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Economia

Jubilaciones, subsidios y obra pública: cómo funcionará la “motosierra” del Gobierno en 2025 según el Presupuesto

Las principales partidas de gasto tendrán techos determinados. El Ejecutivo aseguró que avanzará en privatizaciones y espera un superávit comercial menor al de este año

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El proyecto de Presupuesto que el Gobierno hizo llegar este domingo al Congreso volverá a incluir un límite al gasto público para no desviarse del equilibrio en las cuentas públicas, con algunas partidas presupuestarias que, como es habitual, tendrán un manejo discrecional y quedarán a tiro de ajuste en caso de que el margen fiscal a lo largo de 2025 sea menor, y dos gastos inelásticos, como las jubilaciones, que tienen una fórmula mensual propia, y los intereses de deuda.

El equipo económico planteó primero un escenario de equilibrio en las cuentas públicas luego del pago de intereses de deuda. Luego, identificó las partidas que tienen reajuste automático -básicamente las jubilaciones y pensiones- y luego asignó el resto de los gastos con ese techo previsto, que está definido por la cantidad de ingresos esperados para este año.

Puesto en números: los recursos totales proyectados son equivalentes a 15,1% del Producto Bruto y un 0,3% del resto del sector público. Y desde ese punto de partida fue “repartiendo” el tamaño de los gastos, siempre expresado en términos del PBI: 6,3% para las jubilaciones, 2,6% para la asistencia social, 1,8% para los salarios del sector público, 0,8% para los subsidios, 0,6% para gastos de capital (obra pública), 0,5% para las universidades y un 1,2% para el resto. También se reserva un 1,5% del Producto para intereses de deuda. De esa forma, la hoja de balance quedaría equilibrada.

(Fuente: Ministerio de Economía)(Fuente: Ministerio de Economía)

A grandes rasgos, los lineamientos que aseguró el Gobierno que tendrá el Presupuesto serán continuar con el “Acompañamiento social sin intermediaciones”, refuerzo de partidas para seguridad y defensa y una desregulación de las normativas del Estado. En este último aspecto, el Poder Ejecutivo mencionó que insistirá con la idea de avanzar en la concesión y privatización de empresas públicas; y también que planteará en el proyecto de Presupuesto eliminar más fondos fiduciarios, que suelen ser conductos de subsidios por fuera del control de la administración central. También se prevé una reducción de unos 50 programas presupuestarios.

Los números fiscales del Presupuesto 2025

Las cifras en concreto reflejan que el sector público nacional terminaría el 2025 con un resultado financiero que sería superavitario en unos $190.000 millones, una cifra apenas por encima del equilibrio fiscal y que no llega a representar un 0,1% del Producto. Para eso, el resultado primario alcanzaría los 1,4 billones de pesos –1,3% del PBI– que alcanzarían para cubrir los intereses de deuda menos los pasivos intra sector público.

Por el lado de los recursos, se estiman en 2025 en casi 126 billones de pesos, lo que implicaría unos 16,5% del Producto. Representarían unos 0,2 puntos porcentuales menos que al cierre proyectado de 2024. Ese número corresponde al sector público nacional, la forma más amplia de tomar en consideración a las cuentas públicas. De ese total, prácticamente el 90% está explicado en la Administración Nacional, el 6,8% a los Otros Entes no empresariales, el 3,2% a los Fondos Fiduciarios, y el restante 0,1% a las Empresas Públicas. “Se prevé que casi la totalidad de dicho monto será generado por recursos corrientes. Por recursos tributarios, incluyendo aportes y contribuciones de la seguridad social, se estima recaudar casi el 93,8% de los ingresos”, indicó el equipo económico en un documento.

Las cifras en concreto reflejan que el sector público nacional terminaría el 2025 con un resultado financiero que sería superavitario en unos $190.000 millones, una cifra apenas por encima del equilibrio fiscal y que no llega a representar un 0,1% del Producto

Por otra parte, los gastos totales serían de 125,7 billones de pesos. Al descontar los intereses de deuda pública, quedaría en un 15,2% del Producto Bruto. En la comparación con 2024 implicaría una disminución leve, de solo 0,2% del PBI, mientras que los gastos primarios resultan superiores en 0.1 puntos porcentuales del PBI. Los principales gastos son la seguridad social (38,2% del total) seguido de las transferencias corrientes (30,3%, aquí se incluyen al sector privado como son los subsidios, provnicias y universidades).

