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Narcomenudeo: “Estar cagadas de hambre y sin guita para la comida de sus hijos, lleva a las mujeres a hacer cualquier cosa”

Rosana Gambacorta, dice, es la abogada “de los nadies”. De quienes engrosan las estadísticas carcelarias que a casi nadie le importan. Trabaja en los tribunales penales desde hace 36 años y es la única defensora mujer en el fuero federal de Rosario. Afirma que hace dos o tres décadas las mujeres implicadas en el tráfico de drogas eran el dos o tres por ciento. “Ahora estamos hablando del 40%”, sostiene.

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Por la oficina de Rosana Gambacorta pasan chicos desnutridos con unos pocos gramos de cocaína a los que les cuesta hablar castellano. Vienen de varias generaciones con todas las carencias en sus hombros. Ha visto tres generaciones llegar, una atrás de la otra. Recuerda a un chico que atendió tres veces, las tres veces con el mismo suéter.

Hace más de tres décadas que defiende a chicos y chicas con hambre y unos gramos de alguna sustancia fiscalizada. Cada año estos casos llegan con mayor frecuencia a su oficina del fuero federal de la justicia rosarina. Gambacorta entiende que meter gente presa no resuelve el problema. Lo agrava.

Muchos de sus asistidos apenas saben leer y escribir, no han desarrollado la lengua, llegan de barrios donde todos tienen las mismas características. Dicen pocas palabras como las escuchan, como las pueden retener y repetir. Pero ella los entiende, los acompaña. Detrás de ese lenguaje escaso hay una complejidad que Gambacorta dice descifrar sin estigmas. En esos diálogos aparecen dolores y desprecios colectivos, dice. La defensora les habla lo más sencillo posible porque le interesa que conozcan sus derechos ante un proceso penal.

Gambacorta, dice, es la abogada “de los nadies”. De quienes engrosan las estadísticas carcelarias que a casi nadie le importan. Ella es parte de la excepción. Es una de las defensoras oficiales históricas. Trabaja en los tribunales penales desde hace 36 años. Es la única defensora mujer en el fuero federal de Rosario. Fue defensora de Cámara. En 2024 comenzó a ser coordinadora de los defensores a nivel regional. Ya no entra a calabozos oscuros. Muy a su pesar. Ahora administra escasos recursos humanos. A diciembre de 2023, cada defensor público de la justicia federal rosarina tenía más de 2.000 causas. 10.000 causas para cinco equipos.

Un 70% de las personas detenidas por la Gendarmería Nacional en Rosario eran consumidores o vendedores con exiguas cantidades de cocaína o marihuana, según un pedido de informes de Carlos Del Frade, diputado provincial.

Son quienes engrosan las celdas del “narcotráfico”, pero poco tenían que ver con el negocio propiamente dicho. Lejos de conocer el paradero de los cargamentos de cocaína y marihuana que salen y entran por el río Paraná. Los detenidos a menudo no conocen mucho más allá de los límites de su propio barrio.

Los detenidos con unos pocos gramos o unos cuantos kilos de sustancias fiscalizadas, son considerados lacras: la sociedad no quiere un juicio justo para ellos. Y los defensores oficiales son cuestionados. Aún así, ser defensora oficial es exactamente lo que eligió hacer. Rechazó cada oportunidad que tuvo de irse de la defensoría pública, de su oficina llena de expedientes de presos pobres que a nadie le importan.

Gambacorta parece tener una sensibilidad especial con la situación de las mujeres privadas de libertad y sus particulares circunstancias. Dice que hace dos o tres décadas las mujeres implicadas en el tráfico de drogas eran el dos o tres por ciento. “Ahora estamos hablando del 40%”, sostiene.

“Cuando llegan acá si tienen tres pibes, con mucha suerte y viento a favor, a veces cobran una sola asignación. Por la desidia misma, porque no tienen la documentación de ese hijo, porque no tuvieron la plata para tomarse el colectivo para gestionar la asignación”, explica.

