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Opinión

Evita, la lucha entre la abanderada de los humildes y la mujer del látigo

A 72 años de su muerte, sigue dividiendo aguas. Los que la idolatran no están dispuestos a aceptar ningún cuestionamiento a su figura y quienes la han despreciado en vida y muerte no le conceden ni el beneficio de la duda a su actuación histórica.

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Los mitos en la historia son un tema difícil para el abordaje por parte de los historiadores. Todos los mitos implican una creencia en el personaje, que va más allá de los hechos y de las personas. Puede ser tanto en un sentido de exaltación de las virtudes del protagonista de la historia como la presentación absoluta de sus defectos. Por eso, muchas veces los historiadores argentinos esquivan el tratamiento de los períodos de tiempo y los personajes públicos sobre los cuales las creencias populares superan a la realidad de los hechos. Esta afirmación abarca algunos períodos de la historia contemporánea, como las décadas de 1930 y de 1970, así como también hombres y mujeres de la historia, pero ninguno como el caso de María Eva Duarte de Perón, Evita.

Tan fuerte es el impacto del mito en el relato histórico, que aún en el caso de que el investigador descubra hechos y documentos que contradigan las convicciones generalmente aceptadas, es probable que su trabajo sea despreciado o incluso descalificado por ese hallazgo real que se opone a la mitología establecida. Esto es tan cierto que aquellos que la consideran un personaje central de la vida argentina de la medianía del siglo XX y su proyección posterior, para quienes Evita resulta la “abanderada de los humildes”, en su mayoría no están dispuesto a aceptar ningún cuestionamiento a su figura; de la misma manera que quienes la han despreciado en vida y muerte, llamándola incluso literariamente “la mujer del látigo” no le conceden ni el beneficio de la duda a su actuación histórica.

A pesar de esta prevención, vamos a encontrarnos hoy con Evita para hablar de su historia, a setenta y dos años de su dramática muerte el 26 de julio de 1952.

Su nacimiento y su llegada a los escenarios porteños

María Eva llega al mundo en el seno de la segunda familia de Juan Duarte, un administrador de campos de Junín, casado con Juana Ibarguren. Vale destacar que esta práctica era bastante habitual en las extensas pampas argentinas. Evita nace entonces el 17 de mayo de 1919 en el pueblo de Los Toldos, siendo bautizada allí el 21 de noviembre del mismo año. Era la quinta hermana, la cuarta mujer. Su infancia fue la común para esos tiempos. Desde pequeña mostró interés por la actuación y a los quince años se trasladó a Buenos Aires, donde ya vivía su hermano mayor Juan. La muerte de su padre en un accidente automovilístico iba a desatar la primera polémica historiográfica, ya que hay tantos que afirman el rechazo a la presencia de su familia en el velatorio como los que sostienen la falsedad del episodio.

Su relación con Agustín Magaldi, a quien había conocido en una gira que el cantante de tango hiciera por el interior bonaerense, la ayudó a comenzar una carrera artística que la llevó a convertirse en una muy buena actriz de radioteatros, una buena intérprete teatral, hasta llegar a participar en varias películas con diversa suerte. Se convirtió en una actriz joven muy popular, a tal punto que aparecer en la tapa de varias revistas de espectáculos. Fue fundadora, entre varios artistas, de un sindicato de actores. Cuando su carrera iba consolidándose y siendo protagonista de un ciclo llamado Grandes Mujeres de la Historia, su vida iba a cambiar radicalmente y ese cambio iba también a modificar la historia argentina.

