Gastón Cocchiarale, el actor que eligen desde Guillermo Francella a Bizarrap: “Si los número uno piden por mí, tengo que estar a la altura”
El artista contó cómo vive el éxito de El Encargado y dio detalles de la nueva temporada. Además, explicó cómo superó las frustraciones de la carrera y el secreto para superarse constantemente
En un ambiente donde la inestabilidad laboral es moneda corriente, Gastón Cocchiaraleresalta como uno de los actores más jóvenes y talentosos a nivel nacional. Con su carisma y dedicación supo ganarse el apoyo de Guillermo Francella, Luis Brandoni y hasta la mirada de Robert De Niro. Como si fuera poco, también llamó la atención de Bizarrap, quien lo eligió para interpretar los cortos de lanzamiento de sus últimas sessions.
Pasando por publicidades de grandes marcas, hasta destacar con diferentes roles en Atav, El Clan, Nada, y El Encargado, en cuestión de años, Cocchiarale alcanzó el éxito. El camino estuvo cargado de altibajos, decepciones y frustración, sin embargo, la mentalidad del actor lo ayudó a superarse. Para él, la actuación nunca fue una segunda opción y esto generó un conflicto con su padre, quien le insistía para que buscara un trabajo alternativo.
En medio de una movida agenda, que incluye la producción de obras y su trabajo como docente en su escuela de actuación, Gastón elige empezar el día con una charla con Teleshow. Lejos del bullicio del interior de la cafetería, el actor no le teme al frío y pide hablar en una mesa afuera. Con un café y un tostado como desayuno el actor repasa los últimos años de su carrera.Así, un mano a mano con él, en una fría mañana de otoño, se va convirtiendo más como en una cálida charla que en un tenso cuestionario. Le gusta ir a fondo en cada tema, detallar, repreguntar, repasar sus éxitos, pero sobre todo los ‘fracasos’, los momentos que lo impulsaron a ir por todo.
Castón Cocchiarale en El Encargado junto a Guillermo Francella (Disney +)
– ¿Cómo vivís el éxito deEl Encargado?
– Yo no lo puedo creer. Es un proyecto que surgió a fin de la pandemia, en el 2021. Me llamó Gastón Duprat y me dijo que quería contar conmigo para un personaje, yo le contesté: ‘¿cuándo es el casting?’. Y me dijo: ‘no, te estoy llamando para ofrecértelo, no hay casting, porque Guillermo (Francella) pidió por vos y yo respeto mucho su criterio’. Fue una cosa que me cayó del cielo, que no lo podía creer. Por un lado fue una extrema felicidad y por el otro digo, ‘el número uno está pidiendo por mí, yo tengo que estar a la altura’. Ahora tengo que demostrar por qué Guillermo Francella pidió por mí.
– ¿Qué representa El Encargado en tu carrera?
– Para mí fue una escuela porque yo venía de hacer El Clan con Francella, fue hacer drama con el mejor comediante de la Argentina y ahora tengo que hacer comedia con el mejor comediante del país. Me nutro un montón de lo que él hace, me enseña, le pregunto cosas, me asesora, me aconseja. Para mí es una fiesta estar en El Encargado y creo que la serie es una bomba. La tercera temporada va a dar mucho que hablar. Creo que es la mejor de las tres hasta ahora. Estoy trabajando con mi ídolo, para mí es hermoso y es un poco el vínculo que tienen Miguel y Eliseo.
– ¿Cómo es tu relación con Guillermo Francella?
– Él siempre fue muy padrino mío, de aconsejarme, de darme su opinión, fue un gran consejero en mi recorrido, en ayudarme en los baches y cuando no tenía laburo. Permanentemente me ayudó a lidiar con eso. Es un tipo que la remó muchísimo y toda esa experiencia a mí me la hizo valer. Desarrollamos un lindo vínculo después de El Clan y culminó ahora con esto de El Encargado.
Gastón Cocchiarale comenzó su carrera como actor grabando publicidades a los 18 años
– ¿Qué te enseñó él?
– Fue muy amoroso y muy cálido conmigo, el fue otro gran maestro, si bien no le pagué para que me dé clases, me enseñó sobre todo la rigurosidad en el trabajo, el profesionalismo. Guillermo es un ‘milico’ trabajando y yo aprendí mucho de eso.
– ¿Qué pensás que vio en vos?
