Generalmente, las típicas ensaladas que se preparan para cenar resultan ser aburridas y desabridas. La lechuga produce gases a muchas personas y genera malestar a la hora de conciliar el sueño. Afortunadamente, existen alternativas verdes más digestivas pero igual de ligeras.
Los canónigos, la rúcula y los brotes de espinacas son una opción extremadamente saludable y liviana, además de ser nutritiva y saciante, ideal para disfrutar de un buen descanso.
Cómo es la ensalada perfecta
Apenas cuatro ingredientes tiene la ensalada perfecta: palta, mango, canónigos a modo de cama verde y queso fresco tipo queso de Burgos.
Estos cuatro elementos combinan de maravilla juntos: el frescor tropical del mango, la textura cremosa y las grasas saludables de la palta, y las proteínas con un sabor lácteo suave que aporta el queso. Los canónigos son muy agradables en este tipo de ensaladas, con su punto crujiente pero sin ser tan exagerado como la lechuga, mucho más tierno, de sabor herbáceo y con fondo picante pero a la vez dulce, con toques de frutos secos.
Si bien beber se asocia con menores inhibiciones y un mejor estado de ánimo, el consumo no es tan efectivo como se piensa.
Mucha gente cree erróneamente que el alcohol es un afrodisíaco. Sin embargo, el consumo excesivo de alcohol puede tener efectos negativos en la vida sexual.
La sexóloga Paula Fernanda, de Brasil, comenta que el problema no es beber, sino la cantidad y, sobre todo, tener que beber siempre para poder relajarse en la cama y sentirse seguro.
Dado que beber alcohol reduce las inhibiciones y perjudica el juicio, es un factor común que lleva a tener relaciones sexuales sin protección, lo que, a su vez, puede dar lugar a un embarazo no planificado o a una infección de transmisión sexual (ITS).
El alcohol y el deseo sexual
“Cuando estamos limpios de alcohol, podemos concentrarnos en el placer del sexo y permitir que nuestra propia excitación guíe y dirija la energía que se manifiesta allí. Como resultado, las experiencias se vuelven mucho más ricas, placenteras e incluso significativas”, argumenta.
Paula añade que muchas personas ven en la bebida un aliado a la hora de perder la vergüenza y sentirse más seguros. “Creo que muchas de las personas que beben alcohol para tener relaciones sexuales buscan sentirse menos inhibidas o avergonzadas y quieren mejorar su rendimiento en la cama”.
“La vergüenza es un freno importante al placer sexual y genera inhibiciones, ansiedad por el desempeño o miedo al juicio”, destaca la profesional. “Pero el consumo de bebidas alcohólicas también puede tener un efecto negativo, reduciendo la sensibilidad y dificultando el orgasmo”, advierte.
La impotencia temporal (o “caída de cervecero”) después de un episodio de consumo de alcohol es un problema común que experimentan los hombres. El alcohol puede limitar o impedir la eyaculación y la sequedad vaginal puede ser un problema para las mujeres debido a los efectos deshidratantes del alcohol.
El consumo excesivo y prolongado de alcohol en los hombres puede provocar pérdida de la libido y la potencia, encogimiento de los testículos, reducción del tamaño del pene, menor formación de esperma, pérdida de vello púbico y corporal y, como complicación de la cirrosis, agrandamiento de los senos.
Si se desea disfrutar de un buen sexo ahora y durante los próximos años, no hay que beber alcohol en absoluto o consumir no más de 1 o 2 bebidas por noche lo que permitirá disfrutar del sexo sin los efectos fisiológicos negativos mencionados anteriormente.
Cómo desarrollar la confianza sexual sin necesidad de beber alcohol
Para la sexóloga, el camino hacia la confianza sexual es el autoconocimiento y el desarrollo de nuevas habilidades.
“Las personas desarrollan diferentes habilidades en la vida. En el sexo, es la misma situación. Por eso, necesitamos autoconocimiento, comprender los recursos que hay en nuestro propio cuerpo y en el de la otra persona y desarrollar nuevas habilidades”, añade Paula.
La búsqueda de ayuda médica va a depender de las características de la herida y del animal que las haya producido.
Se sabe que los perros son los mejores amigos del hombre. Brindan compañía, promueven un estilo de vida más saludable y pueden ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad. Sin embargo, es importante recordar que los perros siguen siendo animales y son capaces de morder.
“Las mordeduras de perro representan un motivo de consulta frecuente”, señala la doctora Marlen Bustillos (M.N. 94.065), especialista en Cirugía Plástica Estética y Reparadora con experiencia en quemados y heridas complejas.
Según un trabajo del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”, entre el 20 y el 45% de los chicos menores de 15 años refieren haber sido mordidos durante su infancia.
Se estima que alrededor del 1% de las atenciones en servicios de urgencias a niños menores de 12 años se deben a mordeduras de perros y, si bien muchas de las lesiones son leves y no precisan atención médica, estas pueden ser graves e incluso fatales.
“Las mordeduras de perro son muy evitables. Siempre tenemos que pensar que no todas las razas de animales son adecuadas para criar con chicos. Hay animales que son agresivos instintivamente y que siempre van a atacar a un chico, especialmente por celos”, opina la médica.
