En 2017, Kayla Unbehaun tenía 9 años y vivía con su padre, Ryan Iserka, en el suburbio South Elgin, en Illinois, Estados Unidos. En ese momento, su mamá, Heather Unbehaun, había perdido la custodia completa durante el divorcio y sólo tenía permitido visitar a la nena de manera de vez en cuando.
El 4 de julio de ese mismo año, la mujer fue hasta la casa de su ex para, supuestamente, buscar a la nena y así pasar una noche de campamento. La idea era que, al otro día, Ryan Iserka viajara casi 1000 kilómetros para reencontrarse con su hija para volver juntos a su hogar. Sin embargo, en cuanto fue a buscarla, no encontró rastros de la niña ni de su exmujer.
Rápidamente, el padre hizo la denuncia a las autoridades de Chicaco ya que, a las pocas horas de la desaparición de la pequeña, Heather Unbehaun desactivó todos sus perfiles en las redes sociales y apagó su celular de forma permanente.
“Heather y Kayla no se presentaron para el intercambio ordenado por la corte, por lo que se contactó a la Policía de inmediato y se inició una investigación. Hasta donde sabemos, nadie pudo comunicarse con ella desde el 4 de julio”, escribió Iserka en una publicación de GoFundMe, una plataforma para recaudar fondos.
“Mi familia y yo estamos pidiendo apoyo financiero a nuestros amigos, familiares y a la comunidad para ayudar a que Kayla y su madre regresen a casa. Este dinero se utilizará para contratar a un investigador privado y cualquier costo adicional relacionado con la búsqueda”, agregó.
Además, el padre continuó la desesperada búsqueda a través de las redes y creó un perfil en Facebook llamado “Bring Kayla Home” para difundir la foto de la nena con la esperanza de que alguien pudiera reconocerla.
La incansable búsqueda de Kayla
Tras la denuncia por la desaparición de Kayla, el fiscal a cargo del expediente acusó a la madre del delito de secuestro de menores. Asimismo, “el juez que intervino fijó su fianza en 10.000 dólares y desde entonces, la Policía siguió numerosas pistas, trabajando con agencias policiales de todo el país en un intento de localizar a la niña y a Unbehaun”, según una publicación que realizó Iserka.
Durante casi siete años, los investigadores no encontraron pruebas contundentes para determinar el paradero de la menor. A pesar de ello, la cuenta de “Bring Kayla Home” se actualizaba diariamente y el padre de la nena aprovechaba las fechas especiales para escribirle mensjaes.
“Cuando descubrí que te habías ido, mi corazón se destrozó en un millón de pedazos… Pero no hay nada que desee más que volver a tenerte en mi vida”, escribió el 1 de mayo de 2020, el día en el que la pequeña cumplió 12 años.
El caso tomó tal relevancia que su historia fue incluida en la última temporada de Misterios sin Resolver (2022), una serie documental de Netflix que narra hechos que ocurrieron fuera de la ficción y que, por algún motivo, esconden un enigma.
En este sentido, al final del episodio Secuestrados por sus padres se mostraron imágenes de chicos desaparecidos con actualizaciones de edad para ilustrar cómo serían al momento de la emisión. Entre ellas, había una foto de Kayla que simulaba su apariencia como si fuera adolescente.
El reencuentro
Un año después de que el caso de Kayla apareciera en la serie de Netflix, un empleado de un local de ropa de segunda mano -ubicado en Asheville, Carolina del Norte- reconoció dos caras que ya había visto en otro lugar y que le llamaron la atención: se trataba de Heather y Kayla, que estaban paseando en un centro comercial.
El hombre recordó el episodio de Misterios sin Resolver e inmediatamente se contactó con la Oficina de la Policía de South Elgin, a más de 1000 kilómetros de distancia.
Tras realizar las averiguaciones correspondientes, las autoridades lograron confirmar que efectivamente se trataba de la nena desaparecida. Así fue como el 13 de mayo de 2023, Heather Unbehaun (40) fue detenida por la Policía de Carolina del Norte e imputada por el secuestro de su hija. Sin embargo, después de tres días, salió en libertad bajo fianza por una suma de 250.000 dólares.
Luego de ello, la mujer se entregó ante los efectivos de Illinois y quedó presa en el Centro de Justicia para Adultos del Condado de Kane. En una audiencia que se llevó a cabo el 18 de mayo de ese mismo año, un juez fijó su fianza en 10.000 dólares y Unbehaun quedó libre después de pagar el 10% de dicha suma. Pese a ello, se le prohibió salir del estado y se le ordenó usar un dispositivo de monitoreo GPS.
En cuanto a Kayla, ya con 15 años, se reencontró con su papá Ryan y volvió a su antigua casa en el suburbio de South Elgin. En un comunicado del National Center for Missing & Exploited Children, la organización que se encargó de la búsqueda de la chica, Iserka expresó que estaba “muy contento de que Kayla estuviera en casa a salvo”.
“Quiero agradecer al Departamento de Policía de South Elgin, al Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados y a las agencias de las fuerzas del orden que ayudaron con su caso. También quiero agradecer a todos los seguidores de la página de Facebook ‘Bring Kayla Home’, que ayudaron a mantener viva su historia y fueron fundamentales para difundirla. Pedimos privacidad a medida que nos volvamos a conocer y naveguemos por este nuevo comienzo”, concluyó.