– Intuyo que tiene que ver un poco con que yo siempre fui muy profesional. Siempre fui una persona muy dedicada a mi trabajo. Mi trabajo es el gran amor de mi vida. Lo sabe mi familia, lo sabe mi novia, lo saben todo. Nadie le puede ganar a mi trabajo. Para mí actuar es lo más grande que hay. Me he ido de mi propio cumpleaños para ir a hacer una función, y la gente se quedó festejando mi cumpleaños sin mí. Amo lo que hago.
– Tu actuación en El Encargado llamó la atención de Bizarrap ¿Cómo surgieron los videos con él?
– Fue una experiencia hermosa, fue medio de la nada, de suerte. Yo estaba en mi casa durmiendo la siesta y me despierto, tenía un par de audios de Bizarrap en mi teléfono. Yo ni lo seguía, lo conocía de oído. Sabía que era el tema de Shakira, pero no sabía bien qué hacía, si cantaba, si producía. Escuché los audios que me mandó y decía que quería filmar un corto en Argentina y quería hacerlo para presentar su nueva sesión. Había visto laburos míos, había visto El Encargado y quería que yo participara. Estuvimos charlando como una hora y media, pegamos muy buena onda. Hablamos de música, de arte, de zona oeste, yo soy de Ramos, él es de Haedo. Hablamos mucho del barrio, de lo que nos unía a nivel infancia.
Gastón Cocchiarale interpreta a Miguel en El Encargado (Disney)
– ¿Cómo fue hacer el segundo? La pelea con él…
– Nos cagamos de risa, nos divertimos con los muchachos que armaban la pelea. A diferencia del otro, que era más actoral, este tuvo muchos temas técnicos. Lo filmamos en 24 horas. Un día filmamos 20 horas sin parar porque él volvió de Panamá un lunes de hacer un recital. Filmamos todo el martes y el miércoles se fue a hacer otro recital.
– ¿Cómo es ahora la relación con Bizarrap?
– Él es muy generoso conmigo, amigable y amable. Cuando filmamos el primer corto a la semana vino a verme al teatro con toda su familia. No me avisó que venía. No me pidió entradas. Compró diez entradas y vino con toda su familia de Haedo a verme al teatro, sin avisarme. Y ese gesto te pinta un poco quién es él, la humildad que tiene, la cabeza que tiene. Es un gran pibe y aparte que lo respeto y lo admiro porque es muy joven. Tiene seis o siete años menos que yo y ha construido una carrera extraordinaria a nivel mundial. Pone el arte argentino a un nivel que todos quisiéramos y que él lo ha logrado a base de trabajo, de proyectar, de imaginar.
– ¿Te considerás exitoso?
– Sí, en el sentido de que hago lo que amo. A los proyectos les puede ir mejor o peor. En una sociedad que te exige un montón de mandatos yo estoy haciendo lo que quise. Para mí el éxito tiene que ver con respetar tu deseo, lo que querés, lo que amás, lo que soñás. Después está el otro éxito más industrial de cuántas entradas vendió tu obra, tu película, que le presto muchísima atención y me interesa, pero no me termino de hacer cargo en el buen sentido. Le fue bien, buenísimo. Si le fue mal, ya está. Me enojaré tres días y después se me pasa.
Gastón Cocchiarale fue contactado por Bizarrap para trabajar en los cortos previos a sus Music Sessions
– No siempre fue así, ¿cómo viviste los vaivenes en la carrera?
– En general, el arte es algo muy tóxico en relación a lo laboral. Por momentos estás en las nubes, cobrando plata por hacer lo que amas, filmando, con actores de renombre, siendo reconocido en la calle, y de pronto entrás en un bache de un año en lo que eso merma. Hay que tener cierta espalda para sostener eso desde lo psicológico. Trato de no creerme tanto, ni el éxito ni el fracaso. Los actores permanentemente hacemos entrevistas laborales. Metés 100 castings en un año y capaz quedaste en uno.
– ¿Cómo manejas la frustración cuando no te llaman?
– Hubo dos etapas. La primera en la que yo no hacía nada más que actuar, entonces cuando no me convocaban o no quedaba en un casting era terrible. A veces entraba en un bache de varios meses sin laburo y era terrible desde lo económico y lo espiritual. En el económico, porque en un momento decís cómo pago el alquiler. Y espiritualmente, porque estaba al pedo en mi casa. Me empezaba a comer la cabeza el: ‘capaz este no es el camino, capaz no estoy preparado para esto’.
