Economia
Analistas le pusieron precio al dólar paralelo tras el relajamiento del cepo cambiario
Analistas avalan la flexibilización del cepo, ya que es una señal alineada a lo que pide FMI, y hablan del impacto sobre la divisa y las reservas
El dólar blue bajó este jueves $5 al cerrar en $1.445 en tanto que las divisas financieras, Contado con Liquidación y MEP se mantuvieron estables, en lo que fueron las primeras reacciones tras la flexibilización del cepo que dispuso el martes a la noche el Banco Central. Para los analistas, la medida va en la «dirección correcta» aunque puede implicar una mayor presión sobre las alicaídas reservas.
No obstante, la mayoría de los expertos relativizó el impacto sobre las reservas que podría generar la reducción en el plazo de pagos de las importaciones a partir de agosto al alegar que ante el efecto recesivo en la actividad por el plan de shock monetario y emisión cero no esperan una gran demanda importadora. Además, estiman que esta decisión «reducirá la demanda importadora de CCL colaborando en la reducción de la brecha».
A su vez, los especialistas también minimizan el efecto que puede tener sobre la cotización de los dólares financieros la remoción de restricciones para operar CCL y MEP para las personas que habían recibido ayuda del Estado durante la pandemia o que tienen un subsidio al consumo en servicios públicos.
En ese marco, los analistas plantean que es mayor el efecto positivo que generan las expectativas de que se avanza en el desarme del cepo que el impacto negativo que pueda haber sobre las reservas,y estiman que seguirá la estabilidad cambiaria, e incluso algunos prevén que los dólares paralelos podrían bajar un poco,aunque eso dependerá principalmente del nivel de intervención oficial en el mercado.
Flexibilización del cepo al dólar: ¿qué lecturas hicieron los analistas?
En la primera jornada tras los anuncios de la flexibilización del cepo, los dólares paralelos se mantuvieron relativamente estables mientras que los bonos en dólares cayeron. Al respecto, el economista Amilcar Collante vinculó la baja de los bonos a «un efecto muy adverso del contexto internacional. nuevamente con depreciación de las monedas en latinoamericana (real y peso mexicano) y con fuerte caída en Wall Street por malos datos de las empresas tecnológicas».
Sobre la liberación de restricciones de comercio exterior, especialmente de importaciones, afirmó que «lo importante es que es una señal alineada con lo que plantea el FMI que es al fin al cabo, quien puede dar fondos frescos para ensayar la liberación del cepo cambiario».
De hecho, este jueves, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, se reunió con el ministro de Economía, Luis Caputo, en el marco del G-20 que se está llevando a cabo en Río de Janeiro y renovó el apoyo a la administración de Javier Milei al asegurar que «estamos comprometidos a apoyar los esfuerzos del Gobierno».
Al finalizar el encuentro, la titular del FMI destacó mediante su cuenta de X que tuvo una «reunión constructiva con el ministro Luis Caputo en Río» y al dar detalles de los temas que se abordaron, precisó que «discutimos el sólido desempeño en la lucha contra la inflación, la consolidación fiscal y el apoyo a las personas más vulnerables».
En sintonía, Nery Persichini, jefe estratega de GMA Capital evaluó que «es una medida que va en el sentido correcto, apunta a bajar la brecha por el lado de mejores incentivos y desregulación del cepo». Y añadió: «En contraste con los anuncios de la semana pasada en torno a la intervención, el gobierno optó por la ‘zanahoria’ , que es la única manera sostenible de generar confianza».
En sintonía, Fermín López, analista de research de Cocos, señaló que «la dirección de política cambiaria de eliminar gradualmente las restricciones es una decisión acertada, siempre y cuando la normalización de la macroeconomía lo permita». Y remarcó que «el mercado no ha mostrado signos de estrés el miércoles, no mostrándose tomador de dólar como consecuencia de la flexibilización anunciada».
