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Politica

A 23 años, la Corte Suprema dejó firmes las condenas por la represión de diciembre de 2021

El exsecretario de Seguridad de la Nación, Enrique Mathov y el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos fueron encontrados culpables en 2016 tras un juicio oral en el Tribunal Oral Federal 6 por la muerte de Gastón Riva, Carlos Almirón y Diego Lamagna. Ahora deberán cumplir las respectivas condenas de 4 años y tres meses de prisión y de 3 años y seis meses.

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Cuando faltan dos meses para que se cumplan 23 años de la brutal represión en medio de las manifestaciones contra la gestión del entonces presidente Fernando De la Rúa, el 20 y 21 de diciembre de 2001, la Corte Suprema de Justicia dejó firmes las condenas a prisión al exsecretario de Seguridad del Gobierno de la Alianza, Enrique Mathov, y al ex jefe de la Policía Federal de ese periodo, Rubén Santos, en el marco de la causa que investigó los homicidios de Alberto Márquez, Gastón Riva, Carlos Almirón y Diego Lamagna y la tentativa de homicidio de Martin Galli y Paula Simonetti, además de las lesiones, en distinto grado, cometidas en perjuicio de 117 víctimas. La represión se desató también en el interior del país y dejó un total de 38 muertos y decenas de heridos.

En su fallo, el máximo tribunal declaró “inadmisibles” los recursos extraordinarios que habían sido presentados por las defensas de ambos condenados, por lo que quedaron firmes las penas impuestas tras una revisión de la sentencia en la Cámara Federal de Casación.

De esta manera, Mathov deberá cumplir 4 años y tres meses de prisión y Santos, 3 años y seis meses. Los dos fueron condenados a cumplimiento efectivo, lo que recién se dará ahora, ya que permanecían en libertad porque la sentencia no estaba firme, pero al ser mayores de 70 años (Mathov tiene 76 y Santos, 78), podrían pedir el arresto domiciliario.

Mathov y Santos fueron encontrados culpables en 2016 tras un juicio oral en el Tribunal Oral Federal 6 por la muerte de tres manifestantes, Gastón Riva, Carlos Almirón y Diego Lamagna, y por las heridas que la Policía causó a otras 20 personas durante las protestas en Plaza de Mayo, en medio del Estado de sitio que había decretado De La Rúa. El veredicto de ese juicio oral fue apelado, lo revisó Casación y ordenó modificar las penas, que fueron reducidas. Ahora la Corte las dejó firmes al rechazar los recursos.

En tanto, la revisión de la condena del expolicía Norberto Gaudiero se declaró “inoficiosa” porque su defensa informó su fallecimiento, al igual que el expolicía Raúl Roberto Andreozzi.

Rubén Santos y Enrique Mathov

El testimonio de la hermana de Diego Lamagna, asesinado en la represión de 2001

Karina Lamagna, hermana de Diego Lamagna, asesinado durante la represión policial del 20 de diciembre de 2001, relató hace un tiempo que, durante más de dos décadas, su familia padeció “una impunidad que vulneró sus derechos”, y aseguró que con “años de lucha, garra y corazón” se pudo conocer la verdad de lo que sufrieron las víctimas de la violencia institucional ejecutada durante el estallido social.

En diálogo con la agencia Télam, Karina contó que, en diciembre de 2001, Diego había viajado desde Córdoba donde vivía hasta la localidad bonaerense de Avellaneda para pasar las fiestas junto a su madre, en un momento en el que atravesaba “una gran incertidumbre económica y duelo para la familia” por la muerte de su hermana, sucedida en marzo de ese año.

“Diego trabajaba en una panadería desde los 11 años. Veía como todo lo que se había construido con mucho sacrificio se iba cayendo por la cuestión económica. Inclusive mi mamá, que era pensionada, sufrió recortes ese año. Estábamos todos recontra precarizados con trabajos que no cubrían para nada los consumos básicos”, recuerda Karina.