Fue una de las fundadoras del sindicato de artistas. (Foto: gentileza Eduardo Lazzari)
Fue una de las fundadoras del sindicato de artistas. (Foto: gentileza Eduardo Lazzari)

Su encuentro con Perón

El 15 de enero de 1944 un terremoto destruye la ciudad de San Juan y causa más de diez mil muertos. El coronel Juan Domingo Perón, en ese entonces secretario de Trabajo y Previsión asume la responsabilidad de la ayuda a los damnificados. Es así que se organizan colectas de fondos encabezadas por los artistas más reconocidos, además de eventos como el festival benéfico en el estadio Luna Park, en el que se conocen Perón y Evita Duarte, tal como se la conocía en el mundo artístico. Si bien son centenares los que se atribuyen haberlos presentado, es probable que se hayan “flechado” mutuamente el viudo coronel y la ascendente actriz, sin necesidad de celestinos. Al poco tiempo comienzan a convivir en el departamento de la calle Posadas, domicilio de Perón.

A pesar de las leyendas tejidas respecto de la participación de Evita en los eventos del 17 de octubre, se sabe que ese día estaba en Los Toldos terminando unos trámites para poder casarse pocos días. El 22 de octubre se celebra el matrimonio civil en Junín y el 10 de diciembre se casan religiosamente en el convento franciscano de La Plata, luego de haberlo suspendido por la insospechada cantidad de gente que asistió al primer intento. Quizá por coquetería, Evita declara tres años menos de edad. Perón tenía 50 años, y ella 26. Sin duda fueron un matrimonio feliz. Un dato curioso es que, durante la campaña proselitista de 1945/6 rumbo a la presidencia, el matrimonio visitó casi todas las provincias históricas, que eran las jurisdicciones en las que se votaba y juntos celebraron la llegada del año nuevo en Santiago del Estero donde se alojaron en la casa de familia Álvarez.

Eva y Perón. (Foto: gentileza Eduardo Lazzari)
Eva y Perón. (Foto: gentileza Eduardo Lazzari)

Su actuación política

Luego de la asunción del presidente Perón el 4 de junio de 1952, Evita ocupa un lugar poco destacado, pero lentamente se va convirtiendo en la pieza esencial del engranaje de la acción social y de la imagen gubernamental. Sus discursos encendidos, su activa participación en todos los actos oficiales, sus condiciones actorales y declamatorias, pero por sobre todo la empatía que lograba en su relación con los sectores populares, la hicieron crecer en la consideración pública, alcanzando tal popularidad que competía con la del propio Perón. Sin embargo, no hubo competencia entre ellos, ya que naturalmente uno era el líder político y la otra la compañera, formando el equipo político más sólido en la historia moderna de la Argentina.

Su primer gran protagonismo en lo más alto del nuevo poder fue el viaje que realizó, a instancias de su esposo, por las naciones católicas de Europa. El 6 de junio de 1947, junto a Lilian Lagomarsino, esposa del presidente de la Cámara de Diputados, el odontólogo Ricardo Guardo, Evita partió rumbo a Portugal, España, Francia, Italia y la Santa Sede. Fue recibida por los primeros mandatarios como el español Francisco Franco, el italiano Enrico Nicola y el francés Vicent Auriol. Se agregó una inesperada escala en Suiza de carácter privado. Pero sin dudase destacó la audiencia con el papa Pío XII, donde Evita sufrió la decepción de no haber sido nombrada noble pontificia. En Portugal desairó un pedido de Franco y se entrevistó con Juan de Borbón, aspirante al trono hispaño y abuelo del actual rey Felipe VI. Durante su vuelta al país, Evita hizo escalas en Río de Janeiro y Montevideo.

Casamiento de Evita y Juan Domingo Perón. (Gentileza: Eduardo Lazzari)
Casamiento de Evita y Juan Domingo Perón. (Gentileza: Eduardo Lazzari)

A su regreso, retomó la actividad social del gobierno a través de la creación de la Fundación María Eva Duarte de Perón, que fue fundamental para que el gobierno, a través de dicha organización paraestatal, se encargara de muchas de las tareas sociales que hasta entonces realizaba la Sociedad de Beneficencia, que fue intervenida y desactivada, apartando de su tradicional tarea a las damas de la aristocracia argentina, en algunos casos en forma destemplada. Si bien la clase obrera sindicalizada aceptó de buen grado la donación del aumento de sueldos cada mes que se obtenía, la compulsión de los aportes empresarios fue dividiendo a la sociedad entre los defensores de la fundación y sus detractores.

