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Economia

Dólares paralelos caen, pero el mercado está preocupado por las reservas del Banco Central

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Las divisas financieras, Contado con Liquidación y MEP registraron bajas fuertes y perforaron la barrera de u$s1.300, y el dólar blue llegó al precio más bajo desde principios de julio en el inicio de la tercera semana desde que comenzó la estrategia de intervención oficial en el mercado financiero para bajar la brecha con el objetivo de fondo de que la inflación siga desacelerándose. Sin embargo, los analistas plantean que con este esquema intervencionista junto con la fase 2 del plan económico aún subsisten dudas e implica una serie de riesgos.

Y es que la contracara principal es la dificultad de acumular divisas en las arcas del Banco Central en un contexto donde las reservas netas son negativas en un rango de entre u$s5.600 y u$s6.400 millones, según los cálculos privados.

El Banco Central arrancó esta semana con un saldo vendedor de u$s124 millones en el mercado cambiario para abastecer la demanda, con lo cual extendió la racha negativa a cuatro jornada consecutivas y en lo que va de julio acumula ventas netas por u$s36 millones. Las reservas brutas se ubicaron en u$s27.132millones, el menor nivel en cinco meses, desde el 29 de febrero último.

Pero esta semana las reservas sentirán el 31 de julio el impacto del primer pago del Bopreal (el bono para importadores) serie 2 por u$s167 millones. Y a partir de agosto entrarán en vigencia la flexibilizaciones al cepo anunciadas la semana pasada que también podrían impulsar una mayor demanda de divisas en el mercado cambiario oficial.

Dólares financieros: ¿de cuánto es la munición para intervenir?

 

El BCRA indicó que esterilizará $2,4 billones (los pesos emitidos desde el 30 de abril por compras de divisas en el MULC) lo que equivale a una potencial intervención de u$s1.800 millones.

A su vez, los analistas de PPI estimaron que las reservas netas son negativas en unos u$s6.471 millones considerando como pasivos depósitos del gobierno por u$s1.372 millones y vencimientos de BOPREAL a 12 meses vista por u$s2.173 millones.

«Reservas netas negativas implica que el BCRA tiene pasivos exigibles a 12 meses vista en dólares superior a sus activos, pero no que no tiene dólares para intervenir», aclararon. Y destacaron que «nuestra estimación de liquidez para intervenir ya es u$s10.662 millones (estimada en Treasuries y otros activos en moneda dura.)». Y acotó que «de hacerse el REPO por el oro, se conseguirían u$s4.863 millones adicionales».

Los analistas de Facimex Valores manifesaron que «por ahora la intervención en el MEP y CCL parece ser mayormente una señal orientada a disciplinar las expectativas» pero destacaron que «el mercado teme que si los resultados no aparecen el equipo económico pueda inclinarse por profundizar la intervención cambiaria, resignando reservas y desdibujando el programa».

 

Dólares financieros perforan piso de $1.300, pero preocupa la "munición" del BCRA para intervenir

 

En este contexto, en PPI remarcaron que «el nerviosismo de los bonistas es entendible: «El Gobierno amenaza con utilizar u$s1.800 millones para contener la brecha, el flujo del MULC juega en contra por factores estacionales, y los pagos de capital e intereses de Globales y Bonares por u$s4.600 millones en enero enviarían a las reservas netas a la zona negativa de u$s13.000 millones, siempre y cuando las condiciones actuales se mantengan (el Cepo)».

Ante este panorama, la consultora FMyA espera que «hasta septiembre entren fondos de organismo y blanqueo si el Gobierno no quiere incumplir la meta de setiembre» con el FMI.

Al pobre desempeño del BCRA en el mercado de cambios, se suman factores externos, como la caída en el valor internacional de la soja que no favorece la liquidación del agro».

¿Qué dudas persisten para que Luis Caputo cumpla con su plan?

 

Entre los analistas, hay dudas de si alcanza la batería de modificaciones de política para tender un puente hasta el comienzo de la liquidación de la cosecha fina en noviembre.

