Politica
Santa Fe Con Traferri imputado, es la política santafesina la que está en el banquillo
La mayor parte de la institucionalidad santafesina, Justicia incluida, avaló que durante cuatro años un senador sospechado de un delito se presentara ante un juez.
La semana pasada el senador santafesino Armando Traferri fue acusado de ser jefe de una organización criminal desde la que garantizó la cobertura política y judicial para repartirse dinero ilícito. La prueba exhibida en dos días de audiencia fue abundante y variada.
El cambio de fiscales que Traferri exigió y logró para presentarse ante un tribunal no le mejoró la situación. Sus nuevos acusadores no se bajaron de ninguno de los delitos anticipados hace ya cuatro años que, si se validan, implicarán una condena efectiva.
Entre martes y miércoles los tres nuevos fiscales mostraron en detalle las acciones atribuidas al experimentado legislador. Expusieron cómo recibió dinero del capitalista de juego ilegal Leonardo Peiti, en qué reuniones acordadas, en cuáles fechas y en qué lugares.
También cómo organizó una estructura para que este empresario obtuviera las licencias del juego online de la provincia y cómo influyó para que cambiara la titularidad hacia otros socios sin problemas penales.
Cómo incidió para que magistrados aliviaran las sanciones al entorno de Peiti y cómo usó subsidios que recibía como senador para que una psiquiatra dictaminara que su aliado debía estar en una clínica en lugar de una prisión.
Lo más importante de lo que pasó esta semana con Traferri, referente del departamento San Lorenzo, es algo que forma parte de un objeto negado del debate en Santa Fe.
Y es que la política no está haciendo ninguna lectura del hecho de que a uno de los dirigentes más relevantes de la actualidad institucional de la provincia lo hayan acusado de delitos que fueron explicados en su mayoría al Senado hace cuatro años y que ese cuerpo por mayoría, sin ninguna explicación fundamentada, se negó a levantarle los fueros para que se presentara ante un juez.
Lo que no está dicho es que fue la política al más alto nivel y la Justicia de Santa Fe la que impidió que un legislador que fue el centro del equilibrio de la administración del poder de la provincia fuera acusado de delitos como ser jefe de una asociación ilícita, tráfico de influencias, cohecho, negociación incompatible con la función pública, organización ilegal de juegos de azar y peculado. No fue solo el Senado, casi toda la política santafesina fingió demencia.
En diciembre de 2020 los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, entonces investigadores de Traferri, se presentaron ante los 19 senadores santafesinos. Les mostraron la inmensa mayoría de la evidencia que se desplegó hace cuatro días.
Pero la mayoría del Senado eligió bloquear la investigación. De los delitos presuntos descriptos por los fiscales solo dijeron que la exposición no los había convencido. Y utilizaron el argumento de que la pesquisa contra Traferri había sido maquinada por el ex ministro de Seguridad Marcelo Sain.
Ahora hay dos asuntos que atender. El primero es que esa mayoría transversal que blindó a Traferri no lo desaforó porque no lo convenció la prueba, la misma que sí llevó a una jueza a validar la imputación e imponer medidas cautelares.
Digresión: un cuerpo legislativo no tiene que evaluar evidencia porque esa es tarea de otro poder. El segundo punto es que si la acusación al senador la propició Sain habrá que considerar que los que ahora acusan también dependen de la botonera del ex ministro. Porque ni la prueba ni la lectura de la prueba con la que se pedía la imputación en 2020 cambió.
El día que se negó la imputación los senadores Raúl Gramajo y Lisandro Enrico, hoy ministro de Obras Públicas del gobierno provincial, fundamentaron la defensa de Traferri. La pobre argumentación de entonces se debilitó con el paso del tiempo. Hoy no se puede entender con razones porqué motivo la política cerró filas con el senador de San Lorenzo.
Pero no fue solo la política sino también el Poder Judicial. O para decirlo mejor, fue también la política que se hace en la Justicia al más alto nivel. La Corte Suprema de la provincia de Santa Fe determinó por un pedido de Traferri que no era constitucional que lo imputaran sin levantarle los fueros por 5 votos a 1.