El gobierno, a través de la fundación, construyó barrios obreros, complejos turísticos, policlínicos, la ciudad infantil y la ciudad estudiantil, pero sobre todo se implementó un eficaz sistema de reparto de asistencia social que llegó a enormes sectores de la población. Esto fue acompañado por una gran campaña de propaganda, que permitió el uso partidario de la ayuda social, provocando resistencias sobre todo en el empresariado, y sobre todo en la clase media no peronista que mostraba su disgusto ante la publicidad oficial. La respuesta del gobierno fue la expropiación de algunos grupos industriales, lo que profundizó la oposición sobre todo a la figura de Evita, la esposa omnipresente del presidente.

Una vez sancionada la ley del voto femenino en 1947, los diputados y senadores le entregaron el texto original que permitió el sufragio de las mujeres en las elecciones nacionales de 1951, convirtiendo a Evita en el símbolo de ese logro a favor del derecho femenino. Su libreta cívica fue la Nº 1 y en homenaje a su lucha se permitió que votara en el hospital que hoy lleva su nombre, donde se encontraba internada a raíz de la enfermedad que la llevaría a la tumba: cáncer de cuello de útero.

Sus últimos tiempos y su muerte

En 1951 intentó disputar la candidatura a la vicepresidencia, pero por motivos nunca del todo aclarados, pero seguramente vinculados a su enfermedad y a la resistencia que su figura provocaba entre los altos mandos militares, el apoyo de la CGT no fue suficiente, El 31 de agosto, en un emotivo evento realizado en el centro de Buenos Aires, renunció a la candidatura a través de la transmisión de un mensaje radiofónico. Nunca fue funcionaria, pero la gigantesca acción social que desarrollara, sobre todo a través de la fundación que llevaba su nombre, su cotidiano trato con los humildes y su temprana muerte, el 26 de julio de 1952 a los 33 años la convirtió en un mito y una leyenda, tanto entre sus seguidores como entre sus detractores.

La historia terrible de su cuerpo es una síntesis de los peores años de violencia política del siglo XX en la República. A pedido de Perón, el cadáver es embalsamado por el médico español Pedro Ara, quie realizó el trabajo de momificación que es considerado entre los mejores realizado en los tiempos modernos. Vale destacar que Ara llegó a la Argentina enviado por Francisco Franco para conservar los restos de Manuel de Falla, el genial músico gaditano, muerto en Alta Gracia, Córdoba, en 1946, y se radicó entonces en el país. Los funerales de Evita, los más grandiosos de la historia argentina, duraron casi tres semanas, durante las cuales cientos de miles de personas se acercaron hasta su ataúd velado en la sede de la Fundación, el edificio del antiguo Concejo Deliberante, hoy Legislatura Porteña.

Leé también: Manuel Belgrano: aspectos desconocidos de un padre de la Patria

Comenzaron una serie de exagerados homenajes, como renombrar la recientemente creada provincia de La Pampa y la capital de la provincia de Buenos Aires como “Eva Perón”, la detención de los relojes públicos a las 20,25, hora de su muerte, a la que todas las radios del país debían realizar un minuto de silencio todos los días del año. Además estableció luto obligatorio a todos los empleados públicos a través de un brazalete negro, llegándose al extremo de cesantear a aquellos ciudadanos que se opusieran a portarlo. En las calles, debía guardarse un minuto de silencio deteniéndose toda persona en el lugar donde lo encontraran las 20:25 hs. de cada día. La deriva autoritaria que desde fines de 1952 fue tomando el segundo gobierno de Juan Perón hizo que muchos simpatizantes peronistas sostuvieran que si Evita hubiera estado, todo eso no hubiese ocurrido.