El BCRA anunció tres medidas que flexibilizan las restricciones vigentes: se redujo el plazo de pago de importaciones; se amplió el monto exceptuado de liquidación de exportaciones de servicios; se quitaron prohibiciones para acceder al MEP y CCL para personas que recibieron beneficios durante la pandemia.

El economista Federico Glustein opinó que «hoy no estaríamos en condiciones para tender un puente hasta noviembre, el Banco Central está vendiendo reservas y todavía no se endereza la economía y falta mayor recuperación». Y juzgó que «Faltan medidas para mejorar la acumulación de divisas y que habría poner foco en ello pero hoy el gobierno va más por el lado menos inflación y no emisión que otra cuestión y eso ralentiza el esquema acumulador que está complicado», juzgó.

Para el economista Joaquín Marque, director de UG Valores, «si bien las reservas se encuentran en una zona crítica, que provoca caídas en los títulos públicos, un blanqueo exitoso podría ser la herramienta que necesita el ejecutivo para cambiar las exceptivas y ser el puente necesario hasta la próxima cosecha; por el contrario, un blanqueo con pocas adhesiones y una pérdida recurrente de reservas podría generar mayor volatilidad en el segundo semestre».

Un informe de Invecq estimó que, con la flexibilización del cepo, «la mayor demanda por importaciones podría implicar unos u$s5.000 millones adicionales, que se concentrarán en septiembre, octubre y noviembre (meses en los que aún habrá que pagar un remanente de las cuotas de 25% de mayo-julio, y las nuevas de 50%).

«La incógnita entonces pasa por dónde saldrán los dólares.Los anuncios se dan justo en un momento en el que la dinámica cambiaria se alteró de manera notable, y en donde las perspectivas hacia adelante tampoco son favorables. Si bien era esperable que el BCRA pierda reservas en el segundo semestre -estaba estipulado en el acuerdo con el Fondo-, dicho período se adelantó y ahora los ojos se posan sobre los próximos meses», destacó.

Y advirtió que «no haber una recalibración del esquema cambiario, las reservas netas oscilarán en niveles sumamente bajos en lo que resta del año, lo cual atenta contra la eliminación de las restricciones vigentes». Y recalcó: «¿Qué podría alterar el panorama? Otro acuerdo con el FMI, que incluya nuevos desembolsos -además de una modificación en la política cambiaria».

De igual mirada, la consultora EconViews aseveró que «un punto de quiebre podría ser a un nuevo acuerdo con el FMI que traiga algo de fondos frescos para garantizar los pagos del año que viene a los bonistas».Y especuló que «seguramente ese dinero llegaría a cambio de levantar el cepo».

 

Dólares financieros perforan piso de $1.300, pero preocupa la "munición" del BCRA para intervenir

 

En Quantum Finanzas calcularon que dar mayor acceso al MULC para el pago de importaciones «agregaría demanda a la ya existente en el MULC por u$s1.200 millones mensuales según los niveles actuales de importaciones (hoy se pagan u$s3.800 millones mensuales)».

Para Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, la «acumulacion de reservas en el corto plazo puede ser factible con acuerdos de financiamiento con terceros (ejemplo, bancos o cerealeras)»y sostuvo que «si la tasa de interés se reacomoda, el dólar uede mantenerse relativamente tranquilo»

A su vez, Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, consideró que «es muy difícil que los exportadores tengan mucho a liquidar divisas si se mantienen estos niveles altos de brecha porque empieza a haber una expectativa de que tiene que haber un salto cambiario del dólar oficial en algún momento».

En sintonía, los analistas de Invertir en Bolsa, evaluaron que «el impacto de las medidas de la fase 2 ya se ha hecho notar en los dólares financieros, deteniendo el exceso de nerviosismo y la presión sobre los mismos, producto de la escasez de reservas: la noticia de la esterilización de los pesos generados por la compra de dólares por el BCRA en el MULC, por el equivalente en los mercados de CCL y MEP funcionó como catalizador para contener a una brecha superior al 50% que lucía incómoda para el gobierno, para continuar con su objetivo de desaceleración de la inflación».