El analista financiero Christian Buteler opinó que «todo lo que sea flexibilizar el cepo es una buena medida,en pos de normalizar la política cambiaria, es ir en el sentido correcto».
Los analistas de Delphos Investment juzgaron que «es un avance en la dirección esperada por el mercado, mostrando señales de normalización del flujo de divisas por importaciones y mayor acceso al CCL/MEP por parte de particulares». En tanto, la consultora Outlier evaluaron que «son medidas positivas que mandan señales en el sentido correcto, más allá de sus impactos prácticos de corto plazo».
Por su parte, Juan Manuel Franco, economista jefe del grupo SBS dijo que «vemos a las medidas orientadas en la dirección correcta, aunque seguimos remarcando que lejos estamos de un esquema normalizado de cuentas externas» y «en el corto plazo, creemos que los mercados seguirán atentos más que nada a los flujos de dólares hacia Argentina dado que el BCRA es estacionalmente vendedor neto de dólares en los segundos semestres».
Fin del cepo al dólar: ¿implica riesgos para las reservas?
En un contexto donde los analistas advierten que la estrategia oficial de intervenir con ventas de dólares en el CCL y MEP dificultará la acumulación de reservas, Claudio Caprarulo, director de Analytica, planteó que la flexibilización del cepo «es una decisión que busca mostrar una inicio de desarme, la señal es buena pero el interrogante es con qué dólares se va a pagar esta mayor demanda que se habilita, sobre todo al achicar los tiempos de pagos de importaciones».
Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap Grupo Financiero opinó que «lo más relevante es que se empieza a flexibilizar el acceso a importaciones de 4 a 2 cuotas, y de esta manera se empieza a reducir el stock de deuda porque al acumularse con las cuotas anteriores ya se estará pagando más del 100% de las importaciones».
«Esto debería contribuir a la baja de la inflación pero reduce la capacidad de acumulación de reservas que venía siendo baja. Es por eso que será fundamental que el Tesoro ocupe ese rol comprando dólares con superávit fiscal para llevar tranquilidad sobre la capacidad de pago de la deuda en moneda dura», aseguró.
Ber también advirtió que «entre los riesgos podría destacarse a necesidad de una mayor intervención de ampliarse la brecha en caso de darse una sostenida mayor demanda de importadores y de agentes inclinados a la dolarización a través de los dólares financieros».
Por su parte, Buteler opinó que flexibilizar el pago a los importadores «en un contexto de de recesión como estamos, no va a tener un impacto grave en las reservas, no me parece problemático». Y juzgó: » Las medidas creo que no tienen un impacto fuerte en cuanto a la demanda de dólares. El beneficio de mostrar que vas normalizando la situación es mucho más grande que el costo que puede llegar a incurrir».
En la misma línea, Persichini no espera que esta decisión tenga un gran impacto sobre reservas, pero recalcó que «si lo tuviera, entiendo que los beneficios vía expectativas y calma sobre la brecha serían mayores para mejorar la liquidación de divisas»
De igual visión, Maximiliano Ramírez, economista de Sur Americana Visió,n argumentó que «estas medidas de flexibilización podrían generar más presión por el lado de la demanda porque recorta los tiempos en que los importadores pueden ir a tomar dólares en el MULC, aunque las mayores importaciones vienen por el lado de la actividad y, como no tenés actividad, se puede compensar».
A su vez, Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, esgrimió que «es cierto que podemos ver mayor demanda de divisa en el oficial cuando el cambio de régimen de pago de importaciones entre en vigencia pero a la vez contribuye a una mejor fluidez de la economía real». En tanto, Glustein afirmó que «es positivo que el sector importador pueda acceder a divisas con mayor previsibilidad y temporalidad, es parte de normalizar la macro local para dar certezas del camino, generar confianza en el mercado y financiar la extensión de pasivos existentes, además de bajar la inflación».
Flexibilización del cepo: ¿presionará sobre los dólares paralelos?
