Las peleas entre presidentes y sus vices son un clásico en la conflictiva política latinoamericana. En el plano doméstico le pasó a Cristina Kirchner con Julio Cobos o al boliviano Evo Morales con Luis Arce. Ahora, es el turno del ecuatoriano, Daniel Noboa, enfrascado en una pelea total con Verónica Abad, en un conflicto que incluye denuncias cruzadas por violencia de género e intentos de golpe.
El conflicto no es nuevo. En realidad empezó en plena campaña electoral por el balotaje que Noboa ganó el 15 de octubre pasado. Con el correr de los meses la situación se volvió insostenible y amenaza ahora con trabar el intento de reelección presidencial.
Noboa, que asumió por un breve período para completar el mandato del renunciante Guillermo Lasso, denunció que su vice lo quiere quitar de la carrera electoral con vistas a los comicios del 9 de febrero de 2025 a través de “un golpe de Estado”.
“Esta es una guerra a muerte que se va a resolver por vías pocos democráticas y poco legales”, dijo a TN el exdirector de los diarios Hoy y El Telégrafo Orlando Pérez.
Por qué están distanciados el presidente ecuatoriano y su vice
Noboa, un reconocido empresario bananero, se distanció de su vice, de tendencia conservadora, en plena campaña electoral. El motivo nunca fue oficializado. “Nadie lo sabe. Es el secreto mejor guardado del Ecuador”, dijo a TN el exdirector del diario El Comercio Fernando Larenas.
En la oposición afín al expresidente Rafael Correa se deja trascender que la pelea comenzó por el manejo de fondos durante la campaña. Pero oficialmente ninguno de los dos habló del tema.
Según denuncian voceros de Abad, el presidente intentó quitársela de encima y la designó entonces embajadora en Israel. En Ecuador el presidente tiene la potestad de atribuirle funciones a su vice. La quería bien lejos del país.
El quiebre fue total. Desde entonces, Abad se convirtió en una acérrima crítica del gobierno. Incluso, denunció una “persecución” en su contra orquestada desde el propio ejecutivo que incluyó el arresto de su hijo, Sebastián Barreiro, por presunto tráfico de influencias.
La Fiscalía general incluyó a Abad en su investigación, pero el Congreso no autorizó un juicio penal en su contra.
Hoy, Abad es una de las principales opositoras al gobierno. Y mucho más desde que Noboa fue proclamado por su partido Acción Democrática Nacional (ADN) para la reelección en las elecciones de febrero próximo. En la fórmula oficialista irá acompañado por María José Pinto, su actual secretaria del programa Crece Sin Desnutrición Infantil.
Por qué Verónica Abad denunció a Daniel Noboa por violencia de género
Abad profundizó su ofensiva esta semana cuando presentó una denuncia ante el Tribunal Contencioso Electoral por violencia política de género contra el presidente. Se trata de una infracción electoral grave según el llamado Código de la Democracia. La pena, de ser hallado culpable, podría acarrearle a Noboa desde una simple multa hasta la destitución y/o suspensión de derechos electorales entre dos a cuatro años.
La denuncia “es un burdo intento de desestabilización y descaradamente configura un claro intento de golpe de Estado”, reaccionó a través de un comunicado el ministro de Gobierno, Michele Sensi.
El contraataque llegó este jueves. Diana Jácome, asesora del presidente, presentó una denuncia electoral contra Abad por tratar de usar la ley como una arma política contra el gobierno. En una presentación judicial, pidió al Tribunal Contencioso Electoral que suspenda los derechos políticos de la vice y le aplique una multa.
Pero la pelea es mucho más profunda. Noboa tiene que pedir una licencia obligatoria cuando empiece la campaña electoral. Será reemplazado por su vice. En el gobierno se encendieron todas las alarmas. Temen que Abad haga estragos en su ambición de venganza.
Fuentes del correísmo señalaron a TN que Abad le dijo a sus asesores que si llega a la presidencia eliminará las medidas económicas implementadas por Noboa, como el incremento del IVA o de los combustibles. Además, cambiaría a todo el gabinete y hasta revisaría el acuerdo con el FMI.
Desde el gobierno, afirman que la vicepresidenta busca granjearse el respaldo de la izquierda y amenaza con decretar un indulto para beneficiar a Correa, actualmente exiliado en Bruselas, tras ser condenado en 2020 a ocho años de cárcel por corrupción. Pero desde la oposición lo desmienten. Sostienen que la vicepresidenta es una dirigente de ultraderecha con lazos con el Opus Dei y que no tiene nada que ver con el correísmo.
Abad quiere ser presidenta interina. De hecho, la Constitución la avala. Podría gobernar entre octubre y hasta al menos el 9 de febrero, si Noboa gana o pierde en primera vuelta. Pero si el presidente va a un balotaje, previsto para abril, su gestión se alargaría otros dos meses, mientras Noboa sigue en campaña. El nuevo presidente asumiría recién el 24 de mayo.
Pero analistas sostienen que Noboa hará todo lo posible para impedir que su vicepresidenta asuma el gobierno. “Están buscando una figura legal para que siga en la presidencia al mismo tiempo que lucha por la reelección”, dijo Larenas.