«De todas formas, resta saber cómo continuará la película: si el gobierno logrará contener con un ‘cepo de pesos’ a los dólares financieros atacando la brecha desde arriba, y no desde abajo con un salto devaluatorio o una aceleración del crawling, o si se verá obligado a responder a las necesidades de dólares con un tipo de cambio más elevado»

Más interrogantes sobre las reservas del Banco Central

 

En PPI precisaron que el BCRA se fijó un límite de crecimiento de la Base Monetaria Amplia hasta $47,7 billones (niveles nominales del 30/4!» y evaluaron: «La fijación de este techo a la expansión de la demanda por BM permite anticipar que, a partir de la introducción de competencia de monedas, el peso se transformará en la moneda escasa»’

«Riesgos/falencias del enfoque: fijar la BMA no implica fijar la cantidad de dinero, ya que los agregados monetarios son más amplios (existe creación secundaria de dinero por parte de los bancos). También se intenta fijar la tasa de interés, lo cual es inconsistente», explicaron-

«En un régimen de cantidad de dinero la tasa de interés es endógena y en uno de metas de inflación la cantidad de dinero es endógena. Un riesgo elevado es que la tasa de interés suba fuerte por la falta de liquidez y que eso termine por abortar la recuperación de la actividad», auguraron

En sintonía, en Quantum plantearon que «se generan algunas dudas sobre el marco monetario-cambiario en el que se impulsaría una mayor monetización dada la regla monetaria de mantener fija la cantidad nominal de dinero de abr-2024 ($48 billones de base monetaria amplia de ese momento, 9% del PBI) y la fuerte disciplina fiscal».

A su vez, un informe de Consultatio Plus aseveró que «si el mercado le hubiese dado credibilidad plena a los anuncios, lo que deberíamosver es a la brecha cambiaria colapsando y a los breakevens (diferencial de tasas entre tasa fija y deuda CER) bajando muy fuertemente,y eso todavía no ocurrió o sucedió de una manera muy tímida».

Y dijo que quedan «pendientes varias precisiones que contribuirían a clarificar mejor el funcionamiento». Entre ellas, subrayó:»¿Cómo se define la base monetaria amplia?,¿incluye total de LEFIs (Letras Fiscales de Liquidez) emitidas o solo aquellas en porde de los bancos (contrapartida de pases)?.La meta cuantitativa de ese nuevo agregado monetario objetivo, ¿es nominal, real o debe medirse como porcentaje del PBI?.

«Los detalles son relevantes porque definen a futuro dos senderos muy distinto de régimen cambiario: si el compromiso es de congelamiento de base en términos nominales, eso se condice mucho con el esquema de dolarización que Milei promovió durante gran parte de su campaña en 2023,y con menos énfasis, en 2024″.

«El segundo es un esquema ortodoxo, pero mucho más tradicional de control de agregados monetarios donde la remonetización tiene su lugar y aparece por el lado de la expansión del crédito doméstico».

Riesgos de levantar el cepo cambiario sin reservas

 

La consultora LCG remarcó que «floreció la idea de que, bajar los dólares paralelos rápidamente a un valor cercano al dólar importador o exportador (hoy entre $1.000 y $1.100), sería adecuado para poder levantar los distintos cepos sin un salto cambiario», pero alertó que «hacer un esfuerzo grande en términos de reservas para llegar a esos valores puede ser riesgoso si una vez levantado el cepo, el Gobierno se queda sin armas para defender esas paridades que hoy el mercado considera bajas».

«Liberar todas las restricciones, en el contexto actual de ausencia de reservas, podría tener un impacto auspicioso en lo inmediato, pero en un escenario turbulento el gobierno se quedaría sin herramientas para poder capear una corrida, dadoque las tasas de interés no suelen ser instrumentos eficaces en esos momentos», fundamentó.

La consultora sostuvo que «pareciera entonces que la primera convicción no sería levantar el cepo sino reducir la inflación» aunque advirtió que «ya sabemos que una situación frágil en el frente externo puede gatillar un salto cambiario y un rebrote de la inflación».

