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Economia

Y si Milei y Caputo se equivocan en la política cambiaria?

La estrategia cambiaria del Presidente y de su ministro de Economía es que el tipo de cambio libre baje hasta alcanzar al oficial. En otras palabras, que se produzca un proceso totalmente inverso al ocurrido en el último medio siglo

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Cuando se observa la evolución de la brecha cambiaria de los últimos 53 años –es decir, poco más de medio siglo de comportamientos cambiarios–, se encuentra que cada vez que desapareció fue porque el tipo de cambio oficial aumentó para igualar al tipo de cambio libre de ese momento.

Por ejemplo, si se toma el caótico fin del gobierno de Isabel Perón y el golpe del 76, se ve con que en febrero de ese año, la brecha cambiaria era del 206,6% y en marzo bajó al 68% porque subió el oficial y el libre se mantuvo estable o con una leve baja hasta que desapareció en noviembre.

En diciembre de 1981 asumió como ministro de Economía Roberto Alemán en reemplazo de Lorenzo Sigaut. En ese mes la brecha cambiaria era del 43% y en enero del año siguiente desapareció porque el oficial alcanzó al paralelo.

Entre fines de 1989 y principios de 1990 la brecha cambiaria volvió a desaparecer por lo mismo. En esa oportunidad el tipo de cambio oficial prácticamente se duplicó para llegar al nivel del libre.

En octubre de 2015, en tanto, la brecha estaba en 67,2 por ciento. Conocido el resultado electoral con la victoria de Mauricio Macri, el libre bajó de 15 a 14 pesos, pero la brecha se cerró con el oficial pasando de $9,6 en noviembre de 2015 a $14,8 en febrero.

Brecha cambiaria y dólar libreBrecha cambiaria y dólar libre

Si bien podría dar más ejemplos en el medio siglo considerado, tiene lógica que siempre el oficial suba hasta alcanzar el libre, porque el tipo de cambio oficial es un precio máximo, como el de cualquier otro bien o servicio de la economía para el que el Estado pone un máximo.

Por definición, todo precio máximo siempre se coloca por debajo del nivel de mercado y, por lo tanto, salta hasta alcanzar el tipo de cambio libre cuando se libera.

Ahora bien, la estrategia cambiaria del presidente Javier Milei y de su ministro de Economía, Luis Caputo, es que el tipo de cambio libre baje hasta alcanzar al oficial. En otras palabras, que se produzca un proceso totalmente inverso al ocurrido en el último medio siglo.

El argumento que utilizan es que al hacer reformas estructurales mejora la productividad de la economía, el peso se fortalece y baja el tipo de cambio libre. En rigor, lo que tiene que pasar para que ocurra lo que esperan Milei y Caputo es que aumente la oferta de dólares y suba la demanda de pesos.

Sin embargo, hay un punto a señalar: ¿en qué se basan para decir que el tipo de cambio oficial es de equilibrio?

Como se recordará, Milei comentó públicamente que en su momento le dijo a Caputo: “Poné el tipo de cambio en $800″. Parece que Caputo lo quería en torno a 600 pesos.

Lo que tiene que pasar para que ocurra lo que esperan Milei y Caputo es que aumente la oferta de dólares y suba la demanda de pesos

¿En base a qué criterio Milei decidió que el tipo de cambio en $800 era de equilibrio? Semejante razonamiento no puede invocarse en nombre de Ludwig von MisesMurray Rothbard o de Friedrich August von Hayek. Más bien es una estrategia tipo Axel Kicillof o Juan Sourrouille, por citar economistas intervencionistas.

¿Por qué Milei liberó el precio de las papas, la carne, la ropa y todos los bienes y servicios de la economía y no la cotización del dólar que debería ser un precio libre como cualquier otro?

No estoy diciendo que deberían haber devaluado. Estoy diciendo que deberían haber liberado el tipo de cambio, como hicieron con el resto de los bienes. Dejar que lo defina la oferta y demanda. Algo de lo que habla mucho Milei pero parece tener pánico cuando se trata del mercado de cambios.

Milei y Caputo optaron por un camino que, salvo que se establezca una política intervencionista por la cual el peso tenga curso forzoso para pagar impuestos, la demanda de pesos no es libre. Caputo sostuvo que la gente iba a tener que vender sus dólares para pagar los impuestos porque se tienen que pagar en pesos.