Diego y su mamá siguieron “muy atentos” las noticias sobre lo que sucedía en esos convulsionados días que marcarían el final del gobierno de la Alianza, con el “corralito, que fijaba un límite para la extracción de dinero en efectivo de los bancos, saqueos a los comercios, Estado de Sitio, y la represión policial del día 20.

La imagen de las Madres de Plaza Mayo reprimidas cuando intentaban hacer la tradicional ronda de los jueves lo movilizó a salir a las calles y protestar contra un estado de cosas que parecía arrasarlo todo.

“Eso de las madres para él cómo que se cruzara un límite. Sintió que, si las vulneraban a ellas, le podían hacer lo mismo a su mamá. Él siempre fue muy protector y solidario, y esa situación significó para Diego como la representación del ‘que se vayan todos’. Entonces decidió salir a la calle a protestar”, recuerda su hermana.

Como miles de personas que ese día ganaron las principales arterias del centro porteño en abierto desafío al Estado de Sitio, Diego se integró a las columnas espontáneas de manifestantes que intentaban llegar a la Plaza de Mayo.

Eran grupos de personas de a pie que avanzaba y retrocedían en un intento de copar la Plaza de Mayo, mientras los efectivos de Policía Federal los dispersaban con balas de goma, gases y cargas de caballería.

En una de esos embates de los efectivos de la Federal, y cuando Diego se encontraba sobre Avenida de Mayo en el cruce con Tacuarí, recibió una perdigonada de plomo, disparada por una escopeta.

Los demás manifestantes intentaron socorrerlo; buscaron ayuda, pero no pudieron salvar su vida. Diego murió cuando la asistencia llegó al lugar donde había caído.

El 21 de diciembre, los amigos del joven fueron los primeros en percatarse de que en la portada del diario Clarín había una foto de su cuerpo sin vida, e inmediatamente buscaron a la madre para llevarla a la morgue judicial, donde “les decían que los cuerpos eran NN y no sabían a quién pertenecían”, evoca Karina.

Ella buscó al médico del SAME que en la foto le estaba haciendo técnicas de respiración y verificó que en las actas del hospital Argerich, el cuerpo de Diego entró documentado.

Karina recordó que gracias al aporte de una enfermera supo también que habían llevado la vestimenta del joven a una comisaría del barrio porteño de La Boca.

“Me arrojaron sus ropas ensangrentadas y en mi desesperación yo les decía ‘¿esto no es prueba? ¿no se lo tienen que quedar ustedes?’. Después me enteré de que había una intención de desaparecer los cuerpos y una decisión de (la jueza federal) María Servini (de Cubría) la que logró impedirlo”.

El 22 de diciembre, Karina recurrió al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) con la idea de que la causa abarque a los responsables políticos de la orden emanada y a los responsables materiales del asesinato.

Desde su perspectiva, el accionar de la fiscalía “fue paupérrimo y tuvo graves desinteligencias”, y señala que las pruebas, testimonios y filmaciones (hasta de las cámaras de la Policía) las aportaron los familiares y el CELS.

“Llegar a saber cómo fueron los hechos que causaron la muerte de Diego y las otras víctimas fue todo lucha y garra por parte de las las familias. En la causa se sabe de dónde partió la perdigonada que mató a Diego y que fueron escopetas usadas por la Policía Federal”, afirma Karina.

El testimonio de la madre de Carlos Almirón: “Le cortaron las alas por protestar”

Carlos ‘Petete’ Almirón era un estudiante de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que murió en las calles del centro porteño durante la represión a las protestas del 20 de diciembre de 2001.

Para su madre, Marta Almirón, a ‘Petete’ “le contaron las alas” por movilizarse y denunciar “lo mal que estaba el país” en aquellos convulsionados días que signaron el final del gobierno de Fernando De la Rúa.

Carlos tenía 20 años, colaboraba con la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y militaba en un movimiento barrial independiente de izquierda en Remedios de Escalada.

