La pobreza llegó al 52,9% en la Argentina en el primer semestre de 2024, según publicó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). De esta manera, el nivel de pobreza subió 11,2 puntos porcentuales con respecto del último semestre del 2023 y afectó a casi 25 millones de personas. Sin embargo, el panorama es distinto de acuerdo a la región.
A grandes rasgos, en la distribución regional, el organismo estadístico indicó que la pobreza creció en dos regiones. Las áreas con mayor cantidad de personas pobres son el Noreste, con el 62,9%, y el Noroeste, con el 57%.
Pero si se observa la incidencia de la tasa de pobreza en las distintas ciudades del país, se concluye que hay cinco localidades donde más del 60% de los habitantes son pobres. En concreto, en Gran Resistencia, el 76,2% de las personas que viven allí se encuentran bajo la línea de pobreza, mientras que en Formosa ese indicador llega al 67,6%.
Por su parte, en La Rioja, la pobreza alcanza al 66,4% de los habitantes, en tanto que en Concordia la cifra se ubica en 65,8% y en Santiago del Estero – La Banda, el índice es de 64%.
Indigencia en la Argentina: cuáles son las ciudades y regiones más afectadas en 2024
La indigencia en los primeros seis meses de este año alcanzó el 18,1%. Esto es, que marcó una suba de 6,5 puntos con relación al 11,6% que se había informado en el relevamiento del semestre previo. Si bien esas personas forman parte de la estadística más global de pobreza, son el grupo más vulnerable, ya que sus ingresos no alcanzan a cubrir la canasta básica alimentaria.
Gran Resistencia (Chaco) lideró la tasa de indigencia más alta por persona durante el primer semestre de 2024, con el 38,6%. Le siguieron las ciudades de Concordia (Entre Ríos), con el 26,4%; La Banda (Santiago del Estero), con el 22,9%; los 24 partidos del Gran Buenos Aires que alcanzaron el 22,7% y San Nicolás-Villa Constitución (La Pampa), con el 22,1%.
Cómo se miden la pobreza y la indigencia
El informe del INDEC releva los datos de pobreza e indigencia en 31 aglomerados urbanos. El INDEC explicó que la pobreza se mide por la capacidad de los hogares de acceder a la canasta básica total (CBT) mediante sus ingresos, mientras que la indigencia se calcula por el acceso a la canasta básica alimentaria (CBA). En ese sentido, el organismo destacó que, con respecto al semestre anterior:
En promedio, el ingreso total familiar aumentó un 87,8%, mientras que el costo de las canastas regionales promedio subieron 115,3% (CBA) y 119,3% (CBT). Los ingresos en el período estudiado aumentaron a un nivel inferior tanto con respecto a la CBT como a la CBA. Así, ambas tasas -pobreza e indigencia- presentan un incremento en el presente semestre con relación al semestre anterior.
El ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $407.171, mientras la CBT promedio del mismo grupo de hogares alcanzó $709.318.
Esta evaluación se da en un contexto donde las transacciones digitales ganan terreno y la lucha contra el crimen y la falsificación se intensifica
En los próximos años, el billete de 100 dólares, uno de los más reconocidos y usados a nivel mundial, podría experimentar un cambio significativo, entre lo que se incluye un posible rediseño con medidas de seguridad avanzadas y un debate en Estados Unidos sobre su eventual eliminación definitiva.
Días atrás, la Reserva Federal dio a conocer un plan de rediseño que busca modernizar la apariencia de esta denominación, mientras que incorporará avanzadas medidas de seguridad destinadas a combatir la falsificación, un desafío persistente en el sistema financiero.
Esto se da en un contexto donde las transacciones digitales ganan terreno y la lucha contra el crimen y la falsificación se intensifica.
Por qué Estados Unidos quiere eliminar el billete de 100 dólares
Según el economista y profesor de Harvard Kenneth Rogoff, uno de los principales impulsores de la eliminación de billetes de alta denominación, esta eliminación se basa en los siguientes argumentos:
Facilitan actividades ilícitas: debido a su anonimato, son comúnmente utilizados en el tráfico de drogas, la evasión fiscal y otras economías informales.
Mayor riesgo de falsificación: aunque las versiones actuales tienen medidas de seguridad avanzadas, su valor hace que sean un blanco atractivo para falsificadores sofisticados.
Promueven economías no trazables: mover grandes cantidades de dinero en efectivo es más difícil de rastrear, lo que afecta la transparencia financiera.