El tiempo dirá si el Gobierno tiene la varita mágica para definir cuál tiene que ser el tipo de cambio de equilibrio o si el salto cambiario de diciembre solo sirvió para licuar la deuda en pesos, los salarios y jubilaciones

Si dicen ir a una competencia de monedas, ¿por qué no aceptar dólares para el pago de los impuestos?

Dice Milei que antes de eliminar el cepo, es decir el control de cambios, tienen que eliminar el sobrante de pesos. ¿Qué fórmula mágica le permite saber cuál es la cantidad de pesos que demanda el mercado?

¿Acaso Milei puede determinar, utilizando algún modelo econométrico, cuál es la cantidad óptima de tomates, papas o zapallitos que tiene que haber en el mercado?

Hablar de sobrante monetario luce bastante contradictorio al discurso anarcocapitalista que dice sostener. Es más, tanto habló de cerrar el Banco Central que ahora la entidad pasó a ser el oráculo monetario que define, mediante modelos matemáticos y econométricos, cuál es la demanda de moneda. Propio de la fatal arrogancia.

Si uno mira la evolución del tipo de cambio oficial a pesos de julio y supone una inflación del 4% en agosto, tomando el tipo de cambio oficial promedio de cada mes, en agosto el tipo de cambio oficial termina un 8,4% por encima del tipo de cambio promedio de noviembre 2023 a pesos de agosto 2024.

Puesto en otras palabras, el Gobierno generó una recesión y desocupación con el salto inflacionario de diciembre que nos lleva al punto de partida, además de estar interviniendo en los mercados libres, como es el dólar blend y vender dólares en el CCL para que no aumente la brecha cambiaria.

En síntesis, el tiempo dirá si el Gobierno tiene la varita mágica para definir cuál tiene que ser el tipo de cambio de equilibrio o si el salto cambiario de diciembre solo sirvió para licuar la deuda en pesos, los salarios y jubilaciones, pero fijando una estrategia cambiaria que se contradice con la teoría y la evidencia histórica. Con lo cual, en algún momento se repetirá la historia del último medio siglo: el tipo de cambio oficial terminará alcanzando al libre, pero con el libre subiendo por las intervenciones del BCRA en dicho mercado.

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Caputo negó los rumores y dijo que el cepo se queda hasta que las reservas sean positivas

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El ministro de Economía rechazó de plano las versiones que hablan de un inminente final del cepo: «Se desancla el programa y vuelve Cristina», afirmó.

El ministro de Economía le dió una extensa entrevista a Jonatan Viale. Durante el diálogo, Toto enfrió las tensiones con Mauricio Macri y Victoria Villarruel, identifico a Santiago como su sobrino y defendió al Gordo Dan de los agravios de los periodistas. Sin embargo la definición mas importante fue la solidez con la que reconoció que hay cepo para rato.

Viale fue al punto, «¿Si ya casi no hay brecha, la inflación sigue bajando, igual que el riesgo país, cuando se abre el cepo? La respuesta del titular del Palacio de Hacienda fue muy precisa: «Se estan dando algunas de las convergencias, pero no la primera que buscamos que es el nivel de reservas. Si bien compramos un montón, USD 19.000 millones, tuvimos que hacer muchísimos pagos, a organismos, a los bonistas y demas, por lo tanto todavía seguimos en reservas netas negativas, en USD 4000 millones y no hemos terminado con el problema de stocks, quedan dividendos de empresas que a las que les gustaría repatriar, entonces cuando se den todas esas condiciones lo vamos a sacar. ¿Será en el 2025? Si, va a ser en el 2025. El cuando no es tan importante como le quieren hacer creer a la gente» consideró el ministro.

Los rumores sobre una salida abrupta del cepo cobraron fuerza por las últimas horas. La presión de los inversores externos se pone cada vez más intensa. «Hay mucha presión para levantar las restricciones, pero no se sabe si es porque están desesperados por entrar, o si, por el contrario, son pesos atrapados que quieren ir al dólar y salir», afirmó.

Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio.

En este sentido la mención del ministro al stock de dividendos no es una cuestión menor. Una demanda excesiva de dólares dispara la cotización y una nueva escalada inflacionaria. Con este panorama, Caputo parece haber aprendido la lección.