Persichini destacó que «el desmontaje de restricciones descomprimiría la demanda (del dólar) informal por el lado de individuos que habían recibido asistencia durante la pandemia y de quienes quieren hacer operaciones con crédito hipotecario». Y afirmó que «la reducción de plazos para pago de compras en el exterior colabora para que los importadores no se dirijan al mercado de CCL, y esperen en el mercado oficial».
De igual diagnóstico, en Delphos auguran que «la reducción de los plazos de pago de importaciones reducirá la demanda importadora de CCL colaborando con la reducción de la brecha».
Buteler la eliminación de la restricción de operar con MEP y CCL a quienes recibieron ayuda del Estado en la pandemia o tiene algún subsidio al consumo «en la práctica el impacto va a ser casi nulo porque la mayoría no la cumplía, y compraban igual porque nadie lo controlaba efectivamente; no creo que vayas a tener una mayor demanda de dólares porque se habilitó esto».
Para Ber, «la flexibilización del cepo es paso positivo y resulta oportuna dentro de una estrategia que próximamente podría ir sumando sucesivas y graduales liberaciiones de restricciones cambiarias». En ese marco, estimó que «a corto plazo, la brecha podría ubicarse en torno al 30% / 35%, equivalente a dólares financieros del orden de los $1.200 / 1.250 en caso de percibirse un camino hacia la salida del cepo».
A su vez, el economista Gabriel Caamaño vaticinó: «Esto si que puede desinflar el blue, la brecha es hija del cepo, la brecha siempre se desarma con menos cepo».
En tanto, Glustein aseguró que «la dirección tiene que ser flexibilizar las restricciones para abrir el cepo, porque con todas estas, la brecha está por encima del 40%, por lo que la demanda existe, es alta, y permitir mayor acceso al MEP puede hacer bajar las cotizaciones del blue inicialmente, para luego hacerlo en el MEP y el CCL». A su criterio, los dólares financieros «podrían bajar de $1.300 sobre todo al inicio, y blue romper los $1.400».
Ramírez espera que haya estabilidad y que las divisas financieras coticen en un rango de «entre $1.300 y $.1350», ya que opinó que la eliminación para ese grupo de personas físicas beneficiadas en la pandemia o que cuentan con subisidios «es un universo pequeño para tener un efecto significativo en los dólares, y más en un escenario donde el salario no alcanza».
Para Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, flexibilizar el cepo «es avanzar en la dirección correcta, aún con ciertos riesgos de que aumente la brecha». Según su visión, «la evolucion de los dólares financieros tendrá que ver no solo con cómo se amalgaman los flujos de oferta y demanda en dólares, sino con la tasa de interés en pesos».
¿La salida del cepo al dólar está más cerca?
De los tres requisitos que el presidente Javier Milei puso como condición para levantar el cepo, ya se solucionaron dos, el desarme de pases pasivos con el arranque de la fase 2 del plan económico,y la recompra de PUTs de la semana pasada. El requisito que queda pendiente que la inflación converja a cero por ciento mensual.
Persichini dijo que ve «la salida del cepo más cercana, con mayor probabilidad en el último trimestre de 2024», y consideró que «la reducción del impuesto PAIS en 10 puntos en septiembre podría ser la primera etapa del proceso».
Ber estimó que «de continuarse con los progresos en las políticas fiscales y monetarias, así como lograrse una contracción de la brecha y mejora en la dinámica de las reservas que mejoren las expectativas, resultaría posible que se extienda el proceso de desinflación y así pudiera llegar a converger a niveles inferiores al 1% mensual hacia fin de año».
Para Reschini, «hay más chances» de que se puede levantar el cepo este año porque «el Gobierno está acelerando para que estén dadas las condiciones que ellos estiman prudentes aunque la actividad no tenga una vigorosa recuperación».
Franco alegó que «idealmente los controles de cambios deberían removerse este año para intentar dar certezas en cuanto a reglas de juego al sector privado doméstico y externo, de modo de promover inversiones.