A su vez, un informe de GMA Capital subrayó que «el gobierno apuesta por el superávit financiero y un marco duro de política monetaria para torcer la mano del mercado y promover una descompresión en la brecha y facilitar el sendero de desinflación», lo cual permitiría la introducción de la fase 3, que implicarían la salida del cepo y la competencia de monedas»

Pero recalcó «mientras tanto la estrategia encarna una serie de riesgos: el primero, es que la inflación no ceda a la velocidad planeada, dado que la fase 2 todavía no incluye el desmontaje de las restricciones cambiarias, la fecha especial del evento podría continuar pesando sobre todas las decisiones financieras y podría dificultar anclar expectativas a la baja si la brecha no cediera».

«Vinculado con la dinámica nominal, una segunda fuente de riesgo se relaciona con el atraso cambiario.Si bien no hay consenso de cuál es el tipo de cambio real de equilibrio, sí hay bastante acuerdo en torno a que este valor no lo es porque hay cepo. Aunque el nivel no luce amenazante, sí lo podría ser la secuencia de inflación mensual de 4% y crawl de 2% durante un tiempo prolongado», advirtieron.

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Fin del Impuesto PAIS: qué dijo Caputo sobre el futuro del dólar tarjeta a partir de enero 2025

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El ministro de Economía adelantó cambios en las políticas cambiarias que afectarán al dólar tarjeta y el levantamiento del cepo. También se negocian medidas con el FMI para garantizar estabilidad económica en los próximos años

El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el dólar tarjeta, conocido también como dólar turista, reducirá su valor en las próximas semanas, anticipando un alivio para quienes realizan consumos en moneda extranjera. El funcionario explicó que, aunque el dólar turista mantendrá una cotización superior al oficial, los ajustes recientes permitirán una disminución. Este tipo de cambio actualmente incluye un impuesto PAIS del 30% y una percepción del 30% a cuenta de Ganancias. Sin embargo, el impuesto PAIS será eliminado el 24 de diciembre, marcando un cambio importante en la estructura del tipo de cambio para este sector.

Respecto al levantamiento del cepo cambiario, Caputo ratificó que será una realidad en 2025. Durante una entrevista, sostuvo que el Gobierno no desea apresurarse y que está buscando las condiciones necesarias para garantizar que la medida no genere problemas económicos. Según el ministro, a pesar de los avances en la acumulación de reservas del Banco Central, todavía hay variables económicas que deben estabilizarse antes de implementar el levantamiento definitivo de las restricciones cambiarias.

Caputo resaltó que las reservas del Banco Central se vieron impactadas por una combinación de pagos de deuda y compras de divisas. Además, explicó que la reducción de la brecha entre el dólar blue y el oficial, junto con un crecimiento económico proyectado del 5% anual, refuerza la viabilidad del plan. Subrayó que no hay necesidad de apresurar la apertura del mercado cambiario mientras la estabilidad económica y la confianza de los inversores sigan creciendo.

En cuanto a los avances en las negociaciones internacionales, Caputo también reconoció que el Gobierno argentino mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para establecer un nuevo acuerdo que incluiría la llegada de fondos frescos. Durante una conferencia de prensa, señaló que este nuevo programa podría implicar desembolsos importantes y que el foco actual está en definir tanto el monto como el cronograma para recibir esos recursos.

Caputo indicó que se discuten diferentes escenarios, desde un desembolso inicial de 1.000 millones de dólares hasta un esquema más ambicioso de 12.000 millones de dólares. Según el funcionario, esta última opción permitiría fortalecer las reservas del Banco Central y dar mayor margen de maniobra al Gobierno para sostener las políticas cambiarias y monetarias.

Desde el FMI, su vocera, Julie Kozack, valoró las políticas implementadas por la administración actual y destacó los “resultados impresionantes” logrados en estabilización económica, control monetario y acumulación de reservas. Estos avances abren la puerta para que Argentina pase a un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, que incluiría metas cuantitativas y compromisos de reformas estructurales.