Entre los recursos que captará la AFIP a lo largo del 2025, los que tendrían mayor peso serían los ingresos impositivos, los aportes y contribuciones a la seguridad social y las rentas de la propiedad. En total se prevé que el organismo tributario recaude 71,2 billones de pesos, un 29,4% más que a lo largo de este año. “Dentro de estos, los más importantes son el IVA neto de reintegros, que crecería 28,6%, el Impuesto a las Ganancias (41,1%), el Impuesto a los Créditos y Débitos (34%) y los Derechos de Exportación (+100,4%)”, planteó el Gobierno en un resumen ejecutivo del proyecto. En el caso de las retenciones a las exportaciones, implicaría un muy fuerte salto en términos reales, en comparación con la inflación esperada, de 18,3 por ciento.

(Fuente: Ministerio de Economía)(Fuente: Ministerio de Economía)

Al tomar en consideración solo la administración central -que es la mayor part del sector público nacional, el resultado financiero sería en realidad deficitario en unos 2,3 billones de pesos. “No obstante, en porcentaje del PBI implica una mejora de 0,2 puntos respecto al resultado del año 2024. Sin embargo, vale destacar que, si se descontaran las transferencias que la Administración Nacional hace a las empresas públicas y otros entes, la misma presentaría un resultado financiero superavitario en 2025, cuestión que no sucedía desde el año 2014″, indicaron desde el equipo económico. “Con el ordenamiento fiscal realizado en 2024, se espera obtener el mismo comportamiento en el corriente año que el proyectado para 2025″, concluyeron.

Otros números: la balanza comercial, en declive

El saldo del comercio internacional fue estimado, de acuerdo al proyecto de Presupuesto 2025, en unos 20.748 millones de dólares. Así, implicaría un superávit de balanza comercial menor al de este año, que terminaría en 21.972 millones de dólares. Ese declive está explicado en que las exportaciones crecerían a ritmo de 9% y las importaciones, en 13,4 por ciento. Ese 9% de exportaciones contrasta con la pronunciada suba de recaudación de retenciones esperada por la Secretaría de Hacienda, que sería de 100 por ciento.

El Gobierno espera, incluso, que el saldo positivo de la balanza comercial sea más acotado con el pasar de los años. Para 2026, por caso, espera que el superávit que surge de la diferencia entre las exportaciones y las importaciones sea de 18.673 millones de dólares, y que en 2027 sea de 16.025 millones de dólares. Así, implicaría una desmejora del saldo comercial de casi USD 6.000 millones en cuatro años.

“Las cantidades exportadas de bienes y servicios se proyectan con un incremento de 7,7% en 2025, manteniendo un sendero de crecimiento en 2026-2027, mientras que el volumen importado también continúa avanzando, traccionado por el crecimiento económico, pero con una elasticidad al PIB decreciente hacia el fin del período. El valor exportado de bienes y servicios se proyecta con un aumento de 9,0% y el valor importado con una suba de 13,4% en 2025, resultando en un superávit comercial de USD 20.748 millones en el año”, mencionó un resumen ejecutivo que publicó el Ministerio de Economía.

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Los dólares financieros caen por sexta rueda consecutiva y la brecha cambiaria es la más baja desde 2019

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El “contado con liquidación” cerró a $1.100,76 y el MEP se pactó a $1.071,57, los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo. La brecha perforó el piso de 10% y es la más reducida desde agosto de 2019, previo al “cepo”

Mientras que las aciones y los bonos continuaron negociados en sus precios máximos del año, y a la par del descenso del riesgo país argentino -ahora en los 720 puntos básicos, un mínimo desde el 1 de marzo de 2019, la debilidad de los precios del dólar en las franjas alternativas del mercado rubricó otro síntoma de confianza de parte de los inversores, que avizoran una normalización de los negocios -y de la economía en general- una vez despejada la incidencia distorsiva del “cepo”.