En cambio, para Caprarulo «lo más lógico es que la salida del cepo sea gradual, y ese proceso no va a finalizar antes de 2025». En sintonía, Ramirez manifestó que «no veo chances este año de levantar completamente el cepo,sino recién en 2025 después de las elecciones», y estimó que van a ir eliminando restricciones «paulatinamente».
«Dada la coyuntura que vemos,la inflación tendiendo a cero todavía no se ve, tenes muchos precios relativos que todavía están pisados, y los salarios tienen que empezar a crecer. Y es fundamental el tema de la acumulación de reservas, que tampoco se está ocurriendo»,fundamentó.
Economia
Caputo negó los rumores y dijo que el cepo se queda hasta que las reservas sean positivas
El ministro de Economía rechazó de plano las versiones que hablan de un inminente final del cepo: «Se desancla el programa y vuelve Cristina», afirmó.
El ministro de Economía le dió una extensa entrevista a Jonatan Viale. Durante el diálogo, Toto enfrió las tensiones con Mauricio Macri y Victoria Villarruel, identifico a Santiago como su sobrino y defendió al Gordo Dan de los agravios de los periodistas. Sin embargo la definición mas importante fue la solidez con la que reconoció que hay cepo para rato.
Viale fue al punto, «¿Si ya casi no hay brecha, la inflación sigue bajando, igual que el riesgo país, cuando se abre el cepo? La respuesta del titular del Palacio de Hacienda fue muy precisa: «Se estan dando algunas de las convergencias, pero no la primera que buscamos que es el nivel de reservas. Si bien compramos un montón, USD 19.000 millones, tuvimos que hacer muchísimos pagos, a organismos, a los bonistas y demas, por lo tanto todavía seguimos en reservas netas negativas, en USD 4000 millones y no hemos terminado con el problema de stocks, quedan dividendos de empresas que a las que les gustaría repatriar, entonces cuando se den todas esas condiciones lo vamos a sacar. ¿Será en el 2025? Si, va a ser en el 2025. El cuando no es tan importante como le quieren hacer creer a la gente» consideró el ministro.
Los rumores sobre una salida abrupta del cepo cobraron fuerza por las últimas horas. La presión de los inversores externos se pone cada vez más intensa. «Hay mucha presión para levantar las restricciones, pero no se sabe si es porque están desesperados por entrar, o si, por el contrario, son pesos atrapados que quieren ir al dólar y salir», afirmó.
En este sentido la mención del ministro al stock de dividendos no es una cuestión menor. Una demanda excesiva de dólares dispara la cotización y una nueva escalada inflacionaria. Con este panorama, Caputo parece haber aprendido la lección.
Otra definición clave para la dinámica económica fue sobre las retenciones. «Las vamos a levantar cuando tengamos el superávit necesario para poder hacerlo. Por todo lo que vivió Argentina en el pasado no tenemos las mismas herramientas de política económica que tiene un país desarrollado entonces nosotros queremos bajar impuestos, tenemos que pisar sobre seguro en la medida que tengamos el superávit».
«Si nosotros nos anticipamos y mañana yo te digo bajo debitos y créditos y saco todas las retenciones, te puedo asegurar que empiezo a correr déficit al mes siguiente. Y se te desancla el programa, la gente dice van a tener que emitir, vuelve Cristina y se va todo el demonio», concluyó Caputo.
Economia
Una remera de marca cuesta siete veces más que una vendida en el sector informal y 35% más que en el exterior
La industria textil argentina se encuentra marcada por altos costos impositivos, restricciones a la importación y un mercado fragmentado, lo que encarece significativamente los precios de las prendas, según un informe del Instituto de Economía de la UADE. Comparaciones con otros países
El precio de la ropa en la Argentina no deja de llamar la atención. En un contexto de elevados impuestos, barreras arancelarias y un mercado fragmentado entre lo formal y lo informal, las diferencias de precios en prendas similares alcanzan cifras sorprendentes.