“Fueron a la plaza para que se vayan todos y al final se fueron nuestros hijos, mi hijo al menos. Tendría que estar en los libros, en la historia de argentina”, señaló Marta hace tres años en declaraciones a Télam Radio.

“Después de que se murió y me contaron todas las cosas que hizo en su corta edad, recién ahí acepté que ya no estaba conmigo”, explicó su mamá.

En la entrevista, Marta recordó que el 19 de diciembre se despidió de Carlos y sus compañeros cuando se dirigían a Plaza de Mayo, con la intención de sumarse a la multitud que desafiaba en las calles el Estado de sitio.

“Fui a despedirme de ellos y les pregunté ‘¿Están por arreglar el mundo?’ y me respondió ‘En eso estamos, Mami´”, evocó.

Ese fue el último día que la familia de Carlos lo vio con vida. Almirón había avisado a su abuela que volvería al día siguiente, pero no pudo cumplir esa promesa.

El militante popular recibió un disparo en el pecho cuando se encontraba al frente de una columna de manifestantes en Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo y falleció en el Hospital Argerich como consecuencia de una hemorragia interna.

Al otro día, Marta esperaba que llegara su hijo, pero volvió a verlo “tres días después y en un cajón”, en el que le entregaron sus restos.

“Nos dicen que los culpables ya están muertos (como De la Rúa), o ya son grandes, ¿y nosotros? ¿no vale nuestro dolor? ¿no vale nuestra perdida?”, planteó Almirón.

“Deseo que realmente se haga justicia. Hasta ahora, lo van posponiendo y los años van pasando. Una madre siempre va a escarbar hasta lo último, mientras siga caminando voy a seguir si Dios quiere”, aseguró Almirón.

El testimonio de Camila, la hija de Gastón Riva, el motoquero asesinado en 2001

Camila Riva, hija del trabajador de reparto de motos Gaston Riva, una de las víctimas emblemáticas de la represión policial del 20 de diciembre de 2001, tenía apenas 8 años cuando su padre fue asesinado en las calles del centro porteño, y asegura que, desde entonces, creció acompañando el reclamo de justicia que durante años sostuvo su familia y “para mantener la memoria”.

“Desde el 2001, nada fue igual para nadie en la Argentina. A medida que fui creciendo, empecé a tener noción de lo que había pasado. Desde entonces, la gente piensa más en política y se pregunta por sus derechos”, reflexionó Camila Riva hace tres años en declaraciones a Télam.

Camila, hija del matrimonio que Gastón había formado con María Arena, recuerda que, el día que murió su papá, su mamá estaba “muy nerviosa atenta a la televisión y a su familia que corría ”de un lado para el otro buscando información“.

Fue recién a la mañana siguiente que le explicaron que su padre había fallecido como consecuencia de la represión.

“Me entere al día siguiente cuando mi mamá me lo contó, me dijo que él ya no estaba más. También me acuerdo mucho del momento en que fuimos a Ramallo, la ciudad donde nació mi papá para velarlo y enterrarlo”, explicó Camila.

Su padre tenía 31 años cuando el 20 de diciembre de 2001 fue baleado por la policía en la esquina de Avenida de Mayo y Tacuarí.

Ese día había ido con su moto hasta la Plaza de Mayo para manifestarse en contra del gobierno de Fernando de la Rua; tras ser alcanzado fue trasladado al Hospital Argerich y allí murió.

“Creo que mi papá no salió por su situación en particular sino por lo que pasaba en la Argentina. Se vivía un momento con mucha pobreza y faltaba trabajo. La violencia de la Policía ese día era tremenda. Fue algo que conmovió muchísima gente”, remarcó Camila.

“Lloré cuando dieron las condenas en 2016 porque fueron bastante escasas. Pensé que iba a pasar otra cosa, Mathov y Santos recibieron pocas penas por haber tenido tanta responsabilidad. Fueron 39 muertos en todo el país”, apuntó.

A los 28 años, Camila formó una familia y se mudó al sur este año, y de esta forma siete que cumplió un anhelo que su padre quería alcanzar y no pudo.