En paralelo, el Gobierno confirmó que recibirá 4.000 millones de dólares adicionales en financiamiento proveniente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. Estos recursos contribuirán a fortalecer las reservas y facilitarán el cumplimiento de los compromisos financieros con privados y organismos internacionales.

Además, la reducción del riesgo país, que se aproxima a perforar los 700 puntos básicos, ofrece nuevas opciones de financiamiento en el mercado internacional. Entre las estrategias que evalúa el Gobierno, se encuentran la emisión de deuda a tasas más bajas y canjes de bonos cortos como el AL29 y el AL30 por títulos con vencimientos más largos, con incrementos en los cupones para hacer más atractivas las operaciones a los inversores.

Aunque el levantamiento del cepo está proyectado para 2025, las negociaciones con el FMI y los esfuerzos para reducir el riesgo país podrían acelerar ciertas decisiones. Sin embargo, estas medidas estarán condicionadas por la capacidad del Gobierno para mantener los actuales niveles de superávit fiscal, acumulación de reservas y control sobre los agregados monetarios.

Por último, Caputo destacó que el país se encuentra en un proceso de convergencia económica. Las políticas actuales están orientadas a garantizar que cualquier cambio en el esquema cambiario no impacte negativamente en la estabilidad macroeconómica.

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Cuáles son los nuevos riesgos que trae el dólar barato y el fin de la brecha cambiaria

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El atraso cambiario ya es un hecho indiscutible que abre paso al interrogante sobre los costos y beneficios económicos del billete planchado

Si existe o no el atraso cambiario ya es una discusión superada. El punto central que desvela al mercado y a empresarios de distintos sectores es, eventualmente, cuánto puede durar. Previsiblemente, no hay una respuesta concluyente a ese interrogante. Son múltiples los factores que inciden con la complejidad adicional que el actual contexto macroeconómico no es comparable al existente en aquellos períodos en los que el tipo de cambio real tenía un nivel similar al actual. La diferencia que lo puede cambiar todo, se sabe, es el superávit fiscal. Aun así, el espejo retrovisor plantea dudas atendibles.

De acuerdo al índice de tipo de cambio real multilateral -lo que no necesariamente es el único indicador de tipo de cambio de equilibrio o ideal para la economía pero sí una referencia clave- que publica el Banco Central, el dólar real se encuentra hoy levemente por debajo que hace un año y apenas por encima que en diciembre de 2015, antes de la devaluación y levantamiento del cepo. Es decir, no tan lejano al mínimo previo de la salida de la convertibilidad. Todos esos puntos críticos fueron seguidos de una fuerte corrección cambiaria, una perspectiva que no asoma en el horizonte en el corto plazo. Lejos de eso, la presunción que se extiende es que la economía ingresó en un ciclo de “peso fuerte” o, mejor dicho, “dólar barato”.

Costos y beneficios de esa estrategia en términos productivos al margen, el dólar bajo presenta riesgos no menores, al menos en las condiciones actuales. El principal de ellos es el mismo de siempre: el de una corrida cambiaria, en este caso, fogoneada por un evento disruptivo como un shock intencional o un conflicto político. Aunque mejora su posición, incluso con un nivel de compras de divisas inédito para esta altura del año, el Banco Central sigue sin tener dólares para enfrentar tamaño inconveniente. De ahí que la salida del cepo sea una alternativa posible recién cuando el BCRA reúna reservas o consiga fondos frescos. En ese trámite está el Gobierno con el Fondo Monetario aunque nada indica que será un monto que pueda impresionar al mercado si no se complementa con desembolsos de otros orígenes, como el REPO y los créditos que ya se vienen anunciando con los demás organismos multilaterales, el BID y el Banco Mundial.