Eso fue en contra de la interpretación de un camarista que había dicho que era extemporáneo que no pudieran imputar al senador cuando la Constitución Nacional permite investigar a un funcionario con fueros sin ejercer contra él medidas de coerción. Ocurrió en un país donde Cristina Kirchner siendo vicepresidenta fue indagada ocho veces en un día. O donde Mauricio Macri estuvo imputado siendo presidente.
Esto significó que en Santa Fe la política y la Justicia plancharon cuatro años la pesquisa contra un senador al que ahora acusaron de recibir 200 mil dólares de un empresario que fue condenado contando eso y que lo volvió a contar -que le pagó a Traferri-hace un mes a LPO en una entrevista.
La Corte Suprema de Santa Fe garantizó a Traferri la legalidad de su resistencia a ser imputado. Lo hizo con el voto de su actual presidente, Rafael Gutiérrez, una persona de extrema cercanía al senador. En un legajo del trámite hay más de 300 intercambios telefónicos registrados entre ambos según un dossier publicado en La Nación por Germán de los Santos y Hugo Alconada Mon.
Ese fallo de la Corte provincial está objetado y el procurador general de la Corte de la Nación Eduardo Casal dictaminó en contra recomendando a la Corte Suprema de la Nación que lo desconozca. A un año y medio de ese pronunciamiento la decisión del máximo tribunal argentino está aún en veremos.
¿Y por qué entonces Traferri sí se presentó? Porque quiso. Este dirigente con 40 años de acción política, tres veces intendente de la ciudad de San Lorenzo y cuatro períodos senador, accedió a que le levantaran los fueros una vez que se aseguró la última renovación en su escaño. Lo hizo con esa refrendación de su inmunidad y con la convalidación del cambio de sus acusadores.
Pero la que validó que eso siguiera sin novedad todo este tiempo fue el mismo acuerdo político que le aseguró que tuviera fueros. Y que le aseguró al mismo tiempo un profundo contraste que una democracia balbuceante no puede explicar. Porque ningún ciudadano común puede elegir si se presenta o no ante un juez si es acusado de un delito.
Explicar esa gramática imposible en términos de ciudadanía no se hace sin que la política lo hubiera bancado demorando cuatro años el trámite. No fueron solo los que lo sostuvieron en su banca. También todos los dirigentes políticos que estuvieron callados.
Ahora las cosas se pusieron difíciles para el hombre de San Lorenzo. «El hombre», como lo llamaban según dijo el fiscal José Caterina todos los que aludían a él dentro de la trama de la asociación ilícita.
La Corte que lo sostuvo está en proceso de recambio, el Senado cambió su composición y la holgada mayoría que tiene allí Maximiliano Pullaro lo vuelve menos influyente para la gobernabilidad. ¿Tiene en las malas Traferri guardada la carta que va a exponer a la política?
Aquella vez que los fiscales se volvieron con las manos vacías hubo cuatro senadores que votaron por el desafuero de Traferri. Fueron Marcelo Lewandowski, Marcos Castelló, Alcides Calvo y Ricardo Kaufman. Todos del peronismo.
Este último ya fallecido le recordó con un discurso afectuoso a Traferri que no lo acusaban de nada sino que justamente le habilitaban la puerta a defenderse que es lo que cualquier persona debe hacer si está sospechada de un delito.
Kaufman dijo en su discurso que cuando Eduardo Angeloz fue acusado de corrupción en Córdoba como gobernador renunció voluntariamente a toda inmunidad con el argumento de que un hombre público que debe gambetear una acusación con un privilegio especial no tiene destino.
Cuando ese día de 2020 el Senado lo amuralló, Traferri pronunció un discurso cargado de sentido, donde les señaló a todos que en el Senado las prácticas de cada legislador eran las mismas, y le recordó los favores debidos a cada uno, empezando por la presidenta del Senado y gobernadora Alejandra Rodenas, de quien dijo que estaba allí sentada gracias a él.
