Cuando se trata de una ficción, una mujer policía resulta verosímil si no está peinada de peluquería o perfectamente maquillada. Karolina (Maja Pankiewicz) es una agente de la policía comunitaria dedicada a su trabajo, capaz de enfrentar a sus superiores con valentía y soportar el maltrato y la condescendencia de sus compañeros, en especial del jefe de su división, Michal (Mateusz Kmiecik).
Por encima de sus tareas específicas, Karolina investiga un caso que la policía considera cerrado: la desaparición, un año atrás, de su padre, un policía condecorado y muy prestigioso en la Fuerza.
Karolina padece suspensiones y reprimendas por el hecho de trabajar por su cuenta, pero lo cierto es que durante su investigación se topa con el violento asesinato de un delincuente muy buscado.
Asesinas es una producción polaca de muy lograda realización. La cámara es sutil en el seguimiento de la acción y el manejo del color es una suerte de tratamiento del color azul. La ciudad, el cielo, la noche, el miedo, las sombras, todo vibra en diferentes gamas de azul, es casi un personaje más de la historia.
La historia, por su parte, aunque presenta un misterio básico con la desaparición del padre, no es un whodonit, el “¿quién lo hizo?” de los clásicos policiales. El mismo título de la serie proporciona una pista reveladora, aunque por cierto Karolina no es la única mujer en juego. Están su madre y su hermana, más las mujeres de los delincuentes que ella investiga.
Parte del enigma se sugiere por la difícil relación que la protagonista mantiene con su familia: su madre Irena (Izabela Kuna), que padece una migraña constante, y su hermana Ewa (Eliza Ryzembel) distante y antagónica. La sensación de Karolina es que solo ella se preocupa y sufre la desaparición de su padre, como si fuera la única que está de duelo.
La dirección corresponde a Kristoffer Rus. Los guionistas, Viktor Piatwoski, Katakzyna Kaczmarec y Joanna Koslowska, armaron una estructura sólida que profundiza en los vínculos personales y la violencia de género dentro de un argumento estrictamente policial.
Aunque la historia no cae en los clichés del género, la resolución de los crímenes no es del todo sorprendente, pero desde el mismo comienzo, desde la educación que Karolina recibe de su padre y el vínculo que establece con él, cada minuto de la serie despierta interés.
Asesinas (Murderesses en inglés) consta de seis episodios y está en Flow.
La serie, que se estrena este jueves por Flow, muestra cómo la exclusión educativa no solo afecta a un nene sino que impulsa a todo su entorno a embarcarse en un proceso de crecimiento y autoconocimiento
Una escena común en cualquier escuela podría ser la de niños corriendo y jugando, formando amistades y compartiendo sus primeros aprendizajes. Pero en esa misma escuela, un niño llamado León se enfrenta a una realidad muy distinta. León es un niño de nueve años con autismo que, en lugar de recibir apoyo y comprensión, es expulsado de su escuela por un sistema educativo que no logra adaptarse a sus necesidades. Así comienza la historia de Un León en el bosque, una serie sobre la neurodivergencia, con guion y dirección de Mariano Hueter,que se estrena el jueves 14 de noviembre a través de Flow, una nueva coproducción entre Kuarzo e Idealismo Contenidos.
Franco, el padre de León, representa un proceso diferente pero igualmente significativo. Atrapado entre sus propios prejuicios y la presión social, se muestra al inicio reacio a cuestionar las normas. Sin embargo, poco a poco, su perspectiva cambia y comienza a comprender la importancia de aceptar a León tal y como es. El sistema educativo, en particular, es un tema central en la serie. La historia expone las limitaciones de un sistema que muchas veces deja de lado a aquellos estudiantes que no encajan en los modelos de aprendizaje tradicionales. La serie pone en evidencia la urgencia de crear entornos educativos que respeten y valoren la diversidad de formas de aprendizaje, promoviendo un cambio necesario.
«Un León en el Bosque» subraya la importancia de valorar la diversidad cognitiva en los entornos escolares
Desde el comienzo, León se encuentra con un sistema educativo que no logra integrarlo, revelando la falta de infraestructura y la escasa comprensión de las necesidades de los niños con autismo. Esta exclusión, además de afectar a León desencadena un viaje de autodescubrimiento y lucha para su familia, que intenta adaptarse a una sociedad que muchas veces no comprende la neurodiversidad.