– ¿Y después?
– En la segunda etapa empecé a tener mis propios proyectos, que fueron los que me refugiaron en las situaciones cuando no era convocado. Y en esos baches tenía por lo menos una obra que ensayar. Daba clases. A mí la autogestión me salvó mucho la vida y me permitió relacionarme con mi actor y con mi recorrido de una manera más sana. No lo digo como bueno, de última me queda. Cuando filmo, por contrato, pido que me liberen a tal hora para poder ir a dar clases.
Gastón Cocchiarale supo ganarse el apoyo de Guillermo Francella y Luis Brandoni
– ¿Había un prejuicio cuando empezaste a dar clases?
– Al alumno te lo tenés que ganar. Si sos un actor conocido hay un terreno ganado desde el respeto y en mi caso me lo tuve que ir ganando con las clases, las devoluciones. Y en paralelo, mi carrera como actor fue creciendo. Eso también va generando que el alumno se acerque.
– ¿Tuviste otros laburos?
– Sí, miles, pero siempre fueron part time. Siempre me organicé para que fueran cuatro o cinco horas por día. Pero laburé de todo, de mozo, en una librería, en una boletería de un teatro, animé fiestas. Pero siempre traté de que sea algo que no me cubriera todo el día, para ir a un casting, a ensayar, a la clase a la noche.
– Llegó el momento de disfrutar…
– Estoy en un momento muy lindo pero construido a base de mucho esfuerzo. Por lo general la gente suele ver la cosecha, pero nadie ve la siembra y la siembra. Costó mucho. Yo me tuve que anteponer a mis viejos de que, sobre todo a mi papá, que no quería que fuera actor. Me tuve que anteponer a mil castings que no quedé. Me tuve que poner un país con una economía imposible. Es un desafío ser actor en Argentina.
– Después de tantos éxitos, ¿con qué soñás?
– Siempre tengo sueños. Hay algo de todo el mundo que me dice: ‘ya cumpliste un montón de cosas’. Sí, pero yo soy una persona muy deseante. Uno de los sueños que tengo muy claro es tener mi propia sala de teatro, hacer crecer más la escuela, y más.
La actriz que le dio voz a Milhouse y otros personajes tendrá su última participación en la serie el 24 de noviembre.
Pamela Hayden, la voz detrás del entrañable y desafortunado Milhouse Van Houten en Los Simpson, anunció su retiro luego de una carrera de 35 años. Hayden, de 70 años, también interpretó a otros personajes icónicos como Jimbo Jones, Rod Flanders, Janey y la muñeca Stacy Malibu.
Su última aparición será el 24 de noviembre en un episodio especial de “Treehouse of Horror”, una de las entregas más queridas por los fanáticos de la serie. En un comunicado, Hayden expresó: “Ha sido un honor y un placer haber trabajado en un programa tan divertido, ingenioso y revolucionario”.
El creador de la serie, Matt Groening, también dedicó unas palabras a la actriz: “Pamela nos dio montones de risas con Milhouse, el niño desventurado con la nariz más grande de Springfield. Hizo que Milhouse fuera hilarante y real, y la vamos a extrañar”.
Milhouse, quien debutó en un comercial de Butterfinger en 1989, se convirtió en un personaje clave de Los Simpson. Su nombre es un guiño al expresidente estadounidense Richard Milhous Nixon, elegido por Groening porque “ese era el nombre más desafortunado que podría tener un niño”.
El inseparable amigo de Bart Simpson protagonizó innumerables momentos memorables. Desde ser el blanco constante de las bromas de Nelson hasta aparecer en la lista de los más buscados de Estados Unidos, Milhouse siempre fue el centro de la comedia y el caos en Springfield.
Con la partida de Hayden, la producción ya planea un casting para encontrar nuevas voces que puedan dar vida a Milhouse y los otros personajes que la actriz interpretó.
Su despedida marca el fin de una era en Los Simpson, pero los fanáticos saben que Milhouse, con su mezcla única de ternura y torpeza, seguirá siendo un pilar en el universo amarillo que ha conquistado al mundo por más de tres décadas.