Renuncia a su candidatura a vicepresidenta. (Foto: gentileza Eduardo Lazzari)
Renuncia a su candidatura a vicepresidenta. (Foto: gentileza Eduardo Lazzari)

El dantesco periplo de su cadáver

El cuerpo de Eva Perón es venerado en la Confederación General del Trabajo hasta el derrocamiento de Perón en 1955, cuando comienza una serie de eventos aterradores. El cadáver es secuestrado por el teniente coronel Carlos Moori-Koenig el 23 de noviembre y escondido en una dependencia del Ejército, luego ocultado detrás de la pantalla de un cine en el barrio de Villa Crespo en Buenos Aires, más tarde en una casa perteneciente a la entonces SIDE en el barrio de Belgrano, y finalmente, en esta etapa, uno de los encargados de custodiarlo lo lleva a su casa. En medio de la paranoia que la responsabilidad le provocaba, una noche ve una sombra detrás del ataúd, le dispara y mata a su esposa embarazada.

Los responsables políticos de esos tiempos deciden entonces enviar el cuerpo a Italia, y el 23 de abril de 1957, con un nombre falso y sugerente (María Magis de Magistris, la “mayor de las maestras”) es enterrado en la sepultura 41 del sector 86 en el Cementerio Maggiore de Milán, gracias a una discreta gestión del Vaticano. El 28 de agosto de 1971, los militares que nuevamente ejercían el poder en la Argentina, deciden la entrega del cadáver bastante dañado a su viudo, exiliado en ese entonces en su casa del barrio de Puerta de Hierro, en Madrid. Luego de un viaje por rutas de Italia, Francia, cruzando los Pirineos y España, Perón lo recibe y lo reconoce el 1° de setiembre de ese año.

El 17 de noviembre de 1974, luego de la muerte de Perón en Buenos Aires mientras ejercía su tercera presidencia, el cuerpo de Evita es traído a la Argentina. Ejercía la primera magistratura, la tercera esposa de Perón, María Estela Martínez. El episodio fue precipitado por el robo del cadáver de Pedro Eugenio Aramburu por parte de los Montoneros, que exigieron cambiarlo por el de Evita. Finalmente Evita fue ubicada en una cripta en la residencia presidencial de Olivos, junto al ataúd de Perón, y se exhibió el cuerpo impúdicamente a cambio de la compra de una entrada a la capilla funeraria. Finalmente, en 1976, el cuerpo de Evita fue entregado a su familia de sangre y sepultada en el panteón de los Duarte en el cementerio porteño de la Recoleta, donde yace hasta hoy junto a su madre, su hermano Juan y sus hermanas Elisa, Erminda y Blanca.

No cabe duda que Evita es la mujer más significativa del siglo XX argentino, y su vigencia queda demostrada por las polémicas que aún despierta su actuación pública y su personalidad, a pesar de los 72 años que nos separan de su muerte, más del doble de los años vividos por la “abanderada de los humildes”. Sin duda este artículo ha hecho una apretada síntesis de la vida apasionante de una mujer apasionada, y muchos hechos han quedado omitidos, pero fue la intención realizar una pintura de la vida y de la obra de la segunda esposa del presidente Juan Perón.

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Diputados

La explicación que me faltaba para entender el rechazo al crédito de US$ 150 millones que pretendía Zdero

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En el programa de Tonino Guinter la diputada provincial Paola Benítez dio la explicación que me faltaba para entender el rechazo al crédito de US$ 150 millones que pretendía Zdero.

A saber, el Ejecutivo provincial le pide autorización a la Legislatura para tomar deuda por el equivalente a US$ 150 millones. Un organismo internacional de crédito le presta esos dólares al Chaco, pero quien los recibe es Toto Caputo, y Zdero se compromete a devolverlos (llegado el momento, el capital e intereses de ese crédito se descontarán de la coparticipación que Nación le envía a la Provincia: menos plata para sueldos, obras, etc.).

Como se endeudó en dólares pero lo que necesita para “hacer obras” son pesos, el gobierno de Milei emite esos pesos y se los manda. Ahora Milei tiene US$ 150 millones fresquitos para achicar el déficit del Banco Central y poder pagarle al Fondo, y encima no le debe un mango a nadie. El que se endeudó fue Zdero.