“Si el contexto internacional se complica o hay un susto político, el potencial de caída del peso es muy grande y el BCRA no tiene reservas”, advirtieron los analistas Adrián Rozanski y Mariano Skladnik, de la consultora 1816. Recordaron, además, que medidos a la cotización del contado con liquidación, el stock de pesos prácticamente se duplicó al pasar de USD 50.000 millones a más de USD 100.000 millones computando los títulos del Tesoro en manos de inversores que no son bancos. La cifra da una magnitud del impacto que podría provocar ese shock.

Fuente; Banco Central.Fuente; Banco Central.

Incluso si eso no ocurriera o se conjurara ese riesgo, el dólar barato no es inocuo, o más bien todo lo contrario, para varios sectores de la economía. Por estacionalidad, el ejemplo en boga es el turismo. Viajar al exterior se convirtió en una opción mucho más competitiva que el verano pasado frente a los precios en dólares que se publican en los principales centros turísticos del país. La Argentina está cara. También algunos sectores industriales afrontarían un problema similar, particularmente de cara a la apertura de las importaciones.

Incluso desde el sector más competitivo de la economía, el campo, se vislumbran dificultades. Si bien es cierto que el atraso cambiario es hoy compensado de alguna manera por la reducción de la brecha, la desaparición del incentivo del dólar blend pone todo el foco en el nivel de retenciones. Esto particularmente en un contexto de precios bajos de la soja, que oscila entre los USD 370 y USD 380 la tonelada, muy lejos de los precios vistos hasta el año pasado.

“Si el dólar blend pierde competitividad (por baja del CCL e inflación en pesos), el dólar sigue fortaleciéndose mundialmente, los stocks finales de soja subiendo mundialmente, el temita de las retenciones se va a ir haciendo más difícil de lo que está”, vaticinó el economista Fausto Spotorno.

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Caputo negó los rumores y dijo que el cepo se queda hasta que las reservas sean positivas

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El ministro de Economía rechazó de plano las versiones que hablan de un inminente final del cepo: «Se desancla el programa y vuelve Cristina», afirmó.

El ministro de Economía le dió una extensa entrevista a Jonatan Viale. Durante el diálogo, Toto enfrió las tensiones con Mauricio Macri y Victoria Villarruel, identifico a Santiago como su sobrino y defendió al Gordo Dan de los agravios de los periodistas. Sin embargo la definición mas importante fue la solidez con la que reconoció que hay cepo para rato.

Viale fue al punto, «¿Si ya casi no hay brecha, la inflación sigue bajando, igual que el riesgo país, cuando se abre el cepo? La respuesta del titular del Palacio de Hacienda fue muy precisa: «Se estan dando algunas de las convergencias, pero no la primera que buscamos que es el nivel de reservas. Si bien compramos un montón, USD 19.000 millones, tuvimos que hacer muchísimos pagos, a organismos, a los bonistas y demas, por lo tanto todavía seguimos en reservas netas negativas, en USD 4000 millones y no hemos terminado con el problema de stocks, quedan dividendos de empresas que a las que les gustaría repatriar, entonces cuando se den todas esas condiciones lo vamos a sacar. ¿Será en el 2025? Si, va a ser en el 2025. El cuando no es tan importante como le quieren hacer creer a la gente» consideró el ministro.

Los rumores sobre una salida abrupta del cepo cobraron fuerza por las últimas horas. La presión de los inversores externos se pone cada vez más intensa. «Hay mucha presión para levantar las restricciones, pero no se sabe si es porque están desesperados por entrar, o si, por el contrario, son pesos atrapados que quieren ir al dólar y salir», afirmó.

Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio.

En este sentido la mención del ministro al stock de dividendos no es una cuestión menor. Una demanda excesiva de dólares dispara la cotización y una nueva escalada inflacionaria. Con este panorama, Caputo parece haber aprendido la lección.

Otra definición clave para la dinámica económica fue sobre las retenciones. «Las vamos a levantar cuando tengamos el superávit necesario para poder hacerlo. Por todo lo que vivió Argentina en el pasado no tenemos las mismas herramientas de política económica que tiene un país desarrollado entonces nosotros queremos bajar impuestos, tenemos que pisar sobre seguro en la medida que tengamos el superávit».

«Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio», concluyó Caputo.

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