Dice que muchas tienen “un olor tremendo”, por no pueden bañarse ni lavar ropa. Son mujeres que viven en espacios reducidos sin puerta, sin ventana, rodeadas de hollín porque hacen fuego en el piso para calentarse. “¿Esas mujeres pueden ser empleadas domésticas  sin saber usar quitamanchas? ¿Cómo van a planchar si nunca tuvieron una plancha? ¿Cómo usar un lavarropas si en su casa nunca tuvieron electricidad? ¿Cómo limpiar sin agua potable?”, se pregunta Gambacorta.

Una vez defendió a una mujer de 24 años que cuidaba a los hijos de una persona que comercializaba sustancias fiscalizadas cuando se realizó un allanamiento. Los siete kilos de marihuana fueron suficientes para imputarla por tráfico. Para la defensora oficial está claro que la comercialización de esas sustancias controladas no son negocio de la imputada,  madre de una pequeña de cuatro años, que ni siquiera puede costear los honorarios de un abogado particular y, por eso, acude a la defensa pública.

En uno de los escritos, Gambacorta pide a los jueces que el caso sea analizado y resuelto con perspectiva de género para evitar un proceso de revictimización. Cita jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, alude a la Convención de Belém do Pará, señala las “Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia” y las “Reglas de Bangkok”, que invitan a considerar medidas alternativas a la prisión teniendo presente el historial de victimización.

Recuerda a una joven madre detenida. Su niña de cuatro años estuvo dos meses conviviendo con su abuela materna y luego con una joven de 19 años que la madre conoció en la cárcel. Más tarde la custodia pasó a la progenitora de aquella chica.

Durante ese trayecto la niña no tuvo controles médicos, ni concurrió a ningún establecimiento educativo. Quedó en una situación de absoluto desamparo, a cargo de extraños. Gambacorta pidió que la mujer detenida acceda a la prisión domiciliaria con una tobillera electrónica para cuidar a su hija. El pedido fue denegado. Tristemente, el expediente y su desenlace no son la excepción, sino la regla.

El 20 de mayo de 2024, Dalma García, 19 años, y Julieta Gaitán de 22 fueron asesinadas a tiros en la zona sur de Rosario. Iban a bordo de una moto prestada que pertenecía a una amiga en común amenazada. Esta amiga les prestó la moto y casco para ir a un kiosco cercano. Durante el trayecto, dos asesinos las confundieron con la dueña de la moto. Sin mediar palabra, le cruzaron otro rodado y dispararon nueve veces contra ellas. Las dos murieron en el lugar antes del amanecer.

Gambacorta se siente triste. “Nada se soluciona, la sociedad retrocede. La gente, entre la desnutrición y la cabeza quemada por la porquería que consume, está cada vez peor. Y la única solución que el Estado propone es punitiva. Parece que todo se va a resolver a través del derecho penal, una pena y un tipo en ‘cana’. Y no es así. Yo he asistido a personas que se han enojado por conseguirles la libertad. ‘Doctora, yo me quería quedar acá: en la cárcel como dos veces por día’, me han dicho en más de una oportunidad”, se lamenta.

–¿Por qué hay tantas mujeres detenidas por tráfico de drogas?
–En una ciudad donde el 50% de la gente vive en situación de pobreza, hay mujeres que tienen cuatro o cinco chiquitos que, en el mejor de los casos, son de un solo papá que está detenido. O son de varios padres que no aportan nada económicamente. ¿Cómo se mantienen esas mujeres? No estoy justificando la comisión del delito.

–¿Qué tipos de vulnerabilidad suelen presentar sus defendidas?
–Todas. ¿Te hago un catálogo? Primero que normalmente son mujeres jóvenes con muy poca o escasa educación formal. Muchas vienen de tercera generación de desnutrición. Hace treinta años que estoy acá, y muchas veces me toca asistir a los hijos o a las nietas de personas que en su oportunidad he defendido. Esa gente no habla, emite sonidos guturales, no tiene el lenguaje de las personas que recibieron la oportunidad de educarse. Porque viven una realidad espantosa. Malnutrición, abuso y desamparo.