A más de dos décadas de estallido social que se llevó puesto al gobierno de la Alianza, Camila destacó como “importante” que en la agenda de los colegios secundarios “se hable de este capítulo de la democracia argentina porque ”hay mucha desinformación“ al respecto.

“La historia reciente es lo que hace que se tomen ciertas decisiones como el voto y los posicionamientos políticos. Son veinte años que marcaron un antes y un después. No hay que olvidar que esto que pasó fue gravísimo y se tiene que mantener la memoria”, puntualizó.

Con información de agencias.

 

Fuente: elDiarioAR 

CORRUPCION

Pagos Anticipados a Empleados Públicos: Un Escándalo Financiero en el Instituto del Deporte Chaqueño

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La administración pública, en su vasta complejidad, es un espacio donde se deben manejar con escrupulosa ética y transparencia los recursos del Estado. Hoy, en el contexto del Instituto del Deporte Chaqueño, nos encontramos ante un caso que ha causado gran revuelo y que exige un análisis profundo: los pagos anticipados a empleados públicos, específicamente a los señores Walter Adrián Rodríguez y Osvaldo Adrián Quirós, con un desembolso controversial de 34,5 millones de pesos cada uno.

 

Contexto del Instituto del Deporte Chaqueño

 

El Instituto del Deporte Chaqueño tiene la responsabilidad de promover y desarrollarse en el ámbito deportivo provincial. Con una estructura que incluye personal de planta permanente, está diseñado para ser un pilar en la formación y promoción de deportes en la región. Sin embargo, la reciente controversia ha puesto en tela de juicio la administración de sus recursos y la gestión de sus empleados.

La Revelación de los Pagos Anticipados

 

Los pagos anticipados por una suma total de 150 millones de pesos han desatado un escándalo sin precedentes. En un sistema donde los fondos públicos deben ser manejados con la mayor transparencia, nos encontramos con que estos 34,5 millones fueron depositados en cuentas personales de dos empleados, lo que plantea serias dudas sobre la legalidad y la ética detrás de tales acciones.

¿Justificable el Anticipo?

 

La pregunta que todos se hacen es: ¿hay alguna justificación válida para estos pagos? Según los criterios de la administración pública, los anticipos salariales deben tener justificaciones claras, como necesidades específicas de financiación para proyectos relacionados con la actividad del empleado dentro de sus funciones. Sin embargo, el análisis de la situación revela un uso que podría clasificarse como impropio, sin ningún tipo de respaldo que acredite el uso de estos fondos.

Una Llamada a la Investigación

 

Es imperativo que este asunto no se tome a la ligera. La posible malversación de caudales públicos es, sin lugar a dudas, un delito que no solo afecta a la administración pública, sino también a la confianza ciudadana en las instituciones. La administración pública, por su naturaleza, debe ser responsable ante la ciudadanía, que espera un manejo transparente y cuidadoso de sus recursos.

Sin lugar a dudas, la situación es alarmante. No es común que una suma tan considerable sea depositada de manera directa en cuentas personales, particularmente en el contexto de salarios que rondan los 200 mil pesos mensuales. Este tipo de decisiones no solo son cuestionables, sino que también plantean interrogantes sobre el sistema de controles interno que debe existir en cada una de las entidades públicas.

La Reacción de la Opinión Pública

 

La población chaqueña, al enterarse de este hecho, ha reaccionado con indignación. Frases como “nos cagaron 150 palos” son reflejo de una frustración colectiva frente a la percepción de impunidad y corrupción en las instituciones. La pregunta que surge es: ¿qué pasos se deben seguir para corregir esta situación?

Exigencias de Transparencia

 

La respuesta radica en exigir mayor transparencia. La ciudadanía debe alzar su voz y demandar a las autoridades que realicen investigaciones exhaustivas y que se aplique la ley a todos aquellos involucrados. La falta de acción ante un caso tan grave podría dar lugar a un clima de desconfianza que, a largo plazo, perjudica no solo a la administración pública, sino a las políticas deportivas en la provincia.