En este aspecto, este miércoles cedieron por sexta rueda consecutiva los precios de los dólares financieros, el “contado con liquidación” y el MEP, operados al cierre a $1.100,76 y $1.071,57, respectivamente, los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo.

Con un dólar mayorista que ganó 50 centavos en el día, a 1.003,50 pesos, la brecha cambiaria volvió a reducirse en esta franja: con el “contado con liqui” alcanzó el 9,7%, el menor rango de precios desde el 30 de agosto de 2019 (8,9%), mientras que en comparación al MEP, ésta se achicó al 6,8 por ciento. En el caso del dólar MEP o Bolsa, la brecha es la más reducida desde 29 de agosto de 2019. En ambos casos se trata de niveles previos a la reinstauración del “cepo” cambiario el 1 de septiembre de aquel año.

Entonces, el directorio del BCRA –en el tramo final del gobierno de Mauricio Macri– resolvió a través de la Comunicación A6770 que “las personas humanas no tendrán ninguna limitación para comprar hasta USD 10.000 por mes y necesitarán autorización para comprar sumas mayores a ese monto. Las operaciones que superen los USD 1.000 deberán realizarse con débito a una cuenta en pesos, ya que no podrán realizarse en efectivo. Tampoco estará permitido hacer transferencias de fondos de cuentas al exterior de más de USD 10.000 por persona por mes. Excepto entre cuentas de un mismo titular: en este caso no habrá ninguna limitación”.

El MEP es más barato que el dólar “importador”: para las empresas es más accesible acudir al segmento bursátil para hacerse de divisas que comprarlas en el mercado de cambios

Además de otros puntos referidos al comercio exterior, aquel incipiente “cepo” también dispuso que “las personas humanas y jurídicas que no sean residentes podrán comprar hasta USD 1.000 por mes y no podrán realizar transferencias de fondos de cuentas en dólares al exterior”. Después de las elecciones presidenciales que consagraron a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el BCRA redujo a un cupo de USD 200 mensual la posibilidad de compras por parte de personas humanas.

El dólar MEP, a $1.071 (con el AL30D en Contado Inmediato), es desde esta semana más barato que el llamado dólar importador, que se calcula en base al dólar mayorista más la aplicación del impuesto PAIS y que ahora alcanza los 1.079 pesos. Esto significa que para las empresas es más accesible acudir al segmento bursátil para hacerse de divisas que comprarlas en el mercado de cambios.

En 2024 el precio del dólar se redujo a la mitad en términos reales, debido a la enorme divergencia entre la tasa de inflación y la devaluación

Hay que recordar que por medio del Decreto 777/2024, el gobierno de Javier Milei dispuso a partir del 3 de septiembre de 2024 la reducción de la alícuota aplicable desde el 17,5% al 7,5% en los casos de importaciones de bienes no suntuarios ni exceptuados, y de servicios de fletes y transportes bajo los códigos de concepto S04, S30 y S31.

El MEP todavía está más caro que el dólar exportador, a $1.021,98, dado que este tipo de cambio se calcula en base a liquidaciones que se efectúan en un 80% en el mercado de cambios (a $1.003,50) y un 20% a través de activos bursátiles, a cotización del “liqui” ($1.100,76).

¿Por qué caen los dólares bursátiles?

Los precios de los dólares negociados en la Bolsa, además del dólar libre, vienen en “picada” este año, ahora en sus niveles nominales más bajos en seis meses. En términos reales -contemplada la evolución de la inflación y del tipo de cambio alternativo- cayeron a mínimos desde 2018.

La intervención oficial en los dólares financieros, con ventas a partir del 15 de julio, contribuyó al desplome de los precios que habían alcanzado precios récord el viernes 12 de julio, tanto para el libre ($1.500), como para el MEP ($1.422,55) y el “contado con liquidación” ($1.427,23). La caída desde entonces es de 24,3%; 24,7%, y 22,9%, respectivamente.