Un relevamiento del Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) revela que una remera de primera marca puede costar hasta siete veces más que una vendida en mercados informales como Avellaneda, y un 35% más que en países como Estados Unidos y España.
Los datos muestran cómo las condiciones del sector no solo perjudican a los consumidores, sino que también limitan la competitividad del mercado local frente a otras economías.
La disparidad de precios es especialmente visible dentro del mercado local. Una remera de hombre en Avellaneda, conocida por su amplia oferta informal, cuesta en promedio $10.000. Sin embargo, al pasar a un local de barrio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el precio se duplica hasta los $20.000. En shoppings o locales de primeras marcas, una prenda similar puede alcanzar los $70.000.
Esto significa que, con $100.000, un consumidor puede adquirir 10 remeras en Avellaneda, 5 en un local de barrio o solo 1 en un local de primera marca. Estas diferencias no solo reflejan las condiciones de informalidad, sino también el impacto de los costos impositivos y operativos sobre los precios finales.
Comparación con el exterior
El informe de INECO también destaca que la ropa en la Argentina es significativamente más cara que en mercados internacionales. A modo de ejemplo:
- Un jean Levis 501 cuesta USD 108 en Argentina, frente a USD 48 en Estados Unidos y USD 80 en España.
- Un vestido Zara de verano tiene un precio de USD 53 en el país, mientras que en Estados Unidos cuesta USD 43 y en España USD 32.
- Un par de zapatillas Nike alcanza los USD 123 en Argentina, frente a USD 92 en Estados Unidos y USD 78 en España.
Estos sobreprecios son atribuidos principalmente a las barreras arancelarias que limitan la importación, además de los elevados costos productivos y de comercialización que enfrenta la industria nacional. “Una de las principales causas que afectaron a la industria textil y, por tanto, explican los elevados precios que se cobran en el mercado es la política en materia de comercio internacional que afronta el sector, con fuertes barreras a la importación. Esta política perjudica a los consumidores, quienes pagan precios más altos y disponen de menos opciones de compra. Adicionalmente, el marco impositivo nacional presiona sobre las cadenas de producción, ya que la mitad del precio de una remera son impuestos”, sostiene el informe.
De acuerdo con el documento, el alto costo de la ropa de marca en la Argentina tiene varias causas interconectadas:
- Impuestos elevados: de acuerdo con el informe, el 50% del precio de una remera corresponde a impuestos. Esto incluye tributos nacionales, provinciales y municipales que impactan en toda la cadena productiva, desde la fabricación hasta la venta.
- Mercado informal: el sector textil argentino presenta una de las tasas más altas de informalidad, con un 65% del empleo en negro. Este fenómeno permite a los vendedores informales operar con costos significativamente más bajos que los locales que cumplen con las normativas fiscales y laborales.
- Barreras a la importación: las restricciones arancelarias elevan los costos de las prendas importadas, lo que reduce la competencia en el mercado local y permite que los precios internos se mantengan altos.
- Segmentación del mercado: los puntos de venta en Argentina están claramente divididos en segmentos como Avellaneda, La Salada, locales de barrio y shoppings, cada uno con condiciones comerciales y laborales muy diferentes. Esto genera una amplia disparidad de precios y calidad.
Impacto en el consumo
El alto precio de la ropa en la Argentina afecta directamente el consumo. Según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) de 2017-2018, las familias destinan el 6,8% de su presupuesto mensual a la compra de prendas. Con precios elevados y opciones limitadas, muchos consumidores recurren a mercados informales, reduciendo aún más la competitividad de los locales formales.
En términos de la economía nacional, el sector textil representa el 2,5% del PBI. Sin embargo, un modelo más abierto y competitivo podría incrementar esta participación al 2,8%, según estimaciones del informe, al tiempo que reduciría el gasto de los hogares en ropa en un 25%.
