Cinco estrategias para manejar la ansiedad social durante la adolescencia
El avance tecnológico ha transformado la forma en que los jóvenes se conectan y socializan. Sin embargo, esta conectividad constante puede tener un costo significativo en el estado de bienestar emocional y psicológico.
En medio del ritmo de vida actual, es necesario cuestionar si las formas de establecer vínculos son las mismas que hace varias generaciones. La respuesta es clara y contundente: no. La tecnología ha revolucionado la manera en que los adolescentes se conectan y socializan. Ahora, las amistades se forman más rápida y fácilmente, facilitando la búsqueda de personas con intereses similares y permitiendo un intercambio continuo a través de diversas plataformas y aplicaciones, manteniendo a las personas conectadas en todo momento.
¿Pero el costo es el mismo? Aunque la tecnología ofrece beneficios, también tiene aspectos menos evidentes que pueden generar consecuencias negativas, como el aumento de la ansiedad social al establecer contactos y vínculos más cercanos. Actualmente, interactuamos a través de pantallas, lo que, aunque facilita la conexión, resulta en un contacto distante que favorece relaciones superficiales y precarias que pueden desvanecerse fácilmente. Además, con el avance de la inteligencia artificial, surge la pregunta: ¿hasta qué punto se podrá borrar la subjetividad y los vínculos?
Qué es la ansiedad social
La ansiedad social se define como el temor persistente a ser juzgado y observado por otros, llevando a evitar situaciones sociales que pueden causar vergüenza o incomodidad. Un estudio de la Universidad de Dalhousie en Canadá revela que cerca del 36% de los jóvenes de entre 16 y 29 años ha experimentado ansiedad social en algún momento. La tecnología, aunque facilita la conexión, puede también reforzar este trastorno, ya que las interacciones virtuales a menudo carecen de la profundidad y el contacto humano directo necesario para desarrollar relaciones sólidas y significativas.
Según la Magister en Psicología Clínica y Psicopatología Infantojuvenil, la licenciada Luciana Ferrari (MP 341), “la tecnología actúa como un reforzador de la ansiedad social, promoviendo una mirada virtual que puede volverse distante y superficial en términos de subjetividad”. Esta mirada a través de una pantalla puede llevar a desarrollar vínculos líquidos, un concepto acuñado por el sociólogo Zygmunt Bauman, que describe relaciones caracterizadas por su superficialidad y volatilidad.
Estrategias para manejar la ansiedad social
La ansiedad social puede ser debilitante, pero hay estrategias efectivas para manejarla y mejorar la calidad de vida. Estas incluyen:
Disminuir la ansiedad de exposición. Enfrentar gradualmente situaciones que causan ansiedad puede ayudar a reducir el miedo.
Eliminar conductas de evitación. Evitar situaciones sociales solo refuerza la ansiedad. Enfrentarlas de manera controlada es crucial.
Estrategias de relajación. Técnicas como la respiración profunda, la meditación y el yoga pueden ayudar a calmar la mente.
Reestructuración cognitiva. Cambiar patrones de pensamiento distorsionados que conducen a la ansiedad y la frustración es fundamental para mejorar el bienestar emocional.
Interacciones reales. Fomentar actividades compartidas en persona y de calidad con amigos y familiares puede proporcionar un balance saludable frente a las interacciones virtuales.
El papel del sistema de apoyo
Es crucial que los adolescentes reciban apoyo tanto de su entorno cercano como de profesionales de la salud mental. Las instituciones educativas y los padres deben estar atentos a los signos de ansiedad social y proporcionar un entorno seguro y comprensivo. Además, la intervención temprana por parte de psicólogos y terapeutas puede hacer una gran diferencia en el manejo de este trastorno.
La conexión y la amistad son vitales para el desarrollo adolescente, pero es importante encontrar un equilibrio entre las interacciones virtuales y las reales. La tecnología, aunque útil, no debe reemplazar la riqueza de las relaciones cara a cara, que son fundamentales para un desarrollo emocional y social saludable.
En algunos casos, esta enfermedad mejora sin tratamiento en algunas semanas, pero en otros pueden poner en riesgo la vida y requerir tratamiento con antibióticos de emergencia
La meningitis es una inflamación del líquido y las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, de acuerdo con la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.