–¿Por qué en el último tiempo creció significativamente la cantidad de mujeres que caen en las redes de tráfico de alguna droga?
–Primero porque antes la mujer tenía menos participación en todo, incluso menos participación delictiva. Y, después, por la desintegración social. A una mujer que vive sola con varios chicos le hacen una propuesta del estilo “si vendés 30 bolsitas de cocaína, yo te voy a dar tanta guita”. Y resulta que, con esa plata, ella pudo comprar leche y pan para los pibes. Andá y decile que mañana no lo haga. Además una vez que entrás en eso, no te retirás así nomás. Las bandas criminales captan vendedores de droga al menudeo y les exigen que sigan vendiendo. Las represalias pueden incluir tiros contra la vivienda e hijos heridos o muertos. Quien acepta sabe que acepta una condena.

A veces ellas mismas pagan por su vida. Entre 2016 y 2021 las mujeres fueron víctimas, en promedio, del 10% de los homicidios en el departamento Rosario. En 2022 ese porcentaje se duplicó, fueron el 22,1% del total de casos.

–¿Los jueces tienen en cuenta sus planteos con perspectiva de género?
–Normalmente no lo logramos, aunque es obligatorio. Uno de los delitos que vemos con mayor frecuencia es el suministro a título gratuito de estupefacientes dentro de una unidad carcelaria. En el 99% es cometido por mujeres que le llevan la droga al marido, al hijo, al hermano, al amigo o al proveedor de guita que las meten en esta situación.

He planteado por años, aunque nadie me da bolilla, que se trata de mujeres cuya voluntad está disminuida porque son violentadas psicológicamente. No es que no comprendan lo que hacen, pero pueden recibir represalias si se niegan y prácticamente carecen de opción.

Además, son mujeres con nula posibilidad de empleo. Los jueces nos han escuchado solamente cuando hemos podido demostrar que esas mujeres habían hecho denuncias por violencia de género contra el preso al que le llevaban la droga.

–¿Hay alguna situación ejemplar que recuerde?
–Hay historias terribles. Escuché a una mujer decir que el padre la vendía por un cajón de cerveza. Y, consecuentemente, el marido que se buscó después le hacía ejercer la prostitución, igual que el padre. Estar cagadas de hambre y sin guita para comprar comida a los hijos las lleva a hacer cualquier cosa, como vender alguna droga al menudeo. Saben lo que hacen, pero casi no tienen opción. Es muy difícil conseguir trabajo para una persona que tiene preparación cero. Viven en lugares sin inodoro, sin agua. Cuando las atiendo en el calabozo expiden un olor tremendo porque no tienen dónde bañarse o lavar la ropa. Y no lo digo peyorativamente, todo lo contrario. Una vez nos pasó con una familia que nos turnábamos para salir a respirar. Yo tuve un chico que cayó preso varias veces en tres años, siempre con el mismo suéter. La gente vive en lugares con una sola habitación sin puerta, sin ventana y adentro todo lleno de hollín porque hacen fuego en el piso para dormir. ¿Cómo te imaginás que esas mujeres pueden ser empleadas domésticas y saber cómo se usa un quitamanchas? ¿Cómo vas a saber planchar si nunca en tu vida viste una plancha? ¿Cómo vas a saber usar un lavarropas automático si en tu casa nunca hubo electricidad? ¿Cómo vas a saber limpiar si nunca tuviste agua potable?

–¿Qué otros delitos vinculados al tráfico de drogas son cometidos por mujeres?
– A veces la pareja les pide que trasladen cuatro o cinco kilos de marihuana de su casa a otro sitio, y la policía las agarra en medio de esa operación. Hemos ganado un par de casos. Pero cuesta mucho todavía que se comprenda esa vulnerabilidad. Afortunadamente yo tengo una jefa mujer. En la Argentina, la defensora general de la Nación es Stella Maris Martínez, una persona muy aguerrida en el buen sentido. Y ella le ha dado una impronta con perspectiva de género a la defensoría oficial. Porque, insisto, somos el pariente pobre de la justicia.