Por otro lado, el padre de León se presenta como un personaje que, al inicio de la serie, se muestra incómodo y deberá desafiar sus propios prejuicios sobre el autismo. Atrapado entre sus propias inseguridades y la presión social, Franco se encuentra en un proceso de aceptación gradual. Su vínculo con Macarena, madre de León, y sobre todo, la relación con su hijo, lo llevan a cambiar su perspectiva. A lo largo de la historia, el padre del niño comienza a comprender la importancia de aceptar a su hijo tal como es, abrazando su singularidad en lugar de buscar ajustarla a los estándares neurotípicos.
La dirección de Mariano Hueter aporta una visión creativa y crítica sobre la aceptación de la neurodivergencia
Este proceso de transformación es fundamental para que Franco se reconecte con su hijo y consigo mismo, y represente la evolución emocional de muchos padres que enfrentan la realidad de la neurodiversidad.El abordaje de la temática CEA (condición del espectro autista)contó con el asesoramiento del Lic. Luciano Bongiavani y el apoyo de TEActiva https://teactiva.org/,la serie refleja la problemática que transita día a día un niño con autismo profundo y su familia. Cualquier padre se verá reflejado en un sinfín de situaciones mostradas en la ficción.
La misión, el objetivo de TEActivaes contribuir a instalar la problemática del autismo en la agenda pública, Un León en el Bosque refleja todo lo que le sucede a un niño con TEA, a su familia y la interacción con el entorno educativo, social y laboral.
Un León en el bosque, la nueva ficción de Flow
La historia de León es una representación de la lucha que muchas familias viven en silencio, enfrentándose a barreras sociales y educativas que limitan las oportunidades de sus hijos.
Teleshow conversó con parte del elenco de la nueva ficción. Para el actor Federico D’Elía (Franco): “Es la historia de una familia que está tratando de ver cómo se acomoda en la vida. La excusa más fuerte, en todo sentido; excusa real, es el autismo que padece León. En realidad se cuenta la historia de una familia durante 15 días, a la cual le pasan muchísimas y gira todo alrededor de León. Es un tema complejo. Por eso está bueno este tipo de programas, que la ficción los cuente. También en la historia ponemos una cuota de esperanza, que uno no la tiene que perder, porque en muchos casos los chicos autistas tienen pequeños avances. Esos mínimos avances son enormes. Uno lo ve con sus hijos cuando empiezan a caminar y ahí caminamos todos”.
Un León en el bosque, filmada en Pinamar, provincia de Buenos Aires
Por otra parte Julieta Cardinali (Macarena) dialogó con Teleshow y habló de cómo le llegó la propuesta: “A mí cuando me dieron los capítulos, Maru Mosca, que es la productora ejecutiva, me dijo ‘léela primero antes de que hablemos cualquier cosa’. Cuando la leí dije ‘yo quiero contar esta historia’. Me parece muy necesario visibilizar estos temas que en la televisión.
La dirección y guion de Mariano Hueter aborda temas urgentes como la inclusión educativa y la aceptación social
Con respecto al personaje cuenta Cardinali: “A mí me pasó antes de empezar a filmar, hablé con algunas amigas que tienen hijos con autismo, pregunté para no romantizar el tema y para hacerlo lo más real y con la mayor sensibilidad posible. Me hablaron mucho del cansancio que tienen, de que por momentos no podés más. Y nos pasa a todas las madres y a todos los padres con hijos, pero en este caso este hijo, requiere más atención, más cuidado, que lo tenés que insertar en una sociedad donde no está preparada para insertar a chicos con autismo. Nosotros estábamos muy preocupados de que la historia sea bien contada, es un tema importante. Ni Fede ni yo tenemos un hijo con autismo. Entonces uno empieza a tener esas dudas. Si te equivocás y decís algo que está mal, pero la verdad es que los libros fueron muy bien supervisados”, dijo la actriz.