La hinchazón que provoca este padecimiento generalmente desencadena dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello. La mayoría de los casos de meningitis son causados por una infección viral, pero las infecciones bacterianas, parasitarias y micóticas son otras posibles causas.
En algunos casos, la meningitis mejora sin tratamiento en algunas semanas. Otros pueden poner en riesgo la vida y requerir tratamiento con antibióticos de emergencia.
Se debe buscar atención médica inmediata si se sospecha que alguien tiene meningitis. Mediante el tratamiento temprano se pueden evitar complicaciones graves.
Síntomas de la meningitis
De acuerdo con Mayo Clinic, los síntomas iniciales de la meningitis pueden ser similares a los de la gripe o la influenza y pueden manifestarse durante varias horas o unos días.
Los posibles signos en cualquier persona mayor de dos años comprenden:
fiebre alta repentina
rigidez en el cuello
dolor de cabeza intenso que parece diferente del usual, con náuseas o vómitos, confusión o dificultad para concentrarse
convulsiones
somnolencia o dificultad para caminar
sensibilidad a la luz
falta de apetito o sed
erupción cutánea
Varios son los síntomas de esta enfermedad (Imagen Ilustrativa Infobae)
Mientras que en recién nacidos y bebés se pueden mostrar estos signos:
fiebre alta
llanto constante
somnolencia o irritabilidad excesivas
dificultad para despertar del sueño
inactividad o pereza
no despertarse para comer
alimentación deficiente
vómitos
protuberancia en el punto blando en la parte superior de la cabeza del bebé
rigidez en el cuerpo y el cuello
difícil consolarlo e incluso pueden llorar más cuando se les carga
Las múltiples causas de la meningitis
Las infecciones virales son la causa más común de meningitis, seguidas de las infecciones bacterianas y, en raras ocasiones, las infecciones por hongos y parásitos. Debido a que las infecciones bacterianas pueden ser mortales, es esencial identificar la causa, según explica Mayo Clinic.
Meningitis bacteriana
Las bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo y viajan hasta el cerebro y la médula espinal pueden causar meningitis bacteriana aguda. La meningitis también puede manifestarse cuando las bacterias invaden directamente las meninges.
La causa puede ser una infección de oído o de los senos paranasales, fractura de cráneo o, en casos poco frecuentes, algunas cirugías. Diversas cepas de bacterias pueden provocar meningitis bacteriana aguda, y las más comunes son las siguientes:
Streptococcus pneumoniae: Esta bacteria es la causa más frecuente de meningitis bacteriana en bebés, niños pequeños y adultos. La mayoría de las veces causa neumonía, infección de oído o infección de los senos paranasales. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.
Neisseria meningitidis: Esta es otra bacteria que puede provocar meningitis bacteriana. Normalmente causan infección de las vías respiratorias, pero pueden provocar meningitis meningocócica cuando ingresan en el torrente sanguíneo. Es una infección muy contagiosa que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes.
Haemophilus influenzae: La bacteria Haemophilus influenzae tipo B en algún momento fue la principal causa de meningitis bacteriana en niños. Sin embargo, las vacunas contra el Hib han reducido considerablemente la cantidad de casos de este tipo de meningitis.
Listeria monocytogenes: Esta bacteria se puede encontrar en quesos no pasteurizados, perritos calientes y carnes procesadas. Las mujeres embarazadas, los recién nacidos, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados constituyen la población más vulnerable. La listeria puede atravesar la barrera placentaria, y la infección en una etapa avanzada del embarazo puede ser mortal para el bebé.
Los bebés pueden ser víctimas comunes de esta enfermedad (Shutterstock)
Meningitis viral
Por lo general, la meningitis viral es leve y a menudo desaparece por sí sola. La causa de la mayoría de los casos es un grupo de virus conocidos como enterovirus, que son más frecuentes a finales del verano y principios del otoño. Virus como el virus del herpes simple, el virus de la inmunodeficiencia humana, el virus de las paperas, el virus del Nilo Occidental y otros también pueden causar meningitis viral.
Meningitis crónica: Los organismos de crecimiento lento (como los hongos y la bacteria Mycobacterium tuberculosis) que invaden las membranas y el líquido que rodea al cerebro causan meningitis crónica. La meningitis crónica se desarrolla durante dos semanas o más.
