El “Gitano” está inquieto. Ricardo Quintela divide su tiempo entre la gestión en La Rioja, sus escapadas a Buenos Aires y las recorridas por distintos puntos del país. El gobernador es el candidato que suena hoy con mayor fuerza para presidir el Partido Justicialista en medio del avance libertario y el caos opositor.
“El peronismo es un gigante dormido, lo tenemos que despertar”, sentencia en diálogo con Página/12. A pesar de sus críticas a los firmantes del Pacto de Mayo, promete cuidar la unidad del PJ y trabajar para ampliar sus fronteras. “Siempre fuimos frentistas”, remarca y propone avanzar en acuerdos con el radicalismo e incluso con dirigentes del PRO como Horacio Rodríguez Larreta. “¿Por qué no?, si él era peronista”, pregunta.
El riojano, de diálogo fluido con Cristina Kirchner y Axel Kicillof, no ve un liderazgo claro en la oposición y convoca a generar grandes acuerdos para enfrentar la “crueldad” y “brutalidad” de Javier Milei.
- ¿Cómo se ordena la oposición después de la aprobación de la Ley Bases y la firma del Pacto de Mayo ?
- Nosotros no hemos asumido la posición que la gente nos otorgó, que es hacer oposición. Cuando Juntos por el Cambio, el PRO y el radicalismo eran oposición no le dieron herramientas a nuestros presidentes. Nosotros teníamos que buscar el quórum y ellos estaban detrás de las cortinas. Y cuando conseguíamos el quórum venían a las bancas a insultar, agraviar y descalificar. Inclusive hubo intentos de agresión física de parte de un legislador del PRO, que es misógino, a la presidenta de la Cámara.
Entonces, nosotros tendríamos que haber actuado como oposición. Una oposición adulta, responsable y madura. Generar propuestas alternativas a las presentadas por el oficialismo. - ¿Y por qué muchos gobernadores peronistas acompañaron al Gobierno?
- Eso lo tienen que decir ellos. Qué los motivó a que firmaran sin ningún tipo de beneficios un pacto donde todo va aparentemente en perjuicio de la sociedad. Tendríamos que haber pedido que nos den lo que nos quitaron y sentarnos a conversar para colaborar, pero a partir de que devuelvan lo que le sacaron a las provincias.
Más temprano que tarde, vamos a sentarnos con todos los gobernadores o la mayoría para poder trazar una línea de trabajo, para que podamos recuperar los recursos y las obras que estaban preestablecidas. Si no acá, el único que gana es el Presidente, que acumula todos los recursos que nos quitó.
- ¿Qué pasa con la conducción del peronismo? ¿Hay un liderazgo claro?
- No. Hay una persona que reúne las condiciones para liderarlo, pero que decidió no hacerlo porque consideró que su etapa, si no estaba concluida, estaba en ese proceso. Y ahora está en una etapa de colaboración, que es la compañera Cristina Fernández de Kirchner. Después, no hay liderazgos. El proceso electoral que se va a dar el 17 de noviembre (elecciones del PJ) no va a generar un liderazgo fuerte, pero sí un esquema mucho más ordenado y organizado para estimular y poner de pie al peronismo. Hoy el peronismo es un gigante que está dormido.
Lo tenemos que despertar y marchar hacia el gran objetivo que es recuperar el poder para transformar la vida de nuestra gente. Y necesitamos ideas nuevas, vocabulario nuevo, sistemas de comunicación distintos con la sociedad. Trabajar sobre un programa claro y concreto que sea alternativa a este, que es de una brutalidad, una falta de humanismo y amor por la gente, que es muy categórica.
- ¿Cómo se vuelve a conectar con la sociedad en medio de tanto enojo con las gestiones pasadas?
- Hay generaciones de 35 años para abajo que no han vivido las cosas que hemos vivido nosotros. Desde la hiperinflación de (Raúl) Alfonsín, la política de entrega en la segunda parte del menemismo, la ida de De la Rúa en helicóptero. Eso lo resolvimos nosotros. Lo mismo pasó con Macri. Nos endeudó en 45 mil millones con el Fondo Monetario, además de la deuda del sector privado, y nosotros tuvimos que hacernos cargo. Tuvimos una pandemia que no fue considerada.
La misma ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) convocaba a movilizarse en contra de lo que establecía la Organización Mundial de la Salud. Tuvimos una sequía y que afrontar los inconvenientes que produjo la guerra en Ucrania, pero todo eso no se considera a la hora de hacer un balance; más allá de las críticas que nosotros podemos hacer de la gestión de Alberto (Fernández). Esa autocrítica la estamos haciendo y la tenemos que profundizar para poder decir en qué hemos fallado y qué debemos corregir.
- ¿Hay que ampliar las fronteras del peronismo e integrar a otros espacios?
- Sí, nosotros somos frentistas. Siempre hemos sido frentistas.
- ¿Al radicalismo, por ejemplo?
- Sí. El radicalismo es un partido que tiene vigencia. Al igual que el peronismo fue intervenido, perseguido, encarcelado. Una parte del radicalismo. Tenemos que tener con ellos un tratamiento de igual a igual y charlar para ver si se puede, teniendo un adversario común que es Milei y sus políticas, aglutinarnos y establecer un acuerdo, consensuar en líneas fundamentales para la Argentina: la salud, la seguridad, la educación, el tema laboral y la administración de Justicia, que como está no puede seguir.
Es una Justicia que no dictamina en tiempo y forma, que siempre tiene un sesgo de parcialidad, defiende intereses perfectamente identificados que no son los intereses populares.
- Ampliar las fronteras, ¿incluye a dirigentes de Juntos por el Cambio como Horacio Rodríguez Larreta?
- Sí, por supuesto. Si Larreta fue peronista. No tiene una visión como la nuestra, pero se asemeja en muchos puntos. Por supuesto que sí, ¿por qué no? Si lo hizo con la derecha, y varios de sus compañeros se fueron con la derecha más recalcitrante, ¿por qué con él que tiene un sesgo progresista o más inclinado al centro, no vamos a poder ponernos a dialogar para establecer un acuerdo común? Claro que sí.
Nosotros estamos abiertos a todos ellos y vamos a intentarlo. Si me toca a mí estar en alguno de los lugares del partido, una vez superado nuestro proceso de reorganización, voy a ser un ferviente impulsor de un diálogo altruista y maduro con los distintos sectores de los partidos políticos.
El Chacho, las promociones y el rescate
Asfixiado por los recortes de Nación, Quintela comenzó a pagar los sueldos de funcionarios públicos en cuasimoneda, “los chachos”. Como respuesta a quienes ponen en duda el nivel de confianza que generan, el gobernador aseguró que tienen “una gran aceptación” en la provincia, al punto tal que los comercios lanzaron promociones. “En un restaurante, si pagás con chachos, hay 5 o 7 por ciento de descuento”, explicó.
Además, le contestó a Milei por haber anticipado que no saldrá a rescatar al Chacho en caso de que no funcione. “Nunca se lo vamos a pedir. No nos interesa, que se quede tranquilo”, le retrucó Quintela, y le exigió al Presidente que envíe “los fondos que le corresponden a La Rioja”.
Página 12