Otro motivo de las bajas se vincula al importante proceso de compras de divisas efectuado por el Banco Central. Desde que Javier Milei asumió la Presidencia, las compras netas ejecutadas por el Banco Central en la plaza de contado ascienden a unos 20.387 millones de dólares. Y puntualmente desde el récord de precios del dólar libre en julio, la entidad encadenó cuatro meses consecutivos con saldo positivo por su intervención, un total cercano a USD 3.500 millones, una cifra sorprendente en una etapa del año que estacionalmente es adversa para la acumulación de reservas.

“Estas compras sirven de combustible para que siga el rally de bonos y quita presión al debate sobre el tipo de cambio, el cual si no está atrasado tampoco le sobra nada”, afirmó el economista Roberto Geretto.

Finalmente, el blanqueo de capitales, con decisivo impacto en septiembre y octubre -ingresaron depósitos en dólares por un resultado neto de unos USD 20.000 millones-, inundó de divisas el sistema y facilitó una rápida expansión en los créditos a privados. La liquidación de estos últimos -incluidas las colocaciones de Obligaciones Negociables de empresas- mejoraron a la vez la oferta privada en el mercado de cambios.

“Con los dólares del blanqueo se destrabó el programa económico y la nominalidad empieza a comprimirse, tanto en tasas como en precios”, reportó la consultora EcoGo. “El próximo paso será la compresión del tipo de cambio, que está mutando de ser un factor de ancla de la nominalidad a ser un factor de inercia, que induce la inflación de acuerdo a las autoridades económicas”, añadió.

Precios mayoristas
Precios mayoristas

Al respecto, el Indec informó el martes que la inflación mayorista de octubre fue de 1,2%: además de ser el registro más bajo en 53 meses, se ubicó debajo de la tasa mensual de devaluación del 2 por ciento.

“La combinación del crawling y una apreciación del contado con liquidación, producto del blend, presionó a la baja el precio de los bienes transables, desacelerando también gradualmente los precios de los no transables. El Gobierno parece estar un paso más cerca de reducir el crawling al 1%, como anunció el Presidente, algo que ocurriría en enero, potencialmente antes si la inflación baja más rápido en noviembre, aunque las estimaciones de alta frecuencia apuntan a una cifra en torno al 3% mensual, ligeramente por encima de octubre”, aportaron los analistas de Max Capital.

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Cuáles son las provincias que más pagan por la energía eléctrica

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En el último año, las boletas de luz se incrementaron más de 300% para los hogares de ingresos medios y bajos. Hay algunas jurisdicciones que se vieron más afectadas por los aumentos que otras

Los aumentos de servicios públicos del último año a partir de la quita de subsidios y reacomodamiento de precios relativos golpearon el bolsillo de la mayoría de las familias argentinas. Sin embargo, hay provincias que se vieron más afectadas por la suba en las tarifas de electricidad.

A nivel país, según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet, en noviembre la factura final de luz en promedio de un N1 (hogar de altos ingresos) es 1,8 y 1,5 veces superior respecto de la factura de un hogar N2 (bajos ingresos) y N3 (ingresos medios), respectivamente. En números, es de $55.109 para un N1, $30.674 para un hogar N2 y $37.078 para un hogar N3.

En promedio, los aumentos en electricidad este mes respecto de diciembre de 2023 fueron de 374% para los usuarios N3, de 318% para los usuarios N2 y del 224% para los usuarios N1. Esta disparidad se explica, solo en parte, por el atraso en el precio de la energía para los segmentos N2 y N3 parcialmente recompuesto hasta noviembre y por las decisiones tomadas por las jurisdicciones respecto del reparto en el aumento por los cargos de distribución.

En tanto, “la comparación de los cuadros tarifarios entre jurisdicciones indica que, ante igual consumo, las facturas finales más bajas se encuentran en La Rioja, Santa Cruz y en el AMBA para todos los segmentos de ingresos. Sin embargo, los cuadros tarifarios de Santa Cruz no han sido actualizados desde agosto de 2024″, señaló el IIEP.

En detalle, en el segmento de altos ingresos la provincia cuyos hogares reciben la boleta más alta en promedio es Mendoza, con un total de $82.000; le sigue Neuquén ($81.800) y Río Negro ($75.700). Las más bajas se registra en La Rioja ($30.700) y Santa Cruz ($31.100).