Meningitis fúngica: La meningitis micótica es relativamente poco común. Puede ser similar a la meningitis bacteriana aguda. A menudo se contrae al inhalar esporas de hongos que se pueden encontrar en el suelo, la madera en descomposición y los excrementos de aves. La meningitis fúngica no se contagia de una persona a otra. Es potencialmente mortal si no se trata con un medicamento antimicótico.
Meningitis parasitaria: Los parásitos pueden causar un tipo poco frecuente de meningitis llamada meningitis eosinofílica. La meningitis parasitaria también puede estar causada por una infección por tenia en el cerebro (cisticercosis) o malaria cerebral. La meningitis amebiana es un tipo raro que, a veces, se contrae al nadar en agua dulce y puede poner en riesgo la vida rápidamente.
Otras causas de meningitis: La meningitis también puede aparecer por causas no infecciosas, como reacciones químicas, alergias a medicamentos, algunos tipos de cáncer y enfermedades inflamatorias como la sarcoidosis.
Factores de riesgo de la meningitis
Los factores de riesgo para la meningitis, de acuerdo con Mayo Clinic, comprenden:
Edad: La mayoría de los casos de meningitis viral se produce en niños menores de 5 años. La meningitis bacteriana es frecuente en los menores de 20 años.
Vivir en un entorno comunitario: los estudiantes universitarios que viven en residencias estudiantiles, el personal en bases militares y los niños en internados y centros asistenciales infantiles corren un mayor riesgo de contraer meningitis meningocócica. Probablemente esto se deba a que la bacteria se propaga por la vía respiratoria y a través de grandes grupos.
Embarazo: el embarazo aumenta el riesgo de listeriosis, una infección causada por la bacteria listeria, que también puede causar meningitis. La listeriosis aumenta el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal en el útero y parto prematuro.
Sistema inmunitario comprometido: el Sida, el alcoholismo, la diabetes, el uso de medicamentos inmunosupresores y otros factores que afectan al sistema inmunitario también pueden hacerte más vulnerable a la meningitis. La extirpación del bazo también aumenta tu riesgo, y cualquier persona que no tenga bazo debe vacunarse para minimizar ese riesgo.
Complicaciones de la meningitis
Las complicaciones de la meningitis pueden ser graves. Cuanto más tiempo se pase sin recibir tratamiento para la enfermedad, mayor es el riesgo de sufrir convulsiones y daños neurológicospermanentes.
Entre dichas secuelas están pérdida auditiva, problemas de memoria, de aprendizaje, de marcha, daño cerebral, convulsiones, insuficiencia renal, choque y muerte.
Con un tratamiento inmediato, hasta los pacientes con meningitis grave pueden tener una buena recuperación.
Tratamiento de la meningitis
En la mayoría de los casos solo se necesitan antibióticos para combatir la meningitis (REUTERS/Kai Pfaffenbach/File Photo)
De acuerdo con Mayo Clinic, el tratamiento depende del tipo de meningitis que se tenga. La meningitis bacteriana aguda debe tratarse de inmediato con antibióticos intravenosos y, a veces, con corticoesteroides. Esto ayuda a garantizar la recuperación y reducir el riesgo de complicaciones, como la inflamación del cerebro y las convulsiones.
El antibiótico o combinación de antibióticos depende del tipo de bacteria que cause la infección. El médico puede recomendar un antibiótico de amplio espectro hasta que pueda determinar la causa exacta de la meningitis.
Es posible que el médico drene los senos o mastoides infectados, los huesos detrás del oído externo que se conectan al oído medio.
Los antibióticos no pueden curar la meningitis viral y la mayoría de los casos mejoran por sí solos en varias semanas. El tratamiento de los casos leves de meningitis viral suele consistir en reposo en cama, abundante líquido, así como analgésicos de venta libre para reducir la fiebre y aliviar el dolor generalizado.
Si se desconoce la causa de la meningitis, el médico puede comenzar un tratamiento con antivirales y antibióticos mientras se determina la causa.
El tratamiento de la meningitiscrónica depende de la causa subyacente. Los medicamentos antimicóticos tratan la meningitis micótica y una combinación de antibióticos específicos puede tratar la meningitis tuberculosa. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios graves, por lo que puede diferirse el tratamiento hasta que un laboratorio confirme que la causa es micótica.
La meningitis no infecciosa debido a una reacción alérgica o una enfermedad autoinmunitaria puede tratarse con corticosteroides. En algunos casos, puede no requerir tratamiento porque la enfermedad se resuelve por sí sola. La meningitis relacionada con el cáncer requiere tratamiento para el cáncer específico.