Este miércoles cuando aceptó declarar ante la jueza Eleonora Verón el senador dijo que la mayoría de las personas desconocían las atribuciones del Senado, dijo que nunca él podría haber concedido el juego online porque esa es atribución del gobernador y repitió que si lo acusaban de darle un subsidio indebidamente a una psiquiatra deberían ir todos los senadores de la comisión que lo convalidó también a declarar. Lo hizo por la línea del absurdo. Pero el naipe quedó en la mesa.
Lo que importa por tanto no es lo que pasó sino lo que viene. Los hilos que quedaron colgando y que implicarán serias incomodidades institucionales serán motivo de otro texto.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) se siente en estos días con el beneplácito de haber refrendado una acusación que existía hace cuatro años y haber dispersado suspicacias. Es de toda dignidad cumplir una obligación institucional. También habría que preguntarse si ante la parva de pruebas enseñadas cabía alguna alternativa.
Pero esto que pasó la semana que concluye se demoró indescifrablemente cuatro años. Es muy lógico preguntarse si frente al tiempo transcurrido y la validación de que había una imputación contundente habrá alguna reflexión institucional que hasta ahora nadie hizo ni hace. La política santafesina es, más que Traferri, la que tiene que dar explicaciones.
Politica
Aldo Leiva sobre Leandro Zdero: Una crítica a la política social en el Chaco
En el contexto de la política social en Argentina, las afirmaciones de Aldo Leiva respecto a Leandro Zdero han suscitado un amplio debate sobre la efectividad y el sentido de las políticas implementadas en la provincia del Chaco. Leiva, un referente social y político, ha sostenido que la política social de Zdero se reduce a entregar «una bolsita de mercadería con seis productos». Esta crítica pone de manifiesto las limitaciones del enfoque asistencialista y su impacto en la vida de las familias chaqueñas.
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La afirmación de Leiva se centra en la idea de que la asistencia alimentaria, aunque necesaria en muchas situaciones, es insuficiente para resolver problemas estructurales de pobreza y vulnerabilidad. Una «bolsita de mercadería» puede ofrecer un alivio momentáneo, pero no se traduce en un cambio sostenible en las condiciones de vida de las personas. La pregunta que surge es: ¿qué familia puede sostenerse económicamente hasta fin de mes con solo seis productos? Este planteamiento indica una falta de estrategia integral que aborde de manera efectiva las causas de la pobreza y la exclusión social en la región.
El Chaco, como muchas provincias argentinas, enfrenta desafíos profundos relacionados con el desarrollo social y económico. La región ha sido históricamente afectada por desbalances estructurales, como la falta de empleo estable, acceso limitado a servicios básicos y una educación de calidad deficiente. En este contexto, la política social debe ir más allá de medidas paliativas y apuntar a generar un verdadero cambio. Es imprescindible crear políticas que promuevan la inclusión, el desarrollo de habilidades, y el acceso a oportunidades económicas reales.
Además, la crítica de Leiva resuena con la realidad de las familias chaqueñas que se ven obligadas a lidiar con la precariedad. Las cifras de pobreza y desempleo en esta región son preocupantes, y las soluciones circunstanciales no abordan la raíz del problema. La dependencia de las ayudas alimentarias puede convertirse en un ciclo de asistencialismo que desincentiva la búsqueda de alternativas más efectivas y duraderas.
La política social debe centrarse en el empoderamiento de las comunidades, fomentando la autogestión y el desarrollo regional. Eso implica no solo proporcionar asistencia, sino también implementar programas que promuevan el acceso a la educación, la capacitación laboral y el apoyo a emprendedores locales. En lugar de una «bolsita de mercadería», el enfoque debería ser hacia la construcción de un tejido social sólido que permita a las familias generar ingresos estables y mejorar su calidad de vida.
En conclusión, las críticas de Aldo Leiva a la política social de Leandro Zdero reflejan una preocupación profunda por el futuro del Chaco. La entrega de ayudas temporales no es suficiente para enfrentar los desafíos complejos que enfrentan muchas familias en la provincia. Es fundamental apostar por políticas integrales que busquen transformar las realidades sociales, promoviendo el desarrollo humano y la equidad. Solo así se podrá cimentar un futuro más esperanzador para los chaqueños y superar las limitaciones impuestas por un enfoque asistencialista que, aunque bien intencionado, no logra generar un cambio significativo.