Factura eléctrica por provincias (IIEP)Factura eléctrica por provincias (IIEP)

En cuanto a los hogares de ingresos medios, la provincia que más paga por la energía eléctrica es Mendoza ($67.200), seguida por Río Negro ($58.100) y Entre Ríos ($51.500). Nuevamente las provincias que menor precio pagan por la luz son La Rioja ($4.300) y Santa Cruz ($10.500).

Para los hogares de ingresos bajos, Mendoza es la provincia con la tarifa más alta, alcanzando los $59.500. Luego, se encuentra Río Negro con una boleta final promedio de $57.700 y Tucumán, $45.800. Las provincias que pagan menos por la electricidad en dicho segmento son La Rioja ($4.100) y Santa Cruz ($7.700) nuevamente.

Mapa de la factura final de energía eléctrica por provincia (IIEP)Mapa de la factura final de energía eléctrica por provincia (IIEP)

En este marco, el informe de IIEP señala: “La dispersión de tarifas es multicausal, es un proceso complejo de identificación de costos que reflejan las características propias de la red, de la región en donde se presta el servicio y de la frecuencia de actualizaciones sobre los costos de distribuir la energía. A su vez, responde no solo a diferentes estructuras tarifarias, y a características estructurales propias del servicio público de distribución, sino también a factores exógenos como la existencia de diferentes cargas impositivas y anomalías regulatorias que altera artificialmente los niveles tarifarios en algunas jurisdicciones”.

Gasto de servicios públicos en el AMBA

Por otro lado, el trabajo precisa que a nivel mensual, en el AMBA la Canasta de Servicios Públicos en noviembre se redujo 0,2%, pasando de $134.414 en octubre a $134.173. Esta leve baja se explica por un menor nivel de consumo de gas que compensa el aumento de los cuadros tarifarios y el mayor consumo eléctrico. De este modo, la canasta, que se incrementó 368% desde diciembre pasado, ocupa el 11,6% del salario promedio registrado.

En el desagregado por servicio, se observa que el incremento más importante fue en la factura de gas natural con un aumento del 564% respecto a diciembre y es explicado tanto por los aumentos tarifarios como por las diferencias en el consumo estacional. El gasto en energía eléctrica aumentó 189%, mientras que el transporte muestra una suba del 601% y el agua de 305%.

De este modo, un hogar N1 (sin subsidios) pagó en promedio en noviembre $32.070 de luz, $18.853 de gas, $27.022 de agua y $56.228 de transporte por mes.

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Fin del Impuesto PAIS: cómo va a quedar el dólar tarjeta luego de fin de año

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El recargo de 30% sobre el dólar turista dejará de aplicarse a fin de año. Con ello, los costos para quienes viajen al exterior o hacen consumos en moneda extranjera se modificarán, aunque continuarán existiendo diferencias entre las opciones disponibles en el mercado cambiario

El viernes pasado, 15 de noviembre, el dólar mayorista cerró a $1.002,50 en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Este valor sirvió de referencia para el mercado cambiario oficial. Por su parte, la cotización minorista para la venta en el Banco Nación, valor utilizado como base para calcular los recargos aplicados al dólar turista y otras operaciones, cerró ese día a $1.022.

Con este valor minorista, el llamado dólar tarjeta o dólar turista, que incluye un recargo del 30% por el Impuesto PAIS y otro 30% a cuenta de los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales, alcanzó los $1.635,20. Sin embargo, esto cambiará próximamente debido a la eliminación del Impuesto PAIS, que ocurrirá el 31 de diciembre. Desde esa fecha, el recargo aplicado al dólar tarjeta disminuirá al 30%, correspondiente únicamente al adelanto a cuenta de Ganancias y Bienes Personales.

