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Opinión

DIARIO DEL APOCALIPSIS, Parte Tres

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DIARIO DEL APOCALIPSIS, Parte Tres | POR LEANDRO ZDERO
JUEVES 26 DE DICIEMBRE DE 2024. Finalizó la epidemia de virus zombi, o como lo bautizó el Dr. Milei: “Virus Ku-K 12”. La gente festeja en las calles. Con antorchas. Y picas.

Algunos creen que fue por las vacunas que distribuyó la misión de Médicos Sin Frontera. Otros, que lo resolvió el mercado, la ley de la oferta y la demanda (Nota mental: tengo que presentar un proyecto de adhesión a esa ley). En mi opinión, al virus lo curé yo. Soy pura determinación.

Los ministros organizaron para esta tarde un desfile en mi honor. Me hice confeccionar un uniforme como el de Milei, azul con correaje blanco cruzado, charreteras rojas y cuello duro al tono. Los apliques, todos de Pato Pampa, son dorados. El cinturón también es blanco, de Gucci, y la gorra de béisbol con penacho rojo tiene una leyenda que dice: “Chaco Puede”.

VIERNES 27 DE DICIEMBRE. El desfile fue un éxito total según la prensa chaqueña. Por suerte la temperatura bajó a 45ºC y los generadores respondieron al pelo bajo el toldo del palco refrigerado.
Lo hicimos frente a Casa de Gobierno porque el Parque de la Democracia ahora lo ocupamos de basurero municipal. Para llegar a María Sara teníamos que pagar un canon al Estado beligerante de Santa Inés de Roma.

En un acto de grandeza, los vecinos de La Ribera aceptaron cambiarle el nombre al barrio por uno más acorde a los efluvios del nuevo basural: “Colonia Baranda II”. Les regalé una placa alusiva y barbijos recuperados de la corrupción.

Vamos a crear el programa “Chanchek” en el Parque 2 de Febrero. Porque un zombi menos en la calle es un niño más en los videopóker, un maestro más en los hospitales, un médico más manejando un Uber.

El Plan A de los equipos técnicos era colocar un cerco electrificado. Les dije que ni en pedo: “Somos un gobierno de tranqueras abiertas”. Además los zombis escaparían durante los cortes de energía.
Pistoleti, CEO de Secheep S.A., observó que tenemos un acopio de paneles solares como para recuperar la soberanía energética pero nadie sabe cómo instalarlos: echamos a nuestros mejores hombres cuando privatizamos la empresa, entre ellos los que vivían en el Santa Inés y en Fontancia, por la ley de deportación voluntaria.

La solución, como siempre, la encontré yo. Me presento: soy Leandro Zdero; Arquitecto Leandro Zdero. Quizás me recuerden de películas como “Construcción y estructuras” y “Urbanismo y planificación”. A diferencia de Maldonado, no me formé en la Universidad de la Calle. Soy un académico. En fin, les ordené poner un panel al lado del otro, como si fuera un murito, creando una barrera infranqueable al menos hasta que los zombis aprendan a saltar.

El ministro Domínguez, siempre llevando la contraria, me advirtió que los zombis se trepan uno arriba del otro como peronistas, y forman montañas que pueden superar cualquier obstáculo. Livio, que es abogado, recomendó hacer un segundo muro, pero de biblioratos que simulen expedientes judiciales: “Si les queda un vestigio de humanidad, van a alejarse de los carpetazos matándose entre ellos. Win-win”. Tiene razón, es la kriptonita de los peronchos.

Los muchachos propusieron otro desfile en mi honor. Les dije que basta de desfiles por ahora.
SÁBADO 28 DE DICIEMBRE. El ministro Domínguez me hizo llegar un peiper sobre una fisura en la represa Yacyretá. “Si se rompe nadaremos en mierda”, graficó.

La gente del Instituto del Deporte propuso una salida superadora: “Si el agua nos llega al cuello hacemos la Nueva Fiesta del Dorado en pleno centro de Resistencia”. Ya armaron una caja chica para la organización del evento. Varios asesores se ofrecieron a proveer la alfalfa para los dorados, que saldría por compra directa.

Resico recomendó hacer un “breinstórmin”. En su libretita escribió: “Resistencia, la Venecia Suramericana”. Lo paré en seco: “Hoy es sábado muchachos, no se labura”.

Pasé el resto de la tarde tratando de conectarme a Internet.

