Tia Castle, de 31 años, padece una rara enfermedad que le impide orinar de manera normal. Todo empezó 8 años atrás, cuando su estómago comenzó a hincharse incómodamente y notó que hacía varios días que no iba al baño. Rápidamente, el dolor se volvió “insoportable” y, sin saber lo que estaba pasando, la joven corrió al hospital.
Mientras estaba allí, le dijeron que había desarrollado sepsis en su tracto urinario debido a que tenía retenidos en su cuerpo una cantidad impactante de dos litros de agua, sin liberarla. Ante el alto riesgo de que la infección empeorara, la mujer tuvo que ir manualmente al baño todos los días durante los siguientes nueve meses usando un catéter.
Desde entonces, le diagnosticaron una enfermedad poco común conocida como síndrome de Fowler y no ha podido orinar de forma natural durante ocho años. “Tenía un dolor terrible, pero por más que lo intentaba, no podía ir al baño”, contó Tia.
Al crecer, la joven (oriunda de Escocia) tuvo que lidiar con varias infecciones del tracto urinario y de los riñones, hasta el punto en que tuvieron que extirparle el riñón derecho. También sufría frecuentemente de pérdida de sensibilidad en la vejiga y espasmos vesicales “intensos” que arruinaban su sueño.
Durante el largo proceso que vivió los 8 años, tuvo que someterse a numerosas cirugías para que le colocaran catéteres permanentes en todo el cuerpo. “Me he perdido mucho y me han quitado todo lo que conocía. Todavía hay muchas cosas que quiero hacer en la vida, pero ahora mismo eso parece imposible”.
Qué es el síndrome de Fowler
El síndrome de Fowler, descubierto recién en el año 1985, dificulta la micción, lo que produce retención y un mayor riesgo de infección. Es causada por la incapacidad del músculo del esfínter de la vejiga para relajarse. La misma afecta a dos de cada millón de mujeres. Aunque la mayoría de las personas tienen una necesidad urgente de orinar si tienen la vejiga llena, esta sensación está ausente en las personas con síndrome de Fowler, incluso aunque su vejiga esté llena hasta su capacidad máxima. Esto puede provocar mucho dolor y malestar.
A menudo, los pacientes necesitarán acudir a urgencias para que les drenen la vejiga a través de un catéter. La gravedad de los síntomas varía de persona a persona. Algunas mujeres experimentan retención completa mientras que otras tienen dificultad para orinar y queda una cantidad residual en la vejiga. Las infecciones urinarias frecuentes pueden ser un problema para las mujeres que sufren el síndrome de Fowler debido a que la vejiga no se vacía adecuadamente.
Algunas mujeres también pueden experimentar dolor de espalda, de riñón y suprapúbico, junto con sangre en la orina. Los espasmos de vejiga también pueden ser un problema. Las mujeres con síndrome de Fowler tienen un mayor riesgo de sufrir sepsis debido a las infecciones que padecen. También corren el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos debido a que los consumen con frecuencia por necesidad.