La disminución del uso de efectivo es una tendencia evidente. Según la Reserva Federal, el 60% de las transacciones en Estados Unidos ya se realizan mediante tarjetas de débito, crédito y otros medios electrónicos.
El plan de la Reserva Federal para rediseñar el billete de 100 dólares: cuándo y cómo será el cambio
Los billetes de alta denominación fueron desapareciendo gradualmente. Desde 1969, dejaron de emitirse los billetes de 500, 1.000, 5.000 y 10.000 dólares, aunque aún son legales para ciertas transacciones.
La Reserva Federal anunció un plan para modernizar el billete de 100 dólares, pero también se plantea su posible eliminación en el marco de un rediseño integral de las denominaciones del dólar. Si bien aún no se dieron fechas, expertos aseguran que podría introducirse entre 2034 y 2038.
Esta modificación forma parte de un plan más amplio que comenzará en 2026 con el billete de 10 dólares y se extenderá a otras denominaciones de manera gradual.
El cronograma incluye la actualización de los billetes de 50 dólares en 2028, los de 20 dólares en 2030 y los de 5 dólares entre 2032 y 2035, dejando al billete de 100 dólares como el último en ser renovado.
Nuevas características de seguridad de los dólares
Los billetes rediseñados estarán equipados con medidas de seguridad tecnológicas avanzadas, como:
Microimpresiones y tintas ópticamente variables.
Elementos de autenticación digital.
Diseños que dificulten su reproducción, incluso para falsificadores sofisticados.
Estos cambios son cruciales para combatir la falsificación, un problema persistente para las autoridades. Casos como los «super notes», billetes de 100 dólares falsificados de alta precisión producidos en Corea del Norte, subrayan la necesidad de implementar tecnologías más robustas.
El impacto de eliminar el billete de 100 dólares
La eliminación del billete de 100 dólares podría transformar la manera en que se realizan transacciones y afectan aspectos como:
La economía informal: limitando el movimiento de grandes sumas de efectivo en operaciones ilegales.
La política monetaria: facilitando medidas como tasas negativas o un control más preciso del dinero circulante.
Las economías vulnerables: perjudicando a quienes dependen del efectivo por falta de acceso a medios digitales.
Cristina Fernández desafió a Javier Milei a desregular el sector, iniciativa que ella no impulsó en sus doce años en los dos más altos niveles del Poder Ejecutivo. Comparación de valores, efecto sobre los presupuestos y la cuestión de los genéricos
En su discurso de hoy en Rosario Cristina Fernández de Kirchner (CFK) criticó duramente al gobierno de Javier Milei y cargó específicamente sobre la política sanitaria, instándolo a un desafío en particular.
“Estos desregulan a favor de poquitos muy poderosos, el de los remedios. A ver, Milei, ya que sos tan guapo: desregulá los medicamentos para que podamos tener medicamentos genéricos importados, para reducir el costo de los presupuestos sanitarios. A ver si te animás”, planteó la dos veces presidente y una vez vicepresidente, que en sus doce años en la altas esferas del Ejecutivo no impulsó esa medida.
“Decile al desregulador del megacanje (en referencia al ministro de Economía, Luis Caputo) que se anime para que la gente pueda acceder a los medicamentos, para que no sea un martirio para un jubilado tener que ir a una farmacia y dejar la mitad o las tres cuartas partes de los remedios que tiene que llevar, porque no le alcanza la guita”, desafió CFK, continuando la saga de críticas que intercambian con el presidente y que les permitió elegirse como adversarios, mantener centralidad y ocupar casi la totalidad del escenario político.
Más allá de las especulaciones, lo cierto es que el precio de los medicamentos y de las cuotas de las empresas de medicina prepaga es crucial para amplios grupos de la sociedad argentina, en particular los sectores más pobres y los jubilados.
Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza
A fines de septiembre, una investigación de Infobae reveló, a partir de una comparación de una canasta de 10 remedios en la Argentina, España, EEUU, Colombia y Perú, que los medicamentos en la Argentina son más caros que en España y Estados Unidos, países de ingresos por habitante muy superiores, y que las variaciones de precio llegan hasta el 1.000 por ciento. El director del Centro de Profesionales Farmacéuticos señaló entonces que en el mercado farmaceútico argentino “hay un abuso de la posición dominante”. En el último año cayeron más de 9 millones las unidades vendidas, pero la facturación de los laboratorios argentinos subió un 332,9%
Luego, un informe del Observatorio de Costos de la Salud de la Unión Argentina de la Salud (UAS) alertó sobre las “barreras de accesibilidad” debido a los altos precios de los medicamentos y volvió a comparar el mercado local con el de otros países. Por caso, precisó que la Metformina, medicamento de uso frecuente para tratar la diabetes costaba hace un mes en la Argentina $34.517, mientras que en España cuesta solo 2,90 euros, esto es, cerca de $4.350, un 87% menos. Y que el Diclofenac 75, que se vende por $20.455 en Argentina, tiene en España un costo de 2,50 euros, equivalente a unos $3.750, un 82% menos.
En el último año cayeron más de 9 millones las unidades vendidas, pero la facturación de los laboratorios argentinos subió un 332,9 por ciento
Según los datos de la UAS, entre enero de 2017 y septiembre de 2024 el costo de los productos medicinales y equipos para la salud aumentó 9.904,1%, cifra muy por encima de la inflacióngeneral de igual período (7.076%) y del incremento de las cuotas de las prepagas (6.425,2%), lo que llevó a que el gasto en medicamentos dentro del sistema de salud privado llegue al 40% del total de recursos financieros, más del doble que hace una década, cuando esa proporción no superaba el 20 por ciento.
Por su parte, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, inició gestiones para importar fármacos desde India, el mayor y más barato proveedor de medicamentos genéricos del mundo, y dijo que su iniciativa tenía el aval del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. De hecho, desde la cartera desreguladora aclararon entonces que la Ley 16.463 de Medicamentos, sancionada en julio de 1964, durante el gobierno del radical Arturo Illia, ya lo permite.
La Anmat “no está alineada con la libre competencia de mercado que propone el Gobierno nacional como método para bajar precios”, dijo Cornejo, el gobernador de Mendoza
Sin embargo, Cornejo declaró que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), la agencia que debe autorizar la distribución y comercialización de remedios en la Argentina, a cargo de Agustina Bisio, demora la autorización, según señaló en una entrevista televisiva en TN.
Las gestiones de Mendoza, a la que se unirían otras provincias, son para importar remedios para la hipertensión (Enalapril, Losartan); diabetes (Metformina); e hipotiroidismo (Levotiroxina), además de antipiréticos y analgésicos (Ibuprofeno); antiácido (Omeprazol); antibióticos (Amoxicilina, Cefalexina, Azitromicina); y antifúngico (Fluconazol), entre otros.
La Anmat, dijo Cornejo, “no está alineada con la libre competencia de mercado que propone el Gobierno nacional como método para bajar precios”. Los medicamentos que Mendoza busca comprar, afirmó, “tienen un precio muy por encima de los países limítrofes, EEUU o Europa”. Aemás, agregó, se usan masivamente en Europa, en EEUU y están autorizados por agencias similares a la Anmat. “Queremos que estén autorizados en Argentina, porque creemos eso: que por competencia van a bajar los precios de los medicamentos más usuales y habituales”, enfatizó.
Desde la India
Bisio, la titular de la Anmat, se reunió a principios de este mes con el embajador de la India en la Argentina, Dinesh Bhatia, quien aboga por la apertura del mercado argentino a los medicamentos genéricos de su país. El viernes de la semana pasada Bhatia realizó un agajaso del que participaron Demián Reidel, el jefe del Consejo de Asesores del presidente Javier Milei, y José Luis Daza, el secretario de Política Económica y segundo del ministro de Economía, Luis Caputo, aunque no hubo comunicación oficial sobre esos encuentros y eventuales gestiones.
Dinesh Bhatia, embajador de la India en Argentina (Giovanni Sacchetto)
La ley 25.649, de “utilización de medicamentos por su nombre genérico”, sancionada en agosto de 2002, durante el gobierno interno de Eduardo Duhalde y la gestión de Ginés González García como ministro de Salud, supuestamente alentaba el consumo de genéricos, pero en su segundo párrafo admitió la posibilidad de indicar la marca comercial, ambigüedad que echó por tierra con el alegado objetivo de “terminar con el monopolio de las marcas y la influencia de los laboratorios sobre los médicos para recetar medicamentos”, escribió el economista y diplomático Felipe Frydman, conocedor de los entresijos de los temas de patentes y propiedad intelectual por sus gestiones en Europa, Asia y EEUU.