DOMINGO 29 DE DICIEMBRE. Tuvimos que usar dos camiones cisterna de Sameep para llenar la pileta de natación de casa. El impacto en las reservas de agua potable de la ciudad fue marginal. Ahora que el Santa Inés y Fontancia no forman parte del Gran Resistencia, ni del Chaco, hay agua de sobra.

También hice instalar una media sombra para frenar la invasión de palomas que buscan saciar su irrefrenable sed de venganza. El problema es que anidaron encima y el patio está cubierto por una espesa capa de huano, o como lo llama el ministro Domínguez: “mierda de paloma”. Entiendo las quejas de los vecinos de Colonia Baranda II.

A la siesta apareció Matkovich vestido de brigadier, con Crocs amarillas, un fusil de paintball y una fusta:
–Se activó el sistema de alerta temprana: nuestros colegas paraguayos encontraron a Roy Nikisch deambulando por los pasillos del Shopping Del Sol, en Asunción. Estaba perdido desde septiembre.
Lo paré en seco:
–¿Alerta temprana? ¿Temprana a qué hora? A mí no me van a hacer levantar temprana, Niembra. Además es un problema de les resistencianes. Yo no lo voté. Y ahora dejame en paz: es domingo, no se labura.

LUNES 30 DE DICIEMBRE. Mañana se termina el año. Amanecimos sin luz y con temperaturas por encima de los 50ºC pero estamos muy emocionados. Capitanich me respondió el mensaje del martes 17: “Si tu idea es que vuelva al Chaco, mi respuesta es No”. Apátrida.

A la tarde organizamos una reunión de gabinete de emergencia y en dos patadas ya estábamos haciendo los preparativos para pasar el 31 en la casa de finde de Carim Peche, en Paso de la Patria. Es increíble lo que se puede lograr cuando todos tiramos para el mismo lado. Por eso siempre digo lo mismo: Chaco Puede.

Mi única duda era si llevaba o no el uniforme que había estrenado en el desfile. Opté por la sunga y la gorra con penacho. Cuando me estaba yendo a casa -siempre soy el último en retirarse del edificio, tipo cuatro de la tarde- Livio me dio una buena noticia:

–El diputado Gyöker no tiene el virus zombi.
–Pero si echaba espuma por la boca y tuiteaba con el teléfono apagado, le recordé.
–Estaba enojado nomás. Los paramédicos lo encontraron deambulando por la Avenida Sabin, cerca de la rotonda del Hiper. Les dijo que iba a discutir con quien sea, donde sea y de lo que sea. Le aplicaron tranquilizantes y lo llevaron a la clínica de Julito para que discuta con la enfermera.

MARTES 31 DE DICIEMBRE. Salimos para Corrientes muy temprano, a eso de las tres de la tarde, con las camionetas cargadas de Don Periñón. El turco nos aclaró que en el refugio antibombas tiene reservas como para abastecer a tres generaciones, pero mejor asegurarse. En Barranqueras se sumó Magda Ayala.

Cuando estábamos llegando a la rotonda de la Ruta 11 nos avisaron que Valdés había hecho cerrar el puente del lado correntino. Lo llamé por teléfono:
–Gustavo, ¡cómo me hacés esto!
–Declaramos el Chaco en cuarentena.
–No podés ser así, -le reproché-, con lo que te ayudé en mi campaña.
Empezó a hablar de promesas incumplidas. Decidí cambiar de tema:
–¿Lo que se escucha de fondo es ‘Puente Pexoa’, de Tránsito Cocomarola? ¿Acaso están de joda?
–No, no, el tránsito es lo que te cortamos a vos. Ja ja ja. Lo que escuchás de fondo es ‘El último sapucay’.

–‘El último samurai’, lo corregí. Logré arrancarle otra carcajada.
–Venite por el Segundo Puente, retrucó. Ahí me hizo reír a mí.
En fin, seguimos haciendo chistes hasta que me quedé sin batería.
Volver a Resistencia fue un martirio. Maldonado y Matkovich ya se habían bajado dos cajas de champán a temperatura ambiente (53ºC a la altura de Barranqueras, donde dejamos a Magda). En la avenida 9 de Julio, a los pies de esa estatua con el dedo que apunta al cielo, y que el humor popular bautizó “El terror de los paracaidistas”, nos esperaba una sorpresa.
Un piquete de zombis. Técnicamente era una muralla de cuatro metros de altura de cuerpos oscurecidos por una nube de moscas. Convencí a Magda de mandar una retroexcavadora para abrirnos paso.