Politica
CHACO Insólito: Encargado del Plan Ñachec bancó el ajuste de Javier Milei: «Alguien lo tenía que hacer»
El fin de semana se repartió módulos alimentarios (solo contiene 6 alimentos) en General San Martín. Allí, hubieron muchísimas quejas por las enormes colas para acceder a esa cajita alimentaria.
En ARGENTINOS DE MAL por Radio Independencia Chaco, el responsable del reparto que hizo el Ñachec en General San Martín, Gustavo Pared, explicó el procedimiento.
Además, desligó que el crecimiento de la pobreza a nivel nacional y a nivel provincia se responsabilidad del «mayor ajuste de la historia mundial» que el mismo presidente Javier Milei se jacta de forma tan reprochable como recurrente.
«Alguien lo tenía que hacer», dijo Pared al referirse a tal ajuste e insistió en desligar el crecimiento exponencial de la pobreza en Chaco-algo corroborado por datos del Indec-ante semejante contexto.
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Politica
Denuncias por Persecución Ideológica a Empleados de Vialidad Provincial
En el contexto de la administración pública en Argentina, las denuncias por persecución ideológica han emergido como un tema de creciente preocupación, especialmente en el ámbito de Vialidad Provincial. En una reciente entrevista con el programa «Argentinos de Mal» por Radio Independencia, el ingeniero Omar Canela, administrador de Vialidad Provincial, abordó esta problemática que afecta a varios empleados de la institución.
Las denuncias de persecución ideológica se han vuelto recurrentes en el organismo, donde algunos empleados afirman que han sido objeto de hostigamiento y discriminación debido a sus creencias políticas o ideológicas. Este fenómeno no solo plantea serias cuestiones sobre los derechos laborales y la libertad de expresión, sino que también afecta el clima laboral y la eficiencia de la administración pública. La percepción de que se está llevando a cabo una caza de brujas ideológica puede generar un ambiente de miedo y desconfianza entre los empleados, lo que a su vez puede impactar negativamente en la calidad del servicio que se brinda a la ciudadanía.
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El ingeniero Canela, en su intervención, destacó la importancia de garantizar un ambiente de trabajo en el que todos los empleados se sientan seguros y respetados, independientemente de sus creencias personales. Afirmó que la administración de Vialidad Provincial está comprometida con la defensa de los derechos de sus trabajadores y que se están tomando medidas para investigar y abordar estas denuncias. Sin embargo, también hizo hincapié en la necesidad de que las acusaciones sean fundamentadas y que se presenten pruebas concretas para poder actuar de manera efectiva.
El tema de la persecución ideológica en el ámbito laboral no es exclusivo de Vialidad Provincial, sino que se ha observado en diversas instituciones del país. La polarización política que ha caracterizado a Argentina en los últimos años ha exacerbado estas tensiones, generando un clima en el que las diferencias ideológicas pueden ser utilizadas como herramientas de control y exclusión. En este sentido, es esencial promover una cultura de diálogo y respeto, donde se valore la diversidad de opiniones y se fomente la colaboración entre los empleados.
Es fundamental que las autoridades competentes tomen en serio estas denuncias y trabajen en la implementación de políticas que protejan a los empleados de cualquier forma de discriminación. La creación de canales de denuncia seguros y confidenciales puede ser una estrategia efectiva para que los trabajadores se sientan respaldados al expresar sus inquietudes. Asimismo, la capacitación en temas de derechos laborales y diversidad ideológica puede contribuir a sensibilizar a los empleados sobre la importancia de un entorno laboral inclusivo.
En conclusión, las denuncias por persecución ideológica en Vialidad Provincial representan un desafío significativo para la administración pública en Argentina. La intervención del ingeniero Omar Canela subraya la necesidad de abordar este problema con seriedad y responsabilidad, garantizando un ambiente de trabajo libre de hostigamientos y respetuoso de la diversidad de pensamientos. Solo a través de un compromiso genuino con la inclusión y el respeto por los derechos de todos los trabajadores se podrá construir un sistema administrativo más justo y eficiente.
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