En 2015, un informe del Ministerio de Economía titulado “Complejos farmaceúticos” apuntó al grado de cartelización del sector. Según Frydman, la relación entre laboratorios, distribuidoras y droguerías es una barrera de entrada a otros productos farmacéuticos. El mercado local de medicamentos, escribió, “tiene un sesgo oligopólico que actúa como barrera para incorporar nuevos proveedores por la falta de organización y de volumen para los productos de menor valor”.
El ministro de Economía adelantó cambios en las políticas cambiarias que afectarán al dólar tarjeta y el levantamiento del cepo. También se negocian medidas con el FMI para garantizar estabilidad económica en los próximos años
El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el dólar tarjeta, conocido también como dólar turista, reducirá su valor en las próximas semanas, anticipando un alivio para quienes realizan consumos en moneda extranjera. El funcionario explicó que, aunque el dólar turista mantendrá una cotización superior al oficial, los ajustes recientes permitirán una disminución. Este tipo de cambio actualmente incluye un impuesto PAIS del 30% y una percepción del 30% a cuenta de Ganancias. Sin embargo, el impuesto PAIS será eliminado el 24 de diciembre, marcando un cambio importante en la estructura del tipo de cambio para este sector.
Respecto al levantamiento del cepo cambiario, Caputo ratificó que será una realidad en 2025. Durante una entrevista, sostuvo que el Gobierno no desea apresurarse y que está buscando las condiciones necesarias para garantizar que la medida no genere problemas económicos. Según el ministro, a pesar de los avances en la acumulación de reservas del Banco Central, todavía hay variables económicas que deben estabilizarse antes de implementar el levantamiento definitivo de las restricciones cambiarias.
Caputo resaltó que las reservas del Banco Central se vieron impactadas por una combinación de pagos de deuda y compras de divisas. Además, explicó que la reducción de la brecha entre el dólar blue y el oficial, junto con un crecimiento económico proyectado del 5% anual, refuerza la viabilidad del plan. Subrayó que no hay necesidad de apresurar la apertura del mercado cambiario mientras la estabilidad económica y la confianza de los inversores sigan creciendo.
En cuanto a los avances en las negociaciones internacionales, Caputo también reconoció que el Gobierno argentino mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para establecer un nuevo acuerdo que incluiría la llegada de fondos frescos. Durante una conferencia de prensa, señaló que este nuevo programa podría implicar desembolsos importantes y que el foco actual está en definir tanto el monto como el cronograma para recibir esos recursos.
Caputo indicó que se discuten diferentes escenarios, desde un desembolso inicial de 1.000 millones de dólares hasta un esquema más ambicioso de 12.000 millones de dólares. Según el funcionario, esta última opción permitiría fortalecer las reservas del Banco Central y dar mayor margen de maniobra al Gobierno para sostener las políticas cambiarias y monetarias.
Desde el FMI, su vocera, Julie Kozack, valoró las políticas implementadas por la administración actual y destacó los “resultados impresionantes” logrados en estabilización económica, control monetario y acumulación de reservas. Estos avances abren la puerta para que Argentina pase a un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, que incluiría metas cuantitativas y compromisos de reformas estructurales.
En paralelo, el Gobierno confirmó que recibirá 4.000 millones de dólares adicionales en financiamiento proveniente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. Estos recursos contribuirán a fortalecer las reservas y facilitarán el cumplimiento de los compromisos financieros con privados y organismos internacionales.
Además, la reducción del riesgo país, que se aproxima a perforar los 700 puntos básicos, ofrece nuevas opciones de financiamiento en el mercado internacional. Entre las estrategias que evalúa el Gobierno, se encuentran la emisión de deuda a tasas más bajas y canjes de bonos cortos como el AL29 y el AL30 por títulos con vencimientos más largos, con incrementos en los cupones para hacer más atractivas las operaciones a los inversores.
Aunque el levantamiento del cepo está proyectado para 2025, las negociaciones con el FMI y los esfuerzos para reducir el riesgo país podrían acelerar ciertas decisiones. Sin embargo, estas medidas estarán condicionadas por la capacidad del Gobierno para mantener los actuales niveles de superávit fiscal, acumulación de reservas y control sobre los agregados monetarios.
Por último, Caputo destacó que el país se encuentra en un proceso de convergencia económica. Las políticas actuales están orientadas a garantizar que cualquier cambio en el esquema cambiario no impacte negativamente en la estabilidad macroeconómica.