Llegamos a Resis a las veinte horas con el hedor de los cadáveres pegado a la ropa. Pasé por casa para meterme un rato en la pile, después me llené de perfume francés y arranqué para el Entrepiso, donde obligué a todo el gabinete a pasar Año Nuevo.
Esta noche termina el 2024. Qué nos deparará el destino.

CONTINUARÁ… C.M.

Diputados

La explicación que me faltaba para entender el rechazo al crédito de US$ 150 millones que pretendía Zdero

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En el programa de Tonino Guinter la diputada provincial Paola Benítez dio la explicación que me faltaba para entender el rechazo al crédito de US$ 150 millones que pretendía Zdero.

A saber, el Ejecutivo provincial le pide autorización a la Legislatura para tomar deuda por el equivalente a US$ 150 millones. Un organismo internacional de crédito le presta esos dólares al Chaco, pero quien los recibe es Toto Caputo, y Zdero se compromete a devolverlos (llegado el momento, el capital e intereses de ese crédito se descontarán de la coparticipación que Nación le envía a la Provincia: menos plata para sueldos, obras, etc.).

Como se endeudó en dólares pero lo que necesita para “hacer obras” son pesos, el gobierno de Milei emite esos pesos y se los manda. Ahora Milei tiene US$ 150 millones fresquitos para achicar el déficit del Banco Central y poder pagarle al Fondo, y encima no le debe un mango a nadie. El que se endeudó fue Zdero.

HUMO EN EL CIELO CHAQUEÑO

Ahora bien, ¿para qué quiere Zdero esos 150 palos verdes? Cuando uno revisa el proyecto de ley de emergencia hídrica y energética no encuentra un objeto específico, sólo una descripción apocalíptica de un escenario que ya describió la Secretaría de Energía de la Nación: cuando hagan 50ºC no vamos a tener luz, y como no van a andar las estaciones de bombeo, tampoco agua.

Según Jorge Capitanich, el Chaco no necesita esa guita para terminar las obras energéticas que quedaron pendientes en diciembre: necesita gestión. Si esas obras se terminan, tenemos soberanía energética y que Milei se haga una lavativa de Tang de pomelo. No tengo elementos para afirmar que sea como dice Coqui. De todos modos, el proyecto de ley no lo menciona: no dice “con esa plata vamos a terminar tal y tal obra”.

Lo que dice es que Infraestructura, Secheep y Sameep, además de “restringir” la demanda de energía, podrán “adquirir mediante contratación directa, los bienes, materiales, insumos, equipos, servicios y ejecución de obras tendientes a asegurar el normal abastecimiento de agua y energía eléctrica”. O sea: piden US$ 150 millones pero no tienen un plan, sólo una idea general.

También crean un “programa de créditos a tasa subsidiada” para que la gente implemente “sistemas de energía renovable (tales como paneles solares, generadores eólicos, y otras tecnologías limpias)”. Hagamos números: en enero, para un consumo de 400 kW/mes, que es bien poquito para el Chaco, un sistema “off grid” de paneles solares (los que tienen baterías y guardan la energía que se colecta cuando hay sol) costaba US$ 12.000 sin contar la instalación. Al tipo de cambio oficial, tendrían que estar repartiendo créditos personales de 11 millones y medio de pesos por pera. Sólo en el Gran Resistencia hay unos 140 mil hogares. Si el NBCH tan sólo aprobara créditos para llegar al 10% de ese universo, ya no quedaría un mango de los US$ 150 millones del empréstito.

Producen más humo que la Amazonía.

VUELTOS

No está de más preguntarse de quién fue la idea del crédito. Viendo quién se beneficia y quiénes se perjudican, la respuesta parece evidente: fue de Toto Caputo. Si hubiera sido idea de Leandro al menos hubieran detallado en qué la iban a invertir. De hecho, tanto Bistoletti, presidente de Secheep, como Hugo Domínguez, ministro de Infraestructura, afirmaron tener “soluciones alternativas” para mitigar la falta de energía.

La insistencia previa del aparato de propaganda oficial para la aprobación del crédito, la intervención de Capitanich para que el PJ votara en contra y la reacción indignada del oficialismo por el rechazo a la norma nos dan una idea de la magnitud del golpe recibido.