¿Es posible bajar los precios?, se preguntan los economistas que realizaron el documento. Y la respuesta es que sí, mediante las siguientes acciones:
-Reduciendo la carga impositiva: una disminución del 50% en los impuestos podría reducir los precios finales en un 25%, incentivando el consumo y fortaleciendo el mercado interno.
-Abriendo el mercado a las importaciones: una reducción de los aranceles a la mitad permitiría una baja del 20% en los precios, aumentando la oferta y beneficiando a los consumidores.
-Fomentando la formalización del sector: políticas que reduzcan costos laborales y fiscales podrían incentivar a los pequeños productores y comerciantes a formalizarse, mejorando las condiciones de trabajo y reduciendo la brecha de precios.
Sin embargo, los especialistas advierten que estas medidas deben ir acompañadas de un fortalecimiento de la industria nacional para evitar cierres de empresas y pérdida de empleos.
Economia
Los dólares financieros caen por sexta rueda consecutiva y la brecha cambiaria es la más baja desde 2019
El “contado con liquidación” cerró a $1.100,76 y el MEP se pactó a $1.071,57, los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo. La brecha perforó el piso de 10% y es la más reducida desde agosto de 2019, previo al “cepo”
Mientras que las aciones y los bonos continuaron negociados en sus precios máximos del año, y a la par del descenso del riesgo país argentino -ahora en los 720 puntos básicos, un mínimo desde el 1 de marzo de 2019, la debilidad de los precios del dólar en las franjas alternativas del mercado rubricó otro síntoma de confianza de parte de los inversores, que avizoran una normalización de los negocios -y de la economía en general- una vez despejada la incidencia distorsiva del “cepo”.
En este aspecto, este miércoles cedieron por sexta rueda consecutiva los precios de los dólares financieros, el “contado con liquidación” y el MEP, operados al cierre a $1.100,76 y $1.071,57, respectivamente, los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo.
Con un dólar mayorista que ganó 50 centavos en el día, a 1.003,50 pesos, la brecha cambiaria volvió a reducirse en esta franja: con el “contado con liqui” alcanzó el 9,7%, el menor rango de precios desde el 30 de agosto de 2019 (8,9%), mientras que en comparación al MEP, ésta se achicó al 6,8 por ciento. En el caso del dólar MEP o Bolsa, la brecha es la más reducida desde 29 de agosto de 2019. En ambos casos se trata de niveles previos a la reinstauración del “cepo” cambiario el 1 de septiembre de aquel año.
Entonces, el directorio del BCRA –en el tramo final del gobierno de Mauricio Macri– resolvió a través de la Comunicación A6770 que “las personas humanas no tendrán ninguna limitación para comprar hasta USD 10.000 por mes y necesitarán autorización para comprar sumas mayores a ese monto. Las operaciones que superen los USD 1.000 deberán realizarse con débito a una cuenta en pesos, ya que no podrán realizarse en efectivo. Tampoco estará permitido hacer transferencias de fondos de cuentas al exterior de más de USD 10.000 por persona por mes. Excepto entre cuentas de un mismo titular: en este caso no habrá ninguna limitación”.
El MEP es más barato que el dólar “importador”: para las empresas es más accesible acudir al segmento bursátil para hacerse de divisas que comprarlas en el mercado de cambios
Además de otros puntos referidos al comercio exterior, aquel incipiente “cepo” también dispuso que “las personas humanas y jurídicas que no sean residentes podrán comprar hasta USD 1.000 por mes y no podrán realizar transferencias de fondos de cuentas en dólares al exterior”. Después de las elecciones presidenciales que consagraron a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el BCRA redujo a un cupo de USD 200 mensual la posibilidad de compras por parte de personas humanas.
El dólar MEP, a $1.071 (con el AL30D en Contado Inmediato), es desde esta semana más barato que el llamado dólar importador, que se calcula en base al dólar mayorista más la aplicación del impuesto PAIS y que ahora alcanza los 1.079 pesos. Esto significa que para las empresas es más accesible acudir al segmento bursátil para hacerse de divisas que comprarlas en el mercado de cambios.