Otra definición clave para la dinámica económica fue sobre las retenciones. «Las vamos a levantar cuando tengamos el superávit necesario para poder hacerlo. Por todo lo que vivió Argentina en el pasado no tenemos las mismas herramientas de política económica que tiene un país desarrollado entonces nosotros queremos bajar impuestos, tenemos que pisar sobre seguro en la medida que tengamos el superávit».

«Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio», concluyó Caputo.

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Una remera de marca cuesta siete veces más que una vendida en el sector informal y 35% más que en el exterior

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La industria textil argentina se encuentra marcada por altos costos impositivos, restricciones a la importación y un mercado fragmentado, lo que encarece significativamente los precios de las prendas, según un informe del Instituto de Economía de la UADE. Comparaciones con otros países

El precio de la ropa en la Argentina no deja de llamar la atención. En un contexto de elevados impuestos, barreras arancelarias y un mercado fragmentado entre lo formal y lo informal, las diferencias de precios en prendas similares alcanzan cifras sorprendentes.

Un relevamiento del Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) revela que una remera de primera marca puede costar hasta siete veces más que una vendida en mercados informales como Avellaneda, y un 35% más que en países como Estados Unidos y España.

Los datos muestran cómo las condiciones del sector no solo perjudican a los consumidores, sino que también limitan la competitividad del mercado local frente a otras economías.

La disparidad de precios es especialmente visible dentro del mercado local. Una remera de hombre en Avellaneda, conocida por su amplia oferta informal, cuesta en promedio $10.000. Sin embargo, al pasar a un local de barrio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el precio se duplica hasta los $20.000. En shoppings o locales de primeras marcas, una prenda similar puede alcanzar los $70.000.

Esto significa que, con $100.000, un consumidor puede adquirir 10 remeras en Avellaneda, 5 en un local de barrio o solo 1 en un local de primera marca. Estas diferencias no solo reflejan las condiciones de informalidad, sino también el impacto de los costos impositivos y operativos sobre los precios finales.

Comparación con el exterior

El informe de INECO también destaca que la ropa en la Argentina es significativamente más cara que en mercados internacionales. A modo de ejemplo:

  • Un jean Levis 501 cuesta USD 108 en Argentina, frente a USD 48 en Estados Unidos y USD 80 en España.
  • Un vestido Zara de verano tiene un precio de USD 53 en el país, mientras que en Estados Unidos cuesta USD 43 y en España USD 32.
  • Un par de zapatillas Nike alcanza los USD 123 en Argentina, frente a USD 92 en Estados Unidos y USD 78 en España.

Estos sobreprecios son atribuidos principalmente a las barreras arancelarias que limitan la importación, además de los elevados costos productivos y de comercialización que enfrenta la industria nacional. “Una de las principales causas que afectaron a la industria textil y, por tanto, explican los elevados precios que se cobran en el mercado es la política en materia de comercio internacional que afronta el sector, con fuertes barreras a la importación. Esta política perjudica a los consumidores, quienes pagan precios más altos y disponen de menos opciones de compra. Adicionalmente, el marco impositivo nacional presiona sobre las cadenas de producción, ya que la mitad del precio de una remera son impuestos”, sostiene el informe.

Un vestido Zara de verano tiene un precio de USD 53 en el país, mientras que en Estados Unidos cuesta USD 43 y en España USD 32, según el informeUn vestido Zara de verano tiene un precio de USD 53 en el país, mientras que en Estados Unidos cuesta USD 43 y en España USD 32, según el informe

De acuerdo con el documento, el alto costo de la ropa de marca en la Argentina tiene varias causas interconectadas:

  • Impuestos elevados: de acuerdo con el informe, el 50% del precio de una remera corresponde a impuestos. Esto incluye tributos nacionales, provinciales y municipales que impactan en toda la cadena productiva, desde la fabricación hasta la venta.
  • Mercado informal: el sector textil argentino presenta una de las tasas más altas de informalidad, con un 65% del empleo en negro. Este fenómeno permite a los vendedores informales operar con costos significativamente más bajos que los locales que cumplen con las normativas fiscales y laborales.
  • Barreras a la importación: las restricciones arancelarias elevan los costos de las prendas importadas, lo que reduce la competencia en el mercado local y permite que los precios internos se mantengan altos.
  • Segmentación del mercado: los puntos de venta en Argentina están claramente divididos en segmentos como Avellaneda, La Salada, locales de barrio y shoppings, cada uno con condiciones comerciales y laborales muy diferentes. Esto genera una amplia disparidad de precios y calidad.