Gonzalo Heredia y Galia Moldavsky hablaron con TN Show sobre la serie que protagonizan junto a Esteban Lamothe, creada por un canal de YouTube y Twitch. Además, opinaron sobre la falta de novelas en la televisión argentina y los recortes a la cultura.
Este miércoles 20 de noviembre se estrena Un futuro sin vos, la primera serie producida por un canal de streaming. El pionero en la materia esBlender, que apostó por la ficción que protagonizan Gonzalo Heredia, Galia Moldavsky y Esteban Lamothe, quienes juntos hacen, por esa misma señal, el programa Galanes en temporada baja.
TN Show habló con Heredia y Moldavsky, quienes adelantaron de qué va la novela, aportaron su visión sobre la falta de ficción en la televisión argentina y opinaron sobre los recortes a la cultura.
-Van a ser el primer canal de streaming que lance una ficción, ¿qué sensaciones tienen?
GH: -Las mejores. Todo lo que fue pasando en Blender fue como bastante impensado. Fue algo fantaseado en su momento, pero impensado de que fuera algo real, porque no solo es la ficción, sino también el programa, que ya llevamos cuatro meses al aire, y fue algo que empezó como una charla de amigos, que se hizo algo concreto y que empezó a tener su identidad propia y ahora bueno, la ficción es un poco la fantasía que por lo menos yo tuve cuando grabé todas las novelas que grabé, digo tiene como ese registro esa forma de contar, a través del humor bastante irónico y un poco ácido. Un mundo nuevo, y que es una especie de sátira de las grandes novelas y los grandes clásicos de novelas que hemos visto y hemos consumido.
GM: -Hay algo muy zarpado y que se haya hecho “intraBlender” todo, desde el guion hasta la grabación, hasta la edición, como que todos los integrantes de Blender que quizás estaban laburando en otras áreas o haciendo esto, pero para otros proyectos, les copó la idea.
-¿Cómo surgió la idea de hacer Un futuro sin vos?
GM: -Lo de la serie para mí es lo más explicable racionalmente porque lo que pasó fue que cuando salimos a vender el programa hicimos un spot que era una especie de primer acercamiento a lo que es como una parodia de un culebrón y cuando lo grabamos la mayoría de la gente comentaba el posteo, pensaba que era el avance de una serie porque era como una pequeña historia. Cuando la repercusión fue esa, fue como “deberíamos hacerlo”.
Los miércoles se van a estrenar los episodios. Son cinco episodios y el último episodio, que la gente lo va a poder ver el 18 de diciembre, nosotros lo vamos a ver con la audiencia el 17, en vivo, en el Teatro Broadway, que un poco la idea de hacer el teatro era que fuera un puntapié para hacer cómo se hacía antes con los últimos episodios de las novelas, que se veían en un teatro. Así que vamos a ver el último episodio y después vamos a hacer un show que va a tener un poco de novela, un poco de lo que es el programa, un poco de los personajes que la gente que conoce el programa tiene a mano.
GH: –En el teatro van a pasar esas escenas, va a haber interacción con el público, y también es un cierre hermoso para este ciclo.
-¿Creen que Un futuro sin vos va a sentar un precedente a la hora de que otros canales de streaming lancen sus ficciones?
GH-No lo sé, no sé si tienen un programa como “Galanes…” (risas).
GM: -Esperá unos meses. Nosotros somos los primeros. Esto de hacer una ficción en tu canal, producida, escrita y filmada todo adentro del canal es muy novedoso y son esas cosas del streaming que te dan como fe, porque hay tanto para ver, y hay tanta competencia, y está todo saturado, y de repente aparece una cosa así decís “qué bueno que podamos formar parte de un proyecto como este”. Obvio que vamos a ser pioneros, y obvio que dentro de poco todas las plataformas van a estar haciendo sus series.
La opinión de Gonzalo Heredia y Galia Moldavsky sobre los recortes en Cultura
-Gonzalo, ¿qué te genera ver que hay falta de ficción nacional?
GH: -¿Qué me va a generar? Dos cosas muy marcadas: la primera es como el lugar bastante obvio de las fuentes de trabajo que se empiezan a agotar, de productoras que ya no existen más y de lugares que se terminaron de vaciar completamente. En ese sentido da mucha tristeza porque hay algo que no se va a recuperar, sí se puede modificar, sí se puede reconstruir, pero hay algo que no va a ser lo mismo, por lo menos por ahora. El público ya no es ese mismo público férreo que estaba frente al televisor, ya no existe más eso.