Habida cuenta de que varios legisladores que entraron en las listas de Capitanich votaron proyectos de Zdero sin ponerse colorados, cabe la sospecha ciudadana de que hubo acuerdos secretos para la aprobación del crédito. Y como era una ley cuyo objeto era conseguir miles de millones de pesos, es razonable pensar que la moneda de cambio de esos acuerdos fue de la misma especie: guita por votos.

Pero lo que sea que les hayan ofrecido -efectivo o paneles solares- no alcanzó. Por eso, tal vez, el aparato mediático provincial se avino a escrachar al diputado peronista Juan Carlos Ayala difundiendo el videíto de un altercado en el estacionamiento del Hospital Perrando. Chapear con la credencial de diputado cuando se está cometiendo una infracción es de cuarta, pero convertirlo en noticia provincial se parece más a un vuelto.

También podríamos preguntarnos cuánto costaron los votos radicales del Congreso, que en un primer momento aprobaron un aumento a los jubilados y después aplaudieron el veto de Milei. Pero eso ya es ir demasiado lejos.

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Opinión

La casta

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Hay algo que no se le puede reprochar a Javier Milei: le puso nombre a una convicción colectiva: la casta. No inventó la palabra, la direccionó.

La peor de las castas es la casta política, según Milei. No es la única que hay, pero es la que le pone palos en la rueda a la libertad. En nuestra acepción un poco menos mística, oficia de polea de transmisión para que el poder se ejerza sin el uso de la fuerza bruta, votos mediante, y se transfiera del pueblo a la oligarquía. La casta es un dispositivo.

La casta es siempre mala aunque la política no tenga la culpa. Hay políticos buenos, con vocación de servicio, y políticos malos que se sirven de la política para hacer negocios personales o la ponen al servicio de las corporaciones. Zdero, sin ir más lejos, es la casta. Ganó pero es la casta.

Y por supuesto la casta es transversal a los partidos políticos. Cuando Jorge Capitanich habló de constituir un ‘Gabinete en la sombra’ apuntaba a tener desde el PJ una herramienta de control democrático del gobierno, pero necesitaba intérpretes con vocación de servicio que pensaran un proyecto de provincia, programas, alternativas para el bien común. Burócratas no necesitaba: ya tenía un montón. Pues bien, el ‘Gabinete’ nunca se constituyó. Ganó la casta.

Volvamos a Zdero. Las filtraciones respecto al gasto en propaganda oficial para crear un cerco mediático que lo aísle de la falta de gestión y el entramado de corrupción que armó bajo sus pies (sin ir más lejos, tres diputados peronistas acaban de llevar a la Justicia una denuncia por la falta de rendición de $109 millones en el Instituto del Deporte) son el índice de que la casta está vivita y coleando. No por nada el presentador de Telenueve Denuncia comparó a Marcos Resico con Horacio Rey. Si no fuera porque el fiscal federal Patricio Sabadini está con el corazón partío, ya estarían todos imputados y en la gayola.

Perón decía que los radicales “…sobre todo padecen de una insuperable imposibilidad de hacer, de construir. Tienen la manía de hablar sobre los problemas, de no darles solución (…) Ninguno de ellos podía desprenderse de esa mentalidad de café”. Lo que no pudo predecir es que el peronismo también se llenaría de charlatanes, de atorrantes, tilingos y fachos. Ser casta es una elección existencial, una filosofía.

La presentación de un nuevo sello en el peronismo, deja vu que viene a repetir la fórmula infinita de buscar cargos con el argumento de que no se buscan cargos ahorrándose el esfuerzo de presentar un proyecto de provincia y apoyándose en un improbable caudal de votos, es otro ejemplo de cómo sigue ganando la casta. Y esto al margen de que el peronismo se deba un debate para definir el rumbo.

En medio de la rutina de preguntarnos cómo vamos a pagar la factura de Secheep o qué marca de fideos nos podemos permitir, nos alimentamos de escándalos cotidianos, de insultos e inmoralidades. El problema de apuntarle a la casta es llevarse puesta a la política como herramienta transformadora.

Lejos de estas reflexiones, la dirigencia castosa sólo mide sus posibilidades de éxito en términos de integración de listas para seguir viviendo de la política. Y los que tienen caja meten la mano sin vergüenza. Que debatan los giles.