Estas nanofibras no pretenden ser un nuevo alimento, sino ofrecer un “amplio abanico” de usos para la medicina
El proceso de electrohilado emplea cargas eléctricas para fabricar fibras ultrafinas de harina (Nanoscale Advances)
En el laboratorio de la University College de Londres (UCL), científicos lograron un hito extraordinario: la creación de las nanofibras más delgadas jamás fabricadas, con un diámetro de tan solo 372 nanómetros, unas 200 veces más finas que un pelo humano
Aunque el término “espaguetis” podría evocar la idea de un nuevo tipo de pasta, estas fibras ultrafinas no tienen fines culinarios, sino que representan un importante avance científico con posibles aplicaciones tecnológicas y médicas.
Su desarrollo, descrito recientemente en la revista Nanoscale Advances, demuestra cómo un proceso basado en harina puede revolucionar la producción de nanofibras al tiempo que reduce su impacto ambiental, informó la agencia de noticias EFE, quien reportó sobre la investigación de este descubrimiento.
“Para hacer espaguetis, se empuja una mezcla de agua y harina a través de unos agujeros metálicos. En nuestro estudio, hicimos lo mismo, pero empujamos la mezcla de harina con una carga eléctrica; son literalmente espaguetis, pero mucho más pequeños”, explicó el Dr. Adam Clancy, coautor del estudio, según el medio científico Phys Org.
Sin embargo, Gareth Williams, otro coautor de la investigación, aseguró en otro medio de ciencia, Popular Science: “Lamentablemente, no creo que sea útil como pasta, ya que se cocinaría demasiado en menos de un segundo, antes de poder sacarla de la sartén”.
Innovación técnica: cómo se fabrican las nanofibras más delgadas
El proceso clave para producir estas nanofibras es el electrohilado, una técnica en la que una carga eléctrica arrastra una mezcla de harina y líquido a través de la punta de una aguja.
Este procedimiento permite formar fibras extremadamente finas, que se depositan sobre una placa metálica formando una especie de estera de nanofibras.
La harina utilizada como base contiene almidón, un compuesto renovable y biodegradable que, gracias al uso de ácido fórmico, puede procesarse de manera más eficiente que con métodos tradicionales.
La mezcla de almidón y ácido fórmico resulta efectiva en la creación de fibras ultrafinas (Nanoscale Advances)
El ácido fórmico desempeña un papel crucial. Descompone las grandes hélices del almidón para convertirlas en componentes más pequeños y manejables. Además, se evapora durante el proceso, por lo que deja una estructura fibrosa pura. El equipo también recurrió a un control cuidadoso de la temperatura y el tiempo de procesamiento para garantizar que la mezcla tuviera la consistencia adecuada antes de su enfriamiento.
El resultado final es una estera de aproximadamente 2 centímetros de diámetro, visible a simple vista, pero con hilos tan delgados que solo pueden ser observados con un microscopio electrónico de barrido.
El almidón: una base renovable y prometedora para las nanofibras
El uso de almidón como material base marca un avance significativo en el desarrollo de tecnologías sostenibles. Este compuesto, producido por la mayoría de las plantas verdes para almacenar glucosa, es la segunda fuente de biomasa más abundante en la Tierra, después de la celulosa.
Su carácter renovable y biodegradable lo convierte en un recurso ideal para aplicaciones en las que la sostenibilidad es una prioridad.
La regeneración de tejidos encuentra en las nanofibras estructuras de soporte para el cuerpo humano (Nanoscale Advances)
El almidón presenta propiedades excepcionales para el desarrollo de nanofibras. Por un lado, es un material versátil que puede integrarse en diversas estructuras por su capacidad de formar redes sólidas y porosas.
Por otro, su biodegradabilidad permite que las nanofibras derivadas de él se descompongan fácilmente, ya sea en el entorno natural o dentro del cuerpo humano, lo que minimiza el impacto ambiental y amplía sus posibilidades de uso en aplicaciones biomédicas.
Sin embargo, uno de los desafíos del uso del almidón fue su proceso de purificación, que requiere grandes cantidades de energía y agua cuando se extrae directamente de las células vegetales. La innovación de los investigadores de la UCL radica en haber evitado esta etapa compleja, mediante la utilización de harina como fuente directa de almidón.