Después, yo no soy del pensamiento de “todo tiempo pasado fue mejor”, sino que me gusta estar abierto a esto. Hay un lugar que uno tiene que deconstruir para construir algo, y me gusta espiar o ser espectador de cómo se puede llegar a contar, y qué se puede llegar a contar, y esta cruza entre las dos cosas. Entonces, en ese sentido, tengo un poco de esperanza con esto, pero también un poco de decepción por algo que ya no va a volver.
-¿Qué opinan del desfinanciamiento en Cultura? ¿Creen que tendrían que auditar el INCAA?
GM: –Eran decisiones previamente tomadas a auditar o no auditar. Un gobierno que plantea que el Estado tiene que financiar lo mínimo e indispensable, que el resto de las cosas se tienen que financiar por mercados o inversores que quieran poner plata. Esa fue la decisión desde el vamos. Después, obviamente, apareció lo de auditar, que para mí está bárbaro. Que auditen el INCAA, que auditen la UBA, que auditen lo que quieran, pero me parece que incluso si lo hicieran, la decisión de recortar no es por eso, la decisión es por una política de Estado, que además ellos defienden abiertamente, no es algo que yo estoy asumiendo. No me sorprende, no comparto, pero bueno, ¿qué vamos a hacer? Es lo que la gente votó.
GH: -Lo explicó muy bien Galia, no sirve que yo agregue algo al respecto.
Después de la crisis de la industria en la pandemia, las preferencias del público se modificaron en un contexto de un profundo cambio de paradigma.
Desde hace al menos diez años que hay una tendencia que se está haciendo cada vez más notoria en el centro de la cinematografía mundial. Hollywood levantó el perfil de sus películas de terror que empezaron a tener mucha más presencia en la taquilla y en la agenda periodística, más allá del nicho que siempre ocuparon en un grupo cerrado de cinéfilos.
A partir de los enormes sucesos deLa sustancia, Longlegs y Terrifier 3 -para poner solo tres ejemplos- TN Show hizo una búsqueda cruzada de cifras y estadísticas que permiten rastrear un panorama que podría sostener su marcada tendencia a lo largo de los próximos años.
El star-system clásico de Hollywood se modificó: así comenzó el cambio de tendencia
Durante la era dorada de principios de los 40, Hollywood fundó un terceto de elementos que delineó el funcionamiento principal de la industria cinematográfica de los Estados Unidos: el star system, el sistema de estudios y la división de géneros.
Con algunos cambios radicales de producción en la década del ‘70 y que se solidificaron en los ‘80 a partir de blockbusters como E.T., los primeros tres episodios de Star Wars o las películas de aventura de Indiana Jones, el círculo virtuoso de tres patas se siguió agigantando. En la década del ‘90 y de 2000 se intensificó ese rumbo industrial.
Ahora, la situación empezó a mutar. Hay dos razones que llevaron a tener un panorama diferente desde la década pasada. En 2012 se estrenó Avengers, generando una modificación estructural en la realización de secuelas, sagas, remakes y múltiples spin-offs. Todas las compañías imitaron esa manera de hacer cine.
La otra situación no fue artística, sino humanitaria. En 2020 se produjo la pandemia, con la consecuente paralización de la industria por completo durante meses. Eso generó ganadores y perdedores, con empresas grandes más grandes que posteriormente se convirtieron en pulpos y productoras chicas que sirven como satélites de las majors.
Estos brutales cimbronazos en el centro de la producción de contenido desataron un movimiento telúrico impactante que continúa teniendo réplicas en este presente, movilizado por los algoritmos, el streaming y la IA.
Hace años que aquel Hollywood dorado no existe más y, ahora, las grandes compañías, diversifican cada vez más sus producciones, multiplicando exponencialmente el número de franquicias, reboots y reviviendo sagas que se creían olvidadas.
De esta forma, intentan llevar a diferentes géneros lo bien que le funcionó durante el último tiempo con los superhéroes: agigantar universos y focalizar cada vez más en desprendimientos de personajes. El terror, que tiene una larga historia de sagas, profundizó su propio modelo.
Qué pasa en la taquilla y la producción: el cambio de preferencias en Hollywood
En ese devenir -en el que también juegan los servicios de streaming, pero eso es para otro artículo-, los géneros más atractivos para la pantalla grande, ganaron espacio en las salas. Así, la acción, la ciencia ficción y el terror toman impulso cada vez más en la taquilla. El drama, por su parte, es el que más sintió la debacle de su producción: el interés del público ya no es el que era.
