal. Aun así, el espejo retrovisor plantea dudas atendibles.
De acuerdo al índice de tipo de cambio real multilateral -lo que no necesariamente es el único indicador de tipo de cambio de equilibrio o ideal para la economía pero sí una referencia clave- que publica el Banco Central, el dólar real se encuentra hoy levemente por debajo que hace un año y apenas por encima que en diciembre de 2015, antes de la devaluación y levantamiento del cepo. Es decir, no tan lejano al mínimo previo de la salida de la convertibilidad. Todos esos puntos críticos fueron seguidos de una fuerte corrección cambiaria, una perspectiva que no asoma en el horizonte en el corto plazo. Lejos de eso, la presunción que se extiende es que la economía ingresó en un ciclo de “peso fuerte” o, mejor dicho, “dólar barato”.
Costos y beneficios de esa estrategia en términos productivos al margen, el dólar bajo presenta riesgos no menores, al menos en las condiciones actuales. El principal de ellos es el mismo de siempre: el de una corrida cambiaria, en este caso, fogoneada por un evento disruptivo como un shock intencional o un conflicto político. Aunque mejora su posición, incluso con un nivel de compras de divisas inédito para esta altura del año, el Banco Central sigue sin tener dólares para enfrentar tamaño inconveniente. De ahí que la salida del cepo sea una alternativa posible recién cuando el BCRA reúna reservas o consiga fondos frescos. En ese trámite está el Gobierno con el Fondo Monetario aunque nada indica que será un monto que pueda impresionar al mercado si no se complementa con desembolsos de otros orígenes, como el REPO y los créditos que ya se vienen anunciando con los demás organismos multilaterales, el BID y el Banco Mundial.
“Si el contexto internacional se complica o hay un susto político, el potencial de caída del peso es muy grande y el BCRA no tiene reservas”, advirtieron los analistas Adrián Rozanski y Mariano Skladnik, de la consultora 1816. Recordaron, además, que medidos a la cotización del contado con liquidación, el stock de pesos prácticamente se duplicó al pasar de USD 50.000 millones a más de USD 100.000 millones computando los títulos del Tesoro en manos de inversores que no son bancos. La cifra da una magnitud del impacto que podría provocar ese shock.
Incluso si eso no ocurriera o se conjurara ese riesgo, el dólar barato no es inocuo, o más bien todo lo contrario, para varios sectores de la economía. Por estacionalidad, el ejemplo en boga es el turismo. Viajar al exterior se convirtió en una opción mucho más competitiva que el verano pasado frente a los precios en dólares que se publican en los principales centros turísticos del país. La Argentina está cara. También algunos sectores industriales afrontarían un problema similar, particularmente de cara a la apertura de las importaciones.
Incluso desde el sector más competitivo de la economía, el campo, se vislumbran dificultades. Si bien es cierto que el atraso cambiario es hoy compensado de alguna manera por la reducción de la brecha, la desaparición del incentivo del dólar blend pone todo el foco en el nivel de retenciones. Esto particularmente en un contexto de precios bajos de la soja, que oscila entre los USD 370 y USD 380 la tonelada, muy lejos de los precios vistos hasta el año pasado.
“Si el dólar blend pierde competitividad (por baja del CCL e inflación en pesos), el dólar sigue fortaleciéndose mundialmente, los stocks finales de soja subiendo mundialmente, el temita de las retenciones se va a ir haciendo más difícil de lo que está”, vaticinó el economista Fausto Spotorno.
Economia
Caputo negó los rumores y dijo que el cepo se queda hasta que las reservas sean positivas
El ministro de Economía rechazó de plano las versiones que hablan de un inminente final del cepo: «Se desancla el programa y vuelve Cristina», afirmó.
El ministro de Economía le dió una extensa entrevista a Jonatan Viale. Durante el diálogo, Toto enfrió las tensiones con Mauricio Macri y Victoria Villarruel, identifico a Santiago como su sobrino y defendió al Gordo Dan de los agravios de los periodistas. Sin embargo la definición mas importante fue la solidez con la que reconoció que hay cepo para rato.
Viale fue al punto, «¿Si ya casi no hay brecha, la inflación sigue bajando, igual que el riesgo país, cuando se abre el cepo? La respuesta del titular del Palacio de Hacienda fue muy precisa: «Se estan dando algunas de las convergencias, pero no la primera que buscamos que es el nivel de reservas. Si bien compramos un montón, USD 19.000 millones, tuvimos que hacer muchísimos pagos, a organismos, a los bonistas y demas, por lo tanto todavía seguimos en reservas netas negativas, en USD 4000 millones y no hemos terminado con el problema de stocks, quedan dividendos de empresas que a las que les gustaría repatriar, entonces cuando se den todas esas condiciones lo vamos a sacar. ¿Será en el 2025? Si, va a ser en el 2025. El cuando no es tan importante como le quieren hacer creer a la gente» consideró el ministro.
Los rumores sobre una salida abrupta del cepo cobraron fuerza por las últimas horas. La presión de los inversores externos se pone cada vez más intensa. «Hay mucha presión para levantar las restricciones, pero no se sabe si es porque están desesperados por entrar, o si, por el contrario, son pesos atrapados que quieren ir al dólar y salir», afirmó.
En este sentido la mención del ministro al stock de dividendos no es una cuestión menor. Una demanda excesiva de dólares dispara la cotización y una nueva escalada inflacionaria. Con este panorama, Caputo parece haber aprendido la lección.
Otra definición clave para la dinámica económica fue sobre las retenciones. «Las vamos a levantar cuando tengamos el superávit necesario para poder hacerlo. Por todo lo que vivió Argentina en el pasado no tenemos las mismas herramientas de política económica que tiene un país desarrollado entonces nosotros queremos bajar impuestos, tenemos que pisar sobre seguro en la medida que tengamos el superávit».
«Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio», concluyó Caputo.
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