Promover una Cultura de Ética Pública

 

Además, es fundamental que se promueva una cultura de ética pública donde se respete el papel del Estado como gestor de los intereses y necesidades de la población. Esto implica no solo la condena de actos irregulares, sino también la implementación de medidas preventivas que eviten que situaciones como esta se repitan en el futuro. La capacitación de empleados públicos en ética y transparencia debe ser una prioridad.

Conclusiones

 

El escándalo de los pagos anticipados a empleados públicos del Instituto del Deporte Chaqueño es un claro llamado de atención para garantizar una administración pública confiable y responsable. La posible malversación de fondos públicos no es un tema que debería ser ignorado o minimizado; al contrario, debe ser investigado a fondo y llevado ante la justicia.

No se trata solo de la pérdida de dinero, sino de la confianza de la ciudadanía en sus instituciones. La transparencia, la ética y la responsabilidad deben ser los pilares sobre los cuales se construya la administración pública, asegurando que cada peso de los contribuyentes sea utilizado para el bien común y no para el enriquecimiento personal de unos pocos.

La historia de Pedro y su desilusión frente a la corrupción no es solo suya; es el reflejo de muchos ciudadanos que demandan un cambio. Es hora de actuar, investigar y restaurar la fe en el sistema.

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Politica

Gran Encuentro con la Militancia Peronista en Barranqueras

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En un reciente encuentro en Barranqueras, Juan Carlos Ayala, referente del justicialismo, compartió su visión sobre la situación actual del movimiento y la necesidad urgente de un verdadero acompañamiento a los sectores más vulnerables, especialmente a los jubilados y a los ciudadanos en general. Ayala no solo abordó la situación crítica que enfrenta la sociedad, sino que también cuestionó la falta de acción decisiva que, a su juicio, debería estar liderando el justicialismo en este momento.

Desde el inicio de su discurso, Ayala dejó en claro que la preocupación por el presente y el futuro del movimiento justicialista es acuciante. «Este año se está por terminar y seguimos con la autocrítica, cuando lo que realmente deberíamos estar haciendo es trabajar por un nuevo Chaco, enfocado en la producción y el empleo, con propuestas renovadoras», señaló. Esta reflexión invita a una profunda evaluación de la estrategia del justicialismo en el contexto actual, donde las necesidades de la población parecen no estar siendo atendidas de manera efectiva.

El justicialismo, sugiere Ayala, tiene que superar el estancamiento y la complacencia. A pesar de los esfuerzos evidentes de militancia y dirigencia, él enfatiza que las obras y proyectos que supuestamente deberían estar beneficiando a la comunidad se ven empañados por «errores propios» y «soberbia». Es un reconocimiento que implica no solo una mundana evaluación de logros y fracasos, sino un llamado a la acción: «Si no revisamos los errores del pasado, corremos el riesgo de perpetuarlos en el futuro».

Ayala citó una frase del General Juan Domingo Perón que resuena con fuerza en el contexto actual: «Los hombres somos todos buenos, pero si se nos controla, somos mejores». Esta afirmación subraya la importancia de la accountability dentro de la política, insinuando que la falta de control y crítica interna ha contribuido al deterioro del movimiento. Para él, no se trata simplemente de criticar, sino de adoptar un enfoque constructivo que permita aprender de los errores y forjar un camino hacia adelante.

La defensa de las alianzas permanentes sobre las transitorias fue otro punto crucial en el discurso de Ayala. Afirmó que «las únicas alianzas permanentes son las económicas» y que las políticas, por su naturaleza, son cambiantes. Sin embargo, eso no debería ser un impedimento para que la militancia colabore eficazmente con todos los sectores involucrados, desde la política hasta el empresariado nacional y popular. Reiteró la importancia de la movilización y la organización como herramientas estratégicas para enfrentar la situación actual, especialmente en un contexto donde algunas organizaciones han sido estigmatizadas por la percepción pública.