De acuerdo a los números publicados por el sitio de estadísticas The Numbers, en los últimos diez años, el género del drama bajó notablemente la cantidad de películas y su eficiencia en la taquilla: de un share de más del 15% pasó al 9% en 2023, una cifra que es una tendencia marcadísima en los últimos tres años.
Más allá del resto de los géneros, por su parte, los números del terror son notables desde 2013 hasta 2023 (este último año también, pero todavía no terminó y faltan grandes estrenos como Nosferatu): pasó de tener un share ese año de poco más del 4% a superar el 10% el año pasado.
El horror pasó en aquel año de estar sexto en la lista, con 32 películas realizadas y más de 500 millones de dólares de recaudación a ocupar el cuarto lugar en 2023, muy cerca del tercer puesto, con 55 films producidos y más de 900 millones de dólares.
El drama, en el transcurso de estos años, sufrió un desencantamiento con el público. A pesar de que sigue siendo el género que produce más cantidad de films, sus realizaciones no son eficientes.
Mientras que en 2013 se produjeron 223 películas en los Estados Unidos que recaudaron en las salas más 1200 millones de dólares, en 2023 -ya sin las consecuencias burdas de la pandemia- el drama generó 155 películas que obtuvieron algo más de 800 millones.
Esto demuestra que en 10 años, el drama derrumbó su producción, mientras que el terror no solo se sostuvo sino que fortaleció su cantidad de films. Incluso, muchas ficciones del horror tomaron prestados argumentos, bajadas de línea y profundidad temática, algo que no se daba de manera tan expuesta en otras épocas.
Cuáles son las películas que muestran el fortalecimiento del terror como género
Más allá de los números hay producciones con nombre y apellido. Haciendo una prehistoria de este fenómeno de los últimos años, hay dos películas que impulsaron al terror en la década:El conjuro e It.
La película de James Wan de 2013, por la tendencia que generó en cuestión de sagas, universos y spin-off. Su modelo es, en paralelo, el que Avengers fue para los superhéroes; el film dirigido por el argentino Andy Muschietti en 2017, porque generó que una película de terror rompiera la taquilla, ya que recaudó la delirante cifra de 700 millones de dólares.
Estos fenómenos particulares contagiaron a realizadores que multiplicaron sus ganas de producir. Así llegaron obras diferentes como Get Out!, El hombre invisible o Hereditary, que le pusieron un contenido un sesgo hasta político al horror: el drama empezaba a entrometerse cada vez más en los argumentos de los films del género.
Hace un par de años, el medio CNN analizó este movimiento en la industria con Paul Dergarabedian, analista senior de medios de Comscore. El especialista sostuvo que lo que está ocurriendo es que el terror no está siendo más un género que solo se ve en un nicho.
“El género de terror, que ya no está marginado, tiene audiencias que gravitan hacia los escalofríos y las emociones que solo el cine, con su experiencia comunitaria e inmersiva, puede ofrecer”, comentó.
Más allá de que todavía siguen funcionando en circuitos de ultrafánticos, Dergarabedian cree que el viejo modelo de los festivales de terror de bajo nivel cumplió un ciclo. “Es cosa del pasado ya que los nuevos guardianes creativos del género están más centrados en brindar una experiencia general sólida para el espectador”, reflexionó en el reportaje citado de 2022.
Su visión se contrasta cien por ciento lo que pasó este año en la pantalla grande. Desde que arrancó este 2024, la cantidad de films de terror que circularon por los cines con éxito o al menos con potencia en la previa fue altísima: la gran mayoría, de una factura técnica impecable y con temáticas, en casi su totalidad, cruzadas por el drama.
Al margen de los malos resultados en la taquilla, La primera Profecía fue una exquisita precuela que amplió un universo que se creía terminado hacía rato; mientras que Trap tampoco aportó demasiado, pero dejó otro film dirigido por M. Night Shyamalan y eso ya es un montón.
Un verdadero gol de media cancha fue Alien: Romulus que volvió a meterse con el subgénero de la ciencia ficción del terror para mostrar una original precuela dirigida por el uruguayo Fede Álvarez. El film obtuvo una taquilla de más de 350 millones a nivel internacional, cuadruplicando su presupuesto de realización.