HUMO EN EL CIELO CHAQUEÑO

Ahora bien, ¿para qué quiere Zdero esos 150 palos verdes? Cuando uno revisa el proyecto de ley de emergencia hídrica y energética no encuentra un objeto específico, sólo una descripción apocalíptica de un escenario que ya describió la Secretaría de Energía de la Nación: cuando hagan 50ºC no vamos a tener luz, y como no van a andar las estaciones de bombeo, tampoco agua.

Según Jorge Capitanich, el Chaco no necesita esa guita para terminar las obras energéticas que quedaron pendientes en diciembre: necesita gestión. Si esas obras se terminan, tenemos soberanía energética y que Milei se haga una lavativa de Tang de pomelo. No tengo elementos para afirmar que sea como dice Coqui. De todos modos, el proyecto de ley no lo menciona: no dice “con esa plata vamos a terminar tal y tal obra”.

Lo que dice es que Infraestructura, Secheep y Sameep, además de “restringir” la demanda de energía, podrán “adquirir mediante contratación directa, los bienes, materiales, insumos, equipos, servicios y ejecución de obras tendientes a asegurar el normal abastecimiento de agua y energía eléctrica”. O sea: piden US$ 150 millones pero no tienen un plan, sólo una idea general.

También crean un “programa de créditos a tasa subsidiada” para que la gente implemente “sistemas de energía renovable (tales como paneles solares, generadores eólicos, y otras tecnologías limpias)”. Hagamos números: en enero, para un consumo de 400 kW/mes, que es bien poquito para el Chaco, un sistema “off grid” de paneles solares (los que tienen baterías y guardan la energía que se colecta cuando hay sol) costaba US$ 12.000 sin contar la instalación. Al tipo de cambio oficial, tendrían que estar repartiendo créditos personales de 11 millones y medio de pesos por pera. Sólo en el Gran Resistencia hay unos 140 mil hogares. Si el NBCH tan sólo aprobara créditos para llegar al 10% de ese universo, ya no quedaría un mango de los US$ 150 millones del empréstito.

Producen más humo que la Amazonía.

VUELTOS

No está de más preguntarse de quién fue la idea del crédito. Viendo quién se beneficia y quiénes se perjudican, la respuesta parece evidente: fue de Toto Caputo. Si hubiera sido idea de Leandro al menos hubieran detallado en qué la iban a invertir. De hecho, tanto Bistoletti, presidente de Secheep, como Hugo Domínguez, ministro de Infraestructura, afirmaron tener “soluciones alternativas” para mitigar la falta de energía.

La insistencia previa del aparato de propaganda oficial para la aprobación del crédito, la intervención de Capitanich para que el PJ votara en contra y la reacción indignada del oficialismo por el rechazo a la norma nos dan una idea de la magnitud del golpe recibido.

Habida cuenta de que varios legisladores que entraron en las listas de Capitanich votaron proyectos de Zdero sin ponerse colorados, cabe la sospecha ciudadana de que hubo acuerdos secretos para la aprobación del crédito. Y como era una ley cuyo objeto era conseguir miles de millones de pesos, es razonable pensar que la moneda de cambio de esos acuerdos fue de la misma especie: guita por votos.

Pero lo que sea que les hayan ofrecido -efectivo o paneles solares- no alcanzó. Por eso, tal vez, el aparato mediático provincial se avino a escrachar al diputado peronista Juan Carlos Ayala difundiendo el videíto de un altercado en el estacionamiento del Hospital Perrando. Chapear con la credencial de diputado cuando se está cometiendo una infracción es de cuarta, pero convertirlo en noticia provincial se parece más a un vuelto.

También podríamos preguntarnos cuánto costaron los votos radicales del Congreso, que en un primer momento aprobaron un aumento a los jubilados y después aplaudieron el veto de Milei. Pero eso ya es ir demasiado lejos.