En sus palabras, Ayala expone una visión esperanzadora, señalando que «cuanto más rápido se desahoguen los compañeros, mejor será la situación». Esto indica una clara voluntad de trabajar en favor de la base social del justicialismo, de entender sus necesidades y expectativas, y de actuar en consecuencia. Una vez más convoca a la militancia a unir fuerzas y trabajar codo a codo para avanzar hacia un futuro más prometedor.

El encuentro también destacó un dato alentador: la participación activa e interesada de los intendentes, con casi 40 presentes en la última reunión. «Estamos sembrando en un terreno que se va abonando hacia el futuro», comentó Ayala. Esto indica un cambio en la dinámica de la política local y la intención de fomentar un diálogo constructivo que involucre a todos los sectores.

Las reuniones continúan, con un plan claro de trabajo que incluye encuentros en Barranqueras, Resistencia y Sáenz Peña, poniendo énfasis en la importancia de cerrar debates y acordar cómo proceder en un contexto de incertidumbre. Ayala reafirma su compromiso y el de su equipo con la militancia, con la certeza de que, a través de un esfuerzo conjunto, podrán superar los desafíos que enfrentan.

En conclusión, el mensaje de Juan Carlos Ayala en Barranqueras es un llamado a la acción, una invitación a la reflexión y a la unidad dentro del movimiento justicialista. Consciente de los errores del pasado y firme en su deseo de construir un nuevo futuro, Ayala aboga por un justicialismo renovado, centrado en las necesidades de los ciudadanos y en la construcción de un Chaco más equitativo y productivo. La militancia tiene ante sí un desafío considerable, pero también una oportunidad invaluable para reconfigurar el rumbo del justicialismo, reafirmándose como una fuerza aliada de la sociedad.

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Politica

ESCÁNDALO EN LA JUSTICIA El Fiscal Sabadini pidió la recusación y apartamiento del Juez Mianovich en la causa «Tito» López

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El mismo día que se realizaron las indagatorias al «Clan» López, el Fiscal Federal Patricio Sabadini denunció «irregularidades» en el acceso al link donde permitía acceder a la videoconferencia de indagatorias. Visiblemente molesto, planteó ante Canal 9 que estas irregularidades eran «llamativas» en medio de una causa judicial tan sensible. Si bien en principio barajó la posibilidad de pedir la nulidad de las indagatorias, señaló que no era su intensión «burocratizar el proceso». Ahora, pidió la recusación y apartamiento de la causa del Juez Ricardo Mianovich. 

PATRICIO SABADINI AL TÉRMINO DE LAS INDAGATORIAS MOLESTO CON EL JUEZ MIANOVICH

«Estamos conectados desde hace media hora, esperando que nos dejen ingresar, y el juez decidió comenzar la audiencia sin la fiscalía presente», había contado a las cámaras de N9 el Fiscal Patricio Sabadini al término de las indagatorias que se realizaron el día martes 17 de septiembre. Con ello, el letrado abrió la puerta hacia un conflicto en el fuero Federal y acusó directamente al secretario del juzgado, Javier Pastore, por la gestión de las audiencias y la falta de comunicación. También señaló al Juez de la causa, el Dr Ricardo Mianovih manifestando que no era la primera vez que padecen situaciones como ésta.

 «Esto es un escándalo, y ya es la gota que colma el vaso. No podemos seguir permitiendo estas arbitrariedades», había precisado el Dr Sabadini anticipando que denunciaria al Juez por este hecho.

Finalmente, este miércoles realizó la presentación formal donde pidió «recusación y apartamiento» del Juez Mianovih y del Dr. .Javier Pastore. En sus fundamentos, el Fiscal Sabadini expuso: «quedó de manifiesto la parcialidad y el interés en la causa por parte del Sr. Juez habiéndose constatado una grave falta que tradujo un entorpecimiento y obstaculización de la oportuna intervención este Ministerio Público Fiscal como parte esencial en el proceso penal.»

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