Un lugar en silencio: Día uno, Smile 2 y Terrifier 3 son también precuelas/secuelas que tuvieron un éxito totalmente desproporcionado. Cada una de ellas superó a sus antecesoras.
El fenómeno de Art The Clown es uno de los más notables ya que con un bajo costo de 2 millones de dólares recaudó más de 55 millones de dólares y quedó a un paso de superar a Joker: Folie à Deux, uno de los mayores fracasos de la década.
Sin dudas, el mayor fenómeno artístico que se dio en el cine de género este año fue la magistral película La sustancia. Con un presupuesto de 17 millones obtuvo casi 50 a nivel internacional, pero produjo algo más que dinero.
La película dirigida por Coralie Fargeat generó una cantidad infernal de memes, provocó debates en las redes por la cinefilia que desborda y dividió aguas en el planteo de su argumento. Además, volvió a ubicar a Demi Moore en lo más alto: se habla de que la actriz podría ser nominada al Oscar al igual que su compañera, Margaret Qualley, que tiene un rol maravilloso.
Otras razones del gran momento que pasa el terror
Además del combo presupuesto bajo – argumento simple – atracción asegurada, el terror actual está en medio de una era en la que las franquicias de superhéroes y las películas animadas también están modificando su manera de producirse.
Con varios estrenos que no lograron más que igualar sus presupuestos o fueron notables fracasos, Disney y Warner se debaten en qué hacer para los próximos años dentro de los géneros que siempre le rindieron más.
En un contexto en el que el cine de superhéroes está perdido en un laberinto de franquicias, el terror intenta imitar cierta estructura industrial para instalar un andamiaje concreto, sin apelar solo a impulsos artísticos.
Esto le permitiría lograr no moverse solo por olas de producción y de sensibilidad del espectador, como sucedió durante la explosión de los subgéneros de las monster movies en los 50; el slasher, a fines de 70; el slasher fantástico, en mitad de los 80; el neoslasher, desde 1995 en adelante; o el torture porn, a principios de 2000.
Los productores reconocidos como Jason Blum pretenden fortalecer las falencias de las producciones para sostener a largo plazo los éxitos que vengan. Es por eso que se asoció con James Wan y fusionaron sus empresas Blumhouse y Atomic Monster.
En una entrevista con Deadline, cuando explicó por qué decidió ofrecer fusionarse con la empresa de Wan, Blum dijo que solo producir películas no iba a ser suficiente para hacer éxitos de taquilla.
“La única forma de hacerlo es contratar a un socio, un igual, que básicamente haga lo que yo hago y unir las compañías. Hay razones por las que su compañía en particular encaja perfectamente con la nuestra. Al unirse, el objetivo será aumentar la cantidad de películas que podemos hacer por año y que sean geniales”, remarcó.
El productor veterano del género Chad Archibald, en una charla con el medio IndieWire, arriesgó una razón por la cual puede ser que la actual manera de producir terror es la clave del éxito.
“Cuando haces películas de terror, las riendas se pierden. Es un género tan abierto que podés romper todas las reglas. Se presta a ser un poco más arriesgado, artísticamente, simplemente porque los fanáticos del terror también son cinéfilos. Quieren ver cosas diferentes, cosas emocionantes, nuevas visiones”, sintetizó.
Esas nuevas formas de ver cine, además, se certifican con lo que se genera en una sala. Coltan Scrivner, miembro del Instituto de Mente y Biología en el Laboratorio de Biología del Comportamiento de la Universidad de Chicago publicó un artículo en el medio Nautilus en el cual analizó por qué las películas de terror son más populares que nunca.
“El terror no es para todos. Alguien que odia las películas de terror probablemente no se beneficie de verlas, y quienes aman el terror pueden disfrutar más. Sin embargo, el terror abarca una amplia gama de subgéneros, y la mayoría de la gente no odia las películas de terror. Ya sea un thriller psicológico, un slasher sangriento o una película de zombies, es probable que puedas encontrar un subgénero que te guste”, reflexionó.
Para cerrar, el especialista dejó una recomendación para la vida diaria, que desde este espacio también se apuntala. “Si te sentís ansioso y buscás una vía de escape, probá con un mundo ficticio de terror”, lanzó. Porque para drama, la vida real ya tiene bastante.