– ¿Por qué?
–¿A quién escuchaste que quiera a un defensor? En la sociedad quieren meter a todo el mundo en cana. Piden más jueces y fiscales, pero no más defensores. A nosotros no nos quiere nadie. Y somos una parte esencial de los procesos. Aquí en Rosario llevamos adelante casi el 87% de los casos de narcotráfico.

La gente dice “estamos como estamos porque ustedes son sacapresos”. Nosotros no somos “sacapresos”. Defendemos personas, no delincuentes. Defendemos un Estado de derecho, es decir, que la persona pase por un proceso penal y reciba un juicio justo. Con todos los derechos y garantías que vos, como mamá de Juancito, vas a pretender que tenga si algún día le pasa algo. Pero hasta que no te toque a vos, querés que todos los demás vayan en cana. Y si puede ser a Rawson, mejor. Y si puede ser en otro país, mejor. Y si los quemamos en una hoguera, mejor.

***

Gambacorta hace lo mismo con estos chicos como con los terroristas. Fue la defensora designada del dictador Jorge Rafael Videla. “Le dimos a Videla la oportunidad que él no le dio a miles: ser juzgado en un Estado de derecho, con todas las garantías democráticas”, afirma y cambia de tema.

¿Por qué el trabajo recae en los defensores oficiales si el narcotráfico remite a un negocio multimillonario?
–Si yo te contara cómo se mueren de hambre… A veces traen a un detenido tres o cuatro policías disfrazados de rambo. Y, si lo bañás, es un chico que pesa 40 kilos como mucho. ¿Qué necesidad hay de que vengan cuatro ursos así?

–De la cantidad de personas que defienden, ¿cuántos tienen un consumo problemático de drogas?
–Hay una figura que no existe legalmente, nosotros llamamos “trafiadicto”. Que es un chico que se para en una esquina a vender diez bolsitas para procurarse su propio consumo. Entonces, cuando vos decís narcotráfico, pensás en cantidades astronómicas de plata, pero no a estos chicos los defendemos nosotros. Ese dinero claramente está yendo a otro lugar. Hubo días en los que tenía quince indagatorias, y eran todas por tres o cinco gramos de cocaína o marihuana.

–¿Cree que hay algún delito de drogas que no debería ser penalizado?
–El consumo de sustancias. Porque se mide desde el punto de vista penal y no se tiene en cuenta que es un tema de salud. Con esta mirada, nunca se va a solucionar.

 

 

*Evelyn Arach elaboró este reportaje con el acompañamiento de la Red Federal de Periodismo Judicial. La entrevista forma parte de la investigación “Mujeres y microtráfico de drogas, punto ciego de la Justicia argentina” (Julio de 2024). Se trata de un proyecto de la Red apoyado por el Fondo para Investigaciones y Nuevas Narrativas sobre Drogas (FINND) de la Fundación Gabo y Open Society Foundations.

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CHACO Dos heridos tras el despiste de una camioneta en una curva de la Ruta Provincial 6

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El accidente ocurrió a 13 km de San Bernardo; dos hombres resultaron con traumatismos y fueron derivados a un centro médico

En la noche de ayer, un accidente de tránsito tuvo lugar en la Ruta Provincial N° 6, a unos 13 kilómetros al oeste de San Bernardo. El incidente involucró a una camioneta Chevrolet S10 de color gris que volcó en una curva mientras se dirigía desde Las Breñas hacia San Bernardo.

Los ocupantes del vehículo fueron identificados como J.S., de 39 años, quien conducía la camioneta, y W.H.A.S., de 37 años, que viajaba como acompañante. Ambos sufrieron lesiones y fueron trasladados inicialmente al hospital local para recibir atención médica.