Aplicaciones médicas y tecnológicas de las nanofibras
Las nanofibras creadas a partir de harina ofrecen un amplio abanico de aplicaciones médicas y tecnológicas, gracias a sus características únicas de porosidad y biodegradabilidad. En el ámbito de la medicina, destacan como un material prometedor para el desarrollo de vendajes avanzados que favorecen la cicatrización de heridas.
Nanofibras presentan potencial en precisión médica, optimizando liberación de fármacos (REUTERS / Edgard Garrido)
Estas fibras forman esteras porosas que permiten la entrada de agua y humedad, esenciales para la recuperación del tejido, mientras bloquean el paso de bacterias, lo que reduce el riesgo de infecciones.
Otra de sus aplicaciones potenciales es su uso como andamiaje para la regeneración ósea y de tejidos. Las nanofibras imitan la matriz extracelular, una red natural de proteínas y moléculas que soporta y organiza las células en el cuerpo humano. Esta similitud estructural hace que puedan integrarse en el organismo y promueve la formación de nuevos tejidos de manera más eficiente.
Además, se investiga su posible utilización en la administración de fármacos, un campo en el que la precisión y la eficiencia son esenciales. Las nanofibras podrían actuar como vehículos para transportar medicamentos directamente a las células, lo que optimizaría su liberación controlada y maximizando la eficacia terapéutica.
Con la llegada del calor y el aumento de los casos de dengue, surge una duda importante: ¿puede el mosquito transmisor picar a través de la ropa? La Argentina, al igual que muchos países de la región, enfrenta una amenaza creciente por el Aedes aegypti. En Brasil, por ejemplo, el número de casos superó los dos millones, una cifra alarmante que genera alerta nacional.
Un sorprendente hallazgo sobre el Aedes aegypti
Recientemente, una investigación de la Universidad Federal de Lavras (UFLA), en Minas Gerais, sacó a la luz un sorprendente descubrimiento sobre el comportamiento del Aedes aegypti, conocido transmisor de enfermedades como el dengue y la fiebre amarilla urbana.
Joziana Barçante, coordinadora del Centro de Investigaciones Biomédicas de la UFLA, reveló que, gracias a la forma alargada del aparato bucal de las hembras, el mosquito es capaz de picar a través de las telas, hecho que cuestiona la noción de protección que ofrece la ropa. La investigadora detalló que en las imágenes captadas durante el proceso se muestra a la hembra penetrando la tela para llegar a la sangre, lo que revela que la ropa por sí sola no garantiza una protección total contra las picaduras.
Barçante explicó que las imágenes capturadas durante el estudio muestran claramente cómo el mosquito perfora la tela y llega a la sangre, poniendo en duda la eficacia de la ropa como una barrera de protección total. Este hallazgo podría transformar las recomendaciones de prevención del dengue, ya que anteriormente se asumía que la ropa cubría las zonas expuestas.
Nuevas recomendaciones: el uso de repelente en ropa y piel
A raíz de este descubrimiento, los expertos subrayan la importancia de aplicar repelente tanto en la piel como en la ropa. Se aconseja su uso antes y después de vestirse para aumentar la protección, especialmente en las zonas donde las picaduras suelen ser más comunes, como pies y tobillos. Este nuevo enfoque está llevando a las autoridades sanitarias a reconsiderar sus directrices para mejorar las campañas de prevención y sensibilización en la población.
La UFLA, en colaboración con la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), planea ampliar la investigación para examinar si el grosor y el color de la tela influyen en la capacidad del Aedes aegypti de picar a través de ella. Estos estudios adicionales podrían aportar información vital para desarrollar materiales y tejidos que ofrezcan una mayor protección contra el mosquito.
Prevención esencial: más allá de la ropa
Ante estos nuevos descubrimientos, el uso constante de repelentes, mosquiteros en puertas y ventanas, y ropa adecuada, son más importantes que nunca. También es crucial atención médica ante síntomas como fiebre alta y dolor intenso, ya que buscar el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado es esencial para una recuperación segura en caso de dengue.
Estos avances en la investigación podrían representar un cambio en la forma en que nos protegemos de enfermedades transmitidas por mosquitos. Para la población, comprender estas medidas preventivas y aplicarlas correctamente es fundamental en la batalla contra el dengue.