Impacto en el consumo

El alto precio de la ropa en la Argentina afecta directamente el consumo. Según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) de 2017-2018, las familias destinan el 6,8% de su presupuesto mensual a la compra de prendas. Con precios elevados y opciones limitadas, muchos consumidores recurren a mercados informales, reduciendo aún más la competitividad de los locales formales.

En términos de la economía nacional, el sector textil representa el 2,5% del PBI. Sin embargo, un modelo más abierto y competitivo podría incrementar esta participación al 2,8%, según estimaciones del informe, al tiempo que reduciría el gasto de los hogares en ropa en un 25%.

¿Es posible bajar los precios?, se preguntan los economistas que realizaron el documento. Y la respuesta es que sí, mediante las siguientes acciones:

-Reduciendo la carga impositiva: una disminución del 50% en los impuestos podría reducir los precios finales en un 25%, incentivando el consumo y fortaleciendo el mercado interno.

-Abriendo el mercado a las importaciones: una reducción de los aranceles a la mitad permitiría una baja del 20% en los precios, aumentando la oferta y beneficiando a los consumidores.

-Fomentando la formalización del sector: políticas que reduzcan costos laborales y fiscales podrían incentivar a los pequeños productores y comerciantes a formalizarse, mejorando las condiciones de trabajo y reduciendo la brecha de precios.

Sin embargo, los especialistas advierten que estas medidas deben ir acompañadas de un fortalecimiento de la industria nacional para evitar cierres de empresas y pérdida de empleos.

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Los dólares financieros caen por sexta rueda consecutiva y la brecha cambiaria es la más baja desde 2019

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El “contado con liquidación” cerró a $1.100,76 y el MEP se pactó a $1.071,57, los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo. La brecha perforó el piso de 10% y es la más reducida desde agosto de 2019, previo al “cepo”

Mientras que las aciones y los bonos continuaron negociados en sus precios máximos del año, y a la par del descenso del riesgo país argentino -ahora en los 720 puntos básicos, un mínimo desde el 1 de marzo de 2019, la debilidad de los precios del dólar en las franjas alternativas del mercado rubricó otro síntoma de confianza de parte de los inversores, que avizoran una normalización de los negocios -y de la economía en general- una vez despejada la incidencia distorsiva del “cepo”.

En este aspecto, este miércoles cedieron por sexta rueda consecutiva los precios de los dólares financieros, el “contado con liquidación” y el MEP, operados al cierre a $1.100,76 y $1.071,57, respectivamente, los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo.

Con un dólar mayorista que ganó 50 centavos en el día, a 1.003,50 pesos, la brecha cambiaria volvió a reducirse en esta franja: con el “contado con liqui” alcanzó el 9,7%, el menor rango de precios desde el 30 de agosto de 2019 (8,9%), mientras que en comparación al MEP, ésta se achicó al 6,8 por ciento. En el caso del dólar MEP o Bolsa, la brecha es la más reducida desde 29 de agosto de 2019. En ambos casos se trata de niveles previos a la reinstauración del “cepo” cambiario el 1 de septiembre de aquel año.

Entonces, el directorio del BCRA –en el tramo final del gobierno de Mauricio Macri– resolvió a través de la Comunicación A6770 que “las personas humanas no tendrán ninguna limitación para comprar hasta USD 10.000 por mes y necesitarán autorización para comprar sumas mayores a ese monto. Las operaciones que superen los USD 1.000 deberán realizarse con débito a una cuenta en pesos, ya que no podrán realizarse en efectivo. Tampoco estará permitido hacer transferencias de fondos de cuentas al exterior de más de USD 10.000 por persona por mes. Excepto entre cuentas de un mismo titular: en este caso no habrá ninguna limitación”.

El MEP es más barato que el dólar “importador”: para las empresas es más accesible acudir al segmento bursátil para hacerse de divisas que comprarlas en el mercado de cambios

Además de otros puntos referidos al comercio exterior, aquel incipiente “cepo” también dispuso que “las personas humanas y jurídicas que no sean residentes podrán comprar hasta USD 1.000 por mes y no podrán realizar transferencias de fondos de cuentas en dólares al exterior”. Después de las elecciones presidenciales que consagraron a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el BCRA redujo a un cupo de USD 200 mensual la posibilidad de compras por parte de personas humanas.