El Dr. Fabián Dabrowski, médico a cargo, diagnosticó a ambos pacientes con «traumatismo de cabeza y cuello». Debido a la naturaleza de sus lesiones, los heridos fueron posteriormente derivados al Hospital 4 de Junio de Presidencia Roque Sáenz Peña para una atención más especializada.

Las autoridades correspondientes se hicieron presentes en el lugar del siniestro. El equipo fiscal N° 03, encabezado por el Dr. Sergio Ríos de Villa Ángela, intervino en el caso. Asimismo, se dio participación a la División de Criminalística de Villa Ángela para realizar las pericias pertinentes. El vehículo involucrado fue secuestrado como parte de la investigación en curso.

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Una intervención rápida de Prefectura Naval evitó una tragedia en el puente General Belgrano

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La noche del jueves, un inquietante incidente sacudió el tránsito en el puente General Belgrano, una estructura vital que conecta las provincias de Corrientes y Chaco. A las 21:00 horas, los conductores que cruzaban el puente fueron sorprendidos por la angustiante situación cuando una joven de 22 años, identificada como S.I.R.C., se arrojó desde la columna que sostiene el puente en el lado correntino, dando pie a un operativo de emergencia que hubiese podido tener consecuencias fatales.

El evento, que tuvo lugar sobre la Ruta Nacional 16, a la altura del kilómetro 2, generó no solo una ola de conmoción entre los automovilistas, sino también significativas demoras en el tránsito debido a la presencia de múltiples equipos de rescate. Efectivos de la Policía Caminera y Gendarmería Nacional arribaron rápidamente para atender la situación y garantizar la seguridad de las personas en el área.

La respuesta más crucial vino de la Prefectura Naval Argentina. Gracias a la pronta y eficiente intervención de su equipo, y en particular a la coordinación del Oficial Subayudante Edgar Fernández de la División Patrulla Vial y Puestos Camineros, la joven fue rescatada con vida en un tiempo récord. Esta rápida acción no solo salvó una vida, sino que también destacó la importancia de la colaboración entre las diferentes fuerzas de seguridad en situaciones de emergencia.

El suceso remarca la vital relevancia que tienen las instituciones en la preservación de la vida en situaciones críticas, así como la necesidad de estar atentos a las señales de alerta que pueden indicar que alguien está en peligro. Días como este son un recordatorio del gran trabajo que realizan las fuerzas de seguridad en nuestro país y la efectividad de su preparación para responder ante incidentes imprevistos.

A pesar del revuelo causado en las calles y la preocupación generada entre quienes presenciaron los hechos, la intervención decisiva de Prefectura Naval fue crucial para evitar lo que podría haberse convertido en una tragedia. La situación también abre un espacio para reflexionar sobre la salud mental y la importancia de brindar apoyo adecuado a quienes atraviesan momentos difíciles.

En resumen, el incidente en el puente General Belgrano no solo dejó una lección sobre la efectividad de la respuesta de emergencia, sino también un llamado a fomentar un diálogo inclusivo acerca de la salud mental y la ayuda en momentos de crisis. La vida de S.I.R.C. fue salvada gracias a la rápida intervención de las fuerzas de seguridad, pero es vital que la sociedad en su conjunto continúe trabajando para prevenir situaciones similares en el futuro.

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Cuánta harina consumir al día: claves para una dieta equilibrada

La harina, en cualquiera de sus variantes, es fuente de carbohidratos, que proporcionan energía al cuerpo.

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El consumo de harina es parte esencial de la alimentación de muchas personas en todo el mundo. Sin embargo, es importante tener en cuenta las cantidades recomendadas para mantener una dieta balanceada, así como la calidad nutricional de los productos que contienen harina.

El equilibrio nutricional es clave cuando hablamos de harinas. Existen diferencias significativas entre las harinas refinadas y las integrales, y cada una tiene un impacto diferente en el organismo. Además, entender cuánto es recomendable consumir y qué beneficios o riesgos implica cada tipo es crucial para tomar decisiones informadas en la mesa.