La serie destaca la necesidad de entornos que apoyen métodos de aprendizaje alternativos, promoviendo un cambio esencial, estreno el 14 de noviembre
Teleshow también conversó con Lucio Elie, el niño actor que encarna a León: “Estoy de acuerdo con Julieta y Federico de enfrentar el problema. Me di cuenta de que hay que ponerse en el lugar del otro. La empatía sirve mucho porque cada uno tiene un problema distinto y lo mezclan con León. Yo, cuando actuaba, y me decían ‘dale, León , hablá, por favor’ me di cuenta que es un quilombo para la familia. Para la familia es un bajón tremendo no poder comunicarse con su hijo o con el que sea. La serieexpresa algo muy, muy lindo que se tiene que empezar a ver que es la empatía. Hay que empezar a ver que no importa quien esté adelante”, concluyó el pequeño actor.
El actor sorprende en el cine de terror con un rol que desafía sus papeles anteriores y explora los rincones más oscuros de la condición humana
En una pequeña puerta a las afueras de una tranquila ciudad, dos misioneras llaman sin saber lo que les espera al otro lado. Esta escena de la nueva película Heretic evoca los temores más antiguos de la humanidad: enfrentarse a lo desconocido y adentrarse en el lado oscuro del alma humana. En este inquietante thriller de A24, Hugh Grant personifica al Sr. Reed, un hombre en apariencia encantador que pronto revelará una naturaleza perversa, probando la fe y la voluntad de sus desafortunadas visitantes en una confrontación que va mucho más allá de un simple debate.
Para Grant, quien durante décadas fue la imagen del héroe romántico británico en comedias como Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill, Heretic representa un giro total hacia personajes oscuros y retorcidos. “Fue un desafío”, confesó en entrevista con Associated Press, agregando que su deseo de explorar papeles más complejos surge de una necesidad personal de “retarse” y probar los límites de su carrera.
La cinta, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods—los mismos detrás de A Quiet Place—, es su incursión más radical en el terror, un género que el propio Grant admite no ser capaz de ver fácilmente. “Vi El exorcista cuando era demasiado joven y he estado en terapia desde entonces”, afirmó.
De ícono romántico a villano carismático
La carrera de Hugh Grant ha evolucionado de manera significativa, pasando de ser el ícono tímido y encantador de la comedia romántica británica a convertirse en un intérprete de personajes oscuros, complicados y a menudo retorcidos. La transición fue marcada por su actuación en películas como The Undoing, Los caballeros y Calabozos y dragones: honor entre ladrones, donde interpretó a embaucadores y bribones.
Julia Roberts y Hugh Grant en una escena de ‘Notting Hill’ una de las películas más icónicas del actor
En palabras del propio Grant a El País, el éxito de Cuatro bodas y un funeral lo llevó a crear un personaje que en realidad nunca lo representó. “Mi error fue que, de repente, tuve un éxito masivo con Cuatro bodas y un funeral y pensé: ‘Ah, bueno, si eso es lo que a la gente le gusta tanto, también seré esa persona en la vida real’”. Esto lo llevó, según relata, a adoptar la faceta del “señor ‘Tartamudo Guiñador’”, lo que, admite, “es culpa mía que luego me metieran en una caja marcada como ‘Tartamudo Guiñador’”.
Tras varios éxitos con esta fórmula, Grant sentía que era tiempo de reinventarse. Tal como explicó, comenzó a buscar personajes que, por su complejidad, pudieran ser “retadores” y le brindaran la oportunidad de “reinventarse en cada escena”. Esta evolución en su enfoque actoral lo ha llevado a disfrutar de una “era de los espectáculos de fenómenos” en su carrera, como la define él mismo, explorando papeles que van desde el sarcasmo y la ironía hasta la verdadera oscuridad humana.
Renee Zellweger y Hugh Grant en la película Bridget Jones, una comedia romántica que marcó a generaciones (Universal Studios)
A lo largo de su carrera, Grant ha sido conocido por su habilidad para improvisar y añadir espontaneidad a sus personajes, una característica que ha enriquecido sus interpretaciones y le ha permitido aportar su toque personal a cada rol. En la película El diario de Bridget Jones, por ejemplo, improvisó la famosa respuesta de su personaje cuando ve los calzoncillos de Bridget.
Según explicó Grant, el personaje de Heretic no fue la excepción, y de hecho, comentó que su particular imitación de Jar Jar Binks en la película fue una idea suya, pensando que “sería divertido si el personaje hiciera eso porque sería muy extraño”. Esta capacidad de explorar personajes desde ángulos impredecibles lo ha ayudado a evolucionar como actor, especialmente cuando se trata de personajes complejos y oscuros.