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Opinión

La casta

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Hay algo que no se le puede reprochar a Javier Milei: le puso nombre a una convicción colectiva: la casta. No inventó la palabra, la direccionó.

La peor de las castas es la casta política, según Milei. No es la única que hay, pero es la que le pone palos en la rueda a la libertad. En nuestra acepción un poco menos mística, oficia de polea de transmisión para que el poder se ejerza sin el uso de la fuerza bruta, votos mediante, y se transfiera del pueblo a la oligarquía. La casta es un dispositivo.

La casta es siempre mala aunque la política no tenga la culpa. Hay políticos buenos, con vocación de servicio, y políticos malos que se sirven de la política para hacer negocios personales o la ponen al servicio de las corporaciones. Zdero, sin ir más lejos, es la casta. Ganó pero es la casta.

Y por supuesto la casta es transversal a los partidos políticos. Cuando Jorge Capitanich habló de constituir un ‘Gabinete en la sombra’ apuntaba a tener desde el PJ una herramienta de control democrático del gobierno, pero necesitaba intérpretes con vocación de servicio que pensaran un proyecto de provincia, programas, alternativas para el bien común. Burócratas no necesitaba: ya tenía un montón. Pues bien, el ‘Gabinete’ nunca se constituyó. Ganó la casta.

Volvamos a Zdero. Las filtraciones respecto al gasto en propaganda oficial para crear un cerco mediático que lo aísle de la falta de gestión y el entramado de corrupción que armó bajo sus pies (sin ir más lejos, tres diputados peronistas acaban de llevar a la Justicia una denuncia por la falta de rendición de $109 millones en el Instituto del Deporte) son el índice de que la casta está vivita y coleando. No por nada el presentador de Telenueve Denuncia comparó a Marcos Resico con Horacio Rey. Si no fuera porque el fiscal federal Patricio Sabadini está con el corazón partío, ya estarían todos imputados y en la gayola.

Perón decía que los radicales “…sobre todo padecen de una insuperable imposibilidad de hacer, de construir. Tienen la manía de hablar sobre los problemas, de no darles solución (…) Ninguno de ellos podía desprenderse de esa mentalidad de café”. Lo que no pudo predecir es que el peronismo también se llenaría de charlatanes, de atorrantes, tilingos y fachos. Ser casta es una elección existencial, una filosofía.

La presentación de un nuevo sello en el peronismo, deja vu que viene a repetir la fórmula infinita de buscar cargos con el argumento de que no se buscan cargos ahorrándose el esfuerzo de presentar un proyecto de provincia y apoyándose en un improbable caudal de votos, es otro ejemplo de cómo sigue ganando la casta. Y esto al margen de que el peronismo se deba un debate para definir el rumbo.

En medio de la rutina de preguntarnos cómo vamos a pagar la factura de Secheep o qué marca de fideos nos podemos permitir, nos alimentamos de escándalos cotidianos, de insultos e inmoralidades. El problema de apuntarle a la casta es llevarse puesta a la política como herramienta transformadora.

Lejos de estas reflexiones, la dirigencia castosa sólo mide sus posibilidades de éxito en términos de integración de listas para seguir viviendo de la política. Y los que tienen caja meten la mano sin vergüenza. Que debatan los giles.

 

Cristian Muriel

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Opinión

El Movimiento CER y la Reconfiguración del Justicialismo Chaqueño

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La política argentina, en particular la del Chaco, atraviesa un periodo de reflectingión y reorganización. En este contexto, Gustavo Martínez, líder de la «Corriente de Expresión Renovada» (CER), ha tomado la iniciativa de realizar una serie de encuentros en el interior de la provincia, con el objetivo de marcar una posición clara ante la influencia del actual presidente del Partido Justicialista (PJ), Jorge Capitanich. Este movimiento se presenta como una respuesta a las tensiones internas del PJ y busca definir un rumbo claro para la militancia justicialista de cara a las próximas internas.