Aportes de la harina y su rol en la alimentación diaria

La harina, en cualquiera de sus variantes, es fuente de carbohidratos, que proporcionan energía al cuerpo. Sin embargo, no todas las harinas son iguales. Las harinas refinadas, como la de trigo blanco, han sido sometidas a un proceso de refinamiento que elimina gran parte de su fibra y nutrientes, mientras que las harinas integrales conservan el salvado y el germen, lo que las hace más ricas en fibra, vitaminas y minerales.

La harina de trigo blanca es la más usada para hacer pan, tortas, galletitas, pastas, salsas y espesantes para sopas y guisos. (Foto: Adobe Stock).
La harina de trigo blanca es la más usada para hacer pan, tortas, galletitas, pastas, salsas y espesantes para sopas y guisos. (Foto: Adobe Stock).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda moderar el consumo de harinas refinadas y optar por versiones integrales siempre que sea posible. Además, la cantidad diaria dependerá de las necesidades energéticas de cada persona, pero la clave está en la moderación y la variedad.

¿Cuánto es recomendable consumir al día?

El consumo diario recomendado de harina puede variar en función de la edad, el nivel de actividad física y las necesidades calóricas de cada persona. De acuerdo con estudios realizados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), una persona promedio necesita entre 180 y 240 gramos de granos al día, de los cuales al menos la mitad deberían ser granos integrales, lo que incluiría harinas integrales.

Para quienes llevan un estilo de vida sedentario, es recomendable limitar el consumo de harinas refinadas debido a su menor aporte nutricional y su relación con el aumento de peso y el riesgo de enfermedades metabólicas. En cambio, las harinas integrales, al contener fibra, ayudan a regular la digestión y mantener niveles estables de azúcar en sangre.

¿Por qué preferir las harinas integrales?

  • Mayor contenido de fibra. La fibra favorece el tránsito intestinal y contribuye a mantener la saciedad, lo que puede ayudar a evitar el consumo excesivo de alimentos.
  • Aporte de vitaminas y minerales. Las harinas integrales conservan nutrientes como el magnesio, el hierro y las vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo energético.
  • Control del peso. Los alimentos integrales suelen tener un índice glucémico más bajo, lo que evita los picos de azúcar en sangre y ayuda a controlar el apetito.
  • Prevención de enfermedades. Un estudio del British Medical Journal sugiere que una dieta rica en fibra está asociada con un menor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.

¿Qué pasa con las harinas refinadas?

Aunque las harinas refinadas son más comunes en muchos productos procesados, su consumo excesivo puede tener efectos negativos en la salud. Los productos elaborados con harinas blancas suelen tener un alto índice glucémico, lo que significa que se digieren y absorben rápidamente, provocando picos de glucosa en sangre que pueden aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.

La pasta se elabora principalmente con harina de trigo, siendo la más común la harina de trigo 00, que es muy refinada y rica en gluten, lo que le otorga la elasticidad necesaria. (Foto: Adobe Stock)
La pasta se elabora principalmente con harina de trigo, siendo la más común la harina de trigo 00, que es muy refinada y rica en gluten, lo que le otorga la elasticidad necesaria. (Foto: Adobe Stock)

Además, según investigaciones de la Universidad de Harvard, los alimentos hechos con harinas refinadas carecen de nutrientes esenciales como la fibra, lo que los convierte en fuentes “vacías” de calorías. Para reducir estos riesgos, muchos expertos recomiendan limitar la ingesta de estos productos y optar por alternativas más nutritivas.

¿Cómo mantener el consumo de harina dentro de límites saludables?

  • Elegir harinas integrales o alternativas. En lugar de productos elaborados con harina refinada, buscar aquellos que utilicen harina integral, de avena o incluso de almendra o coco.
  • Moderación es clave. Limitar las porciones de alimentos que contengan harina refinada, como pastas, panes y galletitas. Optar por opciones caseras donde se pueda controlar los ingredientes.
  • Variedad en la dieta. No todas las fuentes de carbohidratos deben provenir de harinas. Se recomienda introducir otros granos enteros como quinoa, arroz integral o avena en las comidas.

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