 

Cristian Muriel

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Opinión

El Movimiento CER y la Reconfiguración del Justicialismo Chaqueño

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La política argentina, en particular la del Chaco, atraviesa un periodo de reflectingión y reorganización. En este contexto, Gustavo Martínez, líder de la «Corriente de Expresión Renovada» (CER), ha tomado la iniciativa de realizar una serie de encuentros en el interior de la provincia, con el objetivo de marcar una posición clara ante la influencia del actual presidente del Partido Justicialista (PJ), Jorge Capitanich. Este movimiento se presenta como una respuesta a las tensiones internas del PJ y busca definir un rumbo claro para la militancia justicialista de cara a las próximas internas.

Un Contexto Político Tenso

 

La situación actual del PJ en Chaco es compleja, caracterizada por una notable fragmentación. Capitanich, exgobernador y figura central del justicialismo, ha intentado afianzar su control sobre el partido desde su regreso al escenario político. Esto coincide con un momento crítico en la legislatura provincial, donde se discute la emergencia energética. Pese a sus esfuerzos, las reacciones de otros legisladores, como el jefe del bloque del PJ, Atlanto Honcheruk, muestran que el liderazgo de Capitanich no es tan indiscutido como podría parecer. La disposición de algunos miembros del partido a dialogar con el Gobierno provincial evidencia el surgimiento de corrientes internas que cuestionan la centralización del poder en la figura del exgobernador.

La Estrategia de Gustavo Martínez

 

En este contexto de fragmentación y disputas internas, Gustavo Martínez ha diseñado una estrategia que se fundamenta en la creación de encuentros regionales. Se planea llevar a cabo entre cinco y diez reuniones en diferentes localidades del interior del Chaco con el propósito de revitalizar el CER y posicionarlo como una opción viable dentro del justicialismo. Esta estrategia no solo busca fortalecer el movimiento de Martínez, sino también construir una narrativa que contrarreste la influencia de Capitanich en la toma de decisiones del partido.

La dinámica de estos encuentros parece enfocarse en la construcción de un espacio de diálogo y participación para los militantes y simpatizantes del PJ, promoviendo la autocrítica y la formulación de propuestas que sean pertinentes en el contexto actual. Uno de los eventos más relevantes propuestos es el «Primer Congreso Abierto de la Militancia Peronista en el Chaco», que se llevará a cabo el próximo mes. Este congreso se plantea como un foro de discusión sobre los desafíos del justicialismo chaqueño, buscando reconectar con una base que ha mostrado signos de descontento tras la derrota electoral frente a Leandro Zdero el año pasado.

Desafíos y Oportunidades

 

El regreso a la acción política de Martínez y Capitanich no está exento de desafíos. En un momento donde la población está cada vez más preocupada por la situación económica del país, la resonancia de las luchas internas en el justicialismo podría parecer desconectada de las urgencias cotidianas de los ciudadanos. En un contexto de recesión, los problemas de gestión, la falta de propuestas innovadoras y la incapacidad de integrar las demandas de la ciudadanía en las agendas políticas son cuestiones que han comenzado a preocupar tanto a los líderes como a las bases del partido.

Sin embargo, la intención de Martínez de llevar propuestas claras y una renovada autocrítica puede abrir oportunidades no solo para su movimiento, sino para una reconstrucción más efectiva del PJ en Chaco. La posibilidad de que hasta diez listas compitan en la próxima interna del justicialismo podría enriquecer el debate y ofrecer a los votantes diferentes alternativas, permitiendo que se escuchen más voces dentro del partido.

Un Futuro Incierto

 

A medida que se acercan las internas del PJ, la pregunta es: ¿logrará Martínez generar suficiente apoyo como para desafiar la hegemonía de Capitanich y su grupo? Las decisiones que se tomen en los encuentros planificados y en el Congreso Abierto resultarán fundamentales para definir el rumbo del justicialismo chaqueño. La capacidad de generar una estructura de diálogo, escucha y propuesta innovadora será clave para aquellos que buscan no solo posicionarse en el liderazgo, sino también recuperar la confianza del electorado.

Si bien el panorama es incierto, la política en el Chaco parece estar en un punto de inflexión. La resonancia de estos eventos llevará a una mirada más crítica sobre el impacto de la política interna y su conexión con las demandas de una población que necesita respuestas concretas y efectivas en tiempos de crisis. En este sentido, el movimiento de Gustavo Martínez puede ser visto como un intento de revitalizar la conversación política en el justicialismo y de reconstruir puentes con aquellos que han sentido la desconexión entre sus necesidades y las respuestas de sus representantes. El tiempo dirá si esta estrategia será suficiente para marcarle la cancha a Capitanich y traer un cambio real al PJ en el Chaco.

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