Un Contexto Político Tenso

 

La situación actual del PJ en Chaco es compleja, caracterizada por una notable fragmentación. Capitanich, exgobernador y figura central del justicialismo, ha intentado afianzar su control sobre el partido desde su regreso al escenario político. Esto coincide con un momento crítico en la legislatura provincial, donde se discute la emergencia energética. Pese a sus esfuerzos, las reacciones de otros legisladores, como el jefe del bloque del PJ, Atlanto Honcheruk, muestran que el liderazgo de Capitanich no es tan indiscutido como podría parecer. La disposición de algunos miembros del partido a dialogar con el Gobierno provincial evidencia el surgimiento de corrientes internas que cuestionan la centralización del poder en la figura del exgobernador.

La Estrategia de Gustavo Martínez

 

En este contexto de fragmentación y disputas internas, Gustavo Martínez ha diseñado una estrategia que se fundamenta en la creación de encuentros regionales. Se planea llevar a cabo entre cinco y diez reuniones en diferentes localidades del interior del Chaco con el propósito de revitalizar el CER y posicionarlo como una opción viable dentro del justicialismo. Esta estrategia no solo busca fortalecer el movimiento de Martínez, sino también construir una narrativa que contrarreste la influencia de Capitanich en la toma de decisiones del partido.

La dinámica de estos encuentros parece enfocarse en la construcción de un espacio de diálogo y participación para los militantes y simpatizantes del PJ, promoviendo la autocrítica y la formulación de propuestas que sean pertinentes en el contexto actual. Uno de los eventos más relevantes propuestos es el «Primer Congreso Abierto de la Militancia Peronista en el Chaco», que se llevará a cabo el próximo mes. Este congreso se plantea como un foro de discusión sobre los desafíos del justicialismo chaqueño, buscando reconectar con una base que ha mostrado signos de descontento tras la derrota electoral frente a Leandro Zdero el año pasado.

Desafíos y Oportunidades

 

El regreso a la acción política de Martínez y Capitanich no está exento de desafíos. En un momento donde la población está cada vez más preocupada por la situación económica del país, la resonancia de las luchas internas en el justicialismo podría parecer desconectada de las urgencias cotidianas de los ciudadanos. En un contexto de recesión, los problemas de gestión, la falta de propuestas innovadoras y la incapacidad de integrar las demandas de la ciudadanía en las agendas políticas son cuestiones que han comenzado a preocupar tanto a los líderes como a las bases del partido.

Sin embargo, la intención de Martínez de llevar propuestas claras y una renovada autocrítica puede abrir oportunidades no solo para su movimiento, sino para una reconstrucción más efectiva del PJ en Chaco. La posibilidad de que hasta diez listas compitan en la próxima interna del justicialismo podría enriquecer el debate y ofrecer a los votantes diferentes alternativas, permitiendo que se escuchen más voces dentro del partido.

Un Futuro Incierto

 

A medida que se acercan las internas del PJ, la pregunta es: ¿logrará Martínez generar suficiente apoyo como para desafiar la hegemonía de Capitanich y su grupo? Las decisiones que se tomen en los encuentros planificados y en el Congreso Abierto resultarán fundamentales para definir el rumbo del justicialismo chaqueño. La capacidad de generar una estructura de diálogo, escucha y propuesta innovadora será clave para aquellos que buscan no solo posicionarse en el liderazgo, sino también recuperar la confianza del electorado.

Si bien el panorama es incierto, la política en el Chaco parece estar en un punto de inflexión. La resonancia de estos eventos llevará a una mirada más crítica sobre el impacto de la política interna y su conexión con las demandas de una población que necesita respuestas concretas y efectivas en tiempos de crisis. En este sentido, el movimiento de Gustavo Martínez puede ser visto como un intento de revitalizar la conversación política en el justicialismo y de reconstruir puentes con aquellos que han sentido la desconexión entre sus necesidades y las respuestas de sus representantes. El tiempo dirá si esta estrategia será suficiente para marcarle la cancha a Capitanich y traer un cambio real al PJ en el Chaco.

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