Según las proyecciones en el mercado de futuros, el contrato del dólar mayorista con vencimiento al 31 de diciembre se pactaba el viernes pasado a $1.040. Esto sugiere que, si la cotización mayorista alcanzara ese nivel al cierre del año, el dólar minorista del Banco Nación podría ubicarse en torno a $1.060,23. Sobre esa base, el dólar turista al finalizar el 2024 llegaría a $1.696,36. No obstante, al iniciar el 2025, con la eliminación del Impuesto PAIS, este valor se reduciría a aproximadamente $1.378,29, una disminución importante pero insuficiente para competir con otras opciones cambiarias más económicas.

El dólar MEP, que cotizaba el viernes pasado a $1.096,30, continúa siendo una alternativa atractiva para quienes buscan pagar consumos en moneda extranjera. Al comprar dólar MEP, los usuarios pueden liquidar sus saldos en dólares a un costo menor al del dólar turista, incluso después de la eliminación del Impuesto PAIS. Esta ventaja relativa podría mantenerse mientras el dólar MEP continúe estable o significativamente por debajo del dólar turista.

Desde el Gobierno confían en que, con la eliminación del recargo del 30%, el uso del dólar tarjeta se volverá más competitivo. Sin embargo, advierten que esto depende de la estabilidad del dólar MEP y de la percepción de los consumidores sobre cuál opción es más conveniente para pagar consumos en el exterior o cancelar saldos de tarjetas en moneda extranjera.

La modificación en el esquema de recargos no solo tiene implicancias para quienes viajan al exterior. También afecta a sectores vinculados al comercio internacional y la importación, ya que las operaciones en dólares seguirán sujetas a los impuestos establecidos. Sin embargo, la expectativa de una disminución en los costos por la eliminación parcial del Impuesto PAIS genera incertidumbre en el mercado.

El cálculo del dólar turista o tarjeta en enero de 2025 revela que, aunque este sea más económico que en diciembre, todavía no igualará el nivel competitivo del dólar MEP. Esta diferencia podría consolidarse como un desafío para las autoridades económicas, en particular porque el uso del dólar tarjeta depende no solo de las tarifas oficiales, sino también de los costos adicionales impuestos por las tarjetas y la disponibilidad de divisas en el mercado oficial.

Por otro lado, el impacto en las reservas del Banco Central podría aumentar en enero, dado el tradicional incremento en los consumos en moneda extranjera durante la temporada alta de turismo. La eliminación parcial del recargo plantea un escenario de mayor demanda de dólares, algo que el Gobierno deberá gestionar en medio de las estrategias para estabilizar el mercado cambiario.

El contexto económico general, incluido el crawling peg del dólar mayorista, la inflación y las decisiones de política monetaria, también incidirá en el comportamiento del dólar turista. A medida que el mercado ajusta sus expectativas para fin de año, los valores del dólar minorista y el dólar turista siguen siendo puntos clave de análisis para consumidores y autoridades económicas.

Recargos en análisis

El fin del Impuesto PAIS no está exento de discusiones dentro del gabinete económico del Gobierno. Tal como consignó Infobae, la posición oficial se debate entre la posibilidad de dejar que caiga el recargo de 30 puntos o de reemplazarlo por algún otro castigo a los pagos en moneda extranjera con dólar oficial.

Pese al veranito financiero y a la baja de las cotizaciones financieras del dólar, hay sectores del Gobierno que se inclinan por subir las percepciones a cuenta de Ganancias y Bienes Personales para mantener una amplia brecha entre el dólar tarjeta y el dólar MEP. La idea así es mantener el incentivo para que los consumidores compren dólares financieros y los utilicen para cancelar sus gastos en moneda extranjera en forma más económica, sin usar reservas del Banco Central.

Con un dólar MEP debajo de los $1.100 y un dólar turista, sin Impuesto PAIS, cercano a los $1.400 la brecha entre las dos cotizaciones sigue pareciendo suficiente en la opinión de algunos otros funcionarios.

Como sea, el Gobierno va a vigilar de cerca los flujos de dólares. La lógica es “no rifar las reservas” del Banco Central. En este sentido, al menos hasta ahora, los debates dentro del Gobierno parecen inclinarse por no modificar nada y dejar que el dólar turista se abarate y, si con ello se dispara la salida de divisas a través de pagos con tarjeta o consumos en el exterior, analizar medidas para desincentivarlo.

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