Además, Grant detalló que su proceso de preparación va más allá de aprender los diálogos. En cambio, se enfoca en “una especie de adobo absurdamente prolongado y profundo”, en el que estudia meticulosamente el trasfondo de sus personajes, imaginando detalles como “¿Qué pasó en la infancia para que esta persona se comportara así? ¿Cómo era su madre? ¿Cómo era su padre?”. Para el Sr. Reed, el villano de Heretic, Grant investigó a asesinos en serie y líderes de sectas, logrando así una caracterización que proyecta los matices oscuros de su personaje en la pantalla.
La miniserie revive un oscuro episodio real de la historia a través de los ojos de sus jóvenes protagonistas. Un relato de sobrevivencia y resiliencia que combina realismo y fantasía en un homenaje a los niños
El 23 de julio de 1993, las calles de Río de Janeiro se tiñeron de sangre. La masacre de la Candelaria, en la que varios niños y adolescentes que dormían frente a la iglesia de la Candelaria fueron brutalmente asesinados, marcó un antes y un después en la historia de Brasil. Netflix revive este oscuro capítulo con su nueva miniserie Los cuatro de la Candelaria (Os Quatro da Candelária), una conmovedora obra que mezcla realismo y fantasía para contar la historia de cuatro amigos que encuentran en la amistad una forma de resistir, hasta que la tragedia arrasa con sus sueños.
La producción, creada por el cineasta Luis Lomenha, sigue a Douglas, Sete, Jesús y Pipoca, cuatro jóvenes que intentan sobrevivir en las duras calles de Río. A lo largo de cuatro episodios, la serie explora cómo estos niños, a pesar de vivir en condiciones de extrema vulnerabilidad, desarrollan un fuerte vínculo de amistad que los ayuda a soñar con un futuro mejor.
Inspirada en hechos reales, la serie muestra los sueños interrumpidos de niños vulnerables. (Crédito: Netflix)
Realismo con un toque de fantasía
Los cuatro de la Candelaria no es un documental ni una recreación exacta de los hechos, sino una reinterpretación que, a través de la mirada de estos niños, intenta captar la esencia de una tragedia que sigue resonando. Como explicó Lomenha, “Nuestro objetivo era mostrar los sueños interrumpidos de estos niños, que imaginaban un mundo diferente, muy alejado de la realidad que enfrentaban”. A través de elementos de fantasía, la serie retrata la inocencia, los juegos y las esperanzas que mantenían vivos a estos niños.
El reparto y las interpretaciones
La serie cuenta con un elenco de actores brasileños que ha recibido elogios por sus interpretaciones. Los roles de Douglas, Sete, Jesús y Pipoca están a cargo de Samuel Silva, Patrick Congo, Andrei Marques y Wendy Queiroz, respectivamente, quienes, con una notable autenticidad, logran transmitir la desesperanza y, a la vez, la resistencia de sus personajes. En papeles secundarios, figuran reconocidos actores como Antônio Pitanga y Adriano Garib, quienes complementan el relato con actuaciones sólidas.
La masacre de la Candelaria dejó una herida abierta en la historia de Brasil. (Crédito: Netflix)
La masacre de la Candelaria: un horror sin justicia completa
El caso conmocionó a Brasil y al mundo, evidenciando el abandono y la violencia que sufrían los niños de la calle en Río de Janeiro. En la madrugada del 23 de julio de 1993, un grupo de policías disparó contra niños y adolescentes que dormían en las afueras de la iglesia, resultando en la muerte de ocho jóvenes y varios heridos. Aunque algunos de los responsables fueron condenados, la justicia quedó incompleta, y muchos sienten que esta tragedia aún no ha recibido el reconocimiento ni la reparación que merece.
La miniserie destaca por su mezcla de fantasía y realismo en la representación de un episodio oscuro en la historia de Brasil. Más allá de una simple recreación de los hechos, la obra de Lomenha es un homenaje a los sueños truncados y a la resiliencia de los niños que vivían en la calle. En sus breves pero intensos cuatro episodios, la serie invita a reflexionar sobre la indiferencia social y las injusticias que siguen marcando la vida de miles de jóvenes en situación de vulnerabilidad. Sin duda, Los cuatro de la Candelaria se presenta como una obra de impacto y conciencia, recordándonos que la memoria es un deber y la justicia, una deuda aún pendiente.