El dólar MEP, a $1.071 (con el AL30D en Contado Inmediato), es desde esta semana más barato que el llamado dólar importador, que se calcula en base al dólar mayorista más la aplicación del impuesto PAIS y que ahora alcanza los 1.079 pesos. Esto significa que para las empresas es más accesible acudir al segmento bursátil para hacerse de divisas que comprarlas en el mercado de cambios.

En 2024 el precio del dólar se redujo a la mitad en términos reales, debido a la enorme divergencia entre la tasa de inflación y la devaluación

Hay que recordar que por medio del Decreto 777/2024, el gobierno de Javier Milei dispuso a partir del 3 de septiembre de 2024 la reducción de la alícuota aplicable desde el 17,5% al 7,5% en los casos de importaciones de bienes no suntuarios ni exceptuados, y de servicios de fletes y transportes bajo los códigos de concepto S04, S30 y S31.

El MEP todavía está más caro que el dólar exportador, a $1.021,98, dado que este tipo de cambio se calcula en base a liquidaciones que se efectúan en un 80% en el mercado de cambios (a $1.003,50) y un 20% a través de activos bursátiles, a cotización del “liqui” ($1.100,76).

¿Por qué caen los dólares bursátiles?

Los precios de los dólares negociados en la Bolsa, además del dólar libre, vienen en “picada” este año, ahora en sus niveles nominales más bajos en seis meses. En términos reales -contemplada la evolución de la inflación y del tipo de cambio alternativo- cayeron a mínimos desde 2018.

La intervención oficial en los dólares financieros, con ventas a partir del 15 de julio, contribuyó al desplome de los precios que habían alcanzado precios récord el viernes 12 de julio, tanto para el libre ($1.500), como para el MEP ($1.422,55) y el “contado con liquidación” ($1.427,23). La caída desde entonces es de 24,3%; 24,7%, y 22,9%, respectivamente.

Otro motivo de las bajas se vincula al importante proceso de compras de divisas efectuado por el Banco Central. Desde que Javier Milei asumió la Presidencia, las compras netas ejecutadas por el Banco Central en la plaza de contado ascienden a unos 20.387 millones de dólares. Y puntualmente desde el récord de precios del dólar libre en julio, la entidad encadenó cuatro meses consecutivos con saldo positivo por su intervención, un total cercano a USD 3.500 millones, una cifra sorprendente en una etapa del año que estacionalmente es adversa para la acumulación de reservas.

“Estas compras sirven de combustible para que siga el rally de bonos y quita presión al debate sobre el tipo de cambio, el cual si no está atrasado tampoco le sobra nada”, afirmó el economista Roberto Geretto.

Finalmente, el blanqueo de capitales, con decisivo impacto en septiembre y octubre -ingresaron depósitos en dólares por un resultado neto de unos USD 20.000 millones-, inundó de divisas el sistema y facilitó una rápida expansión en los créditos a privados. La liquidación de estos últimos -incluidas las colocaciones de Obligaciones Negociables de empresas- mejoraron a la vez la oferta privada en el mercado de cambios.

“Con los dólares del blanqueo se destrabó el programa económico y la nominalidad empieza a comprimirse, tanto en tasas como en precios”, reportó la consultora EcoGo. “El próximo paso será la compresión del tipo de cambio, que está mutando de ser un factor de ancla de la nominalidad a ser un factor de inercia, que induce la inflación de acuerdo a las autoridades económicas”, añadió.

Precios mayoristas
Precios mayoristas

Al respecto, el Indec informó el martes que la inflación mayorista de octubre fue de 1,2%: además de ser el registro más bajo en 53 meses, se ubicó debajo de la tasa mensual de devaluación del 2 por ciento.

“La combinación del crawling y una apreciación del contado con liquidación, producto del blend, presionó a la baja el precio de los bienes transables, desacelerando también gradualmente los precios de los no transables. El Gobierno parece estar un paso más cerca de reducir el crawling al 1%, como anunció el Presidente, algo que ocurriría en enero, potencialmente antes si la inflación baja más rápido en noviembre, aunque las estimaciones de alta frecuencia apuntan a una cifra en torno al 3% mensual, ligeramente por encima de octubre”, aportaron los analistas de Max Capital.

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