En 2024 el precio del dólar se redujo a la mitad en términos reales, debido a la enorme divergencia entre la tasa de inflación y la devaluación
Hay que recordar que por medio del Decreto 777/2024, el gobierno de Javier Milei dispuso a partir del 3 de septiembre de 2024 la reducción de la alícuota aplicable desde el 17,5% al 7,5% en los casos de importaciones de bienes no suntuarios ni exceptuados, y de servicios de fletes y transportes bajo los códigos de concepto S04, S30 y S31.
El MEP todavía está más caro que el dólar exportador, a $1.021,98, dado que este tipo de cambio se calcula en base a liquidaciones que se efectúan en un 80% en el mercado de cambios (a $1.003,50) y un 20% a través de activos bursátiles, a cotización del “liqui” ($1.100,76).
¿Por qué caen los dólares bursátiles?
Los precios de los dólares negociados en la Bolsa, además del dólar libre, vienen en “picada” este año, ahora en sus niveles nominales más bajos en seis meses. En términos reales -contemplada la evolución de la inflación y del tipo de cambio alternativo- cayeron a mínimos desde 2018.
La intervención oficial en los dólares financieros, con ventas a partir del 15 de julio, contribuyó al desplome de los precios que habían alcanzado precios récord el viernes 12 de julio, tanto para el libre ($1.500), como para el MEP ($1.422,55) y el “contado con liquidación” ($1.427,23). La caída desde entonces es de 24,3%; 24,7%, y 22,9%, respectivamente.
Otro motivo de las bajas se vincula al importante proceso de compras de divisas efectuado por el Banco Central. Desde que Javier Milei asumió la Presidencia, las compras netas ejecutadas por el Banco Central en la plaza de contado ascienden a unos 20.387 millones de dólares. Y puntualmente desde el récord de precios del dólar libre en julio, la entidad encadenó cuatro meses consecutivos con saldo positivo por su intervención, un total cercano a USD 3.500 millones, una cifra sorprendente en una etapa del año que estacionalmente es adversa para la acumulación de reservas.
“Estas compras sirven de combustible para que siga el rally de bonos y quita presión al debate sobre el tipo de cambio, el cual si no está atrasado tampoco le sobra nada”, afirmó el economista Roberto Geretto.
Finalmente, el blanqueo de capitales, con decisivo impacto en septiembre y octubre -ingresaron depósitos en dólares por un resultado neto de unos USD 20.000 millones-, inundó de divisas el sistema y facilitó una rápida expansión en los créditos a privados. La liquidación de estos últimos -incluidas las colocaciones de Obligaciones Negociables de empresas- mejoraron a la vez la oferta privada en el mercado de cambios.
“Con los dólares del blanqueo se destrabó el programa económico y la nominalidad empieza a comprimirse, tanto en tasas como en precios”, reportó la consultora EcoGo. “El próximo paso será la compresión del tipo de cambio, que está mutando de ser un factor de ancla de la nominalidad a ser un factor de inercia, que induce la inflación de acuerdo a las autoridades económicas”, añadió.
Al respecto, el Indec informó el martes que la inflación mayorista de octubre fue de 1,2%: además de ser el registro más bajo en 53 meses, se ubicó debajo de la tasa mensual de devaluación del 2 por ciento.
“La combinación del crawling y una apreciación del contado con liquidación, producto del blend, presionó a la baja el precio de los bienes transables, desacelerando también gradualmente los precios de los no transables. El Gobierno parece estar un paso más cerca de reducir el crawling al 1%, como anunció el Presidente, algo que ocurriría en enero, potencialmente antes si la inflación baja más rápido en noviembre, aunque las estimaciones de alta frecuencia apuntan a una cifra en torno al 3% mensual, ligeramente por encima de octubre”, aportaron los analistas de Max Capital.
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