El caniche también muerde
Incluso los perros más amistosos pueden morder cuando se asustan o son sometidos a situaciones de estrés. Los perros pequeños tienen más probabilidades de ser agresivos que los perros medianos y grandes, pero su comportamiento no se considera necesariamente tan amenazante como el de los perros grandes.
“Los caniches, por ejemplo, no tienen tolerancia a que los chicos jueguen con ellos, les hagan upa y entonces, de repente, pegan una mordida en la cara. Incluso, pasa esto con adultos”, advierte la cirujana, y agrega que la localización de las heridas tiene una estrecha relación con la edad de la víctima; así, cuanto mayor es el paciente, más frecuentes son las lesiones en extremidades, mientras que, a menor edad, mayor es el compromiso en cara, cabeza y cuello.
“La rápida reparación quirúrgica permite alcanzar los mejores resultados cosméticos y la menor tasa de infección. Sin embargo, este tipo de accidentes provoca una serie de efectos físicos y psicológicos, tanto para las víctimas como para sus padres, quienes en general son los dueños del perro y los ataques se producen en su hogar”, describe la cirujana.
Qué tengo que hacer si sufro una mordedura leve de perro
“Si el ataque lo produce un animal doméstico, se debe intentar confirmar que tiene la vacuna antirrábica al día. En el caso de no ser así o de tratarse de un animal salvaje, hay que acudir al hospital o al centro de salud más cercano para valorar la administración de la vacuna y de inmunoglobulina”, indica.
La experta advierte de un mayor riesgo de infección que una herida normal, por lo que es importante realizar un lavado minucioso con agua y jabón, seguido del uso de un antiséptico y, posteriormente, cubrir la zona con un apósito limpio. “Las curas deben realizarse de forma periódica al menos una vez al día”, enfatiza Bustillos, quien también es especialista en quemados y cáncer de piel.
“Los signos de infección habituales de este tipo de ataques son los locales de la zona de la mordedura. Por ejemplo, que aumente la hinchazón, que cambie el color de la piel, que duela o que supure la herida. Aunque algunos de estos síntomas son idénticos a los que se dan en el momento del mordisco, las infecciones suelen tardar horas o días en aparecer. Si esto ocurre, debe consultar a un profesional médico lo antes posible”, indica.
Ser adicto es ser humano. Aceptar esa afirmación puede conducir a soluciones compasivas y creativas, especialmente para quienes padecen las dependencias más peligrosas y mortales.
Las adicciones están determinadas por la biología, la psicología, las circunstancias de la vida y los factores sociales. El impacto de la adicción varía, con frecuencia según el panorama cultural y político. Pero si bien cada adicción tiene elementos únicos, es importante considerar primero el mecanismo subyacente común: el cerebro humano.
“La adicción, como sabemos, es una enfermedad compleja que afecta el cerebro y el comportamiento, y requiere empatía y comprensión para apoyar eficazmente a alguien en su camino hacia la recuperación”, señala Ashley Hall, directora de drogas y alcohol en Singing River Services en Mississippi, EE.UU. “Juzgar o avergonzar a alguien puede generar sentimientos de culpa e inutilidad, lo que puede obstaculizar el progreso y hacer que sea más difícil para las personas buscar la ayuda que necesitan”, agrega la experta.
Muchas personas que no viven con una adicción creen que la enfermedad es algo que la persona se busca a sí misma y que, por lo tanto, es algo de lo que se puede salir fácilmente. Pero esto es una completa incomprensión de cómo funciona la adicción.
“Históricamente, las personas que sufren de adicción han sido estigmatizadas, incluso dentro del campo de la medicina y la salud mental, lo que puede disuadirlas de buscar tratamiento y hacerlas sentir desvalorizadas”, remarca el Dr. Ryan Wade, psiquiatra y director de servicios. de adicción en el Hospital Silver Hill en Connecticut y agrega que “la vergüenza puede ser peligrosa para la salud mental, por lo que, como profesional en adicciones, me concentro en ayudar a los pacientes a superarla, no en reforzarla”.
La empatía y la motivación, apoyos fundamentales contra las adicciones
El Dr. Arthur Robin Williams, psiquiatra de adicciones certificado por la junta y director médico de Ophelia, con sede en Nueva York, adhiere a este marco de trabajo sin vergüenza mediante la práctica de lo que se conoce como entrevista motivacional (EM). Básicamente, este método de asesoramiento se centra en fortalecer la motivación personal para un cambio positivo, con compasión.
“La EM se desarrolló para intentar capacitar a los médicos para que apoyen a los pacientes con adicción de la misma manera que lo harían con pacientes con otros trastornos crónicos o problemas de la vida: aliento e inspiración en lugar de condena”, explicó.
“En particular, la EM enfatiza las preguntas abiertas, las afirmaciones, las reflexiones y los resúmenes que ayudan a generar un diálogo sobre el cambio entre los pacientes”, revela.
Vale la pena enfatizar, una vez más, que la adicción es una enfermedad, no es una elección ni un defecto de carácter. Tener eso en mente (y ser consciente de los factores que pueden contribuir a la adicción) es otra manera de generar